Hoy recuperamos del olvido al que nuestros editores han defenestrado al cómic clásico europeo una obra referente en más de un sentido del género histórico que tan bien han sabido explotar al otro lado de los Pirineos. Una serie que a pesar de empezar a publicarse hace más de sesenta años (1948) en las páginas de “Tintin” se mantiene vigente (acaba de aparecer el 28º álbum este mismo año) convirtiéndoe en un referente de la línea clara a su autor, el francés Jacques Martin, uno de los prolíficos autores de esta escuela. Como ya se habrán imaginado, me refiero a “Alix”.
“Alix” es una de romanos en la que el protagonista, el mismo que da título a la serie, es un joven príncipe galo (a modo de curiosidad hijo del jefe galo Astorix, cuyo nombre parodiaron Uderzo y Goscinny para crear a ya sabéis quién) que es adoptado por la familia Graco en los convulsos tiempos del primer triunvirato. Acompañado por su amigo, el joven egipcio Enak, Alix recorrerá el mundo antiguo desde Troya hasta la civilización azteca viviendo todo tipo de aventuras y desbaratando las numerosas intrigas políticas en las que se ve inmerso.
Jacques Martin, uno de los autores más prolíficos de la escuela franco belga clásica que había empezado su carrera dibujando escenarios y vehículos en “Tintin” (y más desconocidos en España), encontró el espaldarazo definitivo en esta serie en la que ha plasmado todo su amor por el mundo antiguo con un rigor y una documentación sorprendentes para la época sin olvidar por ello el tono aventurero que la historia y el protagonista requieren. Los primeros álbumes de la serie tuvieron una extensión de 64 páginas hasta pasar a los 48 actuales y en ellos se percibe la evolución de Martin desde los prmeros álbumes en los que es notoria la influencia de otro grande de la línea clara como es Jacobs hasta dar con un estilo propio en el que prima aparte de la narración la reproducción al detalle de objetos y edificios.
Martin se ocupó de la serie como autor completo hasta bien entrados los años noventa pero como consecuencia de los achaques de la edad y su exigente ritmo de trabajo con el paso de los años fue delegando en colaboradores como los dibujantes el suizo Rafael Morales, Marc Henniquiau, Cedric Hervan, Christophe Simon o Ferry, y los guionistas François Maingoval y Patrick Weber aunque se ha ocupado hasta estos últimos álbumes de supervisar los argumentos de las historias aunque ninguno de estos ha alcanzado el sentido de la composición y el detallismo que Martin logró en sus álbumes en solitario.
Mientras que en Europa "Alix" es un clásico con una secuela casi tan lóngeva como la serie principal, "Les voyages de Alix", con guiones de Martin y dibujo de distintos autores, en España, es una serie prácticamente desconocida ya que sólo se publicaron los primeros álbumes a finales de los años sesenta por la editorial Oikos Tau, más algunos álbumes sueltos sin periodicidad ni orden de "Alix" y "Los viajes de Alix" por parte de Norma y Glénat. Se trata de un auténtico clásico semidesconocido que no estaría de más fuese recuperado en bonitos integrales por alguna avispada editorial.
Les dejo una completa y exhaustiva entrada sobre la serie y el autor, aquí. Además el amigo Emilio dedicó una entrada a la obra de Martin en La Biblioteca de Thule que no deberían perderse. Pero, lo más alucinante de todo es que el núcleo taliban de aficionados españoles a esta obra le ha dedicado una página web muy chula que pueden consultar aquí y si dominan el idioma francés no dejen de pasarse por este sitio.
“Alix” es una de romanos en la que el protagonista, el mismo que da título a la serie, es un joven príncipe galo (a modo de curiosidad hijo del jefe galo Astorix, cuyo nombre parodiaron Uderzo y Goscinny para crear a ya sabéis quién) que es adoptado por la familia Graco en los convulsos tiempos del primer triunvirato. Acompañado por su amigo, el joven egipcio Enak, Alix recorrerá el mundo antiguo desde Troya hasta la civilización azteca viviendo todo tipo de aventuras y desbaratando las numerosas intrigas políticas en las que se ve inmerso.
Jacques Martin, uno de los autores más prolíficos de la escuela franco belga clásica que había empezado su carrera dibujando escenarios y vehículos en “Tintin” (y más desconocidos en España), encontró el espaldarazo definitivo en esta serie en la que ha plasmado todo su amor por el mundo antiguo con un rigor y una documentación sorprendentes para la época sin olvidar por ello el tono aventurero que la historia y el protagonista requieren. Los primeros álbumes de la serie tuvieron una extensión de 64 páginas hasta pasar a los 48 actuales y en ellos se percibe la evolución de Martin desde los prmeros álbumes en los que es notoria la influencia de otro grande de la línea clara como es Jacobs hasta dar con un estilo propio en el que prima aparte de la narración la reproducción al detalle de objetos y edificios.
Martin se ocupó de la serie como autor completo hasta bien entrados los años noventa pero como consecuencia de los achaques de la edad y su exigente ritmo de trabajo con el paso de los años fue delegando en colaboradores como los dibujantes el suizo Rafael Morales, Marc Henniquiau, Cedric Hervan, Christophe Simon o Ferry, y los guionistas François Maingoval y Patrick Weber aunque se ha ocupado hasta estos últimos álbumes de supervisar los argumentos de las historias aunque ninguno de estos ha alcanzado el sentido de la composición y el detallismo que Martin logró en sus álbumes en solitario.
Mientras que en Europa "Alix" es un clásico con una secuela casi tan lóngeva como la serie principal, "Les voyages de Alix", con guiones de Martin y dibujo de distintos autores, en España, es una serie prácticamente desconocida ya que sólo se publicaron los primeros álbumes a finales de los años sesenta por la editorial Oikos Tau, más algunos álbumes sueltos sin periodicidad ni orden de "Alix" y "Los viajes de Alix" por parte de Norma y Glénat. Se trata de un auténtico clásico semidesconocido que no estaría de más fuese recuperado en bonitos integrales por alguna avispada editorial.
Les dejo una completa y exhaustiva entrada sobre la serie y el autor, aquí. Además el amigo Emilio dedicó una entrada a la obra de Martin en La Biblioteca de Thule que no deberían perderse. Pero, lo más alucinante de todo es que el núcleo taliban de aficionados españoles a esta obra le ha dedicado una página web muy chula que pueden consultar aquí y si dominan el idioma francés no dejen de pasarse por este sitio.