Ya he comentado más de una
vez qué poquito amigo soy de la política de megaeventos de las grandes
compañías mainstream que implican durante buena parte del año a las principales
cabeceras de cada editorial y sus “mejores” equipos creativos en una única
historia que generalmente acaba suscitando más voces críticas que aplausos. Un
cáncer que debe cuadrar las cuentas de resultados a la vista que año tras año
se repite y debe salvar la cara de los editores pero que creativamente enquista
un género que debería precisamente de hervir de ideas y explotar posibilidades.
Un último ejemplo de cómo un
megaevento afecta una serie lo hemos tenido con la ilusionante “Lobezno y la
Patrulla X” de Jason Aaron de la que ya comenté algo por aquí y cuyos cruces
con “VvsX” ha publicado Panini en los números 7 a 10 de la edición en grapa española. Una serie fresca
y divertida que curiosamente cierra un círculo de referencias interesante ya que adapta a la franquicia mutante las formas de la original “The Umbrella Academy” de Gerard Way, quién a su vez homenajea sin pudor a “La
Patrulla X” clásica de los Claremont, Byrne y Cockrum. Sin embargo, las buenas ideas y ganas que
Aaron ha mostrado hasta el momento en la serie han quedado apartadas para hacer
hueco a los cruces con el dichoso megaevento de “Los Vengadores VS La
Patrulla-X” del que ya escribí por aquí.
Los chicos de la Academia de
Lobezno han de tomar partido cuando ven que buena parte de su profesorado parte
a pelear a favor o en contra de Cíclope y los suyos y contra los Vengadores.
Mientras Lobezno anda apoyando a los Vengadores e intentando evitar que el
Fénix posea a Hope, la mesias mutantes, Rachel Summers intenta rastrearla a instancias
de Cíclope y los suyos para protegerla. Por otro lado, Guardián, el emperador shi’ar, ha llegado a la Tierra
para intentar salvar a su díscolo hijo
que se ha unido a la lucha. Mientras unos y otros andan a la gresca,
Kitty Pryde que se ha encargado al frente de la Escuela intenta mantener la
normalidad de las clases aunque esa quizás sea la tarea más compleja de todas.
Aparcados obligatoriamente
sus planes para la serie para embarcarse como coautor en “Los Vengadores VS La
Patrulla X”, Jason Aaron ha hecho de la necesidad virtud y ha aprovechado para
profundizar en los orígenes y el tratamiento de buena parte de los personajes
que aparecen en la serie, ya sea como héroes o villanos. De este modo, Aaron
profundiza en el cambio de actitud de Kitty Pryde en lo que se refiere a su
relación con Coloso, descubre cuál es la función de Doop en la Escuela y perfila los orígenes de algunos de las
nuevas creaciones llamadas a ir asumiendo progresivamente mayor protagonismo
como son Ave de Guerra o los niños que conforman el nuevo Club Fuego Infernal
sin olvidar incorporar la consabida y superficial dosis de tortas necesaria
para conectar con el nivel superficial de los acontecimientos narrados en
“VvsX” para acabar con un escalofriante cliffhanger con el que retoma sus ideas
para la serie.
Como no hay dos sin tres, en
el aspecto gráfico, al estupendo trabajo realizado por Chris Bachalo y Nick
Bradshaw se une el mexicano Jorge Molina que es capaz de mantener el estilo
cartoon y caricaturesco de la serie. Como curiosidad y delicatessen, el
episodio protagonizado por Doop ha sido dibujado por el gran Michael Allred, el
creador del personaje, quién reinterpreta con su particular estilo a la mayor
parte de los personajes y da rienda suelta a toda su imaginería pop en una
estupenda parodia.
En fin, lo de los
crossoevers de los megaeventos es una faena, pero al menos Aaron ha sabido
capearlos e incluso salir bien parado sacando provecho de la circunstancia para ofrecer un conjunto de historias que sin estar a la
altura de los primeros arcos de la serie han servido para cimentar su proyecto. Esperemos que, tras este paréntesis, a
partir de ahora venga lo realmente bueno.