jueves, 12 de abril de 2012

“Northlanders: La hija de Thor”, de Brian Wood, Simon Gane, Matthew Woodson y Marian Churchland.



Si algo ha definido la serie “Northlanders”,  la serie de vikingos que Brian Wood ha venido escribiendo para el sello Vertigo, es su irregularidad. Wood, en su línea inconformista y arriesgada, no se ha acomodado a fórmulas arquetípicas y ha experimentado con distintas propuestas ofreciendo historias interesantes frente a otras menos convencionales sin dar con un término medio que permitiera consolidar un proyecto que finalmente fue cancelado en su número 50. Este sexto volumen que publica ECC retoma la serie allí donde la dejó Planeta y recoge los números 37 a 41 de la serie regular. Reúne un conjunto de historias cortas en las que un Wood más pausado y menos histriónico que en tomos anteriores deja muestras de su creatividad realizando un buen trabajo.

La historia principal del volumen es “El asedio de París”, dibujada por el británico Simon Gane que se extiende a lo largo de los tres primeros números. Partiendo de un hecho histórico –el asedio de París por un ejército danés a mediados del siglo IX- Wood nos presenta al personaje de Mads, un guerrero vikingo que participa en el asedio y contempla como las viejas costumbres de saqueo y lucha cuerpo a cuerpo a las que está acostumbrado van siendo sustituidas por otras más sutiles y civilizadas con las que no acaba de sentirse cómodo. Wood hace avanzar la historia en torno a la relación de Mads con el temeroso monje Abbo, cronista del asedio Para la caracterización de los personajes, Wood opta por utilizar un lenguaje coloquial contemporáneo con lo que contrasta con los hechos bélicos que narra y dotar de un tono socarrón a una historia que no acaba de tomarse demasiado en serio. Gráficamente, la historia es probablemente de las mejores de todas la serie ya que Gane, un dibujante con influencias variopintas que van de Tardi a Corben, se adapta bien a los visuales guiones de Wood realizando un excelente trabajo.

Las siguientes dos historias son dos números autoconclusivos dibujados por autores con escasa experiencia, Matthew Woodson y Marian Churchland, que cumplen sobradamente en historias a las que quizás hubiera beneficiado algo más de extensión. El primero, “La Cacería”, es una correcta historia de aliento londoninano en la que un cazador sueco abandona en pleno invierno los territorios conocidos para adentrarse en la tundra helada en pos de una presa con la que acabará estableciendo una estrecha relación. La segunda, “La hija de Thor”, es una historia en la que Wood vuelve a interesarse por el papel de la mujer en las sociedades vikingas en una historia de iniciación sobre una adolescente que ha de probar su valía para liderar a su pueblo tras la muerte de su padre.

El conjunto es un volumen variopinto, entretenido y ágil en el que Wood por fin parece que había dado con el punto de equilibrio para haber logrado la continuidad de la serie. Sin embargo, las bajas ventas ya la habían sentenciado y esta no pasaría del número 50.