martes, 21 de agosto de 2012

“All Star Batman”, de Frank Miller y Jim Lee.




El que sepa un poco de la vida sabe que en eso de las parejas hay de todo. Hay parejas por amor que están a partir un piñón (expresión tonta donde las haya de uso universal), parejas desgastadas que se aguantan por los años, los niños o los créditos e incluso parejas de conveniencia que ni se gustan ni nada pero que se alían para conseguir algún fin material común. En los equipos creativos de los cómics de supehéroes formados por guionista y dibujante esta teoría mía de las parejas también se aplica y, de este modo, podemos encontrar equipos que están a partir a un piñon – Bru/Phillips, por ejemplo-, parejas desgastadas –Lee/Kirby sería el ejemplo paradigmático- y parejas de conveniencia y circunstancias que por estas cosas modernas del marketing editorial se unen para sacar un proyecto “profesionalmente” adelante, como fue el caso de la puntual pareja formada por Frank Miller y Jim Lee en su “All Star Batman”, una maxiserie de diez números publicada sin periodicidad a lo largo de la anterior década, que ahora ha reunido ECC Ediciones en una cuidada edición, y en la que DC logró juntar al guionista más influyente del Hombre Murciélago en los últimos treinta años y al dibujante más molón del momento.



Como “All Star Batman” se podría calificar de blockbuster comiquero todo estaba pensado al dedillo para que la cosa fuese un éxito de ventas (y de hecho lo fue) así que en vez de optar por una historia original se aseguraron el interés de la muchachada escarbando en el acervo del Hombre Murciélago para volver  a (re)contar una historia tan manida como la del origen del primer Robin, Dick Grayson, actualizándola a los tiempos actuales y con bastantes voitudes para el lucimiento tanto del guionista como el dibujante.
El resultado es un tebeo sorprendente y desconcertante, que atrae al mismo tiempo que repele, que reune a dos talentos poco afines que a pesar de ello intentan y en ocasiones logran complementarse. Resulta evidente que Miller no estaba ya en su mejor momento y se toma el tratamiento de la historia casi como una caricaturización del justiciero que canonizó en sus obras cumbres protagonizadas por “Batman”, “Año Uno” y “The return of The Dark Knight”. Hay momentos brillantes y resulta entretenido en su salvajismo, pero el desarrollo de la trama es confuso e improvisado quedando incluso la historia inconclusa, aunque parece ser que esto no es achacable tanto a Miller como a ese peligro andante llamado Jim Lee.


En mi opinión, en “All Star Batman&Robin” quizás Lee realiza su mejor trabajo hasta la fecha. Su estilo es más detallista, espectacular y lucido que nunca aunque tanta brillantez esté alejado de cualquier atisbo de realismo o dramatismo, pero se le agradece el esfuerzo que en ocasiones realiza en su narrativa básica y cinematográfica a base de splash page por otorgar ciertos espacios para que Miller desarrolle la historia, los personajes y sus conflictos resultando interesante como se adapta a las necesidades del guionista con lo que consigue que el tebeo sea más sólido que su famoso “Silencio”.
Es una pena que la historia no tenga continuidad de momento porque a pesar de su carácter de blockbuster, o precisamente por tenerlo tan asumido, la historia cafre ideada por esta extraña pareja resultaba tan divertida y desvergonzada en su frivolidad que resulta refrescante comprobar el modo en que se pasaban las cacareadas convenciones, continuidades y demás por el forro. Que lo aprovechen ellos que pueden.