domingo, 10 de marzo de 2013

“Pepe 2”, de Carlos Giménez.



Panini Cómics y Carlos Giménez se han dado relativa prisa en publicar la segunda entrega de la biografía que Giménez viene realizando sobre su compañero y amigo José “Pepe” González, exquisito dibujante fallecido en penosas circunstancias y que desgraciadamente no gozó,  en opinión de Carlos Giménez, del homenaje y reconomiento en los medios que su trayectoria merecía.
En esta segunda entrega, asistimos a nuevos y divertidos episodios de la azarosa vida de Pepe, un dibujante superlativo pero perezoso y poco centrado en su trabajo y su vida lo que le llevaba a vivir únicamente el día sin hacer previsión de futuro. En esta entrega, Giménez nos cuenta las peripecias de su amigo durante la mili, sus primeros viajes al Reino Unido dado que fue la gran estrella internacional de Toutain – perdón, Producciones Ilustradas, en este tebeo- y sus enamoramientos.
Poco puedo añadir en principio a este cómic de lo que ya escribí sobre  la primera entrega más allá de resaltar la extraordinaria labor de un Carlos Giménez para lograr ofrecer un retrato entrañable y honrado del que fuera su amigo. Giménez esquiva exquisitamente las trampas del género biográfico, especialmente cuando se trata de glosar la vida de un ser querido, para no caer ni en la hagiografía ni tampoco en el esperpento amarillista que seguramente algunos agradecerían, encontrando el punto de equilibrio entre el retrato objetivo  que la narración precisa y el tratamiento cariñoso de la figura del amigo.  
Giménez elegantemente cuenta lo que quiere y esquiva los elementos más escabrosos de la vida (“el Pepe oscuro”, al que se refiere en más de una ocasión en esta segunda entrega) de su amigo insinuando sin concretar los misterios que hasta al omnipresente narrador que es se le escapan, sabiendo asi guardar los secretos que el respeto, la amistad y la intimidad hacia el amigo precisan, pero sin que le obstaculice para reflejar en su equilibrada narración las luces y sombras de un(a) persona(je) que se torna entrañable incluso a aquellos que solo le conocimos a partir de sus maravillosos trabajos.
Seguramente a Giménez le lloverán las críticas y se insinuará la reiteración de algunas de sus viñetas en este álbum o cierto acomodamiento en la elaboración de este cómic para enterrarle por enésima vez,  sin caer en el estupendo pulso narrativo que mantiene la obra ni en que su importancia radica más en su equilibrado contenido que en un continente que no deja de ser lucido y correcto.
No importa, esta segunda entrega de “Pepe” es un estupendo ejemplo de cómic biográfico y un acercamiento valido, hermoso y entrañable a una de esas figuras geniales que tanto abundan en España, que acaban siendo más valoradas en el extranjero que en nuestro país donde acaban relegadas a la marginalidad y el olvido hasta que se mueren. Abstenerse los amigos del amarillismo y la carnaza. Carlos Giménez no se la va a proporcionar en este tebeo.