Al principio no parece que esté de humor para una entrevista. Émile Bravo viene directo de una sesión de firmas. “Ahora mismo estoy harto”, dice, “¡Coleccionistas. No parecen auténticos lectores. Les ves aparecer de cualquier parte a la caza de un bonito dibujo!. Pero pronto el mal humor se le pasa. Sentado en una tranquila cafetería, con una buena taza de café, rápidamente cambia de humor y cuenta su historia de una manera viva, apoyándose en animados gestos. Es una historia de la que “Mi mamá está en América y ha conocido a Buffalo Bill” ocupa buena parte.
P: ¿Por qué volviste a la Bruselas de entreguerras con Spirou?
P: ¿Qué podemos esperar de ti en el futuro?
‘Soy amigo de Jean Regnaud, el escritor del libro, desde niño y he trabajado con él muchas veces. Hasta ahora hemos hecho cuatro libros juntos y nunca hemos tenido problemas. Normalmente, nosotros escribiríamos la historia juntos, y después yo dibujaría todo. Y ahí está. “Mi mamá…” fue una historia diferente. Jean vino a verme hace cinco años con el texto bajo el brazo (sonríe). Y, me dijo, “si te gusta, quiero que lo ilustres”.
Leí el texto de “Mi mamá está en América y ha conocido a Buffalo Bill” y me emocionó. Conocía a Jean desde hacia años, y sabía que había perdido a su madre a muy temprana edad. Lo que no sabía era en que circunstancias él descubrió que su madre había muerto… Estaba completamente abrumado por la historia, y no creía que fuese la persona idónea para ilustrarla – eso era por lo que me había emocionado tanto. Conocía a todos en la historia. Al padre de Jean, a su hermano, a sus abuelos. Hasta a la niñera. Era muy duro, emocionalmente hablando. Pero al final Jean logró convencerme, precisamente porque yo era alguien cercano, y los conocía a todos. Pero eso no lo hizo más fácil, siendo honestos’.
P: Dices que ilustraste el libro. ¿Hay alguna diferencia entre la ilustración y tus otros trabajos artísticos?
B: “No, realmente, no. Nosotros no queríamos hacer un cómic tradicional, con una secuencia de viñetas o un número de páginas prefijado. No estaba realmente interesado en seguir las clásicas convenciones para un cómic. Viñetas fijas o no es algo que no podría importarme menos. Crear un cómic para mí es simplemente contar una historia en pocos dibujos. La relación entre el texto y el arte no es tan importante para mí. La historia debe ser narrada a lo largo del texto y el dibujo, sin embargo. Toma el libro de “Spirou” que he creado. Fue una historia con obvias referencias a la gramática de los cómics clásicos infantiles, porque era el formato dominante en los años treinta, cuando Spirou apareció.por primera vez. El rígido formato con tiras secuenciales de viñetas encadenadas separadas es una parte inherente a ese lenguaje.’
“Pero, más allá de aquello, ¿qué hace de un cómic un cómic?. Para mí es muy simple. Un cómic es un conjunto de imágenes y diálogos presentados como un todo. Si no tienes diálogos, el texto funcionará a un nivel puramente narrativo. En el caso de un cómic, el texto está predominantemente limitado a los diálogos. Y el resto debe ser contado, o mostrado, a través de los dibujos”.
Para “Mi mamá está en América y ha conocido a Buffalo Bill” yo utilicé muy conscientemente un número muy limitado de colores para definir el humor de la historia. Cada capítulo con su color predomiante, es un apoyo al mensaje que estoy intentando comunicar. Cuando el pequeño Jean aprende que no está muy lejos, uso un claro, casi agresivo tono de rojo. Pero en el texto no encontrarás patetismo y eso es lo que particularmente me gusta del libro. Puede conmover a sus lectores sin recurrir al melodrama. El pequeño Jean aprende que los adultos le mantienen oculto algo importante. Pero al final esto le permite ser un poco más libre, un poco más independiente, sin el lastre del desconocimiento.
P:” Mi mamá está en América y ha conocido a Buffalo Bill” usas un estilo ingenuo, muy simplificado. ¿Es para atraer la atención de tus lectores más jóvenes?
E:B: Evidentemente. Es una historia tan buena para los niños como para los padres. No hay que equivocarse, que sea una historia cruda o polémica no significa que no esté dirigida a los niños. Sería decepcionante que los padres no dejasen este libro a sus hijos. La obra pretende tender un importante puente entre la mirada infantil del mundo, y el modo en el que sus padres ven las cosas, con toda su experiencia. Puedo asegurarte que a los niños les encanta esta historia. Naturalmente, cada niño es diferente, y cada uno tiene su propia sensibilidad, pero todos lo pillan. Algunos siguen teniendo esperanzas que la madre aparecerá de algún modo (sonríe).
Creo que debería dejárseles acceder a cualquier buen libro, incluso si está fundamentalmente dirigido a adultos. Creo que este es el caso de toda la literatura clásica, los libros que no nos entretienen, pero que también te ayudan a crecer y comprender la vida. Me he impuesto la labor de usar mis cómics para preparar a los niños un poco para cuando ellos crezcan…Como sabes, la gente suele contar cuentos de hadas a los niños, cuentos que a menudo tienen un final particularmente horrible. Esos cuentos tenían una función esencial, advertían a los jóvenes sobre los cambios y los peligros de la vida. Y puedes estar seguro que necesitas prepararte, ahora más que antes. No creo que debas sobreproteger a los niños. Al Contrario, pienso que deberías traumatizarles un poco (ríe a carcajadas). Eso es porque es inmensamente más interesante hablar con los niños que con los adultos. No deberíamos aburrirles con cuentos moralistas. Simplemente deberíamos intentar ayudarles.
P: Déjame adivinar, ese también es el motor de tu serie Une Epatante Avonture de Jules (“Una maravillosa aventura de Jules”).
E:B: Para Jules normalmente empiezo a partir de sucesos que yo percibí cuando era muy pequeño. De algún modo, me di cuenta que todas esos cuentos de hadas no cuadraban, con sus cuentos de bellas princesas y horribles dragones. Estaba interesado en cosas más serias, cosas que podrías llamar cuestiones existenciales. A menudo pensaba sobre la vida y la muerte… Pienso que una de las razones era que mis padres eran bastante mayores cuando nací (risas). Estaba muy asustado que ellos murieran de viejos. ¿Qué pasaría conmigo entonces? ¿Y si morían, dónde irían? Esa eran las cosas que a mí me preocupaban.
Era, y todavía soy, un auténtico soñador, un chico que contemplaría las estrellas durante horas por la noche. Pero al mismo tiempo quiero saber cómo funcionan las cosas, y de qué forma llegaron a ser como son. Muy pronto me di cuenta que los humanos realmente no contamos mucho. La vida se acaba en un suspiro, así que deberías estar seguro que haces lo mejor la mayor parte de las veces. Y eso es lo que intento de algún modo introducir en cada historia (risas).
P: Te gusta situar a tus personajes en momentos claves de la Historia, como a Spirou en 1939 o Alekxis Sgrogonov en 1920. ¿Por qué es eso?
E.B: La gente a menudo tiene la sensación que ellos simplemente se adaptan a las cosas como vienen, con la Historia, pretendo discrepar. Creo que nosotros creamos la historia nosotros mismos. En Journal d’un Ingénu “Diario de un Ingenuo” Spirou, un simple botones, intenta influir en el modo que la historia transcurre a su alrededor. Un botones, una persona que apenas se ocupa de abrirle la puerta a la gente, intenta tener un impacto sobre cosas casi contra su buen conocimiento. Y al final él falla a causa de un estúpido incidente más allá de su control – después de todo, esto es un cómic, un relato, y no un ensayo histórico.
¡Pero la idea persiste! (ilusionado) ¡Si en este momento los políticos intolerantes o racistas – o peor aún, dictadores- son capaces de agarrarse al poder, nosotros como ciudadanos normales tenemos una cierta responsabilidad también! Lo que yo estoy intentando decir es que cada uno de nosotros existe como un ser individual, y que deberíamos actuar al máximo de nuestras propias capacidades. No deberíamos esperar a los héroes para saltar al escenario. Toma Alekxis Strogonov, que vive en el período de entreguerras. Ese periodo es particularmente interesante porque puedes ver como las consecuencias de la I Guerra Mundial incubarían lo que más tarde sería la II Guerra Mundial.
Mi padre fue un fugitivo español, que tuvo que escapar de su país a consecuencia de la Guerra Civil. Cuando era pequeño, a menudo me habló sobre aquel período y sobre qué pasó en el resto de Europa en aquella época. Era un joven soldado republicano que hacia su servicio militar en Barcelona cuando la guerra estalló. Casi fue alistado en el ejército franquista. Mi abuelo fue un oficial del ejército que estaba acuartelado en Zaragoza que se había puesto el bando de Franco al inicio de la guerra.
En su historia, mi padre nunca habló sobre sus acciones heroicas, o los combates – hablaba a menudo sobre sus convicciones políticas, y sobre como la guerra había formado aquella conciencia. Tuvo que escapar a Francia, como muchos otros de sus compartriotas. Así que, casi debo agradecer a la Guerra Civil Española que yo esté aquí ahora (risas). Quizás esa es la razón por la que estoy tan interesado en la historia.
Creo que es muy importante que la gente tenga una buena comprensión del pasado. Lo que me interesa en mis propias historias, como Strogonov pero también Spirou, es el aspecto de los personajes. No deberías hablar de la historia por la historia. La Historia a menudo es un gran revoltijo, algo que nadie es capaz de desliar del todo. Alekxis Strogonov acaba en Berlin y conoce una banda de ultranacionalistas alemanes – ¡ él es ruso! No está realmente claro para él en aquella época lo que aquella banda significa, y de lo que son capaces.
P: ¿Por qué volviste a la Bruselas de entreguerras con Spirou?
E.B: ¡ Porque Spirou es un belga! Y porque Bélgica me fascina. Es un país fantástico. Soy un antinacionalista convencido – Viajo mucho, y encuentro seres humanos en todos los sitios, ni alemanes ni americanos, ni cualquier otra cosa. Todos esas autoproclamadas “culturas” – ¡ No pertenecen a un único pueblo! Todos forman parte de todas las culturas. Las culturas y religiones pertenecen a todos, incluyéndote a ti. Eres un ser humano, lo que te convierte en parte de la humanidad. No veo como puedes reivindicar una cultura propia…Eso es lo que los nacionalismos hacen, reivindican diferentes aspectos de la cultura como propios y a menudos de una manera brutal y violenta. Ellos reivindican la “única” y “verdadera” identidad de un pueblo… Eso es una tontería”.
Los franceses son muy buenos en eso. Ellos te enseñarán aquella historia gloriosa, “la Francia de siempre” y nuestros antepasados, los galos… Pienso que están estafando a la gente, para ser honesto. Si tú aplicas eso a Bélgica, verás un pequeño país que ha sido pisoteado por ejércitos de todas las esquinas del mundo durante siglos. Eso proporciona un humor surrealista y la carencia de un “nacionalismo belga”. Los belgas tienden a no tomarse a sí mismos demasiado en serio, y esa es una cualidad que me gusta mucho. Pero hay siempre cierta gente que intenta beneficiarse políticamente de ciertas insatisfacciones.
Las cosas no tienen esa grandeza en Francia en este momento, sabes. Ellos están recortando en salud y educación. ¿La razón? ¡ Estamos dirígidos por una panda de imbéciles! Tengo una teoría sobre eso. En el pasado la gente estaba entumecida por el hambre y largas jornadas de trabajo. Hoy en día estamos enmudecidos por los medios de comunicación, por la televisión. La televisión podría ser un fantástico medio si nosotros la usáramos para la comunicación y la educación. Ya no somos ciudadanos sino meros consumidores. ¿Cómo esperamos convivir juntos? Todos pensamos solo en nuestro propio beneficio. Me preocupa decir esto, realmente. Pero espero que el simple hecho de hacer libros para niños provoque de algún modo una diferencia. Siempre y cuando los jóvenes empiecen a pensar sobre las cosas que leen, hay esperanza. No hablo sobre armarse y lanzarse a las barricadas. Es usar la televisión de un modo más consciente y cómo dejar de estar asustado.
La gente está asustada de todo. Los libros para niños probablemente no cambiarán eso demasiado pero siempre intento cambiar las expectativas de la gente, y hacerles pensar: las princesas pueden ser increíblemente feas, o un dulce osito puede ser muy cruel, cosas como esas.
P: ¿Qué podemos esperar de ti en el futuro?
E.B.: De momento estoy preparando el próximo libro de Jules, el sexto. Es sobre el fin del mundo. No sobre todos los desastres ecológicos que están vaticinando, sino sobre la condición humana. Probablemente lo usaré para presentar algo de mis propios traumas, cosas como la posesión, el beneficio, la organización de la sociedad, la carrera de locos institucionalizada… Cuando voy a escuelas y hablo a los alumnos, comprenden de lo que estoy hablando muy bien. Esa es una de las grandes ventajas de series como Jules: hace el diálogo intergeneracional posible. Los chicos preguntan a sus padres o abuelos qué es el universo, o Dios, o en que ocupan el tiempo… Cuando hablo a los chicos en clase siempre empiezo con la misma pregunta, la pregunta que debería ser planteada una y otra vez “¿Quién soy yo?” Esa pregunta cambia tu punto de vista, y todas las cosas se vuelven más relativa. Quiero lograr que la gente piense y hable. Cuando consigo eso, soy un dibujante feliz.