jueves, 30 de diciembre de 2010

La primera pirula del 2011.

Sí, ya sé que se supone que debería estar haciendo listas de buenos propósitos para el año que viene, resúmenes de lo que fue el 2010 y cosas por el estilo, pero uno consulta las novedades de alguna editorial del año que viene y se me pone el ánimo levantisco.

Echadle un ojo al pdf. de las novedades de Norma para Febrero. Más allá de la presencia de cosas interesantes como el tercer álbum de “Long John” de Dorison y Lauffray (esperemos que no sufra el problema de abarquillamiento de la segunda parte) o “El pequeño Christian” de Blutch, lo que me encorajina es que resulta que anuncian a bombo y platillo la edición en cartoné (cara) de “El Hombre Retorcido”, la estupenda historia de Corben y Mignola de la que ya conté algo por aquí cuando apareció hace ya unos cuantos meses. No pasaría nada si no fuese por el pequeño detalle de que la nueva edición incluye aparte de la historia principal y los extras de rigor en forma de bocetos y artículos, dos historias más (“En la capilla de Moloch” y “Aquellos que se hunden en el mar en barcos”) de las cuáles una es inédita, con lo que el que sea completista de “Hellboy” se verá obligado a pasar dos veces por caja.

Ofertar diferentes ediciones es una técnica de venta corriente en otros ámbitos a la que se le resiste la industria del cómic. En el mercado de libros, películas en DVD o discos es una práctica extendida que coexistan diferentes ediciones que aparecen juntas o con poco tiempo de diferencia en las que varían precio, calidades de edición y contenidos, y cada cuál elige la que le conviene sin que nadie se escandalice pudiendo elegir la que le apetece. Sin embargo, en el magro (o no tanto?) mercado del Cómic, donde los potenciales compradores son menos esto no es tan frecuente y hay que usar otras estrategias para vender la edición cara como retrasarla casi un año respecto a la publicación de la barata y que en la cara aparezca una historia extra para que los mismos que compraron la versión barata un año antes se hagan con la cara pagando dos veces por algo que es básicamente lo mismo apelando al completismo y la inmadurez del aficionado al cómic. Negocio redondo pero yo no estoy por la labor porque lo correcto hubiese sido haber publicado las dos ediciones al mismo tiempo (o al menos avisar de las diferencias de contenido antes) .

Probablemente, esto forma parte de los tiempos que nos ha tocado vivir pero me parece que con ello se castiga en exceso la fidelidad de los que puntualmente siguen las series y a la larga solo se logrará que la gente demore la compra de cualquier tebeo a la espera de mejores –y más completas- ediciones optando por otros medios para su lectura. Luego se quejarán...

miércoles, 29 de diciembre de 2010

“Wilson”, de Daniel Clowes.

Uno de los que ha sido sin duda uno de los tebeos del año para mí ha sido la última obra de Daniel Clowes, Wilson”, publicada hace unos meses por Mondadori, obra en la que el autor acomete lo que algunos han venido a considerar su primera “novela gráfica” ya que su publicación se ha realizado directamente en formato libro (o álbum) fuera del canal tradicional de sus trabajos anteriores a través de su comic book “Eightball”. Más allá de cómo se quiera clasificar, para mí “Wilson” es un gran tebeo rico en (re)lecturas y signifcados en el que el autor ofrece una lucida reflexión sobre muchas cosas, incluido el grano que hay más allá de la paja tras tanta categorización al tiempo que entretiene al personal con una historia cómica que esconde, como no podría ser de otra forma en una buena broma, un trasfondo triste, el devenir diario.

Wilson es un inadaptado social cuarentón dicharachero, egocéntrico y con baja autoestima, que avanza hacia la madurez mientras analiza a su manera los errores de su pasado. Wilson ha tenido unos padres, un perro, una hija y varias novias pero su relación con todos esos elementos es tan atípica y anticonvencional que casi es mejor que la descubráis vosotros mismos antes que os la siga contando yo.

