jueves, 27 de septiembre de 2007

“El Orfanato” a los Oscar.


Pues finalmente, como imaginaba gané la apuesta y tras "una dura deliberación", como suele decirse, los miembros de la Academia han decidido que la representante española al Oscar a mejor película extranjera sea para “El Orfanato”, la obra todavía inédita del nóvel Juan Antonio Bayona.
La película una historia de fantasmas, protagonizada por Belén Rueda se rodó íntegramente en Asturias y todavía no se ha estrenado en las salas comerciales así que sólo unos pocos privilegiados han podido verla, aunque parecía de cajón que era la candidata que más interés podía despertar en Hollywood frente a la competencia de “Trece rosas rojas” y “Luz de Domingo”. De hecho, ya una productora norteamericana ha comprado los derechos para realizar un “remake” con actores norteamericanos como ya hiciera Tom Cruise con “Abre los ojos” de Aménabar. La película será la que inaugure el próximo día 4 el próximo festival de Sitges y espéremos pronto llegue a nuestras pantallas, tras las buenas críticas obtenidas en el Festival de Cannes.

Mucha suerte.

“Promethea 2” de Alan Moore y J.H. Williams III



Leído el segundo tomo de “Promethea”, que reúne los números 7 al 12 de la colección original y que con bastante retraso respecto al anuncio inicial nos ofrece Norma Editorial, no puedo más que reiterarme en la excelencia de esta obra, sin duda uno de los trabajos más personales de Alan Moore y a la altura, si no supera obras tan importantes como “Watchmen” o “V de Vendetta”. ¿Por qué asevero esto? Porque en esta obra, que en principio podría catalogarse como menor, Moore da rienda suelta a sus obsesiones personales, la magia, los simbolismos y la imaginación. Estos componentes, que no son ajenos al resto de sus obras, (ahora mismo me viene a la cabeza “From Hell”, por ejemplo) encuentran en “Promethea” su medio natural de expresión, una colección que Moore utiliza para explicitar y desarrollar desde su propia filosofía vital hasta su erudición y conclusiones sobre el ocultismo y la magia en lo que, en muchas ocasiones, deja de ser un cómic comercial para transformarse en un auténtico ensayo gráfico que demuestra las potencialidades inexploradas de un medio, el Cómic, limitado únicamente por el talento del que lo utiliza. Esto es particularmente evidente conforme avanzamos en la lectura de este segundo tomo, en el que Moore va abandonando paulatinamente las tramas de acción y los enfrentamientos con los demonios para centrarse en el aprendizaje de Sophie Bangs de los poderes y responsabilidades que conlleva ser la nueva encarnación de Promethea. De este modo, a lo largo de varios capítulos Moore deja a Promethea vagar por diversos aspectos vitales a través de los que se manifiesta la imaginación humana, el subconsciente representado por la Inmateria, el sexo con Faust o su aprendizaje a través de las Cartas del Tarot en su conversación con las serpientes del caduceo. Además, Promethea es un cómic narrado desde una vertiente femenina que no feminista en la que no aparecen hasta ahora personajes masculinos de importancia en las tramas, salvo curiosamente los villanos, lo que no deja de ser una novedad en un género como el de superhéroes tan tradicionalmente machista. Moore, como ya hiciera en “Watchmen” modela las bases y convenciones del cómic de superhéroes “clásico” para inventar algo completamente nuevo que sorprende sin desagradar al lector compulsivo y enganchará a un lector culto ajeno al género. Pero Moore no se limita a innovar en lo conceptual sino que a nivel narrativo Promethea también se convierte en un crisol para la experimentación. De este modo, Moore obliga a J.H. Williams III a dar lo mejor de sí mismo con unos diseños de página en los que no hay espacio para el papel en blanco y la concepción y distribución de los elementos – los símbolos - está pensado al milímetro para sorprender y hacer coherente una obra ambiciosa en la que nada queda al azar. Muchos de los experimentos (recursos) que Moore utiliza ya estaban allí e incluso otros autores de talento los han utilizado en el “mainstream” (el cambio de la tradicional perspectiva vertical a la horizontal o la división de página en dos para realizar narraciones paralelas) pero pocos con la solvencia de Moore. De este modo, Promethea deja de ser un cómic cualquiera para convertirse en una obra para disfrutar con calma y detenimiento dejándote perder tanto en los detalles gráficos del elegante y retro estilo de J. H. Williams III como del derroche de ideas y niveles de lectura que Moore proponen en cada número. No se lo pierdan.

Para leer más sobre Promethea en El lector impaciente pinchad aquí.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Los premios de la Crítica 2007 y mis subjetividades.

Con unos cuantos días de retraso vamos a anunciar la lista de premiados en la séptima edición de los Premios de la Crítica que la editorial Dolmen lleva promoviendo desde hace unos años y que se hizo pública en las Jornadas de Avilés. Recordar que los seleccionados debían haber publicado entre el Salón del Cómic de Barcelona 2006 y el Salón del Cómic de Barcelona 2007.

Mejor Dibujante Extranjero
Ganador: Gipi
Finalistas: John Cassaday, Bryan Hitch, Stuart Immonen y Mark Buckingham

Mejor Guionista Extranjero
Ganador: Ed Brubaker
Finalistas: Joss Whedon, J.M.Straczinsky , Brian K. Vaughan y Mike Carey

Mejor Dibujante Nacional
Ganador: Quim Bou
Finalistas:Victor Santos, Kenny Ruiz, Juanjo Guarnido, David Rubín yEnrique Vegas

Mejor Guionista Nacional
Ganador: Luis Durán
Finalistas: Quim Bou, Lorenzo Díaz, David Rubín y Javier de Isusi

Mejor Obra Extranjera
Ganador: Daredevil (Brubaker y Lark)
Finalistas: Ex Machina, *S, Fábulas, Y, el último hombre y Jeremiah

Mejor Obra Nacional
Ganadores : La Tetería del Oso Malayo y Orn: Historia Universal
Finalistas: El Viaje de Gasparetto, Cazador de Rayos 3, Modotti

Mejor Obra Teórica
Ganador: Del Tebeo al Manga
Finalistas: Bernie Wrightson: El espanto abisal, Comics Made in Spain, Colección Viñetas #1: Max, Historias Rotas: la guerra del 36 en cómic

Premio a una carrera autor extranjero
Ganador: Mike Wieringo
Finalistas: Moebius, Toppi, Gene Colan y Carmine Infantino

Premio a una carrera autor nacional
Ganador: Víctor de la Fuente
Finalistas: Miguelanxo Prado, Purita Campos, Enrique Ventura y José Ortiz

Pocas objeciones teniendo en cuenta la lista de finalistas. Quizás la única el no haber dado un premio póstumo a Wieringo y haber reservado el premio a una carrera al resto de autores vivos que por trayectoria y edad objetivamente me parece que cualquiera lo merecía más.
Me lanzo al ruedo y doy mis premios, teniendo en cuenta la lista y que no he leído todas las obras.
Dibujante Extranjero, Buckingham; nacional, Guarnido; guionista extranjero, Vaughan; nacional, Duran; obra extranjera, Fábulas; obra nacional, Modotti; obra teórica, Del tebeo al manga; autor extranjero, Toppi; autor nacional, de la Fuente; premio póstumo, Wieringo.

¿Y ustedes, opinan?

martes, 25 de septiembre de 2007

“Alvar Mayor” de Enrique Breccia y Carlos Trillo.




