lunes, 31 de agosto de 2009

“La extraña historia de la Isla Panorama” de Suehiro Mauro.

Junto a Junji Ito e Hideshi Hino, Suehiro Mauro conforma la gran triada del manga de terror. Desde que se dio a conocer en España con “La sonrisa del vampiro”, Mauro ha cosechado alabanzas y premios por doquier y su obra suele ser alabada por parte de la crítica. Sin embargo, con la aparición de su última obra, “La extraña historia de la Isla Panorama” editada por Glénat, creo que hemos pinchado en hueso.

En esta obra, Mauro adapta una novela de principios de siglo pasado de Ranpo Edogawa, padre de la novela policíaca japonesa del mismo título, narrándonos la historia de Hirosuke Hitomi, un oscuro y mediocre escritor obsesionado con hacer realidad sus ensoñaciones sobre el paraíso terrenal. Cuando Hitomi se entera de la muerte de su antiguo compañero de estudios, el acaudalado Genzaburo Komoda, con el que guarda un extraordinario parecido, decide suplantarlo para aprovechar su fortuna y hacer realidad su sueño. Sin embargo, Hitomi no lo tendrá fácil en su objetivo ya que, aparte de simular su propia muerte y deshacerse del cuerpo de Komoda, deberá convencer a todos los que conocieron a su viejo amigo, incluida su mujer, la bella Chiyoko. ¿Logrará Hitomi su objetivo y logrará construir su particular Paraíso Terrenal o será desenmascarado? Tendrán que leerse el cómic para averiguarlo.

Nadie puede discutir a estas alturas de la fiesta las excelencias de Mauro como dibujante. Es junto a Taniguchi el dibujante de trazo más limpio y perfeccionado de todo el cómic japonés. Un dibujante preciosista y detallista, culto y refinado que incorpora en sus obras todo tipo de referencias que hacen las delicias de sus cultos seguidores. Sin embargo, en esta última obra, Mauro se olvida que incluso el más bello dibujo, en cómic, debe estar al servicio de la narración dejándose llevar por su maestría y abandonando la narrativa, que se vuelve confusa en demasiadas ocasiones, o el tratamiento de los personajes. No conozco la obra original, pero la adaptación de Mauro da la sensación de ser demasiado lineal y plana para tratarse de una historia de intriga, no logrando en ningún momento atrapar al lector más allá de la admiración por los bellos dibujos de un Mauro que parece cada vez más volcado en su vertiente de ilustrador y pintor que por la de autor de cómics. En esta ocasión, la historia se convierte en una mera excusa para que el autor dibuje lo que le apetece en forma de homenaje a grandes de la pintura, desde El Bosco hasta pintores simbolistas como Böcklin o Waterhouse, con la excusa de la recreación de ese paraíso terrenal ideado por el protagonista, y obviando la importancia de la trama. Aparte de las mencionadas referencias, hay muchas más que sus lectores podrán descubrir, algunas de las cuáles son recogidas en el excelente artículo de Clara Arévalo, convirtiéndose esa “caza de la referencia” en el principal atractivo de la relectura de la obra.

En definitiva, “La extraña historia de la isla Panorama” decepcionará a aquellos que busquen una entretenida obra de intriga o el terror macabro y exquisito de sus otras obras, en esta ocasión bastante edulcorado, siendo sólo recomendable para aquellos que pretendan disfrutar de su armonioso y pulcro dibujo más allá de la obra en su conjunto. La edición de Glénat bastante buena.

Jim Starlin tiene razón.

Entrevistador: Es decir, que utilizas esa ambientación (de ciencia ficción) para hablar de temas muy humanos, incluso de gente real.

Jim Starlin: Sí. Cuando en la década de los setenta empecé a dibujar Capitán Marvel, por ejemplo, podíamos dibujar naves espaciales mejor de lo que podían hacerlas en las películas durante algún tiempo. Ahora no podemos competir con películas como Star Wars, son mucho más espectaculares. Así que básicamente si no tienes una historia, si no cuentas algo sobre las personas, intentar arrastrar a los lectores al espacio exterior es perder el tiempo. En la mayoría de los casos no tengo problemas con eso porque casi todas mis historias son sobre personas y todo lo referente al espacio es simplemente ambientación. Tengo una regla cuando escribo: el personaje principal tiene que pasar por algún tipo de transición a lo largo de la historia. Tiene que cambiar su forma de pensar sobre algo o aprender alguna cosa. De otro modo sólo es una pelea y una pelea no es una historia, tiene que haber una transformación de algún tipo.

(Extracto de una interesante entrevista realizada a Jim Starlin por David Caro en 2005 para Tebeosfera y que pueden leer completa aquí. Leyéndola se advierte que Starlin tiene las ideas muy claras respecto a las distintas vertientes de su trabajo, como creador y como ejecutivo. Un tipo inteligente más allá de lo controvertido de algunas de sus decisiones para el fandom).

viernes, 28 de agosto de 2009

“Café Budapest” de Alfonso Zapico.



Tuve durante demasiado tiempo en la pila de pendientes este tebeo y una vez leído, he ido demorando tanto comentarlo que casi me pilla el toro y coincide con la publicación por Dolmen en España de la primera obra del asturiano Alfonso Zapico, publicada originalmente en Francia, “La Guerra del Profesor Bertenev”. Así que no lo demoro más porque tampoco hay razón para ello ya que se trata de un tebeo interesante y destacable que nos da a conocer a un autor completo con suficientes recursos como para mantener el interés del lector durante las 168 páginas del cómic correctamente editado por Astiberri.

Zapico nos cuenta el peregrinar de Yechezkel Damjanich, un joven violinista judío que tras la II Guerra Mundial, decide emigrar, junto a su deprimida madre, de la pobreza de su Hungría natal a Palestina, donde la oveja negra de la familia, el tío Yoséef Nagy y su esposa regentan un Café, el Café Budapest. Una vez en Jerusalem, Yechezkek y su madre son bien recibidos por su tío, un judío poco ortodoxo que tuvo que exiliarse debido a su participación en disturbios políticos en Hungria y pronto el joven violinista se dejará seducir por su personalidad y por los encantos de un país donde conviven pacíficamente las tres grandes religiones. Asistimo a como Yechezkel va madurando como persona, descubriendo el amor y los oscuros secretos de su familia, al tiempo que se convierte en testigo de primera mano de los hechos históricos que llevaron a la paulatina descomposición de la coexistencia pacífica entre árabes y judíos y la creación del estado de Israel. Pero si se quieren enterar de todo esto tendrán que leer el tebeo.

