

La historia es bastante tópica. La madre de una chica víctima de un tiroteo entre bandas rivales alquila los servicios de Cage por cuatro cuartos para descubra quién mató a su hijita. Cage, que acepta el encargo por sus propios motivos, descubrirá que tras la guerra de bandas hay intereses ocultos de los que puede sacar buena tajada por lo que se pone a la labor.


Y precisamente el que realiza un encomiable trabajo es Corben que quizás sin la presión de la responsabilidad de versionar un personaje tan icónico como es La Masa redefine al nuevo Cage a la perfección. Corben retrata al renovado y chulesco Cage con acierto, jugando constantemente con la imagen deformada que devuelve en el espejo un personaje con más capas de lo que aparenta y lo sitúa en un entorno suburbial deprimido soberbiamente descrito que lo magnifica todavía más. Además, Corben juega y cuida al detalle los personajes secundarios caracterizándolos con brillantez y clavando especialmente al pandillero albino. Lo demás, pues acción, violencia y chicas monas en un tono blaxplotation que Corben refleja y ambienta con el talento que nos tiene acostumbrados desde hace casi cuarenta años y con un José Villarrubia que le entiende y magnífica como nadie.

“Cage” es un tebeo con más continente que contenido, visualmente impactante y con una historia que va quedándose cada vez en menos para acabar siendo una mera anécdota. Con todo, entretenido e indispensable para los admiradores del muchachote de Misuri. Que nos dure muchos años.