Llevaba unos meses haciendo acopio de valor para leer la gran macrosaga que ha redefinido por enésima vez el universo DC y que descansaba sobre la mesa de los pendientes. La miraba con el rabillo del ojo y me decía a mí mismo, “Venga, Pablo, seguro que no es tan mala como has leído por ahí”, “seguro que le encuentras algo bueno”. Al fin, con más miedo que vergüenza, me decidí a abrir el primero de los cuatro números en los que Planeta ha englobado los siete de la serie yanqui más algún “crossovers” y “tie-ins” más para rellenar, aunque se justifique que es para añadirle mayor coherencia. Luego he tardado un par de semanitas más en animarme (recuperarme) de la experiencia y serenarme lo suficiente para hacer las siguientes reflexiones.
¿Era necesario realmente contar esta historia? ¿Y contarla de esta manera? Porque es que la fastuosa “Crisis Infinita” es sin exageración el peor cómic que he leído en muchos, pero muchos, años. Que las macrosagas con cientos de “crossovers” son un negocio para las dos grandes editoriales “mainstream” no se le escapa a nadie pero llegar al punto de dejar prácticamente sin contenido a la serie y convertirla en un mal batiburrillo de situaciones y personajes con nula coherencia, confusa y mal narrada pues también. De este modo, “Crisis Infinita” es una especie de mixtura inconexa de varias miniseries anteriores (“El día de la venganza”,“Villanos unidos”, “Proyecto OMAC” “La guerra Rann-Thannagar”) que supuestamente no hay que conocer para poder disfrutar de “Crisis Infinita” y digo, supuestamente, porque si no se ha leído algo de estas series el lector quedará completamente desamparado ante el desatino que le espera (este cómic ha redefinido el concepto de “prólogo”: han escrito cuatro y cualquiera ofrece más que la historia principal). Me imagino a un chavalito de trece años que quiera iniciarse en el universo DC a través de esta serie y abominar para siempre del Cómic. ¿Exagero? Quizás, pero es que Geoff Jhons no está a la altura de sus capacidades como guionista y esta serie que a los lectores veteranos se nos vendió como un homenaje a la estupenda “Crisis en las Tierras Infinitas” de Marv Wolfman y George Perez en su vigésimo aniversario no deja de ser una ridícula secuela para rehacer el concepto y poner la cuenta de nuevo a cero a ver si así aumentan las ventas. Si Wolfman desarrolló a lo largo de los doce episodios de “Crisis en Tierras Infinitas” una serie de conceptos novedosos en su momento para solucionar la cuadratura del circulo a la que se enfrentaba en esa época DC (el caos que había generado por la cantidad de Tierras paralelas en las que se movían los distintos personajes de la editorial) y se convirtió en la vara de medir a todas las demás macrosagas con la que después nos han “obsequiado” (ninguna superó el modelo), Jhons en su imitación resulta inconexo y disperso. Haciendo buena la regla de que en el mundo de los superhéroes nadie muere (o se va al Limbo) para siempre. Jhons “resucitó” a Alexander Luthor, a Superboy y al Superman y la Lois Lane de Tierra-2 quienes asqueados por el comportamiento de los héroes tras las “Crisis en Tierras Infinitas” pretenden volver a la situación original. Tras unos cuantos enfrentamientos de lo más ñoño –confunde la épica con el mamporro- Jhons soluciona el embolado en que solito se ha metido de la manera más burda posible: a tortazo limpio, dejando el terreno –o Tierra Nueva- abonado para el macroacontecimiento del siguiente año: “52”, del que ya les comenté algo por aquí.
A nivel gráfico la serie cuenta con los mejores dibujantes de la casa – George Perez, Phil Jiménez, Ivan Reiss y Jerry Ordway- y yo no voy a ser quién discuta su talento pero resulta bastante claro que ninguno está a la altura de otros trabajos, probablemente perdidos en el maelstrom desencadenado por Jhons.
En fin, que si ven este cómic en su librería habitual o en algún kiosko no se acerquen a él. Es terriblemente malo y provoca una terrible sensación de que alguien en algún lugar te ha tomado el pelo. Si quieren leerse una buena macrosaga de DC háganse con “Crisis en Tierras Infinitas”, aunque sea en formato absolute.