Café Budapest” es la carta de presentación de Zapico en España, una obra en la que se muestra como un hábil narrador que va entremezclando con habilidad distintos registros con los que captar el interés del lector. Por un lado, asistimos a la historia y evolución del personaje principal, del joven Yechezkel Damjanich, personaje que a mí me ha recordado poderosamente al Adrien Brodhy de “El pianista”; por otro, al relato costumbrista centrado en el Café Budapest, regentado en Jerusalem, por la familia de Yechezkek donde Zapico va desgranando los secretos familiares y la historia de los parroquianos habituales del Café, captando la atmósfera de esos pequeños cafés “con encanto” donde todo el mundo es bienvenido más allá de su procedencia. Zapico contextualiza con habilidad la intrahistoria de unos personajes bien construidos y con los que resulta fácil empatizar con la historia del nacimiento de Israel, sincretizando hábilmente en busca de una habilidad–a pesar de algún gazapillo-, unos hechos históricos realmente complejos y, convirtiendo la obra, en un auténtico testimonio de cómo los acontecimientos sobrepasan a las personas y sus aspiraciones.


Es curioso que Zapico me recuerde en su dibujo a autores norteamericanos como Alex Robinson, o Joe Matt, con los que comparte el gusto por el way of life, o con mi admirado Jason Lutes y su “Berlin” en su cuidada documentación a la hora de reflejar el entorno y las localizaciones en las que se mueven los personajes y que dotan de verosimilitud a la historia. No es posible evitar tampoco mencionar como inevitable referente de esta obra el “Maus” de Spiegelman con la que también comparte ciertas preocupaciones de contenido. Resultan curiosas estas referencias de autores norteamericanos con claras infuencias de la historieta europea en cuanto que Zapico se confiesa admirador del cómic francobelga aunque ya saben que la vida da muchas vueltas. Zapico se muestra en la obra como un autor con recursos usando muy sabiamente la composición de la página para mostrar las barbaries cometidas por uno y otro bando y recrear la creciente tensión en Palestina.




En fin, “Café Budapest” es una obra muy recomendable de un autor a seguir y del que hay que esperar grandes cosas en el futuro. Prometo no demorarme tanto en la lectura de sus próximos proyectos. Si acaso, entonces se lo cuento.


Aquí, aquí, aquí y aquí tienen otras opiniones de gente que sabe sobre esta obra y desde aquí pueden acceder al blog del autor.

jueves, 27 de agosto de 2009

“Un pueblo blanco. El bar del barbudo”, de Tomeu Pinya.

Si tuviera que definir con una sola palabra la primera obra del mallorquín Tomeu Pinya editada recientemente en la nueva línea Forum de Planeta es amable. Y es que “Un pueblo blanco. El bar del barbudo” es un tebeo que desprende buenrollismo, narrado con un desparpajo propio de un autor con una mayor trayectoria.

Alrededor del bar del barbudo Rafa se van desarrollando distintas historias, las de sus clientes y las de sus amigos, que el optimista y bonachón protagonista nos va contando con la complicidad intimista que sólo ofrecen los camareros tras la barra a sus parroquianos. Historias cercanas de escritores en busca de inspiración, profesores con aspecto de león, magos vagabundos y ancianos colombinos que se intercalan y conforman la del protagonista, la de Rafa el barbudo que regenta el bar del pueblo que sueña con la mujer perfecta, Sherezade, mientras ofrece comida y bebida a cambio de buenas historias y se deja llevar por los libros que lee y las historias, las vidas, de los que le rodean.

Tomeu Pinya nos ofrece en su primera obra larga una galería de personajes entrañables, captando la esencia de los pueblecitos mediterráneos ideales en los que se vive –o vivía, que todo se va perdiendo- de puertas para fuera. Pinya construye con sus personajes historias teñidas de realismo mágico con reminiscencias a Vargas Llosa o Saramago, al cine de Nanni Moretti o a películas como “El cartero y Pablo Neruda”. Pinya se nos descubre como un narrador ágil que no se complica la vida y sigue la línea de autores actuales como Frederick Peeters, Lewis Trondheim, Joan Sfar o nuestros Max o Paco Roca, ganando soltura y confianza conforme la historia, estructurada como un conjunto de relatos breves amalgamados en torno a la del protagonista del bar, avanza, permitiéndose dejar sus particulares homenajes a grandes maestros del cómic como Toppi, Pratt o Meziéres, en los que demuestra una versatilidad estilística que no desentonan con el estilo general de la obra aunque en el tramo final de la misma acuse cierta dispersión.

Primeros pasos esperanzadores de un autor en busca de un estilo propio con argumentos técnicos suficientes para mostrarlo en proyectos más ambiciosos. De momento, en“Un Pueblo Blanco. El bar del barbudo” muestra amor por el medio y por la vida en una historia sencilla que te deja con una sonrisa en la boca. No es poco. La edición de Planeta correcta y a un precio asequible.

Trailer de “Inception” de Christopher Nolan



Christopher Nolan se hizo una reputación exquisita con la fantástica “Memento” y se vulgarizó –lo que tampoco estuvo realmente tan mal viendo los resultados- con sus versiones de Batman. Ahora con esta nueva película, “Inception”, parece volver a sus orígenes con una historia de ciencia ficción psicológica, con crímenes y las vueltas y revueltas que se producen en la mente humana. Cuenta en el reparto con gente interesante como di Caprio, Marion Cotillard, que parece que está pisando fuerte en los USA, Ellen Page y Michael Caine.

En el trailer no se ve mucho y, de la película que se estrenará en Julio de 2010, tampoco se sabe mucho más de lo que les cuento. Habrá que estar atentos que Nolan es mucho Nolan.

miércoles, 26 de agosto de 2009

“Enemigos Públicos” de Michael Mann.

Una cosa buena de tener un blog es que puedes testear tus propias rutinas y ver como van cambiando con el tiempo. De este modo, compruebo que hace casi dos meses que no pisaba una sala de cine, algo inconcebible en alguien que acudía regularmente una o dos veces por semana a dejarse los dineros en pos del noveno arte. Será que me hago mayor o, más bien, que en este tiempo no han estrenado nada que realmente me apeteciese ver hasta “Enemigos Públicos”.

Enemigos Públicos”, una película que no engaña y que falta de aportar grandes novedades argumentales a un género tan sobreexplotado como el de los “gangsters” – la misma historia de Dillinger fue rodada con bastante acierto por John Millius en una película homónima de 1973- el director Michael Mann (“Heat”, “Miami Vice”, “Collateral”, “El último mohicano”) innova técnicamente a través de la utilización de cámaras digitales y echándose la cámara al hombro para acercarse de una manera a la que estamos poco acostumbrados a este tipo de historias. El resultado es una película entretenida e inteligente que sabe mantener al espectador durante las más de dos horas de acción de la película pendiente de la pantalla aun cuando, como es el caso, conozca de antemano los hechos narrados, disfrutando además de las estupendas interpretaciones de todo el reparto, encabezados por unos excelentes Johnny Depp (“Sweeney Todd”), Marion Cotillard y Christian Bale (“The Dark Knight”).

