¿Sería posible aunar en un cómic español buena parte de los hallazgos narrativos de Will Eisner junto al expresionismo de Fritz Lang y las distopias futuristas de la visionaria Thea Von Harbou o el pulp más cañero de principios de siglo? Pues sí, y de hecho José Maria Beroy se encargó de demostrarlo en “Dr. Mabuse” esa joyita que se publicó seriada a principios de los ochenta en “Creepy” y en un álbum unitario por Toutain en 1986 dentro de su colección “Joyas de Creepy” antes de ser relegada al triste olvido (del que parece va a ser rescatada en el próximo tomo recopilatorio que se va a publicar en los próximos meses en que se va a recuperar buena parte de la producción de Beroy, “Onirica”).
En “Dr. Mabuse”, la obra con la que prácticamente se dio a conocer, Beroy se atreve a localizar la historia en el universo retro futurista imaginado por Lang y su mujer en esa obra maestra que es “Metropolis” para retomar la acción varios años en el futuro. de los hechos narrados en la película En la Metrópolis de Beroy, el hijo de Maria y Freder, Fredersen, maneja los hilos de la ciudad tras subvertir los ideales de sus padres. Sin embargo, frente al poder absoluto de Fredersen se alza un poder más oscuro y astuto, el del taimado Dr. Mabuse, que incitará a los ciudadanos a una nueva rebelión para sustituir a Freder en el poder.
Beroy sintetiza la obra de Lang recreando a uno de sus principales personajes, el Dr. Mabuse que protagonizará varias de sus películas alemanas, dándole un aire más pulp si cabe que el expresionista de las películas del alemán que adaptaban las novelas olvidadas de Norbet Jacques. El Dr. Mabuse es un personaje misterioso, taimado y amoral, del que el lector apenas cuenta con datos más allá de su obsesivo deseo de hacerse con el poder en la ciudad de Metrópolis usando para ello todo tipo de estratagemas que van desde el envenenamiento o la manipulación de las masas y sus secuaces para lo que no tiene problemas en usar de sus asombrosas habilidades para el disfraz o un ejército de autómatas mecánicos a sus órdenes.
En “Dr. Mabuse”, Beroy construye una cuidada recreación de la fría y elegante urbe modernista imaginada por Lang en una historia en, como es habitual en su obra, las referencias cinematográficas son constantes cuidando la narración para dotar al conjunto de las historias de una continuidad a pesar de estar pensadas para su publicación seriada pero contando al tiempo cada una de ellas con una subtrama que las hace únicas no solamente en su objetivo principal de entretener al lector sino también de arriesgar en el desarrollo formal de las historias buscando soluciones gráficas que le sitúan en la línea de “The Spirit” eisneriano o de autores más cercanos en el tiempo al propio Beroy como Steranko, Howard Chaykin y el Gibbons de "Watchmen". Cada una de las historias que componen el álbum son magníficas y sorprenden en un autor que en el momento de su publicación debía ser bastante bisoño pero entre todas destacaría “Taxi Nocturno” en la que Beroy describe el trayecto en taxi por una fría y lluviosa Metrópolis de un personaje que acabará siendo víctima de la manipulación del Doctor. El tratamiento de la lluvia es magistral así como las viñetas en que desde la perspectiva del interior del taxi se muestra el exterior.
“Dr. Mabuse”, de Beroy sorprende en cada una de sus historias con soluciones gráficas arriesgadas que enriquecen la obra exponencialmente respecto a su ya de por sí rica mixtura de referencias cinematográficas convirtiéndolo en un cómic que desgraciadamente ha permanecido demasiado tiempo olvidado. Envidio a los que vayan a descubrirlo por primera vez en la nueva edición que se prepara.
Otras obras de J.M Beroy en El lector impaciente:
“Versus”.
“Zoo-Las aventuras de Tristán Karma”.
“666-999”
En “Dr. Mabuse”, la obra con la que prácticamente se dio a conocer, Beroy se atreve a localizar la historia en el universo retro futurista imaginado por Lang y su mujer en esa obra maestra que es “Metropolis” para retomar la acción varios años en el futuro. de los hechos narrados en la película En la Metrópolis de Beroy, el hijo de Maria y Freder, Fredersen, maneja los hilos de la ciudad tras subvertir los ideales de sus padres. Sin embargo, frente al poder absoluto de Fredersen se alza un poder más oscuro y astuto, el del taimado Dr. Mabuse, que incitará a los ciudadanos a una nueva rebelión para sustituir a Freder en el poder.
Beroy sintetiza la obra de Lang recreando a uno de sus principales personajes, el Dr. Mabuse que protagonizará varias de sus películas alemanas, dándole un aire más pulp si cabe que el expresionista de las películas del alemán que adaptaban las novelas olvidadas de Norbet Jacques. El Dr. Mabuse es un personaje misterioso, taimado y amoral, del que el lector apenas cuenta con datos más allá de su obsesivo deseo de hacerse con el poder en la ciudad de Metrópolis usando para ello todo tipo de estratagemas que van desde el envenenamiento o la manipulación de las masas y sus secuaces para lo que no tiene problemas en usar de sus asombrosas habilidades para el disfraz o un ejército de autómatas mecánicos a sus órdenes.
En “Dr. Mabuse”, Beroy construye una cuidada recreación de la fría y elegante urbe modernista imaginada por Lang en una historia en, como es habitual en su obra, las referencias cinematográficas son constantes cuidando la narración para dotar al conjunto de las historias de una continuidad a pesar de estar pensadas para su publicación seriada pero contando al tiempo cada una de ellas con una subtrama que las hace únicas no solamente en su objetivo principal de entretener al lector sino también de arriesgar en el desarrollo formal de las historias buscando soluciones gráficas que le sitúan en la línea de “The Spirit” eisneriano o de autores más cercanos en el tiempo al propio Beroy como Steranko, Howard Chaykin y el Gibbons de "Watchmen". Cada una de las historias que componen el álbum son magníficas y sorprenden en un autor que en el momento de su publicación debía ser bastante bisoño pero entre todas destacaría “Taxi Nocturno” en la que Beroy describe el trayecto en taxi por una fría y lluviosa Metrópolis de un personaje que acabará siendo víctima de la manipulación del Doctor. El tratamiento de la lluvia es magistral así como las viñetas en que desde la perspectiva del interior del taxi se muestra el exterior.
“Dr. Mabuse”, de Beroy sorprende en cada una de sus historias con soluciones gráficas arriesgadas que enriquecen la obra exponencialmente respecto a su ya de por sí rica mixtura de referencias cinematográficas convirtiéndolo en un cómic que desgraciadamente ha permanecido demasiado tiempo olvidado. Envidio a los que vayan a descubrirlo por primera vez en la nueva edición que se prepara.
Otras obras de J.M Beroy en El lector impaciente:
“Versus”.
“Zoo-Las aventuras de Tristán Karma”.
“666-999”