martes, 8 de marzo de 2011

“La colina de Watership”, de Richard Adams.

Hay libros que disfruto con especial agrado. Aquellos que deberían haberse cruzado en mi vida mucho antes dado los lugares comunes por los que hemos transitado y que, por una u otra razón, se han mostrado esquivos hasta que alguien de confianza me lo ha recomendado (y yo he hecho caso a la recomendación, que tampoco es fácil). Es lo que pasa con “La colina de Watership de Richard Adams cuya mi referencia en la memoria era una película de dibujos animados que en su momento no vi y su lectura por un carismático personaje en una exitosa serie de televisión que al parecer ha ayudado a volver a poner la obra en el candelero. Y, sin embargo, más allá de las modas televisivas, “La Colina de Watership” es una novela que está llamada a convertirse -si no lo es ya- en eso que llaman un "clásico moderno" a poco que le den una oportunidad. ¿Y de qué va esta novela? Pues de conejos.

La Colina de Watership” describe la épica aventura de un grupo de conejos que encabezados por Avellano abandonan la apacible y agradable madriguera en la que viven siguiendo la advertencia de un sueño premonitorio del hermano de Avellano, Quinto. Tras diversas peripecias, los conejos se instalarán en la tranquila colina que da título a la obra y seguirán viviendo diversas aventuras en pos de su supervivencia y la de su madriguera.

Lo mejor que se puede decir de “La Colina de Watership” es que es una obra que trasciende las interpretaciones, las edades y los géneros siendo plenamente disfrutable desde un niño de primaria hasta desencantados jefes de ventas devoradores de libros de autoyuda y liderazgo. No tengo muy claro si Richard Adams cuando se iba inventando sobre la marcha la historia que sirve de punto de partida a la novela para entretener a sus hijos en los largos trayectos en coche lo tenía claro pero lo cierto es que el resultado final es una obra enormemente rica en interpretaciones que partiendo de la tradición fabulística de clásicos como Esopo o La Fontaine enlaza con la Orwelliana “Rebelión en la Granja” (con la que guarda más de una similitud) y sirve de antecedente a lo que últimamente viene publicando con acierto un Sam Savage.

Adams desarrolla con acierto una historia equilibrada en la que tanta importancia tiene la caracterización de los distintos personajes –cada uno con virtudes y características con los que resulta fácil identificarse- como una trama presentada con sencillez de la que derivan tantas posibilidades interpretativas como potenciales lectores devoren sus páginas . A partir de las distintas madrigueras conejiles que plantea, Adams realiza un profundo estudio de la sociología humana al tiempo que se permite un curioso ejercicio metaliterario elaborando“parábola dentro de la parábola” al incorporar en la sociedad de los conejos que conforman la madriguera héroes y mitos y leyendas que enriquecen la obra más allá del mero relato fantástico, convirtiendoun cuento para niños en un elegante guiño a las llamadas ciencias racionales.

En definitiva, cuando terminéis de leer “La Colina de Watership” os preguntaréis qué clase de conejos sois, qué clase de conejo os gustaría ser, en qué tipo de madriguera vivís y en cuál os gustaría vivir. La respuesta a esas preguntas os ayudarán a descubrir qué tipo de persona sois. Una novela imprescindible

Día de la mujer trabajadora 2011.

¡¡FELICIDADES A TODAS !!

Trueno 5.

Acuso recibo con cierto retraso de la aparición de un nuevo número de "Trueno", la revista que La Asociación de Amigos del Capitán Trueno sigue publicando contra viento y marea. Aparte de un buen número de interesantes artículos, para abrir boca el número cuenta con una portada inédita de Antonio Bernal que no está nada mal.

Más información aquí.