La película a pesar de centrarse en la figura de Dillinger, quien durante los años posteriores a La Gran Depresión se convirtió en el enemigo público número uno, tiene una voluntad más ambiciosa que se desprende desde el mismo título, la de retratar la época de los grandes ladrones de bancos, los enemigos públicos de Estados Unidos, que sirvieron de puente entre los grandes forajidos del Far West (Butch Cassidy, Sundance Kid, etc.) al Crimen Organizado de los grandes popes de la Mafia, como Al Capone y Lucky Luciano, que fascinaron a las clases medias y han quedado grabados en el imaginario colectivo gracias al cine, la literatura o el cómic. Tipos como Baby Face Nelson, Pretty Boy Floyd o el mismo John Dillinger que trajeron en jaque a la policía y obligaron a cambiar la legislación y crear el famoso FBI encabezado por el ambicioso y despiadado Edgard Hoover y su mejor agente, el implacable Mervin Purvis.

Michael Mann, apoyado en un inteligente guión, sabe captar con su buen sentido del ritmo, la amplitud de objetivo y prescindiendo prácticamente de los planos fijos la esencia de la época y la trepidante vida de unos tipos nerviosos, siempre perseguidos y que apuraban cada segundo de su existencia como si fuese el último. De este modo, la película va creciendo conforme van sucediéndose los tiroteos, persecuciones y asesinatos, rodados con la maestría que Mann viene demostrando en estos menesteres desde la espectacular “Heat”, película esta que sirve en su estructura de modelo a “Enemigos Públicos”, manteniéndose esta en los momentos más pausados que solían coincidir con las cuitas amorosas de Dillinger (Jhonny Depp) y su chica (Marion Cotillard) o las investigaciones policiales de Purvis (Christian Bale) y los tejemanejes de Hoover (Billy Cudrup) gracias al buen hacer de todos los actores que los encarnan y que salvan con sus excelentes interpretaciones las inconsistencias que la amplitud temática de la película provoca.

Me gustaría destacar algo que no se suele hacer, la dirección artística, y la excelente elección de los actores secundarios que encarnan tanto a “gangsters” como a policías, quienes a base de sobrias y comedidas interpretaciones saben transmitir la idea de que estamos ante tipos duros que se respetan a pesar que las circunstancias les hayan situado en distintos lados de la Ley.

A nivel interpretativo, Johnny Depp (“Piratas del Caribe”) demuestra su habilidad para hacer creíble cualquier papel logrando incluso que a la película se la pueda achacar una excesiva fascinación romántica hacia la figura del “gangster” que en realidad no existe (si acaso a la figura de Dillinger o la interpretación que de ella hace Depp que no es lo mismo), haciendo atractivo y despertando las simpatías del espectador hacia un forajido como Dilliger, y encontrando buena respuesta en el hierático Christian Bale (“Terminator Salvation”) que borda su interpretación del estricto agente Purvis y en la guapa Marion Cotillard, quién defiende su papel de mujer florero del “gangster” con sutileza y solvencia en todas sus escenas en un papel que la permite mostrar distintos registros y al que llena de contenido.

La película guarda una última sorpresa. Un magnífico momento de “cine dentro del cine” que no les voy a destripar pero que resulta muy bien traído a la historia cerrando el círculo con brillantez entre los primeros momentos del género y su última gran aportación, “Enemigos Públicos”, que está destinada a ser una de las mejores películas del año.

Trailer de “The Wolfman”.



Otro trailer que augura cosas interesantes y que esperaba con interés es el de la versión del hombre lobo de Joe Johnston con Benicio del Toro, Anthony Hopkins y Emily Blunt. En principio, me parece que han acertado plenamente con la atmósfera neblinosa de la película y ese aire romántico que tiene. De la transformación en lobo se ve más bien poco pero lo que se ve está bien sin demasiados efectismos. Da la sensación que se han hecho las cosas con cabeza y tienen una historia que contar, aunque a grandes rasgos ya nos la hayan contado muchas veces.

Una película a seguir con un del Toro que siempre se muestra solvente que debe ser bien secundado por el veterano Hopkins que siempre cumple y por la atractiva Blunt. Me apetece aunque haya que esperar hasta febrero del año que viene para verla en salas.

martes, 25 de agosto de 2009

“Criminal 4: Mala Noche” de Ed Brubaker y Sean Phillips.

Una espectacular pelirroja de cara ajada y mirada insinuante te mira mientras apenas se tapa la desnudez con una sábana arrugada agarrada con una mano mientras que con la otra crispada muestra una automática cargada. ¿Quién puede resistirse a la tentación? Ese es el motivo elegido por el dibujante Sean Phillps para la potada del TPB de la cuarta novela gráfica de la serie “Criminal” en la que, junto al omnipresente Ed Brubaker, realizan un pormenorizado repaso al género negro, basándose en un respetuoso respeto a sus convenciones y reglas.

En esta cuarta entrega, asistimos a la desventurada historia de Jacob, un gris dibujante de una tira de cómics de escaso éxito, que en el pasado fue acusado de la muerte de su esposa. Jacob no ha superado el trauma de la acusación ni los malos tratos sufridos cuando todavía le creían culpable del asesinato y sólo encuentra desahogo en la realización de su tira cómica, Frank Kafka, en la que a través de un detective privado parodia a la policía en general y al detective que llevó su caso, el agente Starr. Sin embargo, la monotonía en la vida de Jacob se rompe cuando conoce a Iris, una espectacular pelirroja de la que se enamora locamente y a su maltratador novio Danny, quiénes obligarán a Jacob a volver a enfrentarse con un pasado delictivo que creía enterrado. A partir de ese momento, los hechos se precipitan y Jacob se ve inmerso en una historia de chantaje y venganza en la que nada es lo que parece y de la que seguramente no va a salir bien librado. Si quieren saber como acaba la cosa tendrán que leerse el tebeo.

La cuarta entrega de “Criminal” nos permite reencontrarnos con el admirable talento de Brubaker y Phillips para la creación de personajes perdedores y atormentados, victimas de un destino fatalista al que no pueden hacer frente. En ese sentido, Brubaker caracteriza perfectamente a los personajes y sus motivaciones logrando que en esta ocasión disimulen la endeblez de una trama más forzada que en anteriores entregas de la serie y que parece una mera excusa para la presentación de dos personajes tan fantásticos como el insomne Jacob Kurtz y la espectacular femme fatale, Iris, y su particular homenaje a las tiras de prensa clásicas. En la historia ideada por Brubaker no hay detalles dejados al azar y todos encajan para ofrecer un final sorprendente al que quizás en esta ocasión quizás le haya faltado un punto de tensión dramática a una historia bien resuelta a pesar de su complejidad y sus constantes revueltas. En esta entrega, además, el equipo artístico realiza su particular homenaje a las tiras de prensa clásicas en general, y a “Dick Tracy” de Chester Gould, personaje del que el protagonista de la tira dibujada por Jacob, Frak Kafka, es un claro homenaje, homenaje que en manos de Brubaker y Phillips no queda en lo anecdótico sino que se convierte en un elemento clave para la historia.