Hoy toca hablar de uno de las grandes obras maestras del cómic de aventuras dentro de la prolífica y excelente escuela argentina y una debilidad personal del que suscribe, un cómic que debido a la dispersa distribución que ha tenido en España y las lamentables ediciones a que ha sido sometido quizás no ha tenido el reconocimiento que merece. Se trata de “Alvar Mayor”, de Carlos Trillo (“El loco Chavez”) y Enrique Breccia (“Lovecraft”), una serie en la que se nos narran las aventuras de Alvar, uno de los primeros blancos nacidos en la América de los conquistadores que como caballero errante vagabundea entre la ficción y la realidad. A través de historias serializadas de unas díez páginas pensadas para su edición en revistas, Trillo y Breccia nos dejaron una visión de la América conquistada en la que convivían la ambición y crueldad de los conquistadores frente a la existencia entre la leyenda y la magia de las poblaciones indígenas. Alvar Mayor se erige en una especie de Ulises suramericano en la que como en La Odisea asiste a las locuras de los hombres entre el escepticismo y el asco en una búsqueda personal sin un objetivo concreto más allá que la huida de sus propios fantasmas interiores. En este recorrido aventurero, Alvar contará con diversos compañeros de correrías desde el noble indio Tihzio de sus primeras aventuras hasta el Cuervo y el vengativo Niño, compañeros que aparecen y desaparecen junto a bellas mujeres como Lucia o su amor de juventud, Juana. Alvar como buen caballero andante siempre se pondrá del lado del débil frente al poderoso en aventuras que le llevarán a descubrir antiguas ciudadelas de oro y fuentes de la eterna juventud, bienes materiales que el lacónico y duro Alvar desprecia frente al amor, los recuerdos y la amistad.
En “Alvar Mayor” Carlos Trillo escribió algunas de las mejores historias que han surgido de su portentosa pluma dando una visión de la América de los conquistadores entre la leyenda y la realidad en un tiempo en que el mito muchas veces tenía mayor verosimilitud que los hechos ciertos. Lejos de dejarse influenciar por la leyenda negra tan en boga en los años setenta en los que nació la serie, Trillo hace hincapié en los vicios de los hombres como fuente de sus males, sobre todo la ambición ciega y la envidia, utilizando al protagonista Alvar Mayor, inspirado en la figura del explorador y conquistador Alvar Núñez Cabeza de Vaca, en muchas ocasiones, como mero testigo de sus desatinos. Bebiendo asimismo de la literatura indigenista y del realismo mágico, Trillo da una visión onírica de las selvas vírgenes en las que la naturaleza se convierte en un elemento más de la narración. Gracias a esta edición antológica podemos apreciar la enorme coherencia de las historias ideadas por Trillo que, pensadas en un primer momento, para su publicación en revistas cuentan con la suficiente coherencia para hacer de las peripecias de Alvar un relato único sin contradicciones. Por otro lado, la excelencia de la obra no sería tal sin la contribución espectacular de un Enrique Breccia que haciendo gala de una maestría que muy pocos poseen supo transmitirle a las historias de Alvar ese componente onírico y misterioso que Trillo buscaba, consiguiendo con unos pocos trazos y manchas de tinta caracterizar y dotar de una expresividad sin parangón a sus personajes.
Respecto a la edición unos apuntes, por un lado felicitar a Norma Editorial por decidirse a recuperar esta joya del cómic argentino, que no europeo como señala en la colección en la que aparece englobada, en una cuidada antología que, esperemos, nos permita disfrutar del conjunto de la obra; pero, por otro, no puedo dejar de denunciar lo poco afortunado del formato elegido, un formato reducido en el que no se puede apreciar con todo detalle los magníficos dibujos de Breccia hijo con lo que se pierde parte de la esencia de la obra y una excelente oportunidad por parte de Norma de haber realizado una edición definitiva en condiciones. Tampoco parece de recibo la diferenta de páginas y de precio (el primer tomo tiene 222 páginas, el segundo 158 y la diferencia de precio es sólo de un euro entre uno y otro) entre los dos tomos editados hasta el momento.
Esperemos que para próximas ediciones se subsanen todos estos problemas (estoy pensando sobre todo en la de “El Eternauta” que han anunciado para este mes). De todos modos, y a pesar de los pesares, no dejen de disfrutar de uno de los tebeos del año.

lunes, 24 de septiembre de 2007

“Hairspray” de Adam Shankman



Sin saber muy bien por qué, algún gran ejecutivo de Hollywood decidió un buen día que el género musical no resultaba rentable así que, poco a poco, sus títulos fueron desapareciendo de las carteleras. Sin embargo, de vez en cuando, Hollywood nos sorprende con una novedad que por la buena aceptación que el público suele dinspensarlas demuestran que es un género difícil de finiquitar. La última demostración de este fenómeno que ha llegado hasta nuestras pantallas ha sido “Hairspray”, el “remake” de la obra homónima que el vitriólico John Waters dirigió en 1988 y que ya tuviera hace unos años una adaptación musical de gran éxito en Estados Unidos. “Hairspray” nos sitúa en el Baltimore de los sesenta en los que la integración todavía no ha llegado y una dulcemente obesa Tracy Turnblad desea con todas sus fuerzas ser la nueva bailarina del programa de Corny Collins, cosa que por una serie de casualidades consigue, convirtiéndose de la noche a la mañana en una celebridad local. La ingenua Tracy, aprovechando su creciente popularidad, decide luchar por la integración posicionándose a favor de que sus amigos negros puedan bailar junto a los blancos en el programa, lo que la llevará a ser despedida, manifestarse y ser perseguida por la policía. Sin embargo, ayudada por sus amigos y familiares logra reaparecer a tiempo en el programa para participar en la elección de Miss Teenager Hairspray, y desbaratar los planes de su rival, la cursi Amber (Brittany Snow) y su maquiavélica y racista mamá, una genial Michelle Pfeiffer, quedándose de propina con el guapo Zac Efron.
“Hairspray” es una película ante todo divertida, en la que partiendo de un estupendo primer número musical que contextualiza perfectamente la historia y el personaje nos introduce en las aventuras y desventuras de Tracy, soberbiamente interpretada por la novel Nikki Blomski, en una historia que dosifica bien el mensaje político con la locura adolescente a través de unas coreografías eléctricas y pegadizas. Mención aparte merece el excelente reparto en el que se mezclan actores consagrados y estrellitas en ciernes, en el que sobresalen los veteranos Christopher Walken y John Travolta, como padre y madre de Tracy. Ninguno de los dos canta un pijo pero están muy graciosos, sobre todo un Travolta que no queda muy bien parado en su comparación con Divine pero sigue empeñado en reinventarse con cada nuevo papel lo que es de agradecer. También es de destacar la labor de una Michelle Pfeiffer, que demuestra su saber hacer en cualquier papel que se le encomiende y se resiste, como los musicales, a desaparecer a pesar de haber superado los cuarenta hace ya tiempo.
Esperemos que los musicales (y la Pfeiffer) vuelvan a ponerse de moda frente a tanto superhéroe tontorrón. Y si puede ser sobre una base completamente original, pues mejor.

viernes, 21 de septiembre de 2007

“Juglar” de Rafael Marín



La última novela publicada hasta la fecha por Rafael Marín (Cádiz 1959), “Juglar” nos retrotrae a la época de la España de la Reconquista y el Mío Cid, en la que a través de Estebanillo de Sopetrán, el juglar que da título a la novela, Marín nos pasea por la España de las tres culturas en una historia llena de aventura, magia y misterio.
La novela tiene un inicio impactante en medio del sitio de Valencia donde Juglar, un trotamundos, con dotes mágicas es requerido para resucitar a Rodrigo Díaz de Vivar, “El Cid” y que gane su última batalla después de muerto. A partir de este prólogo vibrante y que para mí son las mejores páginas que he leído de Marín, el autor traza una elipsis para entrar de lleno en las aventuras de Juglar, en la que a través de la narración en primera persona, Estebanillo realiza el relato de su vida pícara y aventurera desde que fuera abandonado en el monasterio donde se crió y descubrió sus dotes para la magia hasta sus encuentros y desencuentros con el Cid y sus mesnadas en la tumultuosa España del siglo XI en la que convivían, a veces en paz, casi siempre en guerra, las tres grandes culturas cristiana, hebraica y musulmana.
Mezclando personajes históricos con la mejor fantasía Marín construye una novela entretenida y sencilla llena de homenajes que van desde “Las Mil y Una Noches” hasta “El Lazarillo de Tormes” pasando por los mitos artúricos ó el cantar de gesta por excelencia, “Mío Cid”, una novela que se lee de corrido y deja muy buen sabor de boca, a pesar de cierta precipitación en la resolución de algunos episodios que, quizás, hubieran necesitado una mayor profundización por parte del autor que dejan al lector con ganas de mayor detalle. Es de resaltar la habilidad de Marín para caracterizar ambientes y personajes, haciendo de cada nueva novela un descubrimiento sorprendente en lo que supone una continua evolución de contenidos que no de estilo.
En fin, esta novela demuestra que el fantástico en España y en español existe, encontrando en Marín a uno de sus máximos valedores, un autor en plena forma que, sin abandonar la literatura de género que ama y en que se inició, busca llegar a otros públicos. Veremos con qué nos sorprende RM en su próxima obra. Yo ya espero ansioso.
“Juglar” fue finalista del Premio Minotauro 2006.
Para leer sobre otras obras de Marín en El lector impaciente pinchen aquí o aquí.

jueves, 20 de septiembre de 2007

“Los Ultimates 2”, más de lo mismo.



