Vista el viernes la película
que el especialista en la adaptación cinematorgráficas de cómics difíciles (“300”, “Watchmen”), Zack Snyder se ha marcado sobre el
Hombre de Acero y, tras unos días para asentar las contradictorias impresiones
que me ha suscitado la peli, creo que Snyder ha cumplido sobre todo con las expectativa de Warner, que buscaba una redefinición del concepto del personaje para
actualizarlo, según ellos a los gustos modernos tras la fallida intentona de Singer,
y que además permitiese licenciar un buen surtido de merchandising con la venta
cruzada. En ese sentido, pienso que se puede considerar que la película de Snyder cumple con una versión
de Superman espectacular y brutal, en la
que prima la acción sobre el sentimiento, y que mantendrá pegado al asiento al gran
público palomitero y a la chavalada pero que al aficionado de calidad que ha
seguido regularmente al personaje a través de los cómics y las películas clásicas le habrá rechinado en más
de un detallito, ya que Snyder se permite cruzar un par de líneas con calculada
premeditación que no les habrán dejado indiferentes.
La película actualiza una vez más el origen de Superman
presentando el final de Krypton y la llegada del personaje a la Tierra donde, tras vagabundear en búsqueda de sus orígenes
extraterrestres, acabará asumiendo su rol superheroico cuando el General Zod y
sus secuaces kriptonianos amenacen con destruir la Tierra si el último hijo de
Krypton no aparece.
Snyder en su elaboración del
personaje se nutre básicamente de la visión que Geoff Johns ofreció de los
kriptonianos y su sociead gremial
–aunque para mí la visión oscura y salvaje de la nueva película está más
cercana a una sociedad guerrera como el Thanagar de Hawkman o el Apokolips de Darkseid que al civilizado y tecnológico
Krypton – y, sobre todo a la discutida etapa de Straczynski al frente
del personaje aun cuando haya guiños y referencias a diversas etapas del
personaje desde Azzarello a Quitely y Morrison. Snyder y Nolan se han nutrido
especialmente de los cómics de “Superman” del siglo XXI, respetando el material de las memorables etapas previas y
la icónica primera película de Richard Donner.
De este modo, la base
argumental de la película se inspira en los cómics de JMS y la segunda película
de Lester/Donner con el enfrentamiento con el general Zod y sus secuaces dando
rienda suelta a una historia genuinamente de acción en la que brillan los
efectos especiales por doquier recordando en diversas ocasiones en su desarrollo a los
videojuegos tipo shooter – cuando Lois es guiada en su huida de la nave por
Jor-El- o directamente de lucha en los diversos enfrentamientos de Superman con
los kriptonianos. Es en esos aspectos técnicos de la película, como la introducción
de los flashbacks para explicar el pasado de Superman y el adecuado tratamiento
de la correcta banda sonora de Hans Zimmer lo más lograda, manteniendo la
intensidad e interés a pesar de su larga duración.
Sin embargo, y superando con
nota en espectacularidad y ritmo a sus predecesoras, es en el trasfondo del “Superman”
de Snyder en el que la película es mucho
más discutible y Snyder se ha permitido más licencias. La historia pone en
entredicho conceptos tan arraigados en el personaje como el de identidad
secreta al rastrear una perspicaz LL sin
dificultades su identidad a partir de las proezas de un joven Clark Kent durante
su vagabundeo en busca de su identidad kriptoniana o que la buena
interpretación de Kevin Costner como Thomas Kent quede en evidencia en el bochornoso momento en que llega a
sugerir este a un joven Clark la
hipotética muerte de unos niños precisamente para que descubran sus capacidades
... Pero, más allá de estos detalles, sin duda la cuestión más controvertida, es
el permitir a Superman en el climax de la película matar a uno de los villanos,
poniendo en tela de juicio la esencia del personaje. Y para mí lo que más
chirría no es que Superman mate ya que
existían precedentes –discutibles y polémicos, también- en los cómics sino la
crudeza con la que Snyder lo ha mostrado en la película en una jugada calculada
a la perfección para sembrar la polémica y el debate ya que podría habérsela
ahorrado perfectamente sin que para nada desentonase la historia.
En cuanto a las
interpretaciones, hay que destacar la brillante labor general del gran elenco
de actores secundarios que participan en la película, involucrados plenamente
en el proyecto y dando lo mejor de sí para arropar a Henry Cavill, el actor que
interpreta al superhéroe, que con un aspecto e interpretación que recuerda el
de los actores contemporáneos anteriores construye un Superman solvente. Por
otro lado, me ha gustado y sorprendido la Lois Lane de Amy Adams que sabe hacer
suyo el personaje a pesar que su físico no se ajuste demasiado al del personaje
o al de actrices como Teri Hatcher (mi Lois Lane favorita) o Margot Kidder.
En fin, más que la película
en sí que creo cumple con sus objetivos y es un producto de entretenimiento
divertido y espectacular resulta mucho más discutible y controvertido el
concepto de Superman que Nolan y Snyder describen que chirriará a los que
conocen en profundidad al personaje dando pie a
polémicas y encendidos debates hasta la próxima secuela con lo que el
provocador y astuto Snyder habrán logrado que su película, para bien o para
mal, no vaya a pasar desapercibida. Visto lo que le pasó a Singer, no es poco.