En el aspecto gráfico, seguimos disfrutando de la sobriedad de ese magnífico narrador que es Sean Phillps. Phillips ha ido sintentizando a lo largo de la serie la esencia de cómo hay que dibujar un cómic de serie negra, centrándose en lo esencial y dejando de lado toda superficialidad, obvia los detalles innecesarios y se pone al servicio de la historia, logrando transmitir la angustia opresiva del insomne Jacob. Cuando las convenciones del género señalan que lo suyo hubiera sido optar por el clásico blanco y negro Phillips se arriesga incorporando el color a las historias de esta serie, acertando plenamente en sus decisiones y logrando que los colores oscuros y tonos sucios transmitan toda la sordidez de las ambientaciones ideadas por Brubaker.

En definitiva, quizás esta cuarta entrega de “Criminal” no me haya parecido personalmente tan redonda como algunas de las anteriores pero aun así estamos ante un cómic de gran nivel que ningún aficionado al género negro debería perderse. El que avisa no es traidor.

La edición de Panini bastante correcta se complementa con un artículo sobre el fenómeno de la temporada, la saga “Millenium”, que por desfasado no me parece reseñable salvo que no conozcan la serie.

Más “Criminal” en El lector impaciente:

Cobarde”.
Lawless”.
Los muertos y los moribundos”.

Trailer de “Avatar” de James Cameron.



Es lo que tiene Agosto, que uno se escaquea cuatro días a remojarse el culete en la playita y sacan el trailer más esperado de los últimos diez años a traición.

Ya habrán adivinado que estoy hablando de “Avatar”, la esperadísima nueva película de James Cameron, en la que llama la atención la minuciosa recreación que se ha montado de un exuberante mundo alienígena, a base de una tecnología que, según nos venden los de marketing, ha tardado diez años en desarrollar (RCS se llama la cosa).

Vistos el trailer, la espera parece haber merecido la pena, con unos efectos especiales deslumbrantes y carísimos (creo que el coste de la película está en torno a los 200 millones de dólares) que no sé si justificarán la historia de ciencia ficción que Cameron nos quiere contar que a mí, a grades rasgos me recuerda “Bailando con lobos” pero en clave de ciencia ficción (Un marine parapléjico llega al planeta Pandora, integrándose en la civilización local proyectando su mente en un avatar. Cuando empiezan los conflictos con los terrestres el protagonista, enamorado de una alien, se pone del lado de estos…).

El trailer ha logrado su función. Crear expectación y dudas en el personal respecto a una película que habrá que ver en pantalla grande y cuyo punto fuerte sea el derroche visual y de medios que Cameron ha llevado a cabo. De aquí a Diciembre la promoción va a ser brutal así que armense de paciencia y procuren no hartarse de la pelicula antes de tiempo. Si acaso a mediados de Diciembre salimos de dudas…

lunes, 24 de agosto de 2009

Superman existe…

…Y es jamaicano. Se llama Usain Bolt y no hace más que pulverizar records en atletismo que se suponía iban a tardar décadas en poder superarse. Bolt, según dicen los que saben de atletismo, tiene cuerda para rato y preside el selecto club de los deportista adelantados a su tiempo, en el que también se encuentra en estos momentos un tal Michael Phelps. ¿Todo se debe a genetica y entrenamiento o hay algo más? Ni idea, pero hasta que se demuestre lo contrario, Superman es jamaicano. Lo siento, Clark.

jueves, 20 de agosto de 2009

José Luis Cordoba, The times they are a-changing.

¿Os acordáis de aquellos tiempos en que el que más o el que menos teorizaba y comentaba en los mentideros de las librerías sobre cómo iba la industria del cómic?¿ Si tal empresa ganaba más o tal empresa ganaba menos en función a lo que nos costaban los tebeos y como hacíamos terapia colectiva despotricando cada vez que había una subida de precios sangrante que auguraba la crisis del sector?¿Os acordáis cuando la tecnología evolucionó y se trasladaron a la blogosfera todo tipo de teorías especulativas donde con más o menos elaboración explicaban los movimientos de las editoriales algunas de las cuales no le hubiera importando firmar a algún astuto broker económico?¿Os acordáis lo bien que nos lo pasábamos? Pues olvidadlo, porque los tiempos están cambiando y José Luis Córdoba, editor en jefe de Panini no sabemos si por la bajada de trabajo que se produce durante Agosto que le ha proporcionado tiempo libre, por estar de vacaciones y se aburría o por dar algún toquecito a algún competidor pero, sin embargo, amigo (Joan Navarro) y a los blogueros sobrados, ha roto el tabú y se ha explayado a gusto aquí, aquí y aquí desvelando algunas cifras sobre su editorial y sobre como funciona el negocio de los cómics.

Poca repercusión me parece han tenido sus artículos más allá de los lúcidos análisis de algún bloguero de guardia o los apuntes de este otro, quizás debido al momento de aparición con media blogosfera de vacaciones y con la otra media que, en realidad, tampoco anda muy interesada en estas cuitas más allá del pataleo cuando nos aprietan la cartera. Yo que soy más de estos segundos, no voy a entrar en debates porque creo que José Enrique y Vic lo explica cristalino pero no quiero dejar de felicitar a Córdoba por dar este paso tan sorprendente y que sólo me explico por lo pequeño de la industria y lo cerrado de la misma en la que los aficionados siempre hemos jugado a editor siguiendo den cerca los movimientos de las editoriales. Que una voz autorizada salga dando datos a los clientes sobre como funciona su negocio y las tiradas se agradece por lo inusual y sólo encuentra parangón en el ámbito lúdico deportivo cuando sale Valdano o Florentino en las televisiones explicando las maravillas del fichaje de CR9 y Kaká.

Espero que una vez roto el hielo, Córdoba, Navarro y demás voces autorizadas sigan molestándose en aportar información para que todos veamos la luz y se llegue al paso definitivo que será la publicación de las cuentas. De momento, Córdoba se merece que le dediquemos una canción. Enhorabuena, campeón.

Bob DylanThe times they are a-changing


miércoles, 19 de agosto de 2009

“Scalped 3: Madres Muertas” de Jason Aaron y R.M Guéra.

Una buena noticia ha sido la aparición del tercer prestigio de la que es la mejor serie Vertigo del momento, “Scalped”. En esta nueva entrega, que reúne los números 12 a 18 de la edición regular, ambientada en la deprimente reserva india de Prairie Rose se da una nueva vuelta de tuerca a la particular caída en los infiernos del agente infiltrado Dashiell Caballo Terco, centrándose Aaron en explorar las consecuencias y reacciones que produce en los personajes la desaparición de Gina Caballo Terco.

Caballo Terco continúa con su trabajo de infiltración en la red mafiosa del jefe Lincoln Cuervo Rojo, cada vez más presionado por el vengativo agente especial Nitz quien pretende que incrimine a Cuervo Rojo en el asesinato de su madre por cualquier medio, y abandone la investigación del asesinato de una prostituta drogadicta en la que el principal sospechoso es Diesel, un supuesto indio que en realidad es otro agente del FBI infiltrado en la reserva. Mientras tanto, Cuervo Rojo, principal sospechoso a los ojos de todos de la muerte de Gina, se encuentra presionado por sus peligrosos socios chinos, los Hmongs, en el ruinoso negocio del casino quienes han mandado un emisario, el siniestro Sr Brass, a poner orden en sus asuntos. Cuervo Rojo intenta descubrir quién acabó realmente con la vida de su antigua amante, encargándole la investigación a uno de sus principales enemigos en la reserva, el incorruptible –y ya recuperado- agente Caído. ¿Resolverá Caballo Terco alguno de los crímenes o no soportará tanta presión? ¿Colaborará el agente Caído con Cuervo Rojo? Tendrán que leerse el cómic para saber algo más.

