Leído por fin el cómic del
momento: la adaptación que del poema épico “Beowulf” han realizado el dibujante
David Rubín y el guionista Santiago García y que en un cuidada edición, a gran
tamaño, publicada por Astiberri Ediciones. Un cómic que esperaba con interés avalado
no solo por el talento de sus autores sino porque tenía mucha curiosidad por
ver cómo eran capaces de adaptar la gestas de Beowulf –a las que tengo especial
cariño desde que la descubriera de niño en “El Mundo de lo Desconocido. Todo
sobre monstruos” – tras la magistral película de animación que Robert Zenneckis (dirección)
y Neil Gaiman (guión), de hace pocos años.
La historia es conocida.
Durante doce años el monstruo Grendel asola las tierras del Rey de los
Skyldingos hasta que a las mismas llega el héroe Beowulf y sus compañeros
ávidos de gloria dispuestos a acabar con el sanguinario ser. Sin embargo,
Beowulf no tendrá solo que enfrentarse a Grendel sino que además se las verá
con la madre de este –un monstruo todavía mayor- y, años más tarde, con un
dragón que asola su reino con el que acabará de cimentar su leyenda de Matador
de Monstruos.
Aunque hayan renunciado a
los elementos mágicos de la historia especialmente a los relacionados con la
madre de Beowulf, lo mejor que se puede
decir del “Beowulf” de Rubín y García es que los autores han sido fieles a sí
mismos y, sobre todo, al medio en el que trabajan para ofrecer una más que correcta
adaptación de las gestas de Beowulf sacando en todo momento el máximo partido a
los recursos del medio.
Santiago García firma un
buen guión en el que prioriza ante todo dotar de libertad creativa al dibujante
y potenciar al máximo su lucimiento, asumiendo un segundo plano prescindiendo de cualquier tipo de cartela o cuadro de texto para que sea la
fuerza de las composiciones de Rubín las que lleven aparentemente el peso de la
narración y guardándose dos o tres momentos climáticos muy bien planteados para
profundizar en la personalidad del protagonista. García deja muestras de su
conocimiento del medio para sintetizar la historia y plasmarla de un modo
atractivo y elegante, destacando especialmente, la estructura que respeta la
división clásica en tres capítulos en función de los enfrentamientos de Beowulf con cada uno de los
monstruos e insertando en las primeras páginas de cada uno de estos una
vistosa narración en paralelo para presentar diversos flashbacks y aprovechar
asñu al máximo la composición para dejar más adelante espacio a la representación de
Rubín de los enfrentamientos con los monstruos.
Pero, sin duda, el peso de
la historia recae en un David Rubín del que había que ver cómo se manejaba tras
su excelente “El Héroe” y, sobre todo, se adaptaba a trabajar en equipo con un
guionista. Se puede decir que el resultado es más que positivo en las dos
cuestiones, ya que aunque “Beowulf” no sea un cómic tan sorprendente como aquel
es el espectacular trabajo de Rubín el que nos engancha a la historia y nos
guía a lo largo de sus páginas al servicio de las sútiles indicaciones de
García hasta el punto de unificarse perfectamente ambos aspectos para no poder
distinguirse con claridad donde empieza la labor de uno y acaba la del otro..
Rubín se centra en lo esencial de la historia logrando
sinteizar en esta obra la grandeza épica de cómics ochenteros como el “Ronín” o
el “Daredevil” de Frank Miller o el “Thor” de Walter Simonson con el minimalismo
narrativo de autores modernos tan alejados entre sí como Frank Quitely y Frederik
Peeters. Especialmente destacable es el exquisito tratamiento del color,
aprovechando especialmente la fuerza del Rojo para dotar de hilazón narrativa a la obra. Además “Beowulf” está repleto de recursos
gráficos que aúnan la espectacularidad estética con una significación narrativa
a la hora de ayudar a desarrollar la historia. Desde las viñetas que muestran
el punto de vista de los monstruos hasta las pequeñas viñetas que amplían
detalles de las splash situadas al fondo.
En fin, “Beowulf” es una
dignísima adaptación de la gesta original y un notable cómic de acción que bajo la
aparente simplicidad de su argumento esconde una sofisticación formal y
narrativa que lo hace especialmente destacable para todos los que les gusten
los buenos cómics y lo sitúan por encima de la media. Muy interesante.