Dada la enorme pila acumulada de lecturas y entradas pendientes este año más que destacar un único cómic, libro y película como venía haciendo otras veces, me apetece dejar mi percepción, que no análisis, sobre lo que ha sido el 2011 en torno al Cómic y alrededores.
Ha sido este un año como no podía ser de otro modo marcado por la crisis a todos los niveles en el que paradójicamente las ventas de cómics han aumentado, aunque ese aumento no ha beneficiado a todos por igual y las pequeñas editoriales, la mayor parte de los autores patrios y las librerías se las han visto y deseado para mantenerse. En ese sentido, no todas lo han conseguido y librerías emblemáticas y veteranas como Enigma Cómics o El Aventurero, en Madrid, y hermosos proyectos como Pictografics, en Barcelona, han visto como tenían que cerrar sus puertas.
A nivel editorial, la gran noticia ha sido la perdida /renuncia de los derechos de los cómics DC por parte de Planeta a favor de la desconocida ECC, empresa tras la que se encuentra el antiguo packager de Planeta, El Catálogo, S.L. A priori, ECC anuncia nuevas ideas a la hora de editar los tebeos DC y una apuesta por las ediciones económicas. De momento, habrá que darles el beneficio de la duda y confirmar que las ilusionantes expectativas que supone un nuevo proyecto se cumplan.
Tras el gran bombazo, la otra gran noticia destacable a nivel editorial ha sido la desvinculación de Glénat España de la empresa madre francesa. Joan Navarro explicó casi el día a día a través de su blog los pasos que iba dando para salvar su editorial mostrando que no es oro todo lo que reluce tras los grandes titulares de prensa.
Acuciadas por la crisis, parece que desde las editoriales más grandes empieza a hacerse caso a las demandas de los aficionados con lo que las publicaciones estrella de este año han sido las reediciones en formato económico o la publicación de material clásico en formato de lujo.
Así, por un lado, hemos visto como Panini consolidaba sus dos grandes líneas “Marvel Heroes” y “Extra Superhéroes” al tiempo que saldaba los criticados BoME, mientras, por otro, Norma ha publicado la imposible “American Flagg” y reeditado otros como “The Black Kiss” o “The Rocketeer” y apostaba paradójicamente por ediciones “lujosas” y para regalar de éxitos como “Planetary”. Y, también hay que alegrarse que una pequeña editorial como Ponent Mon continue adelante con la publicación de "Cerebus" en castellano. Sin embargo, la noticia del año ha sido la aparición de “La Gran Colección de Astérix”, una edición que por fin hace justicia al talento de Uderzo y Goscinny.
Las editoriales más pequeñas han reducido el número de novedades y han apostado, en ocasiones, por las reediciones de valores seguros, y han surgido proyectos innovadores como Caramba a los que habrá que seguir de cerca. Y es que la impresión general es que el cómic en papel tiene los años contados y el digital es imparable con lo que editoriales como Norma o la librería Koomic empiezan a posicionarse.
A nivel autoral, no ha sido un gran año. No se puede considerar que haya habido una gran obra que haya destacado por encima del resto. El nivel medio ha sido bastante alto, eso sí, pero no ha habido ningún autor que me haya deslumbrado aunque gente como Valenzuela, Rubín, Roca, Blain o Craig Thompson han dejado tebeos más que interesantes. Sin embargo, si hay un autor que se ha prodigado en cantidad y calidad ha sido Bastièn Vivès, el futuro es suyo.
Finalmente, la blogosfera comiqueril resiste. Y eso por sí solo, comprobando el auge de las redes sociales y la inmediatez que proporcionan, ya es una noticia… Algunos pesos pesados no se han prodigado tanto como nos tenían acostumbrados pero hay nuevas páginas y blogs dispuestas a sumarse a la fiesta lo cuál siempre resulta enriquecedor y ayuda a la divulgación. Lamentablemente, lo más triste han sido algunos rifirafes en torno al cansino y poco constructivo debate novela gráfica sí, novela gráfica no en el que no ha ganado nadie y hemos salido perdiendo todos.
A nivel particular, El lector impaciente ha resistido otro año, centrándose el blog prácticamente en el cómic y en la literatura, en menor medida. El cine, un poco por falta de tiempo y otro por falta de enamoramiento con un año que ha dejado poco de rascar ha visto su cuota sensiblemente reducida. Volverá, seguramente, porque la mía con este medio es una relación de amor-odio pero de momento me resisto. Por otro lado, me he atrevido incluso con alguna traducción lo cuál me ha resultado gratificante y he abierto la puerta a comentar series, pero este tipo de entradas seguirán teniendo una importancia marginal porque El lector impaciente es un blog esencialmente dedicado al Cómic y la lectura. También he colaborado con otros medios lo que no ha dejado de ser una experiencia tan estresante, en ocasiones, como bonita. Desde aquí agradecer a todos los que me propusieron participar en maravillosas y locas aventuras –aceptase o no- el haberse acordado de mí.
¿Seguiré en 2012? Hoy por hoy, sí, mientras la salud y mis prioridades afectivas y laborales lo permitan. Y es que El lector impaciente solo trata de mis aficiones que no importan, amigos, pero buena parte de lo importante en la vida es precisamente lo que no importa.
¡ Feliz e Impaciente 2012!