Astiberri ha publicado un integral en el que se recoge el último trabajo de
Rubén Pellejero publicado directamente en Francia, “
Sécrets- L’ Écorché”. Más allá de lo adecuado o no de la edición que
les comentaba el otro día creo que “
En Carne Viva” es un cómic modélico en su género, basado en la solidez narrativa y la calidad gráfica de unos autores que cimentan su labor en el conocimiento del medio más que en su condición estelar (aunque reúnan méritos y talento más que suficiente para ello). Les cuento.
En los últimos días de la Comuna de París, un joven oficial salva la vida de una pareja de revolucionarios ante el pelotón de ejecución. Un acontecimiento que marcará tanto la vida de los afectados como la de Tristán Paulin, un joven y talentoso pintor que durante la mayor parte de su vida padece una malformación que le impide hablar y le obliga a llevar la mitad inferior de su cara continuamente embozada. Paulin intenta abrirse camino como pintor en el París bohemio y artista mientras ayuda a sus padres carniceros y padece las consecuencias de su tara, sintiéndose siempre el centro de un secreto que se le escapa. Cuando sus padres aparecen brutalmente asesinados, Tristán irá tirando del hilo del insospechado secreto que le rodea, un secreto del que será víctima y cómplice y marcará toda su vida. Si quieren saber más, ya saben, a leer el tebeo.
“
En carne viva” se encuadra dentro de “
Sécrets”, el proyecto más ambicioso del guionista
Frank Giroud, conocido básicamente en España por “
El Decálogo”, en el que, colaborando en cada ciclo con distintos dibujantes, propone historias independientes entre sí cuyo único denominador común es la existencia de un secreto familiar. De las distintas historias que hasta el momento componen “
Sécrets” seguramente esta es la más interesante y atractiva tanto por el momento y el lugar en que se encuadra la historia – el París de finales del XIX y principios del XX- como por la lograda caracterización de los personajes en una trama que atrapa al lector desde el primer momento.
Giroud y
Germaine logran un justo equilibrio entre el folletín decimonónico a lo
Sue y el relato constumbrista a lo
Maupassant manteniendo al lector atrapado en la intriga de un secreto que no acaba de desvelarse definitivamente hasta el final del tebeo (a pesar de las pistas que los guionistas van sembrando a lo largo de la historia). En ese sentido, es de destacar que no hayan optado por enfocar la historia en la línea manida de venganzas que hubiera resultado probablemente más comercial y haya planteado un tratamiento más maduro, adulto y ambiguo de los distintos personajes.
Si el guión es destacable, no se queda para nada atrás la labor de un
Rubén Pellejero que derrocha sabiduría en cada viñeta y muestra su enorme calidad narrativa y técnica en cada viñeta, reforzando una historia que en manos menos expertas no hubiera alcanzado este nivel de desarrollo.
Pellejero aporta claridadpara no perderse en una historia de parentescos que se desarrolla a lo largo de ochenta años a través de una estructura compleja, dejando buena muestra de una excelente labor de documentación en el tratamiento de las localizaciones en las que se desarrolla la historia.
Pellejero logra dotar de una personalidad definida a los distintos personajes que campan por sus páginas algo especialmente complejo en el caso del protagonista, Tristán, que es reflejando constantemente medio embozado. A pesar de contar con esta dificultad, el dibujante logra reflejar a través de la mirada del personaje sus distintas reacciones midiendo hábilmente la incorporación del texto escrito a través del diario y las notas que Tristán utiliza para comunicarse más como un elemento narrativo que como medio para acabar de definir a un personaje muy logrado.
Pellejero, se muestra, como es ya habitual, como un experto en el manejo del color y la perspectiva como elementos narrativos sobre los que sustentar distintos momentos de la historia pero, además, sus acuarelas sobre todo en la reproducción de las pinturas de Tristán como en los fondos de las localizaciones exteriores se vuelve más impresionista quizás en lo que es un homenaje a ese movimiento pictórico. Además,
Pellejero utiliza la composición de página como un medio más para reforzar y describir tanto las reacciones de los personajes como para reproducir la sensación de movimiento a través de elegantes recursos.
En definitiva, “
En carne viva” es un álbum que nadie debería perderse en el que queda en evidencia la importancia de la labor del dibujante para conseguir que una historia pase de ser un mero entretenimiento a convertirse en toda una obra de arte plagada de recursos. Yo no me la perdería.
Aquí pueden visitar el blog que
Pellejero ha abierto dedicado a esta obra.