Leída la segunda etapa de Mark Millar y Bryan Hitch en “Los Ultimates”, ya saben la versión “actualizada” de “Los Vengadores” de toda la vida haciendo hincapié en los elementos más negativos de sus personalidades, la primera impresión que me produce es el de sorpresa y gratitud. Sorpresa, por un lado, por no entender a que se han debido tantas demoras en completar los 13 números yanquis de los que consta la serie tanto en Estados Unidos como en España por Panini, y gratitud hacia Julian Clemente y su sección “El Triskelion”, en la que no se cansa de glosar las maravillas de la obra y descubrirme, después de treinta años en estos de leer tebeos, lo equivocado que yo ando al calificar algo de obra maestra. Porque de obra maestra el marketing editorial y ciertos aficionados han calificado este cómic que, en mi modesta opinión, no deja de resultar entretenido pero que no aporta ninguna novedad al género sino que más bien resulta bastante clásico. Lo que Millar ha hecho es un tebeo de superhéroes de los de toda la vida situándolo en este agitado nuevo milenio en el que vivimos - aunque esto tampoco es nuevo- pero en lugar de contarlo en cuatro o cinco números a lo sumo como hicieron en su época tipos como Roy Thomas o Jim Shooter, lo hace en trece y sin respetar ninguna periodicidad. Los Vengadores, perdón los Ultimates, participan en misiones de intervención en países extranjeros del cacareado Eje del Mal para proteger el modo de vida americano mientras que a su alrededor se entrecruzan varias conspiraciones que confluyen en un único enemigo, Loki compinchado con los Supersoldados Soviéticos, uy perdón Libertadores y un traidor dentro del grupo que invaden EEUU. Al final, todo el revoltijo lo soluciona con un par de capítulos de mamporreo generalizado y una gran splash page de…¡¡¡ ocho páginas!!!.
El guión de Millar, quitando los detallitos mencionados, tiene también cosas interesantes. A través de su caracterización de los personajes, deja claras las posiciones que se viven en EEUU en temas como la intervención en Irak y el terrorismo sin tomar abiertamente partido por ninguna de ellas y unos diálogos gamberretes a lo “enfant terrible”. Respecto al dibujante Bryan Hitch, hay que decir que, sin quitarle ningún mérito a su habilidad para el dibujo, para mí este señor es más un ilustrador que un dibujante de cómics porque su coherencia narrativa es más bien escasa y sus personajes, aunque son de un detallismo extraordinario ayudados por su constante homenaje a actores y películas, me resultan hieráticos y las escenas de lucha confusas. En conclusión, esta segunda etapa de los Ultimates no aporta nada nuevo respecto a lo que se inició en la primera: acción desenfrenada, personajes excesivos y una narración escasa que supongo queda enmascarada con la irregular periodicidad que ha tenido la obra (si leen toda la etapa de corrido lo notarán).
De la edición de Panini pues bastante correcta salvo por el pequeño detalle de incluir en la numeración los Anuales que nada tienen que ver con el arco argumental de la serie y que son bastante flojillos (en otros tiempos y otras editoriales estas cosas se vendían fuera de la colección y como extras). Son los números 4 y 9 por si alguien está todavía a tiempo de ahorrárselos.
Esperemos que en la próxima etapa de los Ultimates Jeb Loeb y Joe Madureira ofrezcan al menos mayor regularidad.
Si quieren leer algo sobre la primera etapa de “Los Ultimates” pinchen aquí.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Yo acuso a…¿Dios?



Estados Unidos nos guste o no es la gran potencia mundial en la que el resto de países se fijan para bien o para mal. Además, es un país de contrastes tremendos en el que las situaciones estrafalarias están al orden del día. La última la ha protagonizado el senador demócrata Ernie Chambers, a quién no se le ha ocurrido mejor cosa que presentar una demanda contra Dios por los males y catástrofes del mundo. Cada uno es libre de buscar su minuto de gloria como quiera, aun cuando sea por una buena causa como es el caso, pero, en mi modesta opinión, el buen senador debería defender los derechos de sus representados de una manera más pragmática que interponiendo demandas imposibles. Lo más absurdo es que han admitido la demanda a trámite, lo que vuelve a dejar en evidencia el absurdo sistema de justicia norteamericano.
Yo no sé ustedes pero a mí hay cosas que me dejan a cuadros…

(En otro orden de cosas más serias, el rumano que se quemó a lo bonzo porque no podía alimentar a su familia en el paraíso europeo ha fallecido. Supongo que no le importará demasiado a nadie…)

martes, 18 de septiembre de 2007

“Barrio” de Carlos Giménez



Para mí es difícil ser objetivo a la hora de escribir sobre “Barrio” del veterano Carlos Giménez porque por un lado se juntan las excelencias del retrato histórico de una época con los recuerdos personales ya que el “Barrio” de Carlos es mi propio barrio, el de mi madre y el de mis abuelos. Yo di mis primeros pasos (hace ya más de treinta) en la casa que había encima de la vaquería que describe Carlos en una de sus historias, pasaba todos los días para ir al colegio del portal donde vivió y mi tío y mi madre me contaron sobre las peleas a pedradas y la venta de tebeos en el Pasadizo o la Cuesta del Moyano. Así que, aunque no de primera mano, las historias que Carlos narra en estas páginas me resultan familiares y entrañables, como supongo que le pasará a muchos, de lo conocido pero no vivido personalmente, aunque sus calles también hayan sido mis calles, tanto por el recuerdo transmitido por unos padres y abuelos que fueron niños en la misma posguerra urbana que también retrata Carlos Giménez en su obra como por haber asistido a los últimos estertores de esa vida de barrio que hace ya muchos años se perdió.
A lo largo de los cuatro volúmenes que componen esta obra publicada por Ediciones Glénat Giménez ha ido evolucionando tanto en lo narrativo cediéndole el testigo del protagonismo de sus historias a amigos y compañeros de generación abandonando en parte el relato autobiográfico de los primeros volúmenes hacia una mayor variedad temática sin perder por ello del norte de lo qué es el objetivo de la obra, rememorar a través del conjunto de esas pequeñas intrahistorias cotidianas la dureza de un tiempo y lugar en el que también había espacio para las pequeñas alegrías de la infancia y la adolescencia que el autor parece añorar. También se aprecía una evolución en el aspecto gráfico, lo cuál es de agradecer en un autor tan contrastado como Giménez, desde la publicación de las primeras historias de “Barrio” hace ya casi treinta años hasta las últimas publicadas el año pasado. Así, Jiménez abandona las composiciones a una página que usara en el primer álbum y que tan bien explotara en su obra más reconocida, “Paracuellos” por una composición de página más moderna y libre basada en viñetas más grandes y detalladas en las que los escenarios del barrio se convierten en los auténticos protagonistas perdiendo de este modo “Barrio” parte del elemento opresivo que destilaba “Paracuellos” en busca de una mayor libertad. Esa evolución, casi ruptura estilística, alcanza su punto culminante dentro de la serie a lo largo de las historias recogidas en el segundo tomo en las que un Giménez en plena forma es capaz de escribir alguna de las mejores historias de su ya extensa carrera. En ocasiones, Giménez aborda la narración de sus historias como narrador impersonal de la historia, dejando que el peso de la misma recaiga en las situaciones y personajes mientras que en otras deja que el dramatismo de la historia se desarrolle a través de los ojos inocentes de un niño que no comprende lo que ocurre a su alrededor, como en "Ese día..." (tomo IV) , para escribir historias tan duras como crueles en las que ajusta cuentas con las costumbres de la época.
En definitiva, “Barrio” es una obra para todos aquellos que quieran saber cómo era España no hace tantos años y aprender a valorar más lo que tenemos ahora. Un cómic que nadie debe dejar escapar.
Aquí podéis leer sobre otras obras de Giménez en "El lector impaciente".

