Ha publicado Norma –acompañada del armazón para construir una cajita en la que guardar toda colección, un detalle- el décimo TPB que reúne los números 45 a 50 de esta colección que, plagada de altibajos, llega a su conclusión siendo la irregularidad de este prestigio extrapolable al conjunto de la serie.
Mientras el alcalde Mitchell prepara el final de su mandato como alcalde de Nueva York, debe hacer frente a una antigua conocida que ha adquirido unos poderes parecidos a los suyos. Para ello, Mitchell deberá volver a enfundarse las mallas y surcar los cielos como La Gran Máquina para hacer frente a la mayor amenaza a la que se ha enfrentado.
Sinopsis reducidísima ya que no quiero espoilearle a nadie la traca final. Baste decir que Vaughan hace encaje de bolillos para cerrar todas las tramas que mantenía abiertas, algunas incluso desde el inicio de la serie, y mostrar que, a pesar de las malas ventas que obligaron a su conclusión precipitada, tenía ideas suficientes como para haber continuado con la colección por lo menos una veintena de números más. Solo adelantar que, curiosamente, Vaughan no se muestra especialmente amable con ninguno de los personajes principales incluido el protagonista y aunque la exposición de todas esas ideas resulta bastante precipitada sí que logra que el final resulte mordaz, irónico y entretenido.
En el aspecto gráfico, Harris realiza una labor más que correcta, especialmente en los primeros números para luego no alcanzar en los siguientes un acabado tan perfeccionado como nos tiene acostumbrado, quizás presionado por acabar con el proyecto.
“Fin del Mandato” no deja de certificar el quiero y no puedo que ha sido toda una serie que partía como uno de los proyectos más interesantes dentro del género superheroico en los últimos tiempos y que por distintos motivos (las ventas, los compromisos de Vaughan, etc.) no llegó a estar a la altura de todas las expectativas generadas. ¿Quién sabe? Quizás con los años se convierta en una serie de culto. Ya veremos.
Mientras el alcalde Mitchell prepara el final de su mandato como alcalde de Nueva York, debe hacer frente a una antigua conocida que ha adquirido unos poderes parecidos a los suyos. Para ello, Mitchell deberá volver a enfundarse las mallas y surcar los cielos como La Gran Máquina para hacer frente a la mayor amenaza a la que se ha enfrentado.
Sinopsis reducidísima ya que no quiero espoilearle a nadie la traca final. Baste decir que Vaughan hace encaje de bolillos para cerrar todas las tramas que mantenía abiertas, algunas incluso desde el inicio de la serie, y mostrar que, a pesar de las malas ventas que obligaron a su conclusión precipitada, tenía ideas suficientes como para haber continuado con la colección por lo menos una veintena de números más. Solo adelantar que, curiosamente, Vaughan no se muestra especialmente amable con ninguno de los personajes principales incluido el protagonista y aunque la exposición de todas esas ideas resulta bastante precipitada sí que logra que el final resulte mordaz, irónico y entretenido.
En el aspecto gráfico, Harris realiza una labor más que correcta, especialmente en los primeros números para luego no alcanzar en los siguientes un acabado tan perfeccionado como nos tiene acostumbrado, quizás presionado por acabar con el proyecto.
“Fin del Mandato” no deja de certificar el quiero y no puedo que ha sido toda una serie que partía como uno de los proyectos más interesantes dentro del género superheroico en los últimos tiempos y que por distintos motivos (las ventas, los compromisos de Vaughan, etc.) no llegó a estar a la altura de todas las expectativas generadas. ¿Quién sabe? Quizás con los años se convierta en una serie de culto. Ya veremos.