martes, 16 de noviembre de 2010

“Ken Games: Cisseaux”, de Robledo y Toledano.

Con la tercera entrega de la serie que acaba de publicar en una cuidada edición Diábolo Ediciones finaliza “Ken Games”, una trilogía que ha supuesto el espaldarazo definitivo fuera de España de sus autores, José Robledo y Marcial Toledano, con una historia de género que aporta dentro del clasicismo de su temática -una red de mentiras que atrapa a sus protagonistas- una visión moderna y un enfoque original.

En “Cisseaux”, la red de mentiras en que se veían envuelto el trío de protagonistas se desenreda y los autores cuadran el círculo atando los cabos pendientes en la conclusión de una historia en la que el peso de la historia recae en la bella Anne quién ha de resolver el terrible dilema que se le plantea cuando uno de sus amigos se convierte en el objeto de su actividad profesional.

A estas alturas, es meritoria la capacidad de los autores de lograr mantener la intriga de la historia hasta el final sin que el lector sea capaz de prever las reacciones de unos personajes complejos y bien construidos a pesar, o precisamente por, todas sus dobleces. Parafraseando a uno de los personajes del álbum “cuando el final es evidente, tienes que lograr que el viaje merezca la pena” y ese ha sido el objetivo del equipo creativo en esta tercera entrega en la que logran el más difícil todavía de mantener la intriga de la historia hasta sus últimas páginas sin evidenciar por ello el final de una historia en la que el destino de los protagonistas no se decide hasta su conclusión.

Ken Games” es una serie de estudiada simetría en la que los autores han gustado mezclar con éxito mundos aparentemente antagónicos como el boxeo con el ajedrez, las matemáticas con la ludopatía o la literatura para niños con el noble arte del asesinato, que diría de Quincey, para elaborar una trama de intriga y misterio a través de la perspectiva, en cada uno de los álbumes que la integran, de un protagonista diferente adaptando con acierto lo mejor del manga, la BD o el “maisntream” americano a una obra sin fisuras. Era fácil dada la compleja trama perderse en sus vericuetos pero es notable la capacidad de los autores para ofrecer una narración fluida que permite al lector ir encajando las piezas sin ver por ello el dibujo final hasta tener colocada la última de ellas al tiempo que se introducen recursos gráficos que procuran sorprender al lector visualmente.

Es notable el esfuerzo realizado por Robledo y Toledano para aportar dentro de las trilladas y, en demasiadas ocasiones, encorsetadas propuestas de género una obra tan diferenciable e interesante sin limitarse a repetir fórmulas previsibles con lo que la historia está destinada a mantener su vigor durante muchos años. Toda una buena noticia para el cómic nacional que haya autores con tantas ganas y tantas ideas. Obligatorio seguirles la pista.

Más “Ken Games” en El lector impaciente:

Pierre
Feuille”.

"El Arte de Volar", Premio Nacional del Cómic

A través de Es muy de cómic, me entero de la noticia del Premio concedido a Kim y Antonio Altarriba por "El Arte de volar" que ya comentamos por aquí.

Aparte de la felicitación a los premiados, resaltar que me parece una buena noticia para el medio que el Premio Nacional se consolide y no sea flor de un día. Que sea por muchos años.

La película de zombis que nunca termina.

P: ¿Cómo nació la idea de The walking dead? ¿Fue toda suya o tuvo algo de encargo?

R: La idea fue mía. Vino de mi amor por las películas de zombis, porque odio la manera en que terminan todas: los personajes se quedan sin tiempo y desaparecen en la puesta de sol. Yo quería ver qué era lo que pasa después. Siempre he pensado que hay infinitas historias que se pueden contar con esa gente: quiero ver dónde van, qué hacen, cómo continúan sus vidas. De ahí surgió The walking dead: es como la película de zombis que nunca termina. Es la exploración de cómo viven los personajes después del fin de la sociedad

P: ¿Cuánto de importante era para usted la parte de zombie de la historia y cuánto reflejar los problemas que surgen en una sociedad aniquilada, sumida en el caos?

R: Los zombis son sólo el trasfondo; lo mismo podría ser una plaga o una invasión alienígena. Me interesaban los personajes. Diría que The walking dead es el 90 por ciento personajes y 10 por ciento zombis. Los zombis están ahí para que las cosas sigan interesantes. Si veo que se está poniendo aburrida la historia, puedo hacer que ataque un zombie: es un buen catalizador para darle emoción. Pero el centro de la historia siempre ha sido la interacción personal y cómo sobreviven los personajes, las cosas que están dispuestas a hacer, los sacrificios, las líneas que están dispuestas a cruzar por sobrevivir.

P: Nunca ha explicado la razón por la que hay zombis. ¿Cómo de importante era dejar la causa del contagio zombis de fondo?

R: Creo que The Walking Dead está basado en la realidad. Los comportamientos y los personajes son reales, podrían ser alguien con quien tratamos a diario. Y creo que esto es porque, aparte del hecho de que hay muertos andando por ahí, es una historia real. Y no quería perder el tiempo explicando por qué hay zombis: entonces lo único en lo que vas a entrar es en una explicación irreal, en ciencia ficción o en magia. Al distanciarnos de ese aspecto, y aceptar simplemente que existen y seguir adelante, ha permitido que la historia se mantenga con los pies en el suelo.

P: ¿La concibió desde el principio como una historia sin final?

R: En realidad no es que no tenga final: lo tiene, pero muy lejos en el futuro. Tengo un fin pensado, pero no planteo llegar a él hasta dentro de varias décadas. Siempre tuve en mente seguir adelante durante años, una decisión que en ese momento de mi carrera fue muy atrevida. No sabía lo que iba a durar, pero siempre quise que fuera una historia muy larga.

(Kirkman estuvo en España y dejó una perlita de entrevista publicada en “Público” y que podéis leer completa aquí. Sus respuestas son interesantes y dejan entrever algo que los seguidores de la serie ya intuíamos, que estábamos ante una serie-río cuyo final, aunque ya planificado, puede alargarse en el tiempo. No me parece mal mientras Kirkman sea capaz de mantener el nivel mostrado hasta ahora y seguir profundizando en los personajes sin caer en la repetición de estructuras.
Con lo que no estoy de acuerdo es con su aparente intento de distanciar la serie del género al que pertenece. "The walking dead" no es un cómic realista es un cómic de terror que imita la realidad y como buena obra de género que es permite explorar situaciones y comportamientos que quizás se puedan extrapolar a la realidad. Y, por otro lado, no me acaba de convencer su explicación acerca de la ausencia del origen de la epidemia zombi. No me extrañaría que Kirkman se guardara ese as en la manga porque no creo que ofrecer esa explicación afectara al tratamiento “realista” de la serie…¿Vosotros qué opináis?

Seguiremos atentos a la evolución de una de las series más interesantes de la última década).