Es una idea arraigada que el género negro está de moda en el cómic actual y, aunque puede que sea cierto según la procedencia de los cómics en cuestión, yo soy más bien de la opinión que realmente nunca ha dejado de estarlo, apareciendo cada cierto tiempo nuevas obras que por su calidad refuerzan mi idea. Sin embargo, también es cierto que, por lo menos en nuestro país, hay autenticas joyas dentro del cómic negro que permanecen olvidadas y son prácticamente desconocidas por los aficionados actuales, salvo honrosas excepciones. Probablemente uno de los cómics de género negro de mayor calidad que permanecen inéditos en España a pesar del tiempo transcurrido desde su publicación inicial en la década de los ochenta sea el argentino “Evaristo”, guionizado por Carlos Sampayo y dibujado por el gran Francisco Solano López.
Originalmente publicada en las revistas “Superhumor” y “Fierro”, “el conjunto de 16 historias en blanco y negro que la componen narran los diversos casos en que se ve envuelto el comisario de la Policía Federal, Evaristo Meneses en el Buenos Aires de los años cincuenta y sesenta, donde lidiaba desde con bandas de pistoleros, asesinos en serie y hasta con leones escapados del zoo.
El guionista Carlos Sampayo quién ya venía demostrando su talento y conocimiento del género en la revolucionaria “Alack Sinner” junto a José Muñoz, en “Evaristo” adopta un tratamiento más convencional para adaptar al cómic las historias inspiradas en los casos del auténtico Evaristo Meneses, un policía real al parecer bastante popular en la Argentina de la época convertido en héroe de historieta, adelantándose en varias décadas por tanto en la idea al "RG" de Peeters y Dragon, aunque parece ser que el auténtico Meneses como estos no quedó muy contento con el resultado final. Sampayo, en algunas de las historias, se incorporaba a la historia como un personaje más al que el propio comisario Evaristo contaba sus casos y de un modo similar al que venía haciendo Montalbán en su serie “Carvalho” o Ed McBain en las novelas sobre el “Distrito trece” identifica fuertemente las historias con el lugar donde acontecen, el Buenos Aires de los años cincuenta y sesenta dándole un tono autóctono característico y renunciando a seguir los modelos impuestos por los populares cartoons norteamericanos de detectives e incorporando a algunas de las historias los componentes de crítica social y política tan característicos de su obra.
Si excelente es el trabajo del guionista, magnífico es el del dibujante, un Solano López probablemente en su mejor momento que da a la historia un empaque realista único dejando en evidencia a aquellos que le criticaban por ser un dibujante de “cabezas parlantes”.
Solano López se muestra como un perfecto dominador del claoroscuro, referenciando con todo detalle las localizaciones urbanas en las que se desarrollan la mayoría de las historias y un narrador sobrio que no renuncia a jugar con las perspectivas para dotar de mayor presencia visual a los personajes e incorporar a algunas de las historias un tono poético e imaginativo que raya con el surrealismo y que involucra de un modo original al lector.
“Evaristo” probablemente es uno de los mejores cómics negros de la historia del cómic y seguramente el mejor trabajo de ese monstruo del cómic argentino que fue Francisco Solano López. No estaría de más que alguna editorial española -001 Ediciones en su paralizada Biblioteca Solano López, por ejemplo – se animase a presentarla a los lectores españoles. Merece la pena reivindicarlo.