Miguel Delibes ("Los Santos Inocentes", "El disputado voto del Señor Cayo") es uno de los autores vivos más importantes de la literatura española contemporánea. Por eso, no dejaba de ser un riesgo que realizase una incursión en la ninguneada novela de género, con “El Hereje”, una novela histórica en toda regla. Si la novela salía mala, probablemente algún sesudo crítico en seguida saltaría, diciendo que Don Miguel estaba mayor y lo mejor de su obra ya se había publicado, pero si salía buena, el mismo crítico mordaz comentaría que un literato de su calibre no debería malgastar su talento en bagatelas vulgares. Sin embargo, “El Hereje” es una demostración de virtuosismo y cómo desde los géneros pueden hacerse obras que los trascienden y engrandencen.
“El Hereje” se sitúa en el Valladolid del siglo XVI y novela un hecho histórico poco conocido, la existencia de grupos reformistas en la católica España de Carlos V a través de la peripecia vital de uno de sus miembros, Bernardino Salcedo. Estructurada en tres partes, en la primera, Delibes se centra en la infancia y juventud de Salcedo, quien nace el mismo año que Lutero colgó la Dieta en la Iglesia de Wittemberg, que provocaría el cisma de la Iglesia Romana, y pasa su infancia y juventud marcada por la ausencia de sus padres. En la segunda parte, Delibes nos narra sus experiencias como acomodado comerciante intelectualmente curioso que, debido a su inquieta espiritualidad y mente abierta, traba conocimiento con los movimientos reformistas de Valladolid, lo que provoca qu,e en la tercera parte de la obra, sea ajusticiado por el Santo Oficio poniendo en peligro su patrimonio y su vida en defensa de sus convicciones y fe.
Delibes haciendo derroche de conocimientos y sapiencia se acerca a un género alejado sólo aparentemente de sus temáticas habituales para construir una novela conmovedora por momentos, documentada siempre y excelentemente planificada. A través de la vida de Dionisio, asistimos a uno de los momentos más interesantes y desconocidos del reinado de Carlos I, así como a las prácticas habituales en la intrahistoria de los habitantes de la España de la época a la que el vallisoletano nos transporta mediante la prosa parca, pulcra y eficaz a la que nos tiene acostumbrados. Una obra que es al tiempo alegato contra la estupidez de las mayorías y los fanatismos en un tiempo en el que pensar o creer en algo diferente a la postura oficial se pagaba con la hoguera.
En definitiva, una excelente novela que llevó a su autor a ganar por segunda vez el Premio Nacional de Literatura en 1999.
Y es que no hay género pequeño sino pequeños escritores…
“El Hereje” se sitúa en el Valladolid del siglo XVI y novela un hecho histórico poco conocido, la existencia de grupos reformistas en la católica España de Carlos V a través de la peripecia vital de uno de sus miembros, Bernardino Salcedo. Estructurada en tres partes, en la primera, Delibes se centra en la infancia y juventud de Salcedo, quien nace el mismo año que Lutero colgó la Dieta en la Iglesia de Wittemberg, que provocaría el cisma de la Iglesia Romana, y pasa su infancia y juventud marcada por la ausencia de sus padres. En la segunda parte, Delibes nos narra sus experiencias como acomodado comerciante intelectualmente curioso que, debido a su inquieta espiritualidad y mente abierta, traba conocimiento con los movimientos reformistas de Valladolid, lo que provoca qu,e en la tercera parte de la obra, sea ajusticiado por el Santo Oficio poniendo en peligro su patrimonio y su vida en defensa de sus convicciones y fe.
Delibes haciendo derroche de conocimientos y sapiencia se acerca a un género alejado sólo aparentemente de sus temáticas habituales para construir una novela conmovedora por momentos, documentada siempre y excelentemente planificada. A través de la vida de Dionisio, asistimos a uno de los momentos más interesantes y desconocidos del reinado de Carlos I, así como a las prácticas habituales en la intrahistoria de los habitantes de la España de la época a la que el vallisoletano nos transporta mediante la prosa parca, pulcra y eficaz a la que nos tiene acostumbrados. Una obra que es al tiempo alegato contra la estupidez de las mayorías y los fanatismos en un tiempo en el que pensar o creer en algo diferente a la postura oficial se pagaba con la hoguera.
En definitiva, una excelente novela que llevó a su autor a ganar por segunda vez el Premio Nacional de Literatura en 1999.
Y es que no hay género pequeño sino pequeños escritores…