lunes, 17 de septiembre de 2007

“Malas ventas” de Alex Robinson



Acabo de finalizar el tomo que Astiberri ha publicado recopilando la serie “Malas ventas” en la que Alex Robinson (“Estafados”) realiza un relato intimista acerca de seis meses en la vida de un grupo de jóvenes del principio de milenio que deben abandonar su primera juventud para convertirse definitivamente en adultos. Si en otras obras de este subgénero que tan bien explotan – quizás sobrexplotan – los nuevos autores independientes norteamericanos que es el relato costumbrista el autor suele convertirse en el centro de la narración ya sea dando a la misma un tono paródico, como hace Joe Matt en “Pobre Cabrón” o “Buen tiempo” o ensalzando sus experiencias personales en busca de algún tipo de catarsis como Craig Thompson en “Blanquets”, Robinson opta por el relato coral a través de una serie de personajes perfectamente caracterizados que permiten la rápida identificación del potencial lector veinteañero (aquí en España treinteañero, más bien en lo que a emancipación se refiere) al que se presume va dirigida la obra con unas experiencias que no le son del todo ajenas. Así, en “Malas ventas” asistimos a la decepción por la perdida de los sueños, la traición de los amigos y las primera elecciones que señalan el paso a la edad adulta desde el emparejamiento a la perdida de la virginidad pasando por la emancipación y los trabajos aburridos a través de una narración ágil que Robinson va enriqueciendo conforme avanza la historia. Sin embargo, el autor quizás no fiándose del éxito de la fórmula integra un elemento más para enriquecerla: la lucha de Ed y Flavor contra Zoom Cómics para recuperar los derechos del superhéroe creado por el segundo en un claro paralelismo con la situación que se vivió en los noventa entre la Marvel y muchos de los autores que crearon y desarrollaron sus principales personajes. De este modo, Robinson va configurando un pequeño microverso de situaciones y experiencias entrelazadas que hacen de “Malas ventas” una lectura entretenida y agradable, en la que la riqueza de los personajes y la humanidad con la que Robinson sabe dotarles los convertirán en entrañables conocidos del lector, que asistirá a sus alegrías y decepciones como un amigo más de la pandilla y no podrá evitar el regusto de nostalgia al separarse de ellos al final de la obra.
Otro de los alicientes de esta obra es comprobar la evolución de Alex Robinson en la que partiendo de una variopinta colección de influencias que van desde Robert Crumb, Joe Matt o Will Eisner pasando por los cómics genuinamente “mainstream” demostrando ser capaz de integrarlas en su obra para desarrollar y explotar nuevos recursos narrativos que lo convierten en un autor a seguir.
Respecto a la edición de Astiberri comentar que está a la altura de la excelencia con que esta editorial suele tratar su catálogo. Sin embargo, apuntar que por un error de impresión (faltaba una página) la editorial debió retirar la primera edición de la misma (la de lomo azul que aparece en la imagen) y sustituirla por una nueva, debidamente corregida, de lomo verde. Que no les den gato por liebre…

domingo, 16 de septiembre de 2007

Enhorabuena, campeones

A menos de tres horas que España juegue contra Rusia la final del Europeo de Baloncesto, quiero felicitar públicamente a este grupo de jugadores que nos han hecho disfrutar, vibrar y entusiasmarnos una vez más a todos los que somos seguidores del Ba-lon-ces-to – y aquellos que no lo son – como vienen haciendo desde el ya lejano Mundial Junior 1999 y rubricaron en el Mundial Senior 2006, haciendo gala, aparte de desparpajo en la pista, de cómo se puede conciliar deporte y profesionalismo sin endiosamientos pueriles.
No sé si ganarán esta noche a Rusia (espero que sí) pero para mí ya han ganado.

¡A por ellos, campeones!

viernes, 14 de septiembre de 2007

Tres finalistas para los “Oscar”, ¿alguien las ha visto?

Curioso el dato que las tres películas españolas elegidas para intentar representar a España en la ceremonia de los Oscar todavía no se hayan estrenado. ¿Será sintomático de algo? Se me ocurre, a lo mejor que el cine español, aunque no se cansen de repetirnos lo bueno que es – y hay algunas excepciones que realmente lo son – no conecta con el perfil del público que actualmente va a las salas. Pero, a lo que vamos, las candidatas son:

- “Las Trece rosas”, que cuenta la historia de trece mujeres republicanas fusiladas en Madrid en las postrimerías de la Guerra Civil. La dirige Emilio Martínez Lázaro (“El otro lado de la cama”, “Lulú de noche”) y cuenta con la presencia de Pilar López de Ayala (“Juana la loca”) como uno de los principales alicientes para ir a verla. Se estrena el 19 de octubre.

- “Luz de domingo” de José Luis Garci (“Volver a empezar”). ¿Cuántas veces ha estado en la terna este hombre? Yo creo que no falla ningún año lo cuál no deja de parecerme un poquito inquietante y preocupante. En esta película adapta un relato de Ramón Pérez de Ayala en lo que se supone va a ser una denuncia del caciquismo del siglo XIX. Sin saber casi nada de la película, casi me la imagino plano a plano. Si quieren verla, a partir del 16 de noviembre.

- “El orfanato” de Juan Antonio Bayona, una historia de fantasmas en el que Belén Rueda ("Mar adentro") regresa a un orfanato donde pasó su infancia, es la que a priori más me atrae. ¿Por qué? Varios motivos. Ser de un director novel con una propuesta por el género de terror interesante, ser una película de género que puede ser mejor entendida fuera de nuestras fronteras que las dos anteriores y contar con el amigo Guillermo del Toro (“El laberinto del fauno”) como coproductor, cuya presencia me da ciertas de garantías. Al parecer en Cannes, donde fue presentada, gustó bastante. Se estrena el 11 de octubre.

Bueno, se abren las especulaciones. Sin haber visto ninguna, ¿cuál elegirían? Yo lo tengo claro. La respuesta el día 27 del corriente y el 22 de Enero sabremos si la elegida opta al final a la figurita del tío Oscar.

“Cabo Trafalgar” de Arturo Pérez-Reverte.





Si hay un autor que parece haber apostado por la novela histórica como medio de divulgación y revalorización de nuestro pasado histórico en estos momentos que desde diferentes ámbitos se esfuerzan en negar y rescribir los acontecimientos al servicio de un oportunismo político cuánto menos discutible, ese no es otro que Arturo Pérez-Reverte, y “Cabo Trafalgar” es un buen ejemplo de ello.
En “Cabo Trafalgar”, Pérez Reverte se retrotrae al año 1805 para realizar una recreación de la batalla de Trafalgar en la que la flota hispano-francesa fue completamente derrotada por la inglesa al mando del almirante Nelson. Para ello, Pérez-Reverte realiza un relato de la batalla y sus prolegómenos a través de la voz de tres personajes distintos embarcados a bordo de la nave Antilla, tres personajes de distinta extracción social que sirven al autor para ofrecer distintos planos y secuencias de la batalla así como hacer apuntes sobre la situación social e histórica de la España del momento.
Pérez Reverte sigue un esquema similar al de anteriores obras, como “La sombra del águila” o su celebre saga de “El capitán Alatriste” se aproxima a un acontecimiento crucial de nuestra apasionante historia nacional a través de unos protagonistas ficticios que le permiten encuadrar al lector en el contexto histórico en el que se desarrolla la trama. Probablemente, “CaboTrafalgar” es la novela en la que Pérez Reverte ha intentado ser más fiel a las crónicas históricas describiendo el desarrollo de la batalla y sus antecedentes mediante una narración ágil, que casa bien para describir las sensaciones que debían vivir los protagonistas de las grandes batallas navales. Como es característico en su obra, Pérez Reverte da voz a sus protagonistas para narrar los acontecimientos en los que participan a través de un estilo directo y conciso, no exento de jerga ni vulgarismos propios de la época y la extracción de los personajes, dotando de una personalidad desencantada y amargada a unos protagonistas que a pesar de sus esfuerzos asisten impotentes a la derrota en la batalla y la decadencia de su país.