Jason Aaron sigue con pulso firme el desarrollo de este espectacular thriller crepuscular que en mi opinión es uno de los mejores hard boiled de todos los tiempos si continúa a este nivel. Aaron nos propone una vez más un cómic intenso, cruel y violento que se sustenta en el desarrollo de unos personajes excesivos, oscuros y contradictorios, y unos diálogos secos e inolvidables que se graban a fuego en el lector. Es tal la fuerza de la historia pergeñada por el guionista que todos los personajes tienen su momento de gloría y su importancia en la trama sorprendiéndonos en cada tomo con nuevos matices que ayudan a enriquecer un cómic fascinante en el que la tensión no decae sino que se acrecienta número a número. En esta ocasión, Aaron estudia el impacto de la muerte de un personaje tan importante en la obra hasta el momento como Gina contraponiéndolo con la muerte de la prostituta drogadicta y la distinta reacción ante sus asesinatos de sus respectivos hijos, contraponiendo la sed de venganza del pequeño Shelton frente al frío rechazo de Dash. La historia alcanza su clímax con la muerte del pequeño que se convierte en una muesca más en la carrera de fracasos del perdedor Caballo Terco al que el despiadado Aaron niega cualquier tipo de redención. Aparte del arco argumental “Madres Muertas”, el tomo incluye dos episodios autoconclusivos a modo de prólogo y epílogo en los que Aaron establece pausas en la trama principal para profundizar en la psicología de los personajes.

Si destacable es el trabajo de Aaron meritoria es la labor del serbio R.M. Guéra un dibujante que sabe dar con la nota opresiva justa en todo momento a través de un estilo de figuras de contornos difuminados y expresionista, en el que predominan los tonos ocres y apagados que reflejan la suciedad de la vida en la reserva y de los personajes que la pueblan. Guéra se luce, sin dejar por ello de mostrarse como un narrador solvente que sabe trasladar a dibujos todas las ideas pergeñadas por Jason Aaron, con el que forma uno de los mejores tándems creativos del actual panorama americano.

Mención aparte merecen las estupendas portadas de estos números realizadas por Jock y el dibujo de los numeros autoconclusivos realizados por Paul John Leon y Davide Furnó, que cumplen sobradamente.

En fin, mordiéndome las uñas quedo a la espera de nuevos capítulos de este fantástico cómic. Esperemos que no se demoren demasiado.

Más “Scalped” en El lector impaciente:

Nación India
Casino Boggie
”.

martes, 18 de agosto de 2009

“Pluto 2” de Naoki Urasawa.

Todavía están a tiempo, si no han comprado el primer tomo de no hacerlo. No lo hagan si quieren evitar perder espacio en sus librerías, dineros de sus bolsillos y llevarse –probablemente- un monumental mosqueo con el autor y su dificultad a la hora de dar finales dignos a sus historias. Si se hicieron con el primer tomo ya da igual lo que les diga porque estarán atrapados por la habilidad de Urasawa para crear tensión a base de muy pocos elementos, con una sutileza que hace que parezca sencillo y le ha convertido en el auténtico “mago del suspense” del cómic internacional.

En este segundo volumen, prosigue la investigación de Gesitch de los misteriosos asesinatos en serie de róbots y personas en distintos puntos del planeta. El inexpresivo robot detective va interrogando y avisando a las potenciales víctimas y Astroboy se incorpora a la investigación al tiempo que otro de los robots es destruido por el misterioso asesino. Al mismo tiempo, el presidente Alexander inicia su segundo mandato y Gesitch descubre que su chip de memoria ha sido manipulado.

Urasawa va sembrando sin prisa pero sin pausa las semillas de una historia alejada del original del que parte, con personalidad propia, construyendo su propia versión remozada y actualizada de los personajes. Con unos pocos elementos variopintos tomados de aquí y allá a los que moldea para recrear su versión (los personajes de Tezuka, la obra de Phillip K. Dyck, películas como “El silencio de los corderos” o los acontecimientos que acabaron con el derrocamiento de Saddam) el japonés monta una obra de ciencia ficción e intriga a tener en cuenta en la que unos robots demasiado humanos se enfrentan a una conspiración global que pone en entredicho su existencia en una obra que supone un giro más oscuro al humanismo optimista del original.

La edición de la Biblioteca Pachinco mejora el nivel habitual de esta línea, incorporando las primeras páginas del tomo a color y reproduciendo un artículo escrito por el hijo de Osamu Tezuka sobre la gestación del proyecto. En fin, si como yo, han vuelto a caer en los malignos juegos de Urasawa que disfruten del que probablemente sea uno de los manga del año y ya nos despotricaremos cuando toque de sus finales. Ahora, ¿a quién le importa?...

Más cómics de Urasawa en El lector impaciente:

Pluto 1
20th Century Boys
21th Century Boys


Aquí tienen unas entrevistas a Urasawa y al autor disfrutando de su gran pasión, la música.

lunes, 17 de agosto de 2009

“La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina” de Stieg Larsson




Como un españolito más, he cumplido durante estas vacaciones con el finado Stieg Larsson y he completado la lectura del segundo volumen de la trilogía “Millenium”, que le reportó honores y dineros al bueno de Larsson cuando ya no estaba en disposición de disfrutarlos. (Sic transit gloria mundi y esas cosas, ya saben). Era curioso incorporarse de la hamaca en la playa y ver, bajo los toldos y sombrillas vecinos, a los playeros y playeras exhibiendo cuerpos mientras devoraban libros de larguisimos títulos con escuchimizadas sílfides en sus oscuras solapas.

Como les digo, he terminado el segundo tomo y debo reconocer que, a falta de empezar el tercero que ya anda por casa, de momento me ha gustado menos que el primero aunque en este segundo se nota que el autor se divirtió más escribiéndolo. Pero bueno, les cuento un poco.

Tras los sucesos del primer volumen, los dos protagonistas han seguido con sus vidas. El superperiodista Mikael Blomkvist tras limpiar su nombre ha retomado su trabajo en la revista “Millenium” donde anda preparando un nuevo bombazo junto a un joven freelance, Dag Svensson, sobre las redes de la prostitución en la civilizada Suecia y su conexión con respetables ciudadanos. Blomkvist se las promete realmente felices disfrutando de su buen momento laboral y sentimental con la única sombra de haber perdido el contacto completamente con su colaboradora y “salvadora”, la arisca Lisbeth Salander, a la que parece se ha tragado la tierra. Mientras tanto, Lisbeth, aprovechando su reciente fortuna, se ha dedicado a viajar por el mundo para olvidarse del dichoso Blomkvist al tiempo que por pura diversión se dedica a dar con una nueva solución al enigma de Fermat. Cuando Dag y su joven esposa aparecen ejecutados en su casa, todos los indicios parecen apuntar a la escurridiza Lisbeth, iniciándose una carrera contrarreloj entre la policía para detenerla y Mikael Blomkvist para demostrar su inocencia. Al mismo tiempo, Lisbeth está llevando a cabo su propia investigación mientras esquiva a unos y a otros para dar con un oscuro personaje de su pasado y acabar con un asunto pendiente. Si quieren enterarse de más, tendrán que leer el libro.

