viernes, 30 de abril de 2010

Trailer oficial de “Jonah Hex”, de Jimmy Hayward.

Bueno, ahí os dejo el trailer oficial de la adaptación cinematográfica de “Jonah Hex”, el pistolero más feo y mal encarado que ha dado el cómic merced a la inventiva de John Albano y Tony deZuñiga para DC Cómics. ¿Qué deciros viendo el trailer? Que es bastante espectacular, pero en principio parece adaptar demasiado libremente al personaje de los cómics.

Eso sí, por ver a John Malkovich haciendo de malo una vez más y a Megan Fox haciendo de Megan Fox no me importará pagar la entrada el Día del Espectador este veranito, aunque Josh Brolin no me convenza para nada como Jonah Hex.

Espero equivocarme pero este Jonah Hex parece que va a disparar balas de fogueo,…

“Por el imperio: El honor”, de Merwan y Vivés.

Nos llega una terna de títulos de cómics europeos ambientados en el mundo antiguo que seguramente harán disfrutar a todos los aficionados al “peplum”. Continuaciones esperadas de series exitosas , como “Murena”, o sospechosas a las que dar una segunda oportunidad, como “Las Águilas del Imperio“, que ya iré comentando por aquí, pero hoy me gustaría destacar”El honor”, el primer álbum de la serie que ha abierto el fuego, “Por el imperio”, primorosamente editado por Diábolo Ediciones, que reúne el talento de Merwan Chabone y Bastien Vivés. Les cuento.

El capitán Glorim Cortis es un guerrero de élite del imperio. Vive por y para guerrear y ha convertido a su unidad en la más eficiente de todo el ejército y la encargada de realizar las misiones más arriesgadas. Es tal el éxito del capitán Cortis y sus hombres que el propio emperador les ha encargado la misión más compleja de todas, una misión que ampliará la gloria del imperio y la suya propia más allá del espacio y el tiempo: descubrir qué nuevos territorios conquistables se extienden más allá de los últimos límites conocidos del Imperio y realizar mapas e información al emperador. Cortis juntó a un grupo escogido de aguerridos soldados se aventurará a las tierras ignotas en pos de su destino y la gloria. Si quieren saber más, tendrán que leer el tebeo.

Vivés que hasta el momento se había dado a conocer con buenas críticas con una obra de marcado carácter autobiográfico como “El gusto del cloro” amplía en esta serie registros con una fórmula aparentemente más convencional pero que destaca por sus propuestas gráficas originales que convierten esta primera entrega en un tebeo destacable. A partir de un eficaz guión de Merwan, un guionista hasta ahora inédito en España, se construye una historia opresiva que recuerda en parte a mitos clásicos como el de la legión perdida explotado literariamente por autores como Manfredi o Kane y, en parte, a una película tan entretenida como fue “El guerrero nº 13”, aunque el desarrollo de Merwan quizás esté más cercana a las crónicas de conquistadores españoles como Lope de Aguirre. Merwan mantiene una estudiada ambigüedad sobre los datos históricos para evitar necesariamente la identificación de su imperio y su ejército con el romano, aunque resulte bastante obvia.

La historia está estructurada claramente en dos partes: en la primera, se introduce una narración paralela en la que se presenta lacónicamente a los principales personajes al tiempo que gráficamente se desarrolla el asedio de una ciudad de un modo que me ha recordado a un autor aparentemente tan alejado de Merwan y Vivés como Frank Miller y su “300” para, posteriormente, pasar a la trama principal en la que se cambia de registro y la historia se centra en la misión encomendada por el emperador al pequeño grupo de protagonistas que se van adentrando en un territorio hostil, recordado en el tratamiento de los personajes a autores de la Nouvelle BD como Blain o Sfar. La historia se interrumpe en un abrupto “continuará…” que promete que lo mejor está por llegar (¿cuándo el cómic francés abandonará el anticuado formato de 56 páginas para ofrecer historias unitarias que no obliguen esperar años para terminar una historia?), dejando al lector con la miel en los labios.
La hilazón de las partes que componen el álbum la proporciona un Vivés inspirado que consigue que el álbum entre por los ojos y nos demoremos en su hipnótico y personal dibujo, de apariencia sencilla a través del cuál va construyendo una atmósfera opresiva que sirve para dejar en el lector el poso de distintas impresiones: en la primera parte de la obra, del poderío sin límites del imperio y, en la segunda, de la ambigua extensión de terreno ignoto por el que avanza la expedición exploradora.


El dibujo de Vivés es de líneas simples y rectas, pero enormemente eficaz tanto a nivel narrativo como descriptivo, identificando perfectamente a los principales personajes de la historia en función a unos pocos rasgos definitorios y dosificando a través de una inteligente planificación de página el ritmo de una historia que ora avanza al ritmo impuesto por las lacónicas y eficaces cartelas de Merwan, ora se separa en una eficaz narración en paralelo. Punto y aparte merece el magnífico y original tratamiento del color (gracias también a la labor de la colorista Sandra Desmazieres) basado en un fuerte contraste de colores primarios y tonos oscuros y apagados con un matiz terroso que recuerda en muchas ocasiones al de la cerámica griega y refleja a la perfección la oscuridad de aquellos tiempos antiguos de guerras y conquistas.
En definitiva, “El honor” es un álbum notable que deja con ganas de más tanto por sus hallazgos gráficos como por lo correcto de la historia. Esperemos que los dos álbumes anunciados que completan la historia estén a la altura de esta primera parte. Impaciente los espero.

jueves, 29 de abril de 2010

“The Losers”, de Jack Kirby.

Antes del recomendable revival de “The Losers” para el sello Vertigo de Jock y Diggle del que ya escribí por aquí el otro día, existió otro, menos conocido pero no por ello menos importante, ya que el protagonista del mismo no fue otro que Jack “The King” Kirby. Les cuento.

Los Perdedores” originales fueron creados por Robert Kanigher, el mandamás absoluto de los títulos de Guerra de DC durante la Silver Age al que debemos sus personajes más carismáticos (El Soldado Desconocido -aunque de este ya existía una versión anterior-, Sgt. Rock o El As Enemigo, entre otros). En ese contexto, Kanigher creó “The Losers” como una unidad del ejército independiente formada por cuatro personajes (William Storm, Sarge Clay, Jonnhy Cloud y Gunner MacKey) que habían aparecido ya sin demasiada fortuna en otras series por separado, y otorgándoles como única nota definitoria del grupo el sentimiento de culpa que todos sus miembros sentían por haber perdido soldados bajo sus órdenes en otras misiones. Bajo esa premisa, “Los Perdedores” debutaron como grupo en el principal título de guerra de DC Our fighting forces” donde compartían aventuras con otros personajes bélicos que igualmente habían perdido sus propias series, convirtiéndose pronto en los protagonistas principales de la serie gracias al talento gráfico de autores de la talla de John Severin o Joe Kubert, y a los eficaces guiones de Kanigher en los que resaltaba el lado negativo de la guerra y la mala suerte que definía al grupo, desarrollándose sus aventuras en los principales marcos de la contienda del ejército norteamericano en la II Guerra Mundial.

Sin embargo, la serie fue languideciendo poco a poco debido al cambio de gustos de unos aficionados cada vez menos atraídos por los títulos de guerra. Buscando un golpe de efecto, Kanigher propuso a Kirby, quién tras su exitosa andadura en Marvel había recalado en DC para ir desarrollando su famoso “Cuarto Mundo”, la revitalización de “Los Perdedores”. Kirby, por aquella época, empezaba a estar disgustado en DC. Las ventas no habían acompañado a sus nuevas colecciones del “Cuarto Mundo” y el que había llegado como fichaje estrella a la antigua National se había convertido en una presencia un tanto incómoda por lo que aceptó hacerse cargo de “Los Perdedores” como un medio de cumplir su contrato de quince páginas por semana (a esas alturas de su paso por DC de sus series sólo sobrevivía “Kamandi”) siempre que contase con total libertad creativa ya que a Kirby, antiguo veterano de guerra y yanqui hasta las cachas, le apetecía dibujar historias de guerra en las que plasmar sus propias experiencias pero no se sentía cómodo con los personajes de Kanigher y no compartía ni entendía los derroteros fatalistas de la serie.

La presencia de Kirby en la serie se prolongó sólo durante doce números –del 151 al 162 de “Our fighting forces”- antes que Kanigher se viera obligado a cesar a Kirby (quién poco después volvería a Marvel) debido a las protestas de los lectores disconformes con el nuevo tono que había adquirido la serie en la que en demasiadas ocasiones los protagonistas eran meros secundarios.


¿Fueron justos los aficionados con Kirby? Probablemente no. Tras la revisión posterior de la obra, los doce números de la serie recientemente recopilados por DC en un bonito tomo que Planeta haría muy bien en publicar en España, demuestran la calidad de un Kirby motivado, capaz de aportar variaciones originales sobre un género tan manido como el bélico, gracias a su portentoso dominio del lenguaje secuencial en historias como “A small place in Hell” en la que mediante un impresionante estallido onomatopéyico “in crescendo”y la tensión de sus características perspectivas forzadas traslada todo el estruendo de la lucha urbana; “Kill me with Wagner”, una portentosa historia en la que adelantándose en varios años a Coppola mezcla la música de Wagner con el estruendo de las bombas; y, finalmente, mi favorita, ’Mile-A-Minute’ Jones”, en la que, homenajeando al gran Jesse Owens, narra el reencuentro de dos atletas olímpicos – el norteamericano Henry Jones y el alemán Bruno Borman- que reanudan la competición en medio de un campo de minas.

Más allá del rechazo que recibieron “Los Perdedores” de Kirby en el momento de su publicación por parte del fandom hoy en día estan considerados como una verdadera joya olvidada del noveno arte que Planeta no debería seguir ignorando.

Si queréis leer “A small place in Hell”, podéis hacerlo aquí.

Bill DuBay (1948-2010)


El pasado día 15 de abril falleció Bill Dubay a los 65 años de edad conocido en el mundo del cómic por su contribución como editor, dibujante y guionista en las distintas cabeceras de Warren Publishing durante los setenta y fue uno de los artífices del desembarco de artistas españoles en sus publicaciones. Además, de su destacable labor en Warren, DuBay también trabajó en otras editoriales como Charlton y Pacific antes de pasar al campo de la animación.

Entre sus principales creaciones, destaca “The Rook”, serie creada junto al español Luis Bermejo en las que narraba las historias de un viajero espacio temporal de clara influencia wellsiana y que empezó a publicar en Eerie para posteriormente contar con una serie propia que duró 14 números.

D.E.P.

miércoles, 28 de abril de 2010

Manu Larcenet, la mirada clara....y la cabeza, también.

P: ¿Cree que vivimos una época dorada de los tebeos, que están alcanzando espacios que antes les estaban vetados?

R. Los tebeos han cambiado mucho desde los años noventa: la editorial L'Asociation, autores como David B, una serie de creadores que han hecho explotar todo lo que se hacía en el cómic. Al mismo tiempo hay otros creadores que hacían tebeos de adultos, pero era muy marginal. De repente, todo el mundo se puso a hacer tebeos de autor, aunque no me guste la expresión. Resultado: ahora mismo hay tantos cómics en una librería que ya no sabemos qué elegir, pero si escogemos diez tebeos, nueve serán de diversión, buenos o malos, y uno será otra cosa, y esa es la que me gusta. Es verdad que es una edad dorada, porque podemos hacer lo que nos guste. Pero a la vez hay demasiados libros, tal vez sea la culpa de los editores que no separan el trigo de la paja. Pero creo que nos estamos matando a nosotros mismos, salvo que tengan tu nombre en la cabeza no van a escarbar, cogerán lo que hay arriba, que muchas veces es lo peor y desde luego no es el cómic más moderno. Se ha convertido en un gran negocio, es una forma de ganar mucho dinero. Si los lectores no tienen tu nombre en la cabeza, estás jodido.

P. ¿Por qué cree usted que los tebeos sociales o el tebeo periodístico tienen cada vez más importancia?

R. Joe Sacco y yo no practicamos el mismo oficio, sería casi insultarle. Él hace un trabajo mucho más radical, a mí me gusta contar historias, soy más narrador, me encuentro muy atado a la novela. Lo que me parece extraordinario es que un medio como los tebeos, destinados a entretener a los niños hace 20 años, se haya convertido en un medio periodístico. Aunque no puedo evitar preguntarme si no son más directos un texto o una imagen.

P. Pero en un mundo lleno de imágenes tal vez los tebeos ofrecen una visión diferente de la realidad.

R. Es posible, pero tengo mis reservas. Ahora hay muchos autores que quieren hacer esto, pero olvidan que para hacer este cómic comprometido, periodístico, hay que tener mucha calidad, interesarse por el dibujo, que es algo chamánico. Es un descubrimiento, es sumergirse en uno mismo, es una experiencia casi corporal para hacer surgir algo que va a hablar al otro. Pero muchas veces, en el periodismo dibujado, se hace pasar el discurso antes del dibujo y, desde mi punto de vista, no hay que hacer nunca eso. El ritmo, el color, la narración, todo eso debe estar equilibrado y muchas veces los que quieren hacer tebeos comprometidos se olvidan del lado artístico, se centran sobre la radicalidad de lo que tienen que decir. Necesito dejarme atrapar por el amor del dibujo y ya sea Sempé o Crumb. Al ver una plancha necesito sentir cuál es la obsesión del tipo que la ha hecho. David (B), en Epiléptico, es alucinante, mezcla un amor enorme por el dibujo con la capacidad para contar su vida, el dolor que siente con su hermano.

(De una interesante entrevista publicada en El País hace unos días y que podéis leer completa aquí).

“Iron man: El demonio en una botella”, de David Michelinie, John Romita Jr. y Bob Layton.

Entre la vorágine de tebeos relacionados con el Hombre de Hierro que Panini ha publicado este último mes para aprovechar el tirón de la nueva película, sobresale esta saga ya clásica recogida en un apañado volumen que a mí, personalmente, me reconcilió con un personaje que siempre me ha caído bastante gordo y que marca un punto de inflexión en su evolución posterior.

A finales de los setenta, cuando Jim Shooter se convierte en el nuevo editor en jefe de Marvel, impulsa un giro temático en las historias de los personajes de la Casa de las Ideas que supone probablemente uno de los períodos más fecundos del Universo Marvel tras el “boom” inicial protagonizado por los Lee, Kirby, Thomas y demás. Shooter busca reavivar el interés de los aficionados y por ende aumentar las ventas ofreciendo una visión de los superhéroes más terrenal, centrada más en los problemas de sus alter egos que en los enfrentamientos con el villano de turno, en la línea exitosa que Gerry Conway había desarrollado en “The amazing Spiderman” o Steve Englehart en “Capitán América”. En consecuencia con esa política, Shooter dio un golpe de timón en “The invencible Iron Man”, una serie que languidecía a pesar de la buena labor realizada por Bill Mantlo, incorporando a la misma a un equipo creativo completamente nuevo compuesto por David Michelinie, un recién llegado a la compañía que no conocía demasiado al personaje y John Romita Jr, el hijo del mítico John Romita ansioso por hacerse un nombre propio, junto a Bob Layton, un profundo conocedor del personaje que ayudaría a Michelinie en los guiones y entintaría los lápices Romita Jr, dejándoles las manos libres para desarrollar sus ideas… Y el resto ya es historia recogida en este tebeo.

En este volumen se pone de manifiesto el abismo que se ha abierto en la narrativa del cómic de superhéroes y tanto recelo provoca en el aficionado veterano. Y es que los hechos que se desarrollan en los dos últimos números de la saga -127 y 128- darían para varios años de tebeos en las cabeceras actuales del personaje... Michelinie y Layton no ahorran esfuerzos para proponer historias plagadas de acción en la línea de moda esos días que imitaba la estética de las películas de 007. Historias en las que Iron Man se enfrenta a personajes de la talla de Namor (con el que había compartido hasta poco tiempo antes cabecera) o a ejércitos de villanos de segunda a sueldo comandados por la astuta figura de un Justin Hammer llamado a convertirse desde esta primera aparición en la auténtica némesis de Iron Man. Pero es que, además, y, gracias al gran talento narrativo de un John Romita Jr. motivado, se van presentando personajes importantísimos en la historia posterior de Iron Man como Rhodey, Beth Cabe o el mismo Hammer, al tiempo que se van desarrollando subtramas centradas en el hombre bajo la armadura alejadas del carácter conservador y panfletario que había tenido hasta poco tiempo antes la serie en las que se va percibiendo el deterioro progresivo de Tony Stark y culminan en el multipremiado número 128 en el que finalmente Tony reconoce su problema con el alcohol y le pone remedio apoyado en sus amigos en una historia emotiva y ejemplarizante en la que no se abusa del efectismo melodramático.

El demonio en una botella” es una saga que ha soportado bastