Ya
escribí por aquí con entusiasmo de la primera entrega de esta serie, que ha
publicado ECC completa en tres volúmenes, y me preguntaba las razones que habían
llevado a una serie con tan buenos elementos a ser cancelada en su número 18 en Estados Unidos.
Tras leer esta segunda entrega, que va de los números 7 a 12, aunque la historia continua resultando
entretenida uno empiece a sospechar las razones que provocaron el cierre de la
serie. Os cuento.
En
Gotham se ha desatado una misteriosa epidemia sobrenatural que transforma a
pacíficos ciudadanos en monstruos dispuestos a acabar con sus conciudadanos
sembrando el terror y el caos por toda la ciudad. El misterioso Simon Dark y
sus aliados han conectado los disturbios sobrenaturales con los misteriosos
planes de la poderosa secta satánica a la que se enfrentan y que prepara el
advenimiento del Infierno en la Tierra, pero para poder detenerlos, el
confundido Dark tendrá que introducirse en la peligrosa sancta santorum y de
los demonios y enfrentarse a su misterioso y poderoso líder en las sombras.
Niles durante los primeros
números de esta entrega mantiene el pulso de la serie y nos sumerge en una vorágine
de terror urbano en la que se mueve como pez en el agua a la que ha de
enfrentarse un Simon Dark que ha mutado del confuso y desvalido antihéroe que conocimos en un seguro y poderoso héroe de acción de ideas muy clara gracias a los
nuevos poderes que ha adquirido. Quizás esa brusca y poco elaborada evolución del personaje junto a la
errática y confusa conclusión de la saga provoca que algunas de las
potenciales posibilidades que se adivinaban al nuevo personaje hayan sido cercenadas por Niles sin
demasiada explicación en la que es una nueva demostración más de sus
limitaciones como guionista. Con todo, Niles lleva la historia al género –el
terror- en que mejor se maneja y le da un socorrido acabado lovecraftiano a los enemigos
de Dark que permiten que la historia siga manteniendo el interés aunque vaya de más a menos.
Fundamental es la labor
gráfica de un Scott Hampton que sigue demostrando ser el dibujante idóneo para
esta serie con su tenebroso y expresivo estilo capaz de crear opresivas
atmósferas primigenias que perfectamente se ajustan a la historia ideada por
Niles y unos espantajos directamente inspirados en los famosos Mitos de Cthulthu y el Terror clásico más convencional.
Hampton, conforme más errática se acaba
volviendo la conclusión de la historia, con su tratamiento de las situaciones
es el que consigue salvar en buena medida el tebeo vistas las cada vez más evidentes limitaciones de Niles.
En fin, “Simon Dark: ¡ La Plaga del Demonio!” es una
historia que va de más a menos pero que aún resulta lo suficientemente
interesante para mantener el interés por la conclusión de la historia en la que
el irregular Niles nos desvelará por fin los últimos misterios en torno al
origen de su protagonista. Ojalá que la serie recupere el bache y su conclusión
esté a la altura de lo que prometía en sus inicios.