Como ya les adelanté aquí, el miércoles pasado fui a ver la película y estas son mis depre…digo, mis impresiones.
El hilo que separa la Épica del relato bufo es muy fino, y en el caso de la película de “300” se ha sobrepasado con creces. La película de Zack Snyder pretendía ser un relato fiel del cómic homónimo de Frank Miller, pero el mundo del cómic y el cine tienen lenguajes narrativos diferentes y lo que funciona en uno falla en el otro, quedando incluso ridículo.
Para empezar la historia que narra la película difiere bastante de la narrada en el cómic, el cuál intenta ceñirse más a lo que es la narración histórica de la batalla de las Termópilas haciendo hincapié en los elementos épicos y legendarios. En la película, quizás porque la trama no da para más, quizás por otros intereses, se han incorporado subtramas que no hacen otra cosa que diluir la esencia de la historia original y montar un aparato pirotécnico que tiene más de efectista que de efectivo.
Zack Snyder (“Amanecer de los muertos”) se baja del carro a la primeras de cambio, demostrando una alarmante escasez de ideas propias y recurriendo a otras películas de protagonista épico como “Gladiator” (¿esos paseos por los trigales?¿esa despedida de Leonidas?) , ó “El Señor de los Anillos” (¿Desde cuándo los Inmortales eran duendes?¿Y todos esos monstruitos?) para dotar de relleno al invento. Sin embargo, este hombre no tiene el talento de Riddley Scott , ni siquiera el de Peter Jackson, y naufraga clamorosamente en el intento.
De este modo, la incorporación de una subtrama nueva centrada en la esposa de Leonidas y la ciudad de Esparta hace que la película pierda ritmo y frescura. Todas las peripecias de la esposa de Leonidas con el traidor son un despropósito tras otro en una historia carente por completo de imaginación y manida hasta la saciedad en otros títulos de temática similar. Quizás su inclusión fuese necesaria para incorporar un personaje femenino en la historia o para dejar clara la opción sexual de Leonidas que en algún momento puede parecer ambigua. No lo sé…pero no hay por donde cogerlo.
No crean que todo es tan negativo… Los primeros tres cuartos de hora incluso se dejan ver y se aprecia un intento de contar algo emparentado con el original. Sin embargo, a partir del esperpéntico encuentro entre Leonidas y Jerjes (este personaje ó marca tendencia en todas las discotecas ibicencas este verano ó la marca entre las drag queens del Carnaval de Tenerife) los despropósitos son tan constantes que acabas saliendo pidiendo la hora y una copa para digerir lo visto. A partir de este momento empiezan a incorporar peleas con monstruitos varios – eso sí, cada uno más espectacular que el anterior- que en el original no aparecen por ninguna parte, pero que en los últimos años parece ser se han vuelto indispensables en cualquier película asociada a un cómic que se precie. La violencia, que en el cómic de Miller, es un elemento más de la narración aquí se vuelve un accesorio gratuito para demostrar lo machotes que eran los espartanos y lo nenazas que eran los persas.
El abuso de la cámara lenta es una constante en toda la película, de manera que esta se ralentiza y estira de una manera exasperante. ¿Qué necesidad hay de ralentizar a la esposa de Leónidas jugando con el agua? ¿Y el enfrentamiento con el lobo? Señor, señor…Parece que con este recurso junto con la voz en “off” del narrador intentan acercarse a la narrativa del cómic pero no lo logran en absoluto, quizás porque no se dan cuenta que la narrativa de Miller -su mayor talento- no es trasladable de un medio a otro por mucho impacto visual que se pretenda crear con la traslación fiel de viñetas del cómic a imagen ¿real? .Sí me parece resaltable por otro lado el esfuerzo por dotar a la película de una estética similar y un colorido semejante al del cómic. Felicitemos al director artístico, pero, ya se sabe, si lo mejor de la película es la fotografía o el director artístico la peli como que no…
En cuanto al trabajo de los actores destacaría a Gerard Butler, quien carga con todo el peso y protagonismo de la historia para al final acabar como un San Sebastián de la revista “Zero” (¿es necesario ser tan obvio?¿no sabemos ya todos que Leonidas muere?) y que recrea a un Leonidas bastante aceptable.
En definitiva, que si les gustan los mamporros y los videos espectaculares vayan a ver la película, pero si prefieren disfrutar de una historia bien narrada acérquense a una librería y háganse con el cómic.
El hilo que separa la Épica del relato bufo es muy fino, y en el caso de la película de “300” se ha sobrepasado con creces. La película de Zack Snyder pretendía ser un relato fiel del cómic homónimo de Frank Miller, pero el mundo del cómic y el cine tienen lenguajes narrativos diferentes y lo que funciona en uno falla en el otro, quedando incluso ridículo.
Para empezar la historia que narra la película difiere bastante de la narrada en el cómic, el cuál intenta ceñirse más a lo que es la narración histórica de la batalla de las Termópilas haciendo hincapié en los elementos épicos y legendarios. En la película, quizás porque la trama no da para más, quizás por otros intereses, se han incorporado subtramas que no hacen otra cosa que diluir la esencia de la historia original y montar un aparato pirotécnico que tiene más de efectista que de efectivo.
Zack Snyder (“Amanecer de los muertos”) se baja del carro a la primeras de cambio, demostrando una alarmante escasez de ideas propias y recurriendo a otras películas de protagonista épico como “Gladiator” (¿esos paseos por los trigales?¿esa despedida de Leonidas?) , ó “El Señor de los Anillos” (¿Desde cuándo los Inmortales eran duendes?¿Y todos esos monstruitos?) para dotar de relleno al invento. Sin embargo, este hombre no tiene el talento de Riddley Scott , ni siquiera el de Peter Jackson, y naufraga clamorosamente en el intento.
De este modo, la incorporación de una subtrama nueva centrada en la esposa de Leonidas y la ciudad de Esparta hace que la película pierda ritmo y frescura. Todas las peripecias de la esposa de Leonidas con el traidor son un despropósito tras otro en una historia carente por completo de imaginación y manida hasta la saciedad en otros títulos de temática similar. Quizás su inclusión fuese necesaria para incorporar un personaje femenino en la historia o para dejar clara la opción sexual de Leonidas que en algún momento puede parecer ambigua. No lo sé…pero no hay por donde cogerlo.
No crean que todo es tan negativo… Los primeros tres cuartos de hora incluso se dejan ver y se aprecia un intento de contar algo emparentado con el original. Sin embargo, a partir del esperpéntico encuentro entre Leonidas y Jerjes (este personaje ó marca tendencia en todas las discotecas ibicencas este verano ó la marca entre las drag queens del Carnaval de Tenerife) los despropósitos son tan constantes que acabas saliendo pidiendo la hora y una copa para digerir lo visto. A partir de este momento empiezan a incorporar peleas con monstruitos varios – eso sí, cada uno más espectacular que el anterior- que en el original no aparecen por ninguna parte, pero que en los últimos años parece ser se han vuelto indispensables en cualquier película asociada a un cómic que se precie. La violencia, que en el cómic de Miller, es un elemento más de la narración aquí se vuelve un accesorio gratuito para demostrar lo machotes que eran los espartanos y lo nenazas que eran los persas.
El abuso de la cámara lenta es una constante en toda la película, de manera que esta se ralentiza y estira de una manera exasperante. ¿Qué necesidad hay de ralentizar a la esposa de Leónidas jugando con el agua? ¿Y el enfrentamiento con el lobo? Señor, señor…Parece que con este recurso junto con la voz en “off” del narrador intentan acercarse a la narrativa del cómic pero no lo logran en absoluto, quizás porque no se dan cuenta que la narrativa de Miller -su mayor talento- no es trasladable de un medio a otro por mucho impacto visual que se pretenda crear con la traslación fiel de viñetas del cómic a imagen ¿real? .Sí me parece resaltable por otro lado el esfuerzo por dotar a la película de una estética similar y un colorido semejante al del cómic. Felicitemos al director artístico, pero, ya se sabe, si lo mejor de la película es la fotografía o el director artístico la peli como que no…
En cuanto al trabajo de los actores destacaría a Gerard Butler, quien carga con todo el peso y protagonismo de la historia para al final acabar como un San Sebastián de la revista “Zero” (¿es necesario ser tan obvio?¿no sabemos ya todos que Leonidas muere?) y que recrea a un Leonidas bastante aceptable.
En definitiva, que si les gustan los mamporros y los videos espectaculares vayan a ver la película, pero si prefieren disfrutar de una historia bien narrada acérquense a una librería y háganse con el cómic.