lunes, 16 de septiembre de 2013

“Los Muertos Vivientes 18: Lo que viene después”, de Robert Kirkman y Charlie Adlard.




Planeta publica una nueva entrega de “Los Muertos Vivientes” - la décimo octava ya - que recoge los números 103 a 108 de la serie regular norteamericana, que no hace más que reafirmar que ocupando los muertos vivientes un papel meramente decorativo ya en la serie bien podría retitularse la serie de otro modo .

En esta nueva entrega, Rick y sus compañeros en la Comunidad de Alexandria han de plegarse a las exigencias del implacable Negan, un sociópata parlanchín que les obliga a pagar un tributo a cambio de protección a su grupo de Salvadores. Sin saber que Rick tiene un plan para acabar con Negan, y pesando que ha traicionado a la Comunidad, Carl se adentra solo en el territorio de los Salvadores para acabar con él, y vengar a su amigo Glenn.

No se puede decir que a Kirkman no le falte talento para reinventar la serie desde sus inicios enlazando subtramas y mantener pese al desgaste el interés convirtiendo lo que en principio era una historia de supervivencia  frente a la amenaza de los muertos vivientes que obligaba a la colaboración entre los escasos supervivientes en una historia de intriga y estrategia en la que el enemigo han dejado de ser los zombis para ser sustituidos por diversas comunidades distintas enfrentadas entre sí por los escasos recursos.

De este modo un tanto artificioso y estirado, Kirkman sigue siendo capaz de urdir subtramas atractivas y cliffhanger y macguffin efectivos, aunque cada vez más forzados, con los que mantener el interés del personal por unos personajes carismáticos (cada vez van quedando menos por cierto...) con los que el lector ha padecido durante más de cien números, aunque realmente la serie haya emprendido aparentemente un viaje sin retorno hacia ninguna parte. Por otro lado, Kirkman sigue siendo un maestro en mantenerse por delante del lector para que resulte imposible prever cómo resolverá la entretenida trama que se mantendrá mientras las ventas acompañen.

Lo que cada vez resulta más difícil de aceptar es el pobre apartado gráfico, con un Adlard esquemático y descuidado que merma con su pobre dibujo el atractivo de la trama y con sus bruscas transiciones no hace otra cosa que generar confusión en los lectores. Vengo reclamando desde hace tiempo que a la serie le hace falta un cambio de dibujante, pero como parece que este no se va a producir tendremos que seguir soportando la indolencia del dibujante actual.

En fin, “Los Muertos Vivientes” sigue y sigue por inercia más que otra cosa  y por lo visto,  tiene visos de continuar mientras las ventas aguanten sorprendiéndonos cada vez menos con cada nueva argucia que al agobiado Kirkman se le ocurra. Por el bien de todos, espero que la conclusión no se demore demasiado.