Motivos se le acumulan en los últimos años para el pataleo a Joan Navarro porque no es la primera vez que le ocurre ya que los de Random House han editado anteriormente otra obra de Giménez que permaneció en exclusiva en el catálogo de Glénat durante años como “Paracuellos”.
Sin embargo y, entendiendo el mosqueo de Navarro, quizás no estaría mal intentar analizar el tema fríamente para buscar las causas de que pase esto. En otra entrada, Joan Navarro señala que cuando llegó a Glénat modificó el modelo de contrato leonino importado de Glénat Francia que firmaban los autores ya que consideraba que los emolumentos que podía ofertar la editorial no se ajustaban a su entender a las obligaciones de esos contratos y no le parecía justo “esclavizar” a un autor de por vida por cuatro perras a su editorial.
Me parece un gesto que le honra pero de cuyas consecuencias probablemente imprevisibles en ese momento vienen estos lodos. Quizás en aquella época Navarro ni nadie pudo imaginar que una editorial mayorista como Random House iba a tener interés por incorporarse al raquítico mercado español del cómics aprovechándose en buena medida de la decisión de Joan Navarro.
La ausencia de esa exclusividad permitió a Random House proponerle a Carlos Giménez la nueva edición y este accedió. No creo que se pueda reprochar a Giménez ingratitud por intentar sin cortapisas legales que interfieran sacar el máximo provecho económico de su trabajo y Navarro parece pensar igual. Pero, tampoco parece acertada la acusación de falta de ideas a Random House por aprovechar una oportunidad que se les presentó.
Seguramente Joan Navarro tuvo, en su momento, la oportunidad de realizar ediciones integrales y de bolsillo de esas obras y por los motivos que fuesen no las hizo. No parece justo que se enfade porque otros las realizan con el consentimiento de los autores. Y quizás eso sea precisamente lo que más molesta a Joan Navarro, el no haber aprovechado esa oportunidad cuando dispuso de ella.
Estoy seguro que los integrales de Random House se venderán bien a pesar de no ser ediciones tan buenas como las de Glénat ya que están dirigidas a un público más popular que no le importa demasiado la calidad del formato y prefiere tener la obra completa a un precio más barato de lo que le costaría hacerse con las series álbum a álbum más allá de detalles como la calidad de la edición .Cuando Random House Mondadori no se había introducido en el cómic, Glénat era la única que fijaba el precio y la forma de editar esas obras y era la única beneficiaria de la única edición que existía sin competencia, ahora hay que competir y de ahí viene la queja. Sin embargo, la coexistencia de ambas ediciones no es una mala noticia ni para los aficionados, que podrán elegir entre dos ediciones y decidir cuál es la que prefieren con lo que seguramente la difusión de la obra sería mayor, ni para el autor, que podrá cobrar dos veces por un mismo trabajo.
La entrada de nuevas editoriales en el mercado del cómic ha cambiado seguramente las formas y las reglas del juego. Quizás Joan Navarro se enfada porque añora los buenos viejos tiempos pero a mí entender un aumento de competencia no ha de ser una mala noticia aunque obligue a todas las editoriales y no solo a Random House a avivar el ingenio y poner en practica nuevas ideas para mantener o aumentar su pedazo del pastel.
Con su experiencia y conocimiento en cuanto se le pase el enfado Joan Navarro destacará en ese sentido. Estoy seguro.