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“The Death-Ray” cuenta la historia de Andy un chaval de diecisiete años que descubre que cuenta con una enorme fuerza desde que empieza a fumar. Asesorado por su gran amigo Louie y armado con una pistola que desintegra a la gente, Andy intentará convertirse en un auténtico superhéroe para descubrir que la realidad es muy distinta a como la pintan en los cómics.
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Aparecido en el último número de “Eightball”, el 23, “The Death-Ray” es el tebeo en el que Clowes mejor presenta todas sus preocupaciones –la incomunicación, la amistad, la insatisfacción adolescente…- manipulando para ello las convenciones más asentadas del género superheroico, adaptando a su manera las notas más significativas del "Spiderman" original de Lee y Ditko. Clowes disfraza una historia claustrofóbica, intensa y llena de simbolismos y detalles bajo la inocente apariencia de un cómic book juvenil ofreciendo una visión entre descarnada y satírica del mismo al modo en que Pychon realiza en sus novelas.
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Pero, no nos equivoquemos, “The Death-Ray” nada tiene de literario es pura y esencialmente cómic y en el mismo Clowes vuelca sus extraordinarias dotes en cada detalle, con un cuidado esmerado de la elipsis y el ritmo narrativo para lograr sostener durante toda la historia un monólogo abierto en el que busca la implicación directa de cada lector, un tête a tête impropio en el que Andy/Clowes desnuda sus experiencias para intentar –y lograr- salvar quizás como en ninguna otra de sus obras ese abismo de ambigüedad existencial que le es tan característico.
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Quizás el gran puñetazo sobre la mesa que da Clowes en este sencillo e inofensivo cómic que tantas verdades esconde para el que quiera encontrarlas es algo que los aficionados al cómic, en general, y al género de superhéroes en particular, ya sabíamos de siempre. Que bajo la apariencia del más banal y pueril de los tebeos de entretenimiento hay un espacio para la reflexión y la profundidad, que el continente no es la medida del contenido sino exclusivamente el talento del autor que hay detrás. Algo que tipos como Ditko y Lee ya descubrieron hace décadas y a Clowes no se le caen los anillos en recordar a su genial manera.
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Como digo, hay disponible actualmente en Estados Unidos una bonita edición tipo álbum así que espero que algún avispado editor se anime a lo largo de 2012.
El que quiera entender, que entienda.