Si hay una novela recomendable este verano para cualquier aficionado al cómic que haya abjurado orgulloso de leerse un libro sin viñetas o para aquellos lectores que desde su niñez no se han acercado a un tebeo, esta no es otra que “Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay” de Michael Chabon, una obra por la que el autor ganó el premio Pulitzer en el año 2001.
En “Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay” Chabon construye una novela rica, entretenida y variada, en la que entremezcla desde mitos hebreos como el Golem hasta el escapismo, todo ello ambientado en la América de las oportunidades anterior a la II Guerra Mundial y la boyante industria del Cómic anterior al Comic Code, cuando el Cómic parecía llamado a convertirse en un medio de masas y entretenimiento similar al Cine. Pero, sobre todo, es la historia de dos amigos y sus peripecias, Josef Kavalier y su primo Sammy Clay, de cómo evolucionan sus vidas y su amistad. Kavalier es un joven judío que se ve obligado a huir de la Praga invadida por los nazis a Nueva York donde ayudado por su primo y otros parientes intenta reunir el dinero para que sus padres y hermano puedan reunirse con él en América. Josef, que estudio bellas artes en Praga, y Sammy, un apasionado del pulp y los cómics, encuentran el medio para ello a través de la incipiente industria del cómic creando un superhéroe de gran éxito, el Escapista, dispuesto desde sus páginas a luchar contra los nazis y contribuir al esfuerzo de guerra.
En esta novela, un Chabon empapado de las vivencias de genios del medio como Will Eisner, Jack Kirby o Stan Lee realiza un detallado recorrido por la Edad Dorada del Cómic yanqui y la sociedad norteamericana de los años cuarenta, con sus luces y sombras. Chabon construye una novela sólida en la que las peripecias de sus imaginarios protagonistas se entremezclan con un escenario histórico apasionante en el que cualquier cosa podía pasar. El estilo de la novela es sencillo y directo, más preocupado en la narración de las aventuras de sus protagonistas que en excesos estilísticos. Los personajes de Chabon están dotados de una personalidad llena de virtudes y defectos que en parte los humaniza y conquistará a los lectores quiénes devorarán las más de setecientas páginas de la novela y se quedarán con ganas de más.
En “Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay” Chabon construye una novela rica, entretenida y variada, en la que entremezcla desde mitos hebreos como el Golem hasta el escapismo, todo ello ambientado en la América de las oportunidades anterior a la II Guerra Mundial y la boyante industria del Cómic anterior al Comic Code, cuando el Cómic parecía llamado a convertirse en un medio de masas y entretenimiento similar al Cine. Pero, sobre todo, es la historia de dos amigos y sus peripecias, Josef Kavalier y su primo Sammy Clay, de cómo evolucionan sus vidas y su amistad. Kavalier es un joven judío que se ve obligado a huir de la Praga invadida por los nazis a Nueva York donde ayudado por su primo y otros parientes intenta reunir el dinero para que sus padres y hermano puedan reunirse con él en América. Josef, que estudio bellas artes en Praga, y Sammy, un apasionado del pulp y los cómics, encuentran el medio para ello a través de la incipiente industria del cómic creando un superhéroe de gran éxito, el Escapista, dispuesto desde sus páginas a luchar contra los nazis y contribuir al esfuerzo de guerra.
En esta novela, un Chabon empapado de las vivencias de genios del medio como Will Eisner, Jack Kirby o Stan Lee realiza un detallado recorrido por la Edad Dorada del Cómic yanqui y la sociedad norteamericana de los años cuarenta, con sus luces y sombras. Chabon construye una novela sólida en la que las peripecias de sus imaginarios protagonistas se entremezclan con un escenario histórico apasionante en el que cualquier cosa podía pasar. El estilo de la novela es sencillo y directo, más preocupado en la narración de las aventuras de sus protagonistas que en excesos estilísticos. Los personajes de Chabon están dotados de una personalidad llena de virtudes y defectos que en parte los humaniza y conquistará a los lectores quiénes devorarán las más de setecientas páginas de la novela y se quedarán con ganas de más.