ECC Ediciones ha apostado por publicar con buen criterio la serie “Simon Dark”, uno de los títulos de DC que quizás han sido más injustamente tratados en los últimos tiempos, ya que la serie fue cancelada tras 18 números a pesar de su indudable calidad. En “El fantasma de Gotham City", la primera entrega de las tres en que la ha publicado ECC se recogen los números 1 a 6 de la serie regular guionizada por Steve Niles y dibujada por Scott Hampton.
En Gotham, Batman ya no está solo. En el barrio del Village ha aparecido un esquivo justiciero que esconde su rostro tras una extraña máscara y viste hárapos. Se trata de Simon Dark, un confuso personaje que se dedica a proteger a sus vecinos aunque no recuerde no recuerde el origen de su cuerpo cubierto de cicatrices y sus extraordinarios poderes. Y es que Simon Dark a pesar de sus buenas intenciones parece ser un muerto viviente que ha regresado a la vida solo para verse las caras con siniestras sectas ocultistas y asesinos en serie.
Steve Niles, que es en mi opinión uno de los guionistas más sobrevalorados del universo mainstream, en esta serie se arremangó la camisa para ofrecernos un interesante pastiche de géneros entre el superheroico y el terror localizando en la emblemática ciudad de Gotham a su antihéroe protagonista, un confundido Simon Dark que a pesar de sus buenas intenciones su apariencia es una amalgama de los slashers más icónicos del cine contemporáneo.
Con una máscara que recuerda la de Jason y una camiseta que envidiaría Freddy Krueger, Simon Dark realmente es un Eduardo Manostijeras zombi que transita confuso por el mundo de los vivos protegiendo a sus convecinos mientras se pregunta por su oscuro pasado. Simon Dark es un antihéroe perfecto, un jovencito frankenstein de buen corazón que lee atractiva literatura y vive en las ruinas de una Iglesia intentando entender el mundo que le rodea. Lo bien planteado que está el personaje protagonista – el mejor que ha aparecido en años en DC- es el que asegura buena parte del éxito de la trama ideada por Niles.
Más allá de su ubicación en Gotham, la serie no guarda especial relación con el Universo DC clásico y está más cercana con el género de Terror que con el superheroico, y especialmente con “El Cuervo” de James O’Barr con
el que guarda algunas características comunes. En este primer acto, Steve Niles plantea perfectamente los elementos y caracteriza a los arquetípicos pesonajes que acompañan a Dark para hacer atractiva su propuesta en una trama que aúna misterio y terror con sectas ocultistas movidas por misteriosos intereses de lo más entretenida. Niles que ha desarrollado la mayor parte de su carrera en el género del Terror hard mueve perfectamente los personajes para atrapar al lector en su red de misterios y mantenerle interesado en aclarar los múltiples misterios que rodean a todo el elenco de personajes que aparecen y se irán aclarando en las siguientes entregas.
En el aspecto gráfico, Scott Hampton cumple sobradamente con el empeño encomendado, dotando a la serie de una atmósfera oscura y opresiva con un toque de terror gótico y romántico que le sienta como anillo al dedo. Hampton practica un estilo hiperrealista y estático que se ajusta a la perfección con el ritmo cadencioso que el guión de Niles demanda.
En fin, el primer tomo de “Simon Dark” supera el desafío de hacernos olvidar que estamos ante una serie localizada en Gotham en la que no aparecen ni Batman ni sus acólitos por ningún lado, dejándonos con las ganas de saber más de su maltrecho protagonista y los misterios que le rodean. Y eso ya de por sí es todo un logro.