Lo más destacable de “Cabo Trafalgar” es que se trata de una novela entretenida, que se lee de un tirón, siendo un buen punto de partida para aquellos que quieran profundizar en el conocimiento de la historia y demuestra que en España se pueden realizar buenas novelas sobre motivos históricos navales, terreno que parecía acotado para escritores anglosajones como Patrick O´Brian.
Ya saben, si no tienen nada mejor que hacer este fin de semana embárquense a bordo del “Antilla” y participen en el mayor combate naval de la historia. Seguro que lo disfrutan.

jueves, 13 de septiembre de 2007

“El anillo del Nibelungo” de P.Craig Russell



En el año 2003, Planeta publicó “El Anillo del Nibelungo”, la adaptación al cómic que Craig Russell realizó para Dark Horse del ciclo de cuatro óperas que Richard Wagner compuso en el siglo XIX. Descubrir a estas alturas a alguien la influencia de la obra de Wagner, ya no sólo a la ópera sino al mundo de la cultura contemporánea – incluso su influencia histórica, filosófica o política- resulta casi una perogrullada. Una influencia que va desde el cine (a bote pronto se me ocurre la famosa carga de las Valkirias en “Apocalipsys Now” de Coppola, en el cine, o “El Señor de los Anillos” de Tolkien, en la literatura). Por eso no dejaba de ser un desafío esta adaptación al cómic, un medio en el que se unen imagen y palabra, del ciclo de óperas más complejo jamás escrito, que no deja de ser una representación teatral cantada. Philip Craig Russell, que es un artista “sui generis” dentro del mundillo del cómic norteamericano y escapa de etiquetas convencionales, parecía el único capaz de llevar a cabo la hazaña de intentar adaptar los tempos musicales al ritmo que la narrativa del cómic precisa siendo al mismo tiempo innovador y ágil como precisa un buen cómic y, al mismo tiempo, ser fiel a la tradición operística.
Yo, como lector, no puedo enjuiciar si lo consigue o no ya que mis conocimientos operísticos son más bien escasos. Pero sí que puedo valorar “El anillo del Nibelungo” como cómic y en ese sentido hay que decir que se trata de un buen cómic, por no decir un gran cómic. Russell siguiendo la esencia del libreto de las óperas de Wagner, dramas épicos que incorporan la rica tradición mitológica indoeuropea aderezadas con los usos jurídicos de los pueblos germanos y tensas relaciones entre hombres y dioses en los que todos se traicionan entre sí y muere hasta el apuntador, desarrolla un cómic ajeno a cualquier categoría, dotado de un pulso narrativo propio y diferente a cualquier otro que podamos leer. Russel a lo largo del desarrollo del ciclo wagneriano se va sintiendo más seguro en su narración encontrando, según avanza la historia, soluciones más sorprendentes y espectaculares. Dotado de una maestría inherente para el dibujo y teniendo sus principales referentes fuera del ámbito del Cómic tanto en la pintura prerrafaelista, (sus dibujos me recuerdan mucho al otro gran prerrafaelista del cómic norteamericano Barry Smith y su Conan) como en otros ámbitos como la literatura o la ópera, Russell muestra un repertorio enorme de recursos para alternar grandes viñetas cargadas de épica, espectacularidad o expresividad, entrelazadas con viñetas más pequeñas que le permiten avanzar en la narración. El diseño de cada página es precioso y hará disfrutar al lector de cómic más allá de su conocimiento de la obra original que disfrutará perdiéndose durante unas horas entre las viñetas y soluciones que aporta Russell, despertándole la curiosidad por ver representadas estas óperas.
Ya saben, si les pilla mal ir hasta Bayreuth para ver el ciclo wagneriano háganse con la obra de Russell. Seguro que lo disfrutan más.

"El Anillo del Nibelungo" consta de los siguientes volúmenes:

- El oro del Rin
- La valkiria
- Sigfrido
- El crepúsculo de los dioses

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Cómics en catalán, ¿qué pasa con las editoriales?



Vaya por delante que me parece estupendo que cada uno pueda leer en la lengua que quiera y que no quiero abrir ninguna polémica más allá de la peligrosa tendencia en algunas editoriales de usar una determinada sensibilidad lingüística como arma comercial.
A lo que voy, hace cosa de unos meses Ediciones Glénat inició la edición del cómic “Musculman” únicamente en catalán, lo que en mi opinión supone una discriminación para todos aquellos lectores castellanoparlantes que quisieran acceder al mismo. Se argumentará que en Cataluña es donde se ha emitido la serie de animación y donde posiblemente tendría más tirón la serie. De acuerdo, ¿es motivo para dejar a los catalanes que preferirían leer la serie en español sin esa posibilidad? ¿ es suficiente motivo para dejar a los españoles que no dominamos el catalán sin posibilidad de acceder a la serie? Yo creo que no.
Otro ejemplo, Planeta ha anunciado que para el próximo Salón del Manga a celebrar en Noviembre va a sacar la edición absolute del “Watchmen” de Alan Moore en catalán. Me parece bien, pero ¿por qué no lo sacaron coincidiendo con la reciente edición en castellano? ¿Pensarán que todos los catalanohablantes que se hicieron con la edición en castellano van a comprarla ahora de nuevo? No lo sé, pero temo la respuesta a estas preguntas.
Las editoriales pueden editar como les dé la gana. Están en su derecho porque es su negocio y arriesgan su dinero. Sin embargo, no creo que en ninguno de los dos casos a las editoriales les costase tanto sacar dos ediciones paralelas y conjuntas una en castellano y otra en catalán (y si me apuran también otras en vasco y en gallego) con lo que permitirían que los lectores pudieran optar en qué lengua leer la obra. Sin embargo, al no actuar de este modo, no hacen más que mostrar su escasa sensibilidad y respeto hacia unos lectores que, en definitiva, son los que les mantienen el cotarro. En lo que podría ser una buena oportunidad comercial no logran más que herir susceptibilidades y “forzar” tanto a unos como a otros a comprar los cómics en idiomas que no quieren para sacar “a posteriori” nuevas ediciones en los otros idiomas. Mal asunto. Esperemos que este tipo de situaciones no se repitan en el futuro.

“El club de los suicidas” de Roberto Santiago.



El cine patrio tan escaso de mordiente en muchas ocasiones para atraer público por la calidad de sus tramas gusta para suplir esta carencia incorporando a actores que han demostrado su tirón mediático en la televisión. Una vez más esta situación se repite en “El club de los suicidas”, la última película de Roberto Santiago (“Hombres felices”, “El penalti más largo del mundo”) y su protagonista, Fernando Tejero, archiconocido por la comedia “Aquí no hay quién viva”.
Probablemente, “El club de los suicidas” tiene más cualidades para atraer al espectador más allá del tirón de su protagonista. Una comedia negra razonablemente divertida en la que un grupo de desgraciados que acuden a una terapia de la seguridad social para eliminar sus tendencias suicidas deciden pasar de la terapia y siguiendo, el modelo del relato de Stevenson de mismo título, ayudarse unos a otros a suicidarse. La cosa va funcionando mal que bien hasta que Antonio, el personaje encarnado por Tejero, se enamora de Ana, interpretado por Lucia Jiménez.
“El Club de los suicidas” es una película que se deja ver y ayuda a pasar el rato con algunos momentos cómicos realmente graciosos (generalmente aquellos en los que aparece el chino) hecha a mayor gloria de Fernando Tejero, un actor del que ya todos conocemos sus registros cómicos y que en esta película no incorpora nada nuevo a lo ya conocido y, en muchas ocasiones, resulta redundante, por lo que hubiese sido más interesante haber dado mayor cancha a personajes secundarios que hacen que la trama, escasamente planificada y con algunos gags no excesivamente originales pero eficaces, funcione. En este sentido, hay que destacar la labor de los excelentes Luis Callejo, Juanma Cifuentes y Cristina Alcázar, actores con una “vis cómica” impresionante y que nos hacen confiar en que la gran tradición de cómicos en nuestro país tiene mimbres para continuar. De Lucía Jiménez hay que decir que está bastante correcta en su papel de guapa de la película y a Tejero hay que recomendarle que busque papeles en un registro diferente - ¿por qué no probar con un papel dramático? - si quiere evolucionar en su carrera como actor que como Benito – perdón, Antonio, en este caso – ya está muy visto. Ah, a los que no les guste la película y piensen salir de la Sala antes de tiempo aconsejarles que no lo hagan porque el mejor chiste se encuentra al final. Así que, ya saben, ármense de paciencia.

martes, 11 de septiembre de 2007

Jane Wyman (1914-2007)


Probablemente, para los más jóvenes este nombre no significará gran cosa pero para aquellos que fuimos niños en los ochenta cuando la televisión se reducía a dos canales y nos apelotonábamos para verla en familia será por siempre la pérfida Angela Channing, la maquiavélica propietaria de los viñedos de “Falcon Crest”. Angela Channing es una de mis malvadas televisivas más queridas porque no había quién pudiera resistirse a esta señora de compostura inmaculada y medida ironía, que acompañada a todos lados de su criado chino Chu-li, se dedicaba a hacerle la vida imposible a los bobos – digo, a los buenos – de una de la series más horteras de todos los tiempos. Sin embargo, la carrera de Jane Wyman ya era larga cuando realizó a “Falcon Crest”. En su carrera cinematográfica figuran títulos como “Belinda”, por el que ganó un oscar a la mejor actriz, “No estoy sola” u “Obsesion”, y para televisión participó en otras series señeras como “Los ángeles de Charlie”, “Vacaciones en el mar” o “La doctora Quinn”. En lo personal, lo más destacable que se puede decir es que tuvo el buen gusto de divorciarse de Ronald Reegan antes que este iniciase su infausta carrera hacia la Casa Blanca. Toda una dama.

