El gallego Manel Loureiro sorprendió a propios y extraños (creo que él mismo fue el primer sorprendido) saltando de las páginas de su blog a la publicación por todo lo alto de “Apocalipsis Z” protagonizando por derecho propio en nuestro país el nuevo “boom” que ha puesto todo lo Zombi de moda. Tras “Apocalipsis Z” a Loureiro le tocaba demostrar con “Los Días Oscuros” que lo suyo no había sido un producto de la moda y que él y sus zombis habían venido para quedarse en la siempre ninguneada literatura de terror patria.
“Los Días Oscuros” retoma las andanzas de los protagonistas de su anterior novela allá donde se quedaron con la variopinta partida de supervivientes encabezada por el entrañable picapleitos gallego llegando al último refugio de unas islas Canarias donde los escasos y divididos supervivientes intentan reorganizarse socialmente en un planeta invadido por los muertos vivientes. Tras un período de cuarentena, nuestros protagonistas se las prometen muy felices en Tenerife para descubrir que su sueño se va a poner en peligro cuando el nuevo gobierno los enrola en una misión que tiene como objeto volver a un Madrid atestado de muertos vivientes y recuperar del Hospital de La Paz un imprescindible alijo de medicamentos. Mientras unos intentan escapar de los zombis y recuperar las medicinas en la antigua capital, en Tenerife el resto de la familia desupervivientes ha de hacer frente a la brutalidad y maldad de un humano vivo que puede poner en peligro tanto sus vidas como el refugio seguro libre de muertos que es Tenerife.
Me ha gustado de esta segunda novela que Loureiro no ha caído en el error de intentar repetir la estructura más sencilla de su anterior novela y ha tenido la valentía, la ambición y la honradez para intentar ir más allá, proponiendo una estructura de tramas paralelas algo más compleja sin perder por el camino su estilo ágil y directo que le convierten en un autor idóneo para la literatura pulp. Con todo, no hay que olvidar estamos ante un autor en formación y se le nota cierta bisoñez a la hora de caer en la repetición de ciertos latiguillos reiterativos que acaban de resultar un tanto irritantes y en el planteamiento de unos personajes bastante planos y previsibles en sus comportamiento. A pesar de ello, Loureiro suple con habilidad unas carencias de las que parece ser consciente haciendo que el peso de la novela recaiga en el ritmo frenético de su desarrollo y en el imaginativo y adictivo planteamiento con que presenta la nueva sociedad española postapocalipis dispuesta a caer en los mismos errores del pasado que nos depara el malsano placer de descubrirnos como algunos políticos populares no sobrevivieron a la catástrofe.
Una novela con las que te lo pasas pipa de la primera a la última página.
Otras obras de Manel Loureiro en El lector impaciente:
“Apocalipsis Z”.
“Los Días Oscuros” retoma las andanzas de los protagonistas de su anterior novela allá donde se quedaron con la variopinta partida de supervivientes encabezada por el entrañable picapleitos gallego llegando al último refugio de unas islas Canarias donde los escasos y divididos supervivientes intentan reorganizarse socialmente en un planeta invadido por los muertos vivientes. Tras un período de cuarentena, nuestros protagonistas se las prometen muy felices en Tenerife para descubrir que su sueño se va a poner en peligro cuando el nuevo gobierno los enrola en una misión que tiene como objeto volver a un Madrid atestado de muertos vivientes y recuperar del Hospital de La Paz un imprescindible alijo de medicamentos. Mientras unos intentan escapar de los zombis y recuperar las medicinas en la antigua capital, en Tenerife el resto de la familia desupervivientes ha de hacer frente a la brutalidad y maldad de un humano vivo que puede poner en peligro tanto sus vidas como el refugio seguro libre de muertos que es Tenerife.
Me ha gustado de esta segunda novela que Loureiro no ha caído en el error de intentar repetir la estructura más sencilla de su anterior novela y ha tenido la valentía, la ambición y la honradez para intentar ir más allá, proponiendo una estructura de tramas paralelas algo más compleja sin perder por el camino su estilo ágil y directo que le convierten en un autor idóneo para la literatura pulp. Con todo, no hay que olvidar estamos ante un autor en formación y se le nota cierta bisoñez a la hora de caer en la repetición de ciertos latiguillos reiterativos que acaban de resultar un tanto irritantes y en el planteamiento de unos personajes bastante planos y previsibles en sus comportamiento. A pesar de ello, Loureiro suple con habilidad unas carencias de las que parece ser consciente haciendo que el peso de la novela recaiga en el ritmo frenético de su desarrollo y en el imaginativo y adictivo planteamiento con que presenta la nueva sociedad española postapocalipis dispuesta a caer en los mismos errores del pasado que nos depara el malsano placer de descubrirnos como algunos políticos populares no sobrevivieron a la catástrofe.
Una novela con las que te lo pasas pipa de la primera a la última página.
Otras obras de Manel Loureiro en El lector impaciente:
“Apocalipsis Z”.