En “Wilson”, Clowes construye uno de sus mejores personajes, último eslabón de una tradición de marginados e individualistas que fascina a la cultura norteamericana (probablemente, porque no deja de ser un reflejo exagerado y satírico de algunos de sus rasgos más característicos) cuyo principal exponente en la literatura sea Kennedy Toole con “La Conjura de los Necios” protagonizada por el gran Ignatius J. Reilly y siguierann en el cine películas tan brillantes como “Happiness” de Tom Solondz, o en el cómic Chris Ware con su “Jimmy Corrigan: el chico más listo del mundo”. Clowes plantea con ironía y ternura al mismo tiempo algunos de los problemas principales del hombre contemporáneo - y de cualquier época - que en grados probablemente menos acusados que el huraño Wilson nos hemos planteado todos alguna vez. Temas como la muerte, la amistad, la familia o la comunicación son abordados en esta obra sin caer en el maniqueísmo y dejando que cada cuál saque sus propias conclusiones a través de las tragicómicas vivencias cotidianas de su protagonista presentadas mediante capítulos de una página que se plantean como antihaikus deconstructivos para el lector atento.

Si el contenido de “Wilson” es una lectura amena para cualquiera independientemente de la profundidad o interés con que acometa su lectura, el análisis formal de la obra es un sueño hecho realidad para los teóricos del cómic. Bajo su aparente simplicidad, “Wilson” esconde múltiples preguntas y formas de entenderse que escapan a la categorización en formatos. Cada uno de los capítulos de una página tiene una coherencia propia y encierra una historia independiente y entendible por sí misma que se asemeja en ritmo narrativo al de grandes de las tiras de prensa como Schultz o incluso al de contemporáneos de Clowes como el mismo Ware al tiempo que el conjunto de la historia se va desplegando con fluidez capítulo a capítulo para abarcar en su totalidad un largo período de la vida del protagonista sin que el desarrollo lineal de la trama se resienta gracias a una cuidada y sutil continuidad. Por otro lado, en el aspecto gráfico, Clowes acomete el estilo de dibujo en cada uno de los capítulos de manera diferentes desde planteamientos más caricaturescos y minimalistas a otros más realistas y detallados sin seguir en apariencia un criterio determinado aunque con ello refuerza la atención del lector sobre la narración y la dota de sorprendentes y originales matices exclusivos del cómic.

Sin ir más allá, “Wilson” es un tebeo maravilloso en fondo y forma elaborado por un Daniel Clowes en estado de gracia que se muestra como un profundo conocedor del lenguaje en los que se expresa más allá de las categorizaciones con las que intentemos torpemente atrapar algo tan etéreo como es su talento. Y quizás, en mi humilde opinión, ese sea precisamente la gran enseñanza y el mensaje oculto en esta obra para los teóricos y estudiosos.

Stan “The Man” Lee y Pamela.

XL. También trabajó con Pamela Anderson en Stripperella, una serie animada para televisión…

S.L. Siempre quise hacer una historia con una superheroína atractiva y cuando conocí a Pamela, hallé la inspiración adecuada. ¿Quién no querría ver una versión en cómic de Pamela, una de las mujeres más deseadas? Fue muy divertido trabajar juntos. Ella sabe bien lo que el público quiere.

XL. Sí, no me cabe duda… ¿Necesitó documentarse para crear el personaje?

S.L. Habría estado bien pasar algunas horas en algún ‘club de caballeros’ estudiando a las bailarinas, por el bien de la serie, por supuesto [se ríe]. Infelizmente, no tuve tiempo, tuve que confiar en mi imaginación y en mis recuerdos de juventud.

(Genio y figura…Ayer El Hombre cumplió ochenta tacos. La entrevista completa concedida hace un par de años a “XLSemanal” la podéis leer completa aquí. Excelsior, Mr. Lee y muchas felicidades).

martes, 28 de diciembre de 2010

“666 999” al cine.

2010 será sin duda un año recordado por José Maria Beroy.

A la reedición de buena parte de su obra por parte de las editoriales Diábolo y Glénat se une la noticia de la reciente adquisición de los derechos de “666/999” por la productora de Steven Spielberg, Dreamworks.

Al parecer Hernán Migoya, editor de Glénat, entregó al director de “ET, el extraterrestre” un ejemplar de “Onírica” en la última edición del Festival de Sundance. Spielberg quedó tan cautivado con el apocalíptico cómic de Beroy que puso en marcha los engranajes para hacerse cuanto antes con los derechos de la obra que probablemente llegue a la gran pantalla cuando Spielberg finalice la segunda parte de “Tintin” dado lo apretado de su agenda.

Fuentes bien informadas han comentado que al parecer hubo algunos problemas para que los representantes de Spielberg entrasen en contacto con Beroy ya que este, al confundirlos con testigos de Jehová se negaba a abrirles la puerta. Una vez subsanada la confusión y cobrado un buen dinerillo en dólares contantes y sonantes se rumorea que el artista barcelonés anda haciéndose el despistado, gastando inocentadas por sus blogs para no pagar las numerosas cenas que tiene apalabradas, aunque un reconocido bloguero seguramente interponga acciones legales al respecto.

Hermann autoeditará “Las torres de Bois Maury” en España.

Se confirma el rumor que circulaba de boca en boca por el Expocómic.

Hermann Huppen, molesto por el (mal)trato editorial que últimamente está recibiendo su opera prima, “Las Torres de Bois-Maury”, en España donde se encuentra actualmente descatalogada ha decidido liarse la manta a la cabeza y lanzarse por su cuenta y riesgo directamente a sufragar una edición exclusiva para el mercado español de la misma.

Aprovechando sus nociones de castellano y que los derechos de la obra han revertido al artista, el mismo Hermann se encargará de la traducción de los dos volúmenes integrales de los que se compondrá la nueva edición que, entre otras características, será limitada y numerada con una dedicatoria del autor en cada uno de los volúmenes.

Los interesados en ir reservando sus ejemplares tienen que escribir directamente a la editorial de los Santos Inocentes y esperar hasta el próximo 28 de Diciembre.

¡¡ El Marsupilami existe !!

Según informan desde la prestigiosa revista científica “Nature” se confirma la que podría ser la noticia del año para todos los aficionados al cómic francobelga: la existenca real del Marsupilami.

Resulta que el mismo equipo científico que descubrió hace unos años al llamado Homo Floresiensis en la isla de las Flores ha estado estudiando la presencia de un extraño y huidizo animal cuyas características se ajustan perfectamente a las descritas por el gran Franquin cuando concibió al simpático amigo de Spirou. El equipo científico aparte de restos óseos ha descubierto diferentes indicios que avalan la existencia del marsupilami.

A pesar de la pormenorizada información y lo riguroso del estudio de “Nature” falta la captura de la esquiva criatura para confirmar definitivamente el hallazgo por lo que desde la editorial Dupuis y el Ayuntamiento de Charleroi –patrocinador del equipo de baloncesto Spirou- han ofrecido una jugosa recompensa para quién acuda a la isla de los Santos Inocentes donde habita el simpático animal y la capture. Iker Jiménez ya ha anunciado que va a realizar un próximo reportaje sobre el tema.

Si alguien quiere apuntarse, puede hacerlo en los comentarios.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Más visto que el TBO.

Era tal la importancia de esta publicación -220.000 ejemplares en uno de sus mejores años- y su implantación en la cultura popular de los años treinta a sesenta tal que dio lugar a la frase del título que todos hemos usado alguna vez.

Ahora se anuncia nuevo coleccionable y uno no puede más que reiterar todo lo que ya se ha dicho aquí hace pocos días.

Que se vea de nuevo el TBO y a sus grades autores en los kioscos. Pero, no solo que se les vea sino que se les lea y se les aprecie merced a una selección cuidada, comentada y contextualizada para que los nuevos lectores y aficionados puedan apreciarlos y que haga que merezca la pena seguirla más allá del aluvión de la “oferta de lanzamiento”.

De otro modo, esto es disparar balas de fogueo.

Selección mínima del 2010 de El lector impaciente.

Pues sí, esta semana empezamos con los balances, listados e informes donde cada uno aportará su granito de arena sobre el estado cultural de la nación y cuáles han sido las mejores lecturas del año.

A mí, como siempre, estas cosas me dan una pereza infinita (aparte que la falta de tiempo me puede y sinceramente creo que están porn encima de mis limitadas posibilidades) así que me limitaré a dar mi personalísima opinión sobre lo ya comentado en el blog a lo largo del último año. Un año que ha sido bastante bueno en cuanto a la calidad de nuevas lecturas tebeisticas gracias básicamente a las reediciones de todo pelaje y en Literatura podríamos decir que se ha mantenido, pero que en cine ha ido a peor haciéndome en los últimos tiempos perder la ilusión -no sé si definitivamente- hacia el séptimo arte y llevándome a dejar desierta la categoría.

El mejor tebeo del 2010 para El lector impaciente ha sido:

Notas al pie de Gaza”, de Joe Sacco.

El mejor libro del 2010 para El lector impaciente ha sido:

“Anatomía de un instante”, de Javier Cercás.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Impacientes Fiestas.

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Pues sí, al final me he animado y he hecho mi propia postal. Bueno, básicamente, la ha hecho el maestro Taniguchi y servidor ha añadido el mensajito.
No me voy a enrollar como otros años asumiendo una distante pose desde la que divagar sobre los orígenes de estas fiestas, creencias comparadas o el solsticio de invierno …Y es que tras pasar la Nochebuena y la Navidad 2009 con la pequeñaja ingresada en el hospital con una puñetera bronquiolitis uno agradece el pasar estos días en familia y en casita.
Cada uno sabrá exactamente qué es lo que está celebrando. Yo, entre otras cosas, este año quiero solidarizarme con los papis con nenes hospitalizados y todos aquellos que lo estén pasando mal en estas fechas que se supone es uno de los principales motivos para lo que organizamos las comilonas (sí, ya sé, que te den regalitos es el principal motivo de mucha gente...).
Lo dejo ya que me está quedando más largo que el discurso del Rey. A propósito, creo que no he mencionado que la peque se ha pasado la noche moqueando y ya anda acatarrada…Ups, qué miedito.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Postales Navideñas.

Una de las cosas buenas que tiene esto de escribir un blog es que haces amigos virtuales que se acuerdan de tí y te mandan postales navideñas, lo que, por otro lado, hace más patente lo poco detallista que es uno que no sabe organizarse para estas corresponder. Esta entrada va por ellos:


Gracias, y gracias a todos los que desde sus blogs u otros plataformas sociales han mandado alguna postalilla.

De Roberto Alcázar, Pedrín y los viajes en el tiempo.


Cuando ayer me enteré de la próxima publicación de un coleccionable de “Las Aventuras de Roberto Alcázar y Pedrín” , cómic de aventuras de los años cuarenta y cincuenta que los padres y abuelos de los que leemos este blog devoraban con frenesí cuando caían en sus manos, no he podido dejar de acordarme del maniquí que asistía a los viajes en el tiempo Rod Taylor en El tiempo en sus manos” de George Pal, la mejor adaptación de la maravillosa novela de Wells, La máquina del tiempo”.



Y es que última
mente las editoriales del cómic se están volviendo exploradores del pasado que van desenterrando capa tras capa clásicos nacionales e internacionales en trabajos de campo que a veces no son lo rigurosos que debieran y precisarían de una mejor labor de restauración antes de presentarse al público.

Tras ir completando poco a poco la reedición de autores de los ochenta, setenta y sesenta, ahora parece que se ha puesto la vista en autores y series incluso más antiguas en un intento de seguir explotando comercialmente el único argumento que parece estar funcionando para atraer lectores al tebeo -más allá de reclamo de las adaptaciones cinematográficas- el factor nostálgico.

Y, bueno, vale, no seré yo el que me queje porque el tebeo clásico debería estar siempre disponible pero creo que las grandes editoriales que se encargan de estas reediciones tampoco deberían olvidar con tanto viaje al pasado y la recuperación del tebeo popular de hace sesenta años popularizar y promocionar a los autores presentes y futuros que son por los que ahora mismo habría que apostar si se quiere que el Cómic como medio evolucione y se robustezca frente a otras manifestaciones culturales y de entretenimiento y no transite hacia un callejón sin salida meramente autoreferencial para unos pocos desconectado del presente. Estos tebeos no los van a leer los chavales jóvenes sino mi padre (si se los dejo que está por ver) o yo. Hay mucho talento hay fuera esperando oportunidades.

En fin, que bravo por las reediciones si se hacen con sentido incluso por las que se anunciaron y de ellas nada más se supo perdidas en algún pliegue espaciotemporal (¿Qué fue del "Flash Gordon" de Dan Barry anunciado por Panini?).

Yo, de momento, me voy a ver como la maniquí sigue cambiando de vestidos a razón de uno por segundo. Eso sí, montado en un DeLorean.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Trailer de “Black Death”, de Geoffrey Sax.

Ya, ya sé que hay un trailer para audiencias “maduras” más reciente pero como yo esos trailers me parecen una hipocresía tontona no me interesan cuando luego pretenden que sean los inmaduros los que vayan a las salas de cine y, de paso, compren palomitas, os dejo el trailer oficial de la película que anda por la red desde hace unos meses.

El trailer de “Black Death” tiene buena pinta y me ha hecho gracia la presencia de los doctores de la peste, curiosa figura histórica que hace poco conocí a través del “Hellblazer” de Milligan.

La trama de la película se sitúa en la Edad Media asolada por la peste negra donde un grupo de guerreros deben unirse para encontrar a un mago que al parecer resucita a los muertos. Lo dicho, pinta entretenida aunque no sé si llegará a los cines.

Eso sí, Sean Bean el papel de Boromir este año lo tiene bien amortizado (que si esta, que si “Juego de Tronos”)…Luego se quejará que se encasilla.

“La noche más oscura”, de Geoff Johns e Ivan Reis.

Leído el último número de “La noche más oscura”, que no sus ramificaciones en distintos números cruzados de diferentes colecciones, ya me permito opinar sobre el penúltimo macroevento del Universo DC guionizado por el hombre orquesta de la compañía Geoff Johns y el espectacular artista brasileño Ivan Reis. Y lo primero que se me ocurre preguntarme es si realmente Johns ha tardado siete años en planificar esta historia como en algún sitio leí o no es más que una mera añagaza publicitaria para darle bombo a un asunto que para nada merece el alboroto.

Al hilo de la moda actual a la que el género superheroico nunca ha sido del todo ajeno, Johns se monta una historia de zombis cósmica con bastante poca chica y que no va más allá de dar chicha a las series y personajes que más le gustan que son básicamente Green Lantern y Flash y dejando en un segundo plano a los buques insignias de la editorial cuyo protagonismo en esta miniserie –Superman, WW y Batman- es marginal cuando no inexistente. Johns nos descubre que tras la aparición de la Batería de Poder Negra en “La Guerra de los Sinestro Corps” y la llegada de los zombis Black Lanterns está una siniestra entidad Nekron que ha encontrado en un oscuro villano necrófilo de GL, Mano Negra, el portal para acceder al mundo de los vivos. La presencia de los muertos vivientes ocasionará que los distintos superhéroes y supervillanos de la Tierra y los distintos Cuerpos de Lanters se unan para enfrentarse a la amenaza común en una batalla que provocará como primera –y casi única consecuencia- la vuelta a la vida definitiva de algunos personajes DC emblemáticos que llevaban algún tiempo criando malvas y que protagonizarán el próximo evento muy originalmente titulado “El Día Más Brillante”.

En fin, centrándonos en la historia, “La noche más oscura” es lo más flojito que le he leído a Johns con una historia lineal de una simpleza desoladora en la que el tratamiento de los personajes, los giros argumentales y el clímax brillan por su ausencia envuelto todo en una aureola de épica hueca en la que todo se reduce a concatenar espectaculares viñetas con multitud de personajes en la más pobre reinterpretación de lo que fue la fantástica “Crisis en Tierras Infinitas” y cuyo único fin parece ser que no era otro que el resucitar a unos cuántos personajes. Y lo más triste es que Johns vuelve a repetirse en una trama que resuelve sin originalidad inventándose a la enésima entidad cósmica tras Parallax. Por suerte, Johns ha agotado el espectro de colores y ahora tendrá que tirar por otro lado pero visto lo visto miedo me da lo que se le puede llegar a ocurrir.

Más allá de lo poco que me ha gustado la historia si realmente he continuado con ella mes a mes ha sido por el buen hacer del brasileño Ivan Reis que demuestra talento y buen hacer a lo largo de la serie dotando a su dibujo de una espectacularidad que hace que encaje perfectamente en el género superheroico. Reis aparte de ser un buen dibujante cuida, a diferencia de otros, lo suficiente la narrativa para que el tebeo sea legible lo que le convierte en un dibujante a tener en cuenta en un género en la que la narración se sacrifica por la espectacularidad.

Si “El día más brillante” sigue la línea de esta serie que no cuenten conmigo que me bajo de este carro.

martes, 21 de diciembre de 2010

Alix no fue al Expocómic.

¡Nueva polémica con el Expocómic habemus!

A través de Entrecómics me entero de este asunto.

Es la versión de una sola de las partes y habría que estar pendientes -si se producen- de las explicaciones de la organización del evento porque ya se sabe que el que alla otorga y, de primeras, a uno se le cae el alma a los pies doblemente leyendo estas cosas. Por un lado, porque si un Salón del Cómic no se dedica precisamente a promover las iniciativas que, en principio, deberían ser su principal función no llego a entender para qué sirve; y, por otro, porque resulta un tanto triste que prácticamente todos los años no haya una edición del Expocómic que no haya tenido su dosis de polémica y nunca podamos decir lo bien que se ha desarrollado todo.

Alix” es una longeva serie de carácter histórico de la que es autor Jacques Martin. La serie, que nunca llegó a cuajar en España aunque sea un clásico de la BD, cuenta con un pequeño pero resistente grupo de seguidores que se hicieron con los derechos a través de la editorial NetCom2 y ellos mismos se han encargado de la traducción, distribución y difusión de la misma primero a través de su web y posteriormente, además, de un grupo de librerías seleccionadas de todo el país.

A pesar de las dificultades, las cosas no deben irles del todo mal y habían pensado en usar el Expocómic como una plataforma para dar a conocer sus proyectos entre los que destacan la recuperación de otras series de Martin, como “Lefranc”.

No me entra en la cabeza que una mano negra (tampoco me entraba lo del “Príncipe Valiente” de Caldas y mira al final lo que pasó) pueda tener interés en que iniciativas como esta no prosperen pero ojalá que “Alix, el intrepido” y el resto de obras de Martin logren acomodo en España. Sería una buena noticia para todos los aficionados al cómic.

“Hellboy: La Cacería Salvaje”, de Duncan Fegredo y Mike Mignola.

Voy a ir al grano: he disfrutado como un enano de la última entrega de “Hellboy”. El llevar unas cuantas lecturas de tebeos a cuestas hace que en muchas ocasiones mi capacidad de sorpresa y maravilla ante un tebeo de género desaparezca. Se le ven las costuras a la historia, resultan predecibles los argumentos, se identifican tópicos que, con acierto o no, me recuerdan a otras lecturas anteriores…Lo tengo asumido como cosas de la edad y la acumulación de lecturas variadas pero de vez en cuando me encuentro tebeos como esta última entrega de “Hellboy”, publicada por Norma Editorial en dos ediciones difrentes, que me dejan anhelando una nueva entrega como cuando era chavalillo. Os cuento.

Hellboy es convocado de su retiro en la campiña italiana para trasladarse a Inglaterra para formar parte en la cacería salvaje que desde tiempos inmemoriales llevan a cabo los nobles ingleses contra los gigantes que de vez en cuando resucitan para reclamar las tierras que antaño les pertenecieron. Sin embargo, en esta ocasión, una siniestra amenaza se cierne sobre todos y, especialmente, sobre nuestro endemoniado protagonista que deberá enfrentarse a su destino en una historia que se remonta a los tiempos del Rey Arturo e incluso más allá.

Mike Mignola ofrece en esta miniserie una atractiva historia a pesar de no hacerse cargo de los lápices realizando interesantes revelaciones sobre el misterioso origen de Hellboy y añadiendo elementos a desarrollar en futuras entregas que dejan al lector con ganas de más. Mignola a partir de un ecléctico uso de referencias que tienen como base principal el folklore celta de las islas británicas y los mitos artúricos ha creado en su “opera prima” un universo rico y atractivo para el lector al que poco a poco va dotando de una mayor cohesión a través de las aventuras en que su personaje fetiche no deja de crecer en matices.


A pesar de no hacerse cargo de los lápices a cargo del ya habitual en la serie Duncan Fegredo eso no afecta a la calidad artística de la historia ya que el estilo del dibujante británico, colaborador habitual de guionistas como Grant Morrison o Peter Milligan, encaja perfectamente con el universo gótico y tenebroso de “Hellboy” y en estas entregas realiza uno de los mejores trabajos de su carrera, perfectamente secundado por un Dave Stewart que en obras como esta demuestra el por qué está considerado como uno de los mejores coloristas que actualmente trabajan en el cómic norteamericano reforzando con su uso del color la capacidad narrativa de Fegredo que en otras obras es su punto más débil.

En definitiva, me lo he pasado pipa con este nuevo “Hellboy”, una serie que no solo mantiene el nivel sino que poco a poco va a más conforme Mignola mejora sus capacidades como guionista. Ojalá no se demore demasiado la próxima entrega.

Más “Hellboy” en El lector impaciente:

El hombre retorcido”.
Hellboy y el Ejército Dorado”.

Otras obras de Duncan Fegredo en El lector impaciente:

“Kid Eternity”.

lunes, 20 de diciembre de 2010

“Los superhéroes y la Filosofía”, de VVAA.


A simple vista, los superhéroes del Cómic, y últimamente el cine, y la Filosofía son temas que difícilmente pueden encontrar puntos de conexión entre sí, pero cualquiera que realice una lectura atenta y sin prejuicios de algunas de las principales obras del género superheroico será consciente que más allá de la cerril mirada de una industria y unos autores que se limitan a repetir cíclicamente las mismas estructuras argumentales subyace la fuerza icónica de unos personajes con todas las características de los mitos modernos lo que les convierten en el crisol perfecto desde el que abordar algunas de las preguntas fundamentales que el ser humano ha venido formulándose desde el principio de los tiempos y que son la base del amor a la Sabiduría.
Precisamente, el conjunto de ensayos que recoge el nuevo libro de la joven editorial Blackie Books trata de profundizar precisamente en el tratamiento de esos temas y en la concepción de “nuevos mitos” de los superhéroes analizando algunos de los principales personajes y obras del género y su relación con temas e ideas que aunque no aparezcan explicitados en los cómics subyacen desde sus inicios como una manifestación más del concepto de Meme que menciona Denny O’Neill en su ensayo.
Articulados alrededor de cuatro temas fundamentales - la imagen, la identidad, el deber moral y la visión del mundo-, profesores y escritores especializados en Filosofía y autores de cómics de la talla de Mark Waid, Jeph Loeb o Denny O’Neil profundizan en la personalidad y simbología de algunos de los principales personajes de Marvel y DC explicando su carácter cambiante a lo largo de los años de una manera seria y amena que hace del libro una lectura accesible, entretenida e interesante para cualquiera.
Entre los ensayos, se abarcan todo tipo de temas diversos desde los que se acercan a la figura de Superman y su motivación para desarrollar acciones heroicas a los que profundizan en la religiosidad de Daredevil, pasando por otros que intentan desentrañar lo que se esconde realmente tras una máxima tan conocida como “un gran poder conlleva una gran responsabilidad” o los que analizan los valores filosóficos subyacentes manejados por Moore y Miller en obras tan paradigmáticas dentro del género como “Watchmen” o “Dark Knight”.
En definitiva, “Los superhéroes y la filosofía” para los aficionados a los cómics –o a las películas- de superhéroes es una obra que permitirá ver reforzados algunos de los argumentos que siempre hemos manejado frente a aquellos que consideraban el género como algo necesariamente superficial e infantil mientras para los que no se hayan interesado hasta ahora – o desde hace muchos años- en los mismo supondrá un nuevo punto de vista que puede hacer variar su opinión.
La edición es bastante cuca pero hay que ponerle algún pero a la traducción, ya que a pesar del esfuerzo realizado por los autores de la misma para encontrar la equivalencia correcta o más usada entre las traducciones de los nombres de los personajes (que incluyen además útiles referencias) hay algunos nombres que no se ajustan para nada a cómo son conocidos en castellano y debería ser corregida en futuras ediciones. En concreto, en el ensayo “El poder y la gloria” se hace constante referencia al Observador (The Watcher) para referirse al Vigilante que es como es conocido el personaje en España y, ante la duda, quizás debería haberse optado por no traducir el nombre como se ha hecho con el Dr. Doom (mayoritariamente conocido en España por la incorrecta traducción de Dr. Muerte). Con todo, “Los superhéroes y la filosofía”, por su carácter divulgativo y desprejuiciador, es una lectura que merece la pena.

Tercera Encuesta Impaciente.

Antes que las comilonas navideñas hagan estragos en nuestros organismos y obliguen a que la sangre concentrada en nuestros estómagos amodorre nuestros cerebros paso a plantearos una nueva encuesta de estas que tanto nos divierten.

Una pregunta de esas que a los aficionados a los cómics nos encanta plantearnos pero a la que, generalmente, somos incapaces de dar una respuesta satisfactoria: La pregunta es:

¿Quién es para ti el mejor guionista en la historia del cómic?

Toma castaña. Ya, ya sé que es imposible dar un único nombre pero como esto es un juego os invito a participar indicando un único autor que en el momento de votar penséis que se encuentra por encima de los demás. Yo por de pronto hago una primera criba orientativa de cinco nombres (aquí hay otro listado algo más extenso) y os dejo la opción de votar en los comentarios de la entrada por cualquier otro que os apetezca hasta el 30 de Enero del 2011.
Hala, a votar todos.

Alan Moore

Jean Michel Charlier


H. G. Oesterheld.



Stan Lee.


Víctor Mora.

domingo, 19 de diciembre de 2010

V, Watchmen y Moore.

Nunca está de más escuchar a un autor analizar su obra. Y si el que lo hace es un Moore reflexivo comentado V de Vendetta y Watchmen, uno se sienta y aprende. Un testimonio indispensable.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Frank Le Gall, ¿guitarra o tebeos?

“Cuando iba al colegio, hacia 1968 o 1969, había dos cosas que nos fascinaban el cómic, sobre todo Tintin, Asterix y Lucky Lucke, y esa música eléctrica venida de Inglaterra ¡sobre todo los Beatles! Me pareció más fácil dibujar vaqueros y caballeros en los cuadernos que intentar comprarme una guitarra eléctrica, un sueño inaccesible. Y, además, el dibujo tiene un impacto inmediato en los compañeros, ¡ya seas bueno o malo!”.

(Me ha hecho gracia esta anécdota de Frank Le Gall relatada en los extras del primer integral de “Theodore Poussin” que me ha recordado la novela de Lars Saabye Christensen ¿qué pensáis vosotros y vosotras es más fácil dibujar bien o tocar la guitarra eléctrica? A mí las dos cosas se me antojan realmente complicadas).

viernes, 17 de diciembre de 2010

Blake Edwards (1922-2010)

Un año horrible para el mundo del séptimo arte en el que no acabamos de digerir la perdida de un director, guionista o actor mayúsculo para darnos de bruces con la perdida del siguiente.

El día 15 le tocó al gran Blake Edwards, director y guionista de algunas de las películas más inteligentes y divertidas de las décadas de los sesenta y los setenta. Maestro de la ,que supo adaptar prácticamente a cualquier género, entre sus obras destacan títulos como “La Carrera del siglo”, “El Guateque”, “La Pantera Rosa” o “10, la mujer perfecta”. Pero, siendo estas maravillosas películas (sobre todo las dos primeras) yo me quedo con sus gran incursión en el drama con “Días de Vino y Rosas” y, sobre todo, a partir de la adaptación libre de un relato de Truman Capote con Desayuno con Diamantes” en la que encumbró todavía más a la por siempre deslumbrante Audrey.

D.E.P.

(El/la que no llore no es persona humana).

“Las aventuras de Spirou y Fantasio: Atrapados en el pasado”, de Frank LeGall.

¡¡ Menuda decepción me he llevado con “Atrapados en el pasado”!! Enfrascado estos días en la lectura del integral de “Theodore Poussin” y recordando lo que me gustó la anterior entrega publicada por Planeta de “Las aventuras de Spirou y Fantasio” realizada por Émile Bravo, me hice con este álbum pensando que era un valor seguro a pesar de su elevado precio. Y me he llevado un chasco morrocotudo.

La trama se desarrolla entre el presente y el año 1865 al tener que viajar el barón de Champignac, Spirou y Fantasio al pasado en una expedición de rescate del ambiguo Zorglub. A través de una falla en el tiempo, los amigos llegan al populoso barrio parisino del Marais para verse atrapados en el pasado junto a Zorglub. Mientras intentan esquivar a una banda de delincuentes, Spirou y sus amigos intentarán volver a su tiempo mientras Pip, en el presente, inicia su propio intento de rescate.

Frank Le Gall es uno de los grandes nombres del cómic francobelga actual pero desgraciadamente zozobra en su particular versión de “Spirou y Fantasio” en esta historia en la que se limita a cumplir con el encargo. Le Gall, al contrario que Bravo, no aprovecha el caramelo que se le ofrece y solo se queda en la superficie ofreciendo una versión juvenil de Spirou y Fantasio alejada físicamente de la clásica que lo asemeja más físicamente a Tintin que al botones de Jijé y Franquin y que para mi gusto no acaba de funcionar. Más allá de esos meros cambios externos, la trama tampoco entusiasma con una una típica historia de paseos en el tiempo y paradojas temporales llena de tópicos y resuelta con excesiva precipitación. Lo más interesante del álbum quizás sea comprobar la evolución artística de Le Gall hacia un estilo más realista y estilizado alejado de los maestros de la línea clara más clásicos cuya infuencia era más patente en los primeros álbumes de “Theodore Poussin”. Sin duda, en mi opinión, "Atrapados en el pasado" es la obra más floja que he leído protagonizado por Spirou en los últimos años.

No quiero dejar de mencionar el tema del precio. Me parece excesivo por parte de Planeta ofertar un álbum de apenas 56 páginas a 14,95 cuando tan solo apenas un año antes publicaron otro álbum de la misma serie –el mencionado “Diario de un ingenuo” de Émile Bravo- de 72 páginas por 10,95. Desconozco cuáles serán las razones pero dados los tiempos que corren y la cantidad de oferta que hay, pronto encontraremos este álbum saldado en grandes almacenes.