Adiós, Sra. Channing.

D.E.P.

“Ex Machina 4: En pie de guerra” de Brian K. Vaughan y Tony Harris



Del último recopilatorio de “Ex Machina”, que incorpora los números 17 al 20 del original, lo mejor que se puede decir es que mantiene la misma línea que las entregas anteriores sin sorprender al seguidor fiel de la serie pero que deja abierta la puerta en su última historia a que se produzca algún giro de los acontecimientos interesante.
“Ex Machina” es una historia atípica dentro del género de superhéroes donde la acción y los enfrentamientos épicos quedan en un segundo plano en busca de un tratamiento más realista y maduro del concepto de héroe. Mitchell Hundred, “La Gran Máquina”, debe capear las dificultades que conlleva ser el alcalde de Nueva York tras el 11S más allá de utilizar sus poderes para aporrear al villano de turno. Este planteamiento queda especialmente en evidencia en el primer arco argumental, “En pie de guerra”, donde Mitchell se ve en entredicho al haber autorizado una manifestación contra en el envío de tropas por parte del gobierno de EEUU a Irak, manifestación en la que participa un miembro de su gabinete, la antigua becaria Journal Moore. La protesta acaba mal cuando los manifestantes sufren un atentado con un arma biológica y una de las víctimas es Journal. De este modo, Mitchel, presionado y preocupado por la trascendencia del problema, usa sus poderes para capturar al culpable. En la segunda historia, “Vida y Muerte” Mitchel, agobiado por un periodista para que se posicione respecto a la pena de muerte, rememora su enfrentamiento con el archienemigo de su etapa superheroica, Pherson, un tipo con un poder parecido al suyo de control de las máquinas pero en su caso aplicado a los animales, un enemigo al que cree que mató pero que en las últimas viñetas de la historia Vaughan deja abierta la puerta a su resurrección.
En este nuevo libro Vaughan (“Y, el último hombre”, "Runaways") sigue demostrando su habilidad para incorporar argumentos realistas a la historia de este superhéroe metido a alcalde de NY aprovechando de este modo para analizar la realidad norteamericana (y global) tras el atentando del 11S. Vaughan, a través de Mitchell, realiza una completa radiografía de la psicosis a la que se enfrenta la sociedad norteamericana dividida respecto al envío de las tropas a Irak e incorpora elementos realistas como la muerte de un inocente en un registro policial en el metro (más o menos tal y como ocurrió en Londres tras sus atentando). Vaughan aporta distintos puntos de vista a través de sus personajes en una historia llena de grises para no tomar partido por ningún planteamiento dejando al lector que tome su propia postura sobre el tema. El segundo arco argumental me parece que va a ser importante en el desarrollo de la serie al introducir a Pherson, el archienemigo que todo superhéroe que se precie requiere y desvela algo más del pasado de la Gran Máquina, lo que abre la puerta a nuevas posibilidades argumentales. Por otro lado, Vaughan sigue manteniendo la misma estructura, por otro lado común a sus dos series: narrar la historia del protagonista a través de continuos flashbacks lo que le permite mantener la atención del lector durante toda la historia intacta.
Del dibujo hiperrealista de Tony Harris tampoco se puede comentar nada nuevo. Es un dibujo correcto que se ajusta bien a la historia de Vaughan pero al que se le nota cierto acomodamiento, quizás en este último tomo más que en los anteriores, un hieratismo en las figuras preocupante y una propensión por el encuadre cinematográfico que en ocasiones hace que chirríe a mis ojos. Sin embargo, a pesar de ello, tanto “Ex Machina” como “Y, el último hombre” son obras que tanto por su temática como por el tratamiento bien documentado de Vaughan están bastante por encima de los productos “mainstream” que se suelen publicar actualmente. De momento, Vaughan tiene mi voto de confianza y mi atención aunque espero que en sus próximos proyectos opte por una estructura narrativa distinta porque los saltos temporales ya ha demostrado que los domina.
Aquí podéis leer sobre anteriores entregas de "Ex Machina" en El Lector Impaciente.

lunes, 10 de septiembre de 2007

Rubén Sosa



A través del correo me enteró de la muerte de Rubén Sosa, dibujante radicado durante más de treinta años en Italia y que, recientemente, había regresado junto a su familia a su Argentina natal. Sosa dibujó algunos de los personajes más emblemáticos de la historieta argentina colaborando con el gran Héctor Oesterheld, que fácilmente nos vienen a la cabeza a todos los aficionados de este lado del charco, como “Ernie Pike” o “El Eternauta” ( ¿Para cuándo una edición digna de "El Eternauta" en España?). Un derrame cerebral acabó con su vida el pasado día 7 de Septiembre.


Aquí os dejo un enlace a una entrevista que Mariano Chinelli le realizó para “Continuum 4”.

D.E.P.

“Hoy, Júpiter” de Landero.



Pocas novelas me han llenado tanto en los últimos años como la última obra de Luis Landero, “Hoy Júpiter”, no tanto por la riqueza de la trama, la perfección de su construcción o la hondura de los personajes, que de todo ello anda sobrada, como de la habilidad artesanal de Landero para la elección de la palabra justa, de la frase concreta, en un castellano rico y conciso, como muy pocos novelistas contemporáneos son capaces de hilvanar en sus obras y convirtiendo su lectura en un raro placer para el lector que, aparte del fondo, desee disfrutar de la forma.
En “Hoy, Júpiter”, Landero nos narra la historia de dos personajes, Dámaso Méndez y Tomás Montejo, dos vidas paralelas de individuos inadaptados e incorfomistas, a primera vista sin nada en común entre sí, pero cuyos destinos confluyen y se entremezclan en el desenlace de la historia. Tomás Montejo, es un profesor de instituto que ha llenado su insustancial vida con la ilusión de la gloria literaria, ilusión que le lleva primero a despreciar la relación con su mujer y posteriormente a engañarla con una alumna en busca de la adulación soñada. Dámaso Méndez, es un hombre de campo victima de los delirios de grandeza de un padre soñador y frustrado, que al no cumplir las expectativas del mismo ve como su cariño y su lugar en la familia son usurpados por Bernardo, un joven aparentemente poseedor de todas las cualidades de las que él carece y que se hace merecedor del cariño del padre. Eso provocará el nacimiento de un odio ciego en Dámaso al que dedicará su vida, odio que le consumirá y que le llevará a perseguir a Bernardo, el culpable de todas sus desdichas y desgracias.
Landero construye una novela en la que la persecución de la ilusión se convierte en una pulsión destructora que paulatinamente socava la vida de los personajes dejando, como único contenido de las mismas, el vacío y el remordimiento ante lo dejado de vivir y como última opción de supervivencia el refugio en la ficción. Alternando la historia de cada uno de los protagonistas, Landero construye una novela que partiendo del relato intimista desemboca en una última parte en que descubre los misterios, grandes y pequeños, que se han ido planteando a lo largo de la narración. Landero nos acerca a las pequeñas grandes cosas que conoce tan bien, la visión bucólica de la vida campesina y el compromiso total con la literatura como opción vital en un desdoblamiento que quizás nos acerque a sus propios anhelos, miedos y demonios.
Si tienen ocasión, léanla, no les decepcionará.

domingo, 9 de septiembre de 2007

Benedicto XVI que estás en los cielos.



Me resulta escandaloso y sonrojante que Benedicto XVI, el sumo representante de su religión en la Tierra, mantenga una actitud tan retrograda y alejada de lo que es el discurrir de los tiempos que le han tocado vivir. No entiendo, por poner sólo un ejemplo, su actitud cerril por ejemplo, respecto al uso del preservativo en África.
Ahora anda por Austria intentando mantener el orden en sus filas y mantener viva la fe en su figura entre unos fieles que a la fuerza se alejan de una Iglesia en la que no encuentran reflejo para sus problemas terrenales, predicando sobre cómo deben vivir los demás su vida y adoctrinando sobre cosas de las que no entiende ni entenderá. Mientras tanto, la diócesis de San Diego pagará la simbólica cantidad de 122 millones de euros (198 de dólares) para evitar que las víctimas de los abusos de sus sacerdotes les lleven a juicio aprovechando que la legislación norteamericana no parece entender que, de determinados delitos, es víctima toda la sociedad y no sólo aquellos que los padecen.
Supongo que Benedicto XVI sobre este tema no dirá nada y escurrirá el bulto con una mirada al cielo y una oración. Suma y sigue.

