Tercera entrega de las aventuras de Jazz Maynard, el músico, ladrón y amigo de sus amigos que Raule y Roger inventaron hace ya unos años. En el último álbum, “Contra viento y marea”, los autores nos ofrecen la conclusión del primer arco argumental en una historia cargada de acción, traiciones y sorprendentes alianzas.
Raule y Roger introducen en una coctelera elementos aparentemente tan divergentes como las novelas de Pepe Carvalho, las películas de 007 y los anime japoneses para enriquecer una historia negra entretenida, siempre, y frenética, por momentos, convirtiendo a Barcelona y el barrio de El Raval en el centro de una compleja trama criminal que aglutina desde las triadas chinas hasta las altas esferas municipales en una red de tráfico de blancas y contrabando de antigüedades que sólo el misterioso Jazz Maynard y sus amigos son capaces de descabalar.
Lo mejor que puedo decir de este tercer álbum de la serie es que mantiene el nivel de los precedentes e incluso por momentos lo supera gracias al inconformismo de unos autores que no se duermen en los laureles y buscan sorprender con propuestas más complejas. En este sentido, me gustaría destacar la labor de Roger Ibáñez, un dibujante que logra en este álbum quizás su mejor obra, dotando de una enorme plasticidad cada una de las viñetas de la historia al tiempo que imprime el ritmo acelerado que la historia requiere. Roger ha construido un estilo propio a base de estilizadas figuras y escorzos imposibles absorbiendo influencias variadas que van desde Jordi Bérnet –la más evidente, en mi opinión- a Eduardo Risso que lo convierten en uno de los dibujantes más interesantes de nuestro país y, junto a Raule, la pareja guionista/dibujante más compenetrada del momento. No es de extrañar su éxito más allá de nuestras fronteras.
La edición de Diabolo correcta.
Más sobre “Jazz Maynard” en El lector impaciente aquí.
Raule y Roger introducen en una coctelera elementos aparentemente tan divergentes como las novelas de Pepe Carvalho, las películas de 007 y los anime japoneses para enriquecer una historia negra entretenida, siempre, y frenética, por momentos, convirtiendo a Barcelona y el barrio de El Raval en el centro de una compleja trama criminal que aglutina desde las triadas chinas hasta las altas esferas municipales en una red de tráfico de blancas y contrabando de antigüedades que sólo el misterioso Jazz Maynard y sus amigos son capaces de descabalar.
Lo mejor que puedo decir de este tercer álbum de la serie es que mantiene el nivel de los precedentes e incluso por momentos lo supera gracias al inconformismo de unos autores que no se duermen en los laureles y buscan sorprender con propuestas más complejas. En este sentido, me gustaría destacar la labor de Roger Ibáñez, un dibujante que logra en este álbum quizás su mejor obra, dotando de una enorme plasticidad cada una de las viñetas de la historia al tiempo que imprime el ritmo acelerado que la historia requiere. Roger ha construido un estilo propio a base de estilizadas figuras y escorzos imposibles absorbiendo influencias variadas que van desde Jordi Bérnet –la más evidente, en mi opinión- a Eduardo Risso que lo convierten en uno de los dibujantes más interesantes de nuestro país y, junto a Raule, la pareja guionista/dibujante más compenetrada del momento. No es de extrañar su éxito más allá de nuestras fronteras.
La edición de Diabolo correcta.
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