Una obra indispensable para
cualquier buen aficionado a los cómics de superhéroes, en general, o a la
mastodóntica figura del guionista británico Alan Moore, en particular, se me
antoja este interesante volumen publicado por ECC Ediciones en el que se
recogen todos los trabajos dispersos de Moore para distintas cabeceras de DC realizados en el período inmediatamente posterior a su larga y exitosa
etapa en “La Cosa del Pantano” e inmediatamente previo a las dos indiscutibles
obras maestras a las que debe buena parte de su fama, “Watchmen” y “V de
Vendetta”. El interés
de este libro precisamente es contar con el resto de la dispersa producción de Moore, incluida la excelente “La
Broma Asesina” realizada por Moore con Brian Bolland. Dado que esta obra y las
que Moore realizase sobre “Superman” – “¿Qué fue del Hombre del Mañana?”, “Los
Confines de la Jungla” y “Para el hombre que lo tiene todo”- que por su importancia y entidad merecen
entradas aparte, me centraré en esta en cuanto al contenido a comentar el resto de las
historias que no por menores o menos conocidas son mancas de calidad.
Estas obras ponen en
evidencia la gran versatilidad de Moore, que partiendo de la necesaria premisa
superheroica realiza historias atemporales (con esto me refiero más allá de su
concepción clásica con que cuentan con una entidad propia, que no hace necesario al
lector neófito un conocimiento profundo de los personajes que las protagonizan para disfrutar plenamente de la aventura) plantea las historias dentro de las conveciones de la Ciencia Ficción, el Terror o el thriller
urbano.
Son quizás las historias de
Ciencia Ficción que tiene por protagonistas a los Green Lanters y los Omega Men
las más intrascendentes. Historias de pura Ciencia Ficción en las que Moore
despliega su ironía y toda su capacidad para la fantasía sin dejar de lado el
trasfondo ideológico que suele aplicar y que en cierto modo están emparentadas
con el modelo de las clásicas historias del género de E.C . Así, en las sencillas historias como
las de los “Omega Men” , “En la noche más oscura” (en uno de los primeros
trabajos de Bill Willingham) o “Mogo no tiene vida social” basan su eficacia
cómica en el descubrimiento de la sorpresa final que denuncia la cortedad de
miras de los protagonistas. Más enjundia e intensidad tiene la excelente “Tigres”
que en clave de paradójico cuento árabe de las Mil y Una Noches cuenta una
historia centrada en Abin Sur y que sirvió de base a buena parte del trabajo de
Geoff Johns en las colecciones del Gladiador Esmeralda. Quizás el dibujo de
Kevin O’Nell no fuese el más adecuado para plantear una historia de espantajos
cósmicos abisales aunque O’Neill salva los muebles con suficiencia
“Barro Mortal” es una
excelente historia de Batman que creo que no se había reeditado desde los
tiempos de Zinco en la que Moore juega a poner en evidencia el grado de la
locura de Clayface II. Es bastante probable que se inspirase en películas como
“Tamaño Natural” o “Maniac” para inspirar
el tratamiento de la locura trágica de Clayface un demente deforme que intenta
llevar una pacífica vida burguesa en paz junto al maniquí del que está
enamorado escondido en unos grandes almacenes. Sin embargo, sus celos
esquizoides le llevan a cometer un asesinato y que Batman tenga que actuar. El
interés principal de la historia se encuentra en la acertada elección como
narrador de la historia de Clayface poniendo en cuenta la asimetría entre la
locura consentida socialmente de Batman frente a la nociva de Clayface. El poco prolífico George
Freeman realiza un interesante trabajo gráfico.
Ese mismo recurso de otorgar
el protagonismo al malvado dejando al teórico héroe en un rol secundario, lo
usó previamente en la magistral “Día del Padre” en la que Moore abordaba el
siempre espinoso tema de los abusos sexuales de un padre a su hija en una
historia “teóricamente” protagonizada por el Vigilante. El Vigilante, de hecho,
es el invitado a una historia en la que el choque entre la ficción superheroica
y la realidad más sórdida es total, siendo el héroe ridiculizado a lo largo de
toda la narración quedando en evidencia ante la complejidad y ambigüedad moral
de la posición del resto de los personajes. Estructuralmente, es la historia
más ambiciosa de todo el volumen y si no ha tenido más eco ha sido
probablemente debido a que la serie “Vigilante” no ha sido reeditada
desde su publicación original en los tiempos Zinco a pesar de su enorme calidad.
El poco valorado y conocido Jim Baikie realiza un primoroso trabajo gráfico a
la hora de narrar con habiidad la compleja historia ideada por Moore.
Precisamente otra historia
que destaca en la forma sobre el fondo es la narración del origen del Fantasma
Errante recogida en “Pisadas”. Se trata de un perfecto ejemplo de trama en
paralelo en el que Moore explica con brillantez el origen canónico del
personaje –un ángel desterrado en la Tierra al no apoyar abiertamente ni a Dios
ni a Satán en la Lucha Celestial- comparándolo con una historia de terror
urbano protagonizada por miembros de la célebre banda callejera de Los Ángeles que se dedicaban
a vigilar el metro de NY en los ochenta. Quizás es una de las historias de las más
directas en cuanto a su objetivo de las ideadas por Moore pero deja
perfectamente clara la ambigüedad del personaje. En el terreno gráfico, el gran
Joe Orlando sabe dar el toque tenebroso justo a las dos historias paralelas
mostrando una saludable compenetración con Moore.
Otra de las grandes pequeñas
historias de este volumen es “Olimpiadas Nocturnas”, protagonizada por Flecha
Verde/y dibujada por Klaus Janson en la que Moore reinterpreta a su
manera la concepción oscura del superhéroe propuesta por Frank Miller en
“Daredevil”. Seguramente es la historia menos elaborada de todo el volumen a lo
que no contribuye precisamente el pobre dibujo de un Janson que siempre ha
destacado más como entintador pero, sin embargo, la historia se lee con agrado
por las ideas sugeridas en el pobre desarrollo con un villano émulo del héroe
que le reta a una competición por los tejados de la ciudad tras haber herido a
la novia de un héroe dispuesto a tomarse la justicia de su mano.