Para leer más al respecto aquí y aquí.

“Príncipe Valiente 3” de Manuel de Caldas: una distribución difícil.


A través de Crisei y La Cárcel de Papel me entero de las dificultades que ha encontrado Manuel de Caldas para distribuir en España su excelente edición de “Príncipe Valiente” de Hal Foster. Al parecer, a causa de unas nuevas condiciones contractuales de King Features Syndicate, la distribución de la edición de Caldas sólo puede realizarse en España a través del correo y no por el medio más lógico, el de las librerías especializadas.
La edición de la obra de Caldas en España ha estado marcada por las dificultades desde el principio, no sólo las inherentes a que un aficionado con más ilusión que medios lleve a cabo una tarea de esa envergadura como por el hecho a que su edición haya coincidido en el tiempo con la publicación en España de otra edición realizada por Planeta, una de las editoriales de mayor tradición en la publicación de cómics en España y con una gran influencia dentro de la “industria”.
No voy a entrar en la polémica sobre cuál edición es mejor o peor porque a cualquier aficionado que haya podido comparar una y otra la respuesta le saltará a los ojos por sí sola por evidente y cada cuál debe ser libre para optar por una u otra. Lo que es una lástima es que se prive a Caldas del canal lógico de distribución de su obra entre los aficionados para que la competencia sea ciertamente justa. Y aún es más triste que, al parecer, no puedan cohabitar las dos ediciones en el mercado español cuando - creo - son perfectamente compatibles. La edición de Planeta es más popular y económica lo que puede atraer a nuevos lectores a este clásico del cómic mientras que la de Caldas está dirigida más bien a un público que ya conoce la obra y busca un tratamiento más cuidado que realce el genial dibujo de Foster.
En definitiva, los mayores perjudicados de toda esta historia somos los aficionados al Cómic.

viernes, 7 de septiembre de 2007

“Death Proof” de Quentin Tarantino.



Aprovechando el día del espectador, el miércoles me acerqué a ver “Death Proof”, la película que Quentin Tarantino realizó para el proyecto a pachas con su colega Robert Rodríguez, “Grindhouse”. Ya saben, los dos amigos decidieron homenajear las sesiones dobles de los años sesenta y setenta en que proyectaban películas de serie Z, casquería y cine cutre en general, que en España por el capricho de las distribuidoras y productoras decidieron separar para ver si así lograban mayor tirón entre el público.
Vista la película se puede decir que cumple perfectamente las condiciones de la serie Z en la que la acción y las persecuciones juegan un papel importante y con imaginación intentar paliar la falta de recursos y, al mismo tiempo, es una película completamente “tarentiniana”, incluso, en cierto modo, es posible que sea en la que mejor se aprecia buena parte de los trucos de este tipo tan genialmente peculiar, si acaso los más fáciles y efectistas. Y es que en “Death Proof” tenemos los diálogos delirantes que atrapan al espectador más allá de lo que está viendo como en “Reservoir Dogs” o “Pulp Fiction” (ojo a las conversaciones en el coche que dura su buena media hora) y tenemos mujeres exuberantes de armas tomar como en “Kill Bill 1 y 2” o “Jackie Brown” (las ocho protagonistas en ese sentido cumplen sobradamente aunque yo destacaría a Vanesa Ferlito y su bailecito sexy) además de una banda sonora selecta basada en clásicos olvidados de los 60 y 70 que también conoce y sabe utilizar el director. Y, a estas alturas, se preguntarán ¿merece la pena “Death Proof? Pues “Death Proof” señores y señoras es una macarrada. La película see divide en dos partes (esto es también muy tarentiniano): una primera parte en la que las chicas pasan buena parte del tiempo charlando intrascendentemente sobre sexo, drogas y coches hasta que el malvado Especialista Mike (estupendo Kurt Russell) aparece para cargárselas y, una segunda parte, en la que otro grupo de chicas distintas pero que se dedican a hablar más o menos de lo mismo mientras comen hamburguesas y se compran un coche hasta que son también acosadas por el Especialista Mike aunque en esta segunda ocasión el malo da con la horma de su zapato. Y, esto es todo, un argumento de “cartoon”… todo para cualquiera que no esté en la misma onda de Tarantino pues la película está repleta de bromas, referencias cinematográficas y violencia exagerada y gratuita que hará disfrutar al público fiel del director, que encontrará exactamente aquello que espera y desesperará a aquellos que no les guste su cine, pero a estas alturas de la fiesta, todo el mundo sabe lo que hay en las películas de Tarantino. “Death proof” no es ni de lejos la mejor película de Tarantino y es de esperar que en algún momento este decida madurar y ofrecernos un proyecto completamente original y no homenajes a los géneros que le gustan (aunque lo haga tan bien) pero, mientras tanto, se divierte y nos divierte a todos los que disfrutamos de su cine exagerado y gamberro. Por otro lado, la película cumple sobradamente con las condiciones del proyecto “Grindhouse”, la atmósfera setentera está lograda aunque luego los personajes no paren de usar los móviles y saquen algún cartel de películas posteriores como “Scary Movie” e imita bastante bien la cutrez de esas películas llenas de granulado y cortes. Pero todo se perdona porque forma parte de la gamberrada.
No esperen entrada sobre la primera parte de “Grindhouse” dirigida por Rodríguez, “Planet Terror" ya que es un director que no me llama demasiado la atención si exceptuamos las excelentes “Abierto hasta el amanecer”y “Sin City” (aunque en estas películas siempre me queda la duda donde empieza su mérito y acaba el del propio Tarantino ó el de Frank Miller).
Ya me contarán que les parece...

jueves, 6 de septiembre de 2007

Luciano Pavarotti (1935-2007)

Aunque se veía venir, el levantarse con una noticia como esta hace que te recorra un escalofrío por la espalda. Ha muerto Luciano Pavarotti del cáncer de pancreas que padecía desde hace años. Pavarotti era uno de esos extraños personajes que caía simpático a todo el mundo, tanto aquellos aficionados a la ópera que disfrutaban de su voz privilegiada como de los que no lo eran tanto y no podían evitar una sonrisa ante la imagen de ese hombre rebosante de humanidad y en apariencia eternamente feliz. Pavarotti fue la tercera pata del taburete, que junto a Plácido Domingo y José Carreras hizo accesible el “bel canto” a aquellos que lo desconocían y lo consideraban coto cerrado de los cultistas o los privilegiados y, que a partir de sus actuaciones apasionadas, empezaron a berrear “I pagliacci” en la ducha aunque no supieran quién era Leoncavallo, ni falta que les hacía.

D.E.P.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

“Un viejo que leía novelas de amor” de Luis Sepúlveda.



Hay novelas que llegan tarde. Entiéndame lo que quiero decir. Hay novelas que probablemente escritas unos años antes (los años póngalos ustedes) se hubieran convertido por mor de las modas, de los contextos históricos o por váyase a saber el motivo, en novelas referenciales para una generación o un movimiento literario, respuestas fáciles para un concurso de cultura general o una encuesta de opinión. Y esa es la impresión que me produce cada vez que leo o releo “Un viejo que leía novelas de amor” de Luis Sepúlveda (“Mundo del fin del mundo”, “Nombre de torero”), una novela publicada por primera vez en 1989 y en estas tierras de España en 1993 por Tusquets Editores, una novela que reúne todos los elementos para haberse convertido en una pieza clave del “realismo mágico” latinoamericano si se hubiera escrito cincuenta años antes y que, sin embargo, ha pasado bastante desapercibida.
“Un viejo…” narra la historia de Antonio José Bolivar Proaño, un anciano habitante de El Idilio, un remoto puesto perdido en la Amazonía habitada por los shuar (popularmente conocidos como jíbaros) sin otra distracción en su solitaria y dura vida que leer novelas de las “que hablan del amor con palabras tan hermosas que a veces le hacían olvidar la barbarie humana” que le lleva dos veces al año su amigo el dentista Rubicundo Loachamín y dedicarse a la caza del tigrillo, procurando mantenerse alejado de las ambiciones y locuras de sus convecinos blancos. Sin embargo, se ve requerido por el avaricioso, corrupto y asqueroso alcalde del pueblo para dar caza a un tigrillo que ha matado a varias personas. Durante la caza, Antonio José descubrirá los verdaderos motivos que llevaron al animal a convertirse en un matahombres y le llevará a sentir una mayor comunión con el animal que con sus congéneres.
En esta novela corta, Sepúlveda incorpora y homenajea a los grandes de la literatura americana del último siglo. Desde el “Realismo Mágico” militante del mejor Garcia Márquez y el “Indigenismo” de Ciro Alegria hasta el Hemingway de “El viejo y el Mar” ó el Steinbeck de “La perla”, todos están muy presentes en esta obra para conformar la personalidad de José Bolivar, el protagonista del que se sirve Sepúlveda para denunciar los problemas a los que se enfrenta la selva amazónica. La novela está escrita en un estilo sencillo y directo accesible a todas las edades, que seducirá a un lector fascinado por la caza del tigrillo y la humanidad de José Bolivar. Lo dicho: publicada treinta años antes esta novela hubiera sido cabeza de león de un movimiento de denuncia del Amazonía, pero en 1989 no deja de ser cola de ratón de la novela latinoamericana. Si les gustó “El viejo y el Mar” o “El mundo es ancho y ajeno” ya están tardando.

martes, 4 de septiembre de 2007

“Batman” de Grant Morrison y Andy Kubert: buenas sensaciones.



