Me entero a través de Entrecomics de la muerte de Steve Gerber quién fue uno de esos guionistas semiolvidados que durante años se dedicó a hacer grande la autoproclamada “Casa de las Ideas”, la Marvel, a la que, como otros, vendió su alma renunciando a los derechos de creación de sus personajes.
Como muchos lectores, conocí su trabajo antes que a él, en mi caso, a través de un número del Spiderman de Cómics Forum, que me temo ni siquiera guionizó él, en el que nuestro amistoso vecino compartía protagonismo (era un “Marvel team-up”) con un gracioso pato mezcla de Donald y Lucas, pero con un carácter mucho más irascible, que se ganaba la vida conduciendo un taxi y fumaba puros para soportar sobrevivir en una dimensión que no era la suya. Debo decir que por aquél entonces no aprecié la originalidad e ironía de la creación de Gerber y me pareció un sacrilegio meter un personaje, dada mi presuntuosidad adolescente, tan infantil en algo tan serio como una historieta del trepamuros, despotricando sobre quién sería el inepto al que se le ocurriría crear semejante engendro. Sin embargo, pasados los años y los cómics, empecé a reconocer - y conocer -la labor de Gerber dentro de la editorial como la de uno de esos guionistas de la época capaces de enmendar cualquier situación a base de oficio y habilidad en unos cómics que daba gusto leer. Probablemente, sus mejores trabajos fuesen en “Daredevil”, junto al maestro Gene Colan, y “Man-thing”, la Cosa del Pantano de la Marvel de la que seguramente Gerber haya sido el único guionista que ha logrado un trabajo aceptable.
Gerber al desvincularse de Marvel, luchó por recuperar los derechos de algunas de sus creaciones y se unió a otro grande, Jack Kirby en sus reivindicaciones, hasta que logró un acuerdo con Marvel sobre Howard, el Pato.
(Su pequeño pato irascible y maleducado siguió logrando éxitos llegando a tener su propia adaptación cinematográfica).
Como muchos lectores, conocí su trabajo antes que a él, en mi caso, a través de un número del Spiderman de Cómics Forum, que me temo ni siquiera guionizó él, en el que nuestro amistoso vecino compartía protagonismo (era un “Marvel team-up”) con un gracioso pato mezcla de Donald y Lucas, pero con un carácter mucho más irascible, que se ganaba la vida conduciendo un taxi y fumaba puros para soportar sobrevivir en una dimensión que no era la suya. Debo decir que por aquél entonces no aprecié la originalidad e ironía de la creación de Gerber y me pareció un sacrilegio meter un personaje, dada mi presuntuosidad adolescente, tan infantil en algo tan serio como una historieta del trepamuros, despotricando sobre quién sería el inepto al que se le ocurriría crear semejante engendro. Sin embargo, pasados los años y los cómics, empecé a reconocer - y conocer -la labor de Gerber dentro de la editorial como la de uno de esos guionistas de la época capaces de enmendar cualquier situación a base de oficio y habilidad en unos cómics que daba gusto leer. Probablemente, sus mejores trabajos fuesen en “Daredevil”, junto al maestro Gene Colan, y “Man-thing”, la Cosa del Pantano de la Marvel de la que seguramente Gerber haya sido el único guionista que ha logrado un trabajo aceptable.
Gerber al desvincularse de Marvel, luchó por recuperar los derechos de algunas de sus creaciones y se unió a otro grande, Jack Kirby en sus reivindicaciones, hasta que logró un acuerdo con Marvel sobre Howard, el Pato.
(Su pequeño pato irascible y maleducado siguió logrando éxitos llegando a tener su propia adaptación cinematográfica).
Seguramente, hoy Howard estará un poco más triste.
D.E.P