Buff…Ya me he quedado a gusto…
¿Era necesario realmente contar esta historia? ¿Y contarla de esta manera? Porque es que la fastuosa “Crisis Infinita” es sin exageración el peor cómic que he leído en muchos, pero muchos, años. Que las macrosagas con cientos de “crossovers” son un negocio para las dos grandes editoriales “mainstream” no se le escapa a nadie pero llegar al punto de dejar prácticamente sin contenido a la serie y convertirla en un mal batiburrillo de situaciones y personajes con nula coherencia, confusa y mal narrada pues también. De este modo, “Crisis Infinita” es una especie de mixtura inconexa de varias miniseries anteriores (“El día de la venganza”,“Villanos unidos”, “Proyecto OMAC” “La guerra Rann-Thannagar”) que supuestamente no hay que conocer para poder disfrutar de “Crisis Infinita” y digo, supuestamente, porque si no se ha leído algo de estas series el lector quedará completamente desamparado ante el desatino que le espera (este cómic ha redefinido el concepto de “prólogo”: han escrito cuatro y cualquiera ofrece más que la historia principal). Me imagino a un chavalito de trece años que quiera iniciarse en el universo DC a través de esta serie y abominar para siempre del Cómic. ¿Exagero? Quizás, pero es que Geoff Jhons no está a la altura de sus capacidades como guionista y esta serie que a los lectores veteranos se nos vendió como un homenaje a la estupenda “Crisis en las Tierras Infinitas” de Marv Wolfman y George Perez en su vigésimo aniversario no deja de ser una ridícula secuela para rehacer el concepto y poner la cuenta de nuevo a cero a ver si así aumentan las ventas. Si Wolfman desarrolló a lo largo de los doce episodios de “Crisis en Tierras Infinitas” una serie de conceptos novedosos en su momento para solucionar la cuadratura del circulo a la que se enfrentaba en esa época DC (el caos que había generado por la cantidad de Tierras paralelas en las que se movían los distintos personajes de la editorial) y se convirtió en la vara de medir a todas las demás macrosagas con la que después nos han “obsequiado” (ninguna superó el modelo), Jhons en su imitación resulta inconexo y disperso. Haciendo buena la regla de que en el mundo de los superhéroes nadie muere (o se va al Limbo) para siempre. Jhons “resucitó” a Alexander Luthor, a Superboy y al Superman y la Lois Lane de Tierra-2 quienes asqueados por el comportamiento de los héroes tras las “Crisis en Tierras Infinitas” pretenden volver a la situación original. Tras unos cuantos enfrentamientos de lo más ñoño –confunde la épica con el mamporro- Jhons soluciona el embolado en que solito se ha metido de la manera más burda posible: a tortazo limpio, dejando el terreno –o Tierra Nueva- abonado para el macroacontecimiento del siguiente año: “52”, del que ya les comenté algo por aquí.
A nivel gráfico la serie cuenta con los mejores dibujantes de la casa – George Perez, Phil Jiménez, Ivan Reiss y Jerry Ordway- y yo no voy a ser quién discuta su talento pero resulta bastante claro que ninguno está a la altura de otros trabajos, probablemente perdidos en el maelstrom desencadenado por Jhons.
En fin, que si ven este cómic en su librería habitual o en algún kiosko no se acerquen a él. Es terriblemente malo y provoca una terrible sensación de que alguien en algún lugar te ha tomado el pelo. Si quieren leerse una buena macrosaga de DC háganse con “Crisis en Tierras Infinitas”, aunque sea en formato absolute.
Buff…Ya me he quedado a gusto…
4 comentarios:
Lo suscribo, tomadura de pelo absoluta, tanto el comic en sí como las decisiones editoriales que se han tomado para "enderezar" el rumbo del universo DC. Y eso que algunos de los prólogos sí tenían sus cosas interesantes...
Ah, para masoquistas, si teneis valor para otra gran tomadura de pelo, aunque en este caso no empezaba mal y la gran cagada es el final, probad con "Crisis de Identidad".
Evidentemente no es una obra maestra, pero no es tan malo como dices. A mi no me disgustó.
Ahora bien, los preliminares y los complementos que vienen en esta serie, son del todo prescindibles.
Sobre todo me gustó la vuelta del Superboy de mi infancia, aunque fuera de la manera en la que vuelve.
Yo piqué con ésa otra...
Jo! Qué penita, mare, qué pena taaan grande!!!
Besitos
Jon eso sólo demuestra que hay gustos para todo el mundo.
A mí me parece un cómic espantoso y, en mi opinión, no hacia falta recuperar a ninguno de esos personajes.
Akbarr y Mar no he picado todavía con "Crisis de Identidad" aunque quizás cuando me recupere del efecto "Crisis Infinita" me anime. Si acaso ya os contaré algo por aquí.
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