Como les decía, me ha gustado más el primer libro que este segundo ya que en aquél existía un mayor equilibrio entre el desarrollo de los personajes y la trama. En este segundo volumen, el elemento de denuncia social de la historia – la doble moral sueca sobre la prostitución- que en el primer tomo era mucho más notorio–los movimientos especuladores de los ejecutivos suecos- queda más difuminado, centrándose todo el meollo del asunto, una vez que queda claro que los asesinatos son una mera excusa buscada por el autor para desvelarnos el oscuro pasado de su personaje más emblemático, la enigmática Lisbeth Salander, el personaje central sobre el que gravita toda la obra y hacia el que se nota el autor ha volcado sus simpatías. A la novela le cuesta arrancar con unas primeras doscientas páginas que no aportan demasiado a la trama y que pueden echar para atrás a los no iniciados que no hayan leído la primera novela, “Los hombres que no amaban a las mujeres”, con un Larsson demorándose en acontecimientos y situaciones superfluos que podría haber dejado para una novela aparte. A partir de esas doscientas páginas, la cosa va mejorando, centrándose el autor en la historia que quiere contar que no es otra que la del pasado de Lisbeth, una historia irreal y fantástica a la par que fascinante que el bueno de Larsson puebla de personajes extraordinarios, extravagantes e irreales –empezando por la misma Lisbeth Salander- con los que va encadenando situaciones cada vez más increíbles frente al realismo con el que encara la narración más académica de la investigación de los policías o del propio Blomkvist. Larsson me gana con personajes como Lisbeth, Zalachenko o el hercúleo guardaespaldas de este, personajes que enlazan directamente con la mejor tradición pulp y del cómic que, probablemente, muchos de los escriben maravillas de esta serie de novelas desprecian.

En definitiva, “La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina” es una novela en la que “vale todo”. Excesiva, alocada y entretenida frente a la corrección y la autocontención de la primera parte, da la sensación que ni el propio autor se la tomaba demasiado en serio –no en vano dice la leyenda que Larsson escribía estas novelas como una especie de entretenimiento íntimo frente a su comprometidos y estresantes trabajos periodísticos- y quizás precisamente esa sea la clave de su éxito. Ideal, como han descubierto ya muchos, para disfrutar relajadamente en verano.

Tengo que reconocer que tengo mucha curiosidad por ver que se inventa este hombre para la tercera novela, “La reina en el palacio de las corrientes de aire”. En cuanto me la lea, les cuento.

Otras obras de Stieg Larsson en El lector impaciente:

Los hombres que no amaban a las mujeres”.

Trailer de “Dorian Gray”



Acabo de ver este trailer de una nueva adaptación del clásico de Oscar WildeEl retrato de Dorian Gray” que no pinta nada mal, teniendo en cuenta el empeño que ponen los ingleses de adaptar a sus clásicos con mayor exactitud –a veces, son demasiado literarios- que la que suelen demostrar sus primos del otro lado del océano. En este caso el encargado es Oliver Parker, un director con experiencia a la hora de adaptar otras obras de Wilde como “La importancia de llamarse Ernesto” que por lo visto en el trailer parece que ha realizado un trabajo bastante digno. Al parecer la película ha tenido buenas críticas en el Festival de Toronto y se estrenará en el Reino Unido el 9 de Septiembre aunque todavía no tiene distribuidor en Yanquilandia. Así que ya saben, si les pilla por esas fechas de vacaciones por Londres tienen la opción de ir al cine en lugar del teatro que les saldrá más barato. Sobre el estreno en España, ni idea, aunque seguramente la cosa pinte mal y ni la veamos por estas tierras. Una lástima.

sábado, 15 de agosto de 2009

Trailer de “Astro Boy”.



Tengo una debilidad especial por “Astro Boy”, del maestro Tezuka. Una serie y un personaje que desprenden una ingenuidadque hasta un tipo un tanto cínico como yo le resulta conmovedoras. A juzgar por el trailer de la nueva adaptación cinematográfica que prepara Disney parece respetar la esencia de la obra original adaptándola al gusto de las nuevas generaciones. Por ahora tienen mi voto de confianza.

viernes, 14 de agosto de 2009

“Raj” de Wilbur y Conrad.

Si hay un autor dentro del cómic europeo que le gusta ambientar sus historias en localizaciones lejanas y exóticas y que ha denunciado las injerencias colonialistas occidentales en Asia a lo largo de la Historia, ese es Conrad como ya demostrara en series como “Los innombrables” o “La tigresa blanca”. Temáticas que se repite en su nueva obra “Raj”, de la que hasta la fecha lleva publicados tres álbumes en Francia para Dargaud, y que en España nos presenta Planeta en un correcto volumen en el que incluye los dos primeros álbumes, “Los desaparecidos de la ciudad dorada” y “Un caballero oriental”con los que se cierra el primer arco argumental.

A mediados del siglo XIX en pleno apogeo del Imperio Británico, el joven Alexander Morton, llega a la India como miembro del IPS, un cuerpo de agentes británicos destinados en la India para velar por el desarrollo de los negocios de la Compañía de Indias e impedir que otras potencias se instalen en las Indias. Morton es un joven idealista que a diferencia de la mayoría de los ingleses que acaban el enorme subcontinente no busca hacer fortuna sino que siente un genuino interés por el país, los nativos y sus costumbres lo que le acarreará el desprecio de sus superiores y el vacío de sus compañeros que tratarán de hacerle la vida difícil. Sin embargo, su suerte empezará a cambiar cuando deba investigar las extrañas desapariciones de algunos de los más ricos e influyentes sahibs de la Ciudad Dorada en la que se encuentra implicado su único amigo en la India, el joven periodista David Baltimore. Cuando uno de los desaparecidos aparece decapitado a las afueras de la ciudad, Morton intentará hacer todo lo posible para limpiar el nombre de Baltimore más allá de los intereses creados del I.P.S, y la Compañía de Indias que pretenden incriminarlo, e irá descubriendo toda la oscura y antigua historia de resentimiento y venganza que ha provocado el asesinato y las desapariciones.

Que nadie espere nada extraordinario de “Raj”, un cómic en el que Conrad, apoyado por su esposa, Sophie Commenges, alías Wilbur, desarrollan una historia de intriga inspirada en parte en “El signo de los cuatro” de Arthur Conan Doyle aunque a la trama le cueste arrancar y haya demasiadas situaciones que resuelven con irritantes “Deus ex machina”. Conrad se esfuerza por escribir una historia agradable para todos los públicos apoyándose, aparte de una cuidada documentación del periodo colonial británico en la India sobre la que se sustenta la trama –y la serie- en la introducción de personajes arquetípicos bien definidos aunque de reacciones bastante previsibles, mejorando en el tratamiento de algunos secundarios como Ayesha y Alexander Longfellow que protagonizan situaciones humorísticas bien desarrolladas.