Publicados ya tres números del Batman de Grant Morrison (“Doom Patrol”, “Los Invisibles”) por Planeta Agostini las sensaciones son positivas. Morrison, un guionista de mucho recorrido ya en el mundillo, parece que ha decidido tomar el toro por los cuernos y sin dejar de lado la senda abierta por Miller y su Año Uno hace ya muchos años sabe imprimirle un nuevo toque de humor que le sienta bastante bien a la historia al tiempo que dota a la trama de la suficiente espectacularidad como para que Andy Kubert (“1602”, “X-Men”) pueda desarrollar su enorme potencial a los lápices.

(Posible SPOILER)
Para empezar, Morrison está intentando profundizar la puerta que dejó Mike W. Barr en su excelente “Batman: hijo del Demonio” y que en su momento no le dejaron desarrollar incorporando al universo batmaniano al hijo que tuvo con Talia, la hija de Rash Al Ghul, un niñito “encantador” entrenado por los mejores maestros de la Liga de los Asesinos, al que Talia deja a cargo de papá Batman para que asuma sus obligaciones parentales. Un encargo envenenado en el que no queda claro si las intenciones de Talia son que el hijo finiquite al padre o el padre al hijo, o ambos entre sí dejándola a ella el campo libre para desarrollar sus planes. Por otro lado, la relación entre Damian (la elección del nombre no ha sido muy original, no) y Robin parece que va a ser cuanto menos tensa.
(Fin del Posible SPOILER)

En definitiva, parece que Morrison sabe a lo que juega y está poniendo las bases para hacer un Hombre Murciélago innovador y, al mismo tiempo, fiel al trabajo de los mejores guionistas anteriores. De momento, el tebeo es entretenido y equilibrado entre el humor y la acción dosificando el protagonismo de Batman con la intervención de los secundarios y recuperando para la causa a Alfred y a Bruce Wayne, el alter ego de Batman.
En el aspecto gráfico Andy Kubert está en su línea construyendo un cómic rico en detalles con el único pero de cierta confusión en la composición de algunas viñetas de acción.
Discutible es la elección del formato por parte de Planeta publicando un episodio yanqui de "Batman" con un episodio de “Detective Comics”, guionizado por Paul Dini y dibujado por diferentes dibujantes. En “Detective Comics” se supone que se centran en historias autonclusivas en las que predomina el elemento detectivesco de Batman. Dini cumple sin pena ni gloria en unas historias que se olvidan tan fácilmente como se leen y que los amigos de Planeta meten de relleno aprovechando el tirón que tiene el dúo dinámico Morrison-Kubert.
De momento, este Batman tiene mi voto de confianza. Esperemos que Morrison y Kubert desarrollen una nueva etapa inolvidable en la saga del Hombre Murciélago.

lunes, 3 de septiembre de 2007

“Caótica Ana” de Julio Medem

Dentro del vapuleado y ninguneado cine español hay un nombre que destaca sobre los demás por ser poseedor de uno de los universos más ricos, cautivadores y sugestivos, como no se ha visto en mucho tiempo, quizás desde el mismísimo maestro Buñuel. Un universo que refina y perfecciona en cada nuevo proyecto con algún lamentable borrón (“La pelota vasca”) y que, al mismo tiempo, me da la sensación su cine no recibe el reconocimiento que merece en comparación con otros más artificiosos pero con más capacidad para seducir a los medios. Me refiero, a Julio Medem (“Tierra” “Lucia y el sexo”, “Los amantes del circulo polar”) y su última película, “Caotica Ana”.
En esta pelicula, Médem nos cuenta, como ya es habitual en él, una historia entre la realidad y la fantasía, el consciente y el inconsciente, el realismo y la abstracción. La joven e inocente Ana es una talentosa pintora que conoce a Justine, una rica mecenas que la propone abandonar su Ibiza natal y trasladarse a Madrid dejando a su padre y su isla para incorporarse a una escuela de jóvenes talentos. Allí conocerá a Linda, encarnada por una creíble Bebe, que se convertirá en su mejor amiga y a Sahib, un joven pintor saharaui con el que vivirá una apasionada historia de amor. Sin embargo, Ana sufre un extraño ataque que provocará la repentina huida de Sahib. Con la ayuda de un hipnotizador Ana descubrirá a través de la regresión que es la última de una cadena antiquísima de reencarnaciones de mujeres que murieron jóvenes y asesinadas, mujeres que deben cumplir una misión: recuperar el poder para la mujer frente a nuestra sociedad patriarcal. En Nueva York, Ana se rencontrará con Sahib, descubrirá el motivo de su huida y se enfrentará finalmente a su destino.
Utilizando a la jovencísima Ana, una debutante Manuela Vellés, una joven que mezcla la ingenuidad más pueril con la sensualidad más arrebatadora, Médem realiza una película alegato que es crisol de historias e inquietudes, reflejo de la personalidad del autor. Por un lado, nos encontramos ante un alegato de la sociedad matriarcal frente a la patriarcal, en opinión del director causa de las guerras y desgracias del mundo y un posicionamiento ante la causa saharaui, un pueblo sin país olvidado de todos en el desierto argelino. Por otro, una historia de amor en su doble vertiente, la pasión que siente Ana por Sahib y la hermosísima relación que mantiene con su monstruo, su padre, interpretado por un lacónico Mattias Habich. Y, además, el homenaje que el director rinde hacia su hermana Ana, fallecida en la juventud como consecuencia de un accidente automovilístico, autora de las pinturas de la Ana de ficción en la película. Todas estas tramas se entremezclan en la mente de Medem para hacer una película densa cargada de simbolismos freudianos (una constante en el cine de Medem, cuya primera vocación fue la medicina y la psiquiatría) que se desarrolla y amalgama a través de la doble hipnosis a la que el joven Asier Newman somete a la protagonista y a la que Medem somete a los espectadores, que asisten sojuzgados al viaje iniciatico de Ana hasta su sorprendente final a través de la magnífica actuación de un reparto internacional, formado por actores insultantemente jóvenes y semidesconocidos junto a otros contrastados (Charlotte Rampling no ha perdido nada de su elegancia) que funciona como una maquinaria perfecta para levantar este artificio a la imaginación de Medem y sus exploraciones de la mente humana. Una película inteligente que no dejará a nadie indiferente y que, en mi opinión, es la mejor del autor hasta el momento.
Para saber más sobre “Caotica Ana” pinchad aquí.

domingo, 2 de septiembre de 2007

12 millones para un perro…¿Estamos locos o qué?

Descubro pasmado que aquí la amiga Leona Helmsley, una multimillonaria de los EEUU no excesivamente popular, como si del argumento de la una película de Disney se tratase, no se le ocurrió mejor idea que desheredar a dos de sus nietos y dejar 12 milloncejos de dólares a su querida perrita Trouble. No sabemos si los nietos eran muy traviesos y le daban mala vida a tan respetable anciana o que encantos ocultos tenía la perrita pero lo que no parece de recibo es que ninguna legislación, incluso una tan paranóica y absurda en muchos casos como la norteamericana, prime estas extravagancias sobre el sentido común y la lógica. Espero que los nietecitos (o nietazos que no sabemos si ya serán hombres o mujeres hechos y derechos) recurran la última voluntad de su chocha abuelita y dejen sin dineros a Trouble. Eso sí, si lo consiguen, alimenten a la perrita que la pobre no tiene la culpa.
Más información sobre el asunto, aquí.