De vez en cuando a los autores de cómics les dan crisis de creatividad y se quedan sin ideas. Hurgan que te hurgan en sus enfermizas mentes intentando encontrar algo original que contar con que entretenernos pero sin dar con la clave que les permitirá ganarse el pan y lograr el aplauso de sus fans. A falta de originalidad bueno resulta remozar algunas ideas básicas y ofrecerlas bajo una forma novedosa formulas que han demostrado funcionar anteriormente. Buen ejemplo de ello, es “Global Frequency” una maxiserie de doce episodios que Warren Ellis escribió a principios de milenio para Wildstorm y en la que mezcla como un buen cocinero distintos ingredientes para lograr una serie desigual pero entretenida.
La Frecuencia Global es una organización mundial independiente formada por 1001 agentes cuyo objetivo no es otro que realizar misiones de rescate y solucionar a aquellas amenazas globales a las que los gobiernos no pueden hacer frente debido a que en muchas ocasiones son los propios responsables. Los miembros de la organización no se conocen entre sí y son ciudadanos anónimos con habilidades especiales que pueden ser movilizados en cualquier momento por la jefa de la organización, la atractiva fémme fatale Miranda Zero, y son coordinados a través de unos curiosos teléfonos por una hacker superdotada que responde al nombre código de Aleph, personajes estos que son las dos constantes que sirven de hilazón a todas las tramas.
Más allá de la referencia borgiana, “Global Frequency” es una maxiserie entretenida y desigual que bebe directamente de series de televisión. Con un mucho de “Misión Imposible”, algo de la visión conspiranoica de “Expediente X”y unas pizcas de ciencia ficción y terror, Ellis construyó unas tramas que funcionaban de manera independiente en cada episodio en los que la misteriosa y carismática Miranda Zero, una especie de Modesty Blaise posmoderna, reclutaba a sus agentes y Aleph los coordinaba en misiones imposibles en las que el irónico Ellis reflejaba en las amenazas algunas de las preocupaciones del momento. Sin las trabas que conlleva la continuidad, Ellis exprimió las posibilidades del formato de 24 páginas en cada número posicionándose en contra del descompressive storytelling bendisiano dominante en la época de publicación de la serie y se ciñe en el desarrollo de las distintas misiones en una estructura que se repite episodio a episodio cargando irónicamente contra los miedos del nuevo milenio sin necesidad de profundizar demasiado en los personajes y sus motivaciones. Ellis tiene la habilidad de parar en el momento justo para no agotar al lector repitiendo la misma formula hasta el infinito aunque se trata de una serie que a pesar de ser recopilada en un coqueto tomo por Norma Editorial se disfruta más leyéndola serializada que de corrido.
En el aspecto gráfico, Ellis contó para cada uno de los episodios con la colaboración de un artista diferente con lo que se pueden hacer a la idea de lo diverso del resultado aunque la mayoría optaron por dar a la serie un tono oscuro que va muy bien con la atmósfera de las historias ideadas por el inglés. De entre todos ellos, yo destacaría la labor de Chris Sprouse, Tomm Cooker, Lee Bermejo y el portadista Brian Wood.
En definitiva, “Global Frequency” es una obra con la que Ellis se gana el pan y entretiene al personal pero que se encuentra alejada en cuanto a originalidad e interés de proyectos más atractivos como “Planetary” o “Transmepolitan”. Con todo, viendo lo que se publica por ahí, yo no me la perdería.
Otras obras de Warren Ellis en El lector impaciente:
“Planetary”.
“Planetary: Mundos Cruzados”.
“Hellblazer”.
La Frecuencia Global es una organización mundial independiente formada por 1001 agentes cuyo objetivo no es otro que realizar misiones de rescate y solucionar a aquellas amenazas globales a las que los gobiernos no pueden hacer frente debido a que en muchas ocasiones son los propios responsables. Los miembros de la organización no se conocen entre sí y son ciudadanos anónimos con habilidades especiales que pueden ser movilizados en cualquier momento por la jefa de la organización, la atractiva fémme fatale Miranda Zero, y son coordinados a través de unos curiosos teléfonos por una hacker superdotada que responde al nombre código de Aleph, personajes estos que son las dos constantes que sirven de hilazón a todas las tramas.
Más allá de la referencia borgiana, “Global Frequency” es una maxiserie entretenida y desigual que bebe directamente de series de televisión. Con un mucho de “Misión Imposible”, algo de la visión conspiranoica de “Expediente X”y unas pizcas de ciencia ficción y terror, Ellis construyó unas tramas que funcionaban de manera independiente en cada episodio en los que la misteriosa y carismática Miranda Zero, una especie de Modesty Blaise posmoderna, reclutaba a sus agentes y Aleph los coordinaba en misiones imposibles en las que el irónico Ellis reflejaba en las amenazas algunas de las preocupaciones del momento. Sin las trabas que conlleva la continuidad, Ellis exprimió las posibilidades del formato de 24 páginas en cada número posicionándose en contra del descompressive storytelling bendisiano dominante en la época de publicación de la serie y se ciñe en el desarrollo de las distintas misiones en una estructura que se repite episodio a episodio cargando irónicamente contra los miedos del nuevo milenio sin necesidad de profundizar demasiado en los personajes y sus motivaciones. Ellis tiene la habilidad de parar en el momento justo para no agotar al lector repitiendo la misma formula hasta el infinito aunque se trata de una serie que a pesar de ser recopilada en un coqueto tomo por Norma Editorial se disfruta más leyéndola serializada que de corrido.
En el aspecto gráfico, Ellis contó para cada uno de los episodios con la colaboración de un artista diferente con lo que se pueden hacer a la idea de lo diverso del resultado aunque la mayoría optaron por dar a la serie un tono oscuro que va muy bien con la atmósfera de las historias ideadas por el inglés. De entre todos ellos, yo destacaría la labor de Chris Sprouse, Tomm Cooker, Lee Bermejo y el portadista Brian Wood.
En definitiva, “Global Frequency” es una obra con la que Ellis se gana el pan y entretiene al personal pero que se encuentra alejada en cuanto a originalidad e interés de proyectos más atractivos como “Planetary” o “Transmepolitan”. Con todo, viendo lo que se publica por ahí, yo no me la perdería.
Otras obras de Warren Ellis en El lector impaciente:
“Planetary”.
“Planetary: Mundos Cruzados”.
“Hellblazer”.