En el aspecto gráfico, nos encontramos con el punto fuerte de la obra en la que Conrad demuestra una vez más ser uno de los mejores autores de la escuela de línea clara del momento. Con un dibujo sencillo y un tanto ingenuo alejado del que nos tiene acostumbrados en sus otras series, Conrad se muestra como un eficaz narrador que disfruta reproduciendo los ambientes y localizaciones de la exótica India, rica en templos y pagodas, con algunas grandes viñetas realmente espectaculares. Una lástima, sin embargo, que no cuide igual el acabado de las viñetas pequeñas en las que en demasiadas ocasiones prescinde de cualquier tipo de fondo, algo que llama la atención en un artista tan detallista.

En definitiva, “Raj” es un cómic amable pero un tanto soso en el que ni Conrad ni Wilbur saben incorporar las necesarias dosis de tensión que toda trama de intriga requiere para mantener la atención del lector y se sustenta en la buena labor de Conrad en el dibujo. Una buena lectura veraniega con la que pasar el rato sin demasiadas pretensiones.

Otras obras de Conrad en El lector impaciente:

Los innombrables 2

Trailer de “The Fourth Kind” o que viva la Jovovich

Si les gustan a ustedes los temas ufológicos más allá de los efectismos noctámbulos de Iker Jiménez, el cine fantástico con un toque de terror e intriga y, sobre todo, la atractiva Milla Jovovich, no deberían dejar pasar el trailer de esta película.
Haciendo referencia el título a una escala de clasificación de los encuentros con extraterrestres (1º: avistamiento; 2º: evidencia; 3º: contacto; 4º: abducción), la película nos relata la serie de entrevistas que una psicóloga, la Jovovich, realiza a un grupo de habitantes de Nome, un remoto pueblo de Alaska, donde hay extrañas desapariciones desde hace más de cuarenta años. La psicóloga, a través de las entrevistas, va haciendo inquietantes descubrimientos y comprueba que todos los casos tienen elementos comunes, que convierten los fenómenos de Nome en los casos de abducción mejor documentados que existen hasta el momento.

Es difícil, tras “Expediente X” y la fiebre ufológica de los noventa, aportar algo nuevo a este tipo de temáticas pero la película parece que opta por plantear el tema de un modo diferente y tiene como punto fuerte, según dicen, incorporar imágenes de entrevistas reales nunca antes vistas.

En fin, yo a falta de más información, de momento me quedo con la Jovovich de todo el invento pero les aconsejo que vean el trailer antes que se lo reviente el Iker. Avisados quedan.

jueves, 13 de agosto de 2009

“Global Frequency” de Warren Ellis y varios.

De vez en cuando a los autores de cómics les dan crisis de creatividad y se quedan sin ideas. Hurgan que te hurgan en sus enfermizas mentes intentando encontrar algo original que contar con que entretenernos pero sin dar con la clave que les permitirá ganarse el pan y lograr el aplauso de sus fans. A falta de originalidad bueno resulta remozar algunas ideas básicas y ofrecerlas bajo una forma novedosa formulas que han demostrado funcionar anteriormente. Buen ejemplo de ello, es “Global Frequency” una maxiserie de doce episodios que Warren Ellis escribió a principios de milenio para Wildstorm y en la que mezcla como un buen cocinero distintos ingredientes para lograr una serie desigual pero entretenida.

La Frecuencia Global es una organización mundial independiente formada por 1001 agentes cuyo objetivo no es otro que realizar misiones de rescate y solucionar a aquellas amenazas globales a las que los gobiernos no pueden hacer frente debido a que en muchas ocasiones son los propios responsables. Los miembros de la organización no se conocen entre sí y son ciudadanos anónimos con habilidades especiales que pueden ser movilizados en cualquier momento por la jefa de la organización, la atractiva fémme fatale Miranda Zero, y son coordinados a través de unos curiosos teléfonos por una hacker superdotada que responde al nombre código de Aleph, personajes estos que son las dos constantes que sirven de hilazón a todas las tramas.

Más allá de la referencia borgiana, “Global Frequency” es una maxiserie entretenida y desigual que bebe directamente de series de televisión. Con un mucho de “Misión Imposible”, algo de la visión conspiranoica de “Expediente X”y unas pizcas de ciencia ficción y terror, Ellis construyó unas tramas que funcionaban de manera independiente en cada episodio en los que la misteriosa y carismática Miranda Zero, una especie de Modesty Blaise posmoderna, reclutaba a sus agentes y Aleph los coordinaba en misiones imposibles en las que el irónico Ellis reflejaba en las amenazas algunas de las preocupaciones del momento. Sin las trabas que conlleva la continuidad, Ellis exprimió las posibilidades del formato de 24 páginas en cada número posicionándose en contra del descompressive storytelling bendisiano dominante en la época de publicación de la serie y se ciñe en el desarrollo de las distintas misiones en una estructura que se repite episodio a episodio cargando irónicamente contra los miedos del nuevo milenio sin necesidad de profundizar demasiado en los personajes y sus motivaciones. Ellis tiene la habilidad de parar en el momento justo para no agotar al lector repitiendo la misma formula hasta el infinito aunque se trata de una serie que a pesar de ser recopilada en un coqueto tomo por Norma Editorial se disfruta más leyéndola serializada que de corrido.

En el aspecto gráfico, Ellis contó para cada uno de los episodios con la colaboración de un artista diferente con lo que se pueden hacer a la idea de lo diverso del resultado aunque la mayoría optaron por dar a la serie un tono oscuro que va muy bien con la atmósfera de las historias ideadas por el inglés. De entre todos ellos, yo destacaría la labor de Chris Sprouse, Tomm Cooker, Lee Bermejo y el portadista Brian Wood.

En definitiva, “Global Frequency” es una obra con la que Ellis se gana el pan y entretiene al personal pero que se encuentra alejada en cuanto a originalidad e interés de proyectos más atractivos como “Planetary” o “Transmepolitan”. Con todo, viendo lo que se publica por ahí, yo no me la perdería.

Otras obras de Warren Ellis en El lector impaciente:

Planetary”.
Planetary: Mundos Cruzados”.
Hellblazer
”.

Trailer de “Legion” de Scott Stewart


Ahí les dejo el trailer restringido (introduzcan una fecha de nacimiento empezando por el mes) de “Legion” la película con la que Scott Stewart hace su debut en el género fantástico, apartado apocalíptico. Dios se cansa de los pecados de los hombres y decide iniciar el Apocalipsis para lo que manda a una legión de ángeles para que vayan allanando el terreno como buenamente se les ocurra (con armas de fuego incluido). Curiosamente, el arcángel San Miguel se opone a la misión e intenta proteger la vida de un bebé no nacido que puede ser la última esperanza de la humanidad.

En fin, un argumento tontorrón que sirve de excusa para una película de acción que a juzgar por el trailer apunta a entretenida. A mí los ángeles con alas que ha dado el cine siempre me han parecido un tanto ridículos y si tengo que elegir me quedo con de de "¡Qué bello es vivir!" de Capra que como era listo no cayó en la tentación de colocarle alas, pero la abuelita mordedora de este trailer me ha hecho gracia.

Legion” cuenta con gente con oficio y resultona como Paul Bettany, Dennis Quaid, Tyresse Gibson, Adrianne Palicki y Doug Jones, y si la cosa funciona minimamente en taquilla amenazan con trilogía. Avisados quedan.

miércoles, 12 de agosto de 2009

“Suéter” de Esteban Hernández.

La locura siempre ha fascinado a los creadores convirtiéndose en el tema central de no pocas obras que han intentado mostrar a los supuestos cuerdos que se esconde detrás de esos comportamientos erráticos y extraños de los enfermos mentales. Quizás esa fascinación se deba a que el proceso mismo de la creación y elaboración de una obra en muchos momentos raye con lo patológico, quizás porque el loco en su delirio, como el creador en su obra, es el rey absoluto de un Universo particular ajeno a las convenciones y reglas que los demás seguimos, víctima y verdugo de sus propias obsesiones y fantasmas.

Esteban Hernández, del que ya hemos hablado por aquí gracias a su currado fanzine “Usted”, es el penúltimo en caer en la tentación y abordar el tema en su primera obra larga, “Suéter”, partiendo del relato por su protagonista de la anécdota aparentemente casual que desencadenó en él la enfermedad.

Esteban Hernández da riendas sueltas a sus habilidades narrativas construyendo a través de una trama aparentemente sencilla una parábola desde la que sugiere al lector preguntas sobre algunos de los problemas más inquietantes del hombre contemporáneo al tiempo que el protagonista analiza las causas y los hechos que desencadenaron su enfermedad.

En esta obra, Hernández sigue la estela de autores tan alejados en cuanto a estilo que no en cuanto a preocupaciones como Pekar y su “American Splendor” en su intento de establecer un diálogo desde las páginas del cómic con el lector (aunque Esteban no asume el rol de autor/progatonista de la obra y deja que sea un tercero – el protagonista de la historia- el que lleve el peso de la narración) o el Seth de “Ventiladores Clyde”. En el aspecto gráfico la obra resulta muy sugerente, con un autor dueño de un estilo característico de figuras alargadas y distorsionadas que refuerzan la irrealidad de la historia que nos cuenta y un elaborado tratamiento del color que complementa su estilo.

Quizás “Sueter” debido a su falta de artificio y aparente simplicidad pueda parecer a algún lector una obra pobre. Sin embargo, en mi opinión, estamos ante un cómic meritorio por ambición y ganas de salirse del camino marcado por los gustos mayoritarios, ofreciendo algo diferente y dejando que sea cada lector el que enriquezca la obra con sus interpretaciones, dando cada uno respuesta a las preocupaciones no formuladas, pero emboscadas hábilmente por el autor en sus viñetas, en una parábola sin moraleja que, como las preguntas del revisor chiflado, no tienen fácil respuesta. La edición de Planeta, bastante apañada.


Respecto a Gripes y demás…



Que cada cuál saque sus conclusiones (teniendo en cuenta que hoy se ha producido la décima víctima de esta enfermedad en España)...

viernes, 7 de agosto de 2009

John Hugues (1950-2009)

Se ha muerto John Hugues de un infarto que consiguió que en mi primera adolescencia –o segunda que el recuerdo es difuso- me enamoriscara de los mohines de Molly Ringwald en una sobremesa televisiva de las de antes en la que echaron “El club de los cinco”, película teen por excelencia. Eso es quizás lo mejor que puedo decir del polifacético Hugues –director, guionista, productor e incluso actor- salvo que con la mayoría de sus películas intentó hacer reír que no es poco. Que en mi caso lo consiguiera ya es otro cantar.

D.E.P.

Trailer de “Lucky Lucke”: A mi me rechina



Hay adaptaciones cinematográficas de cómics que por el estilo de sus dibujantes rechinan especialmente y pierden la coherencia que obtienen en la limitada bidimensionalidad que proporciona la página quedando ridículos y huérfanos trasladados a la imagen real.

Tuve esa impresión con el “Popeye” de Altman o el “Dick Tracy” de Beatty a pesar de sus aciertos, o con el horror de Miller en su “The Spirit” o las casi tan horrorosas adaptaciones de "Ásterix" y es lo que temo de la adaptación que prepara Spielberg (a pesar de ser Spielberg) de “Tintin”. Esa disonancia molesta ha surgido también al ver este trailer de la próxima adaptación de “Lucky Lucke” que, a pesar de su cuidada caracterización, queda rara, al menos para mí, en imagen real. Y es que habría que empezar a preguntarse si merece la pena forzar la adaptación al cine de cómics en el que el estilo del dibujante es tan marcado fielmente y no buscar recursos alternativos más propios del lenguaje cinematográfico.

En fin, no me enrollo más y opinen ustedes, si quieren.

jueves, 6 de agosto de 2009

Ellis, el bastardo

La novela gráfica o álbum (u otra nomenclatura más adecuada aun por inventar) es la forma óptima para los “cómics”. La forma intermedia es la serialización a través de una colección, lo que solía llamarse “miniserie”. DC Cómics no se convirtió en la editorial Nº 1 en términos de ventas gracias a sus títulos regulares. Se convirtió en la editorial Nº 1 gracias a los masivos y crecientes ingresos generados por sus novelas gráficas y álbumes. Los cómics no son “entretenimiento habitual” que necesita permanecer estático y requiere ser difundido regularmente hasta que la muerte nos separe. Esas son las tiras de prensa e incluso las tiras, a veces, les permiten finales dignos. A los cómics como a sus medios relacionados, las novelas y el cine, se les debe permitir contar historias completas. Si no puedes manejar esto entonces realmente necesitas estar en otro negocio Aquellos que nos apoyen serán recompensados con un incremento en las ventas y les será entregado el regalo del Futuro. Las personas que intenten detenernos serán pisoteadas.

(El guionista británico, con un divertido estilo apocalíptico, escribió esto como el punto tercero de su “Manifiesto del Viejo Bastardo” allá por el año 2000 en la página web, Comic Book Resources. Aparte de lo chulesco de las formas, Ellis dice esta y alguna verdad más respecto al mundo de los cómics que todavía son compartibles en 2009. Si quieren saber cuáles son, pueden leer el Manifiesto completo en inglés aquí , o en español, en el tomo en el que Norma Editorial ha recopilado hace poco la serie “Global Frequency” (del tebeo ya les contaré uno de estos días). Para los que no dominen el inglés ni quieran hacerse con el tebeo pero sí enterarse de las verdades de Ellis iré incluyendo en esta sección las más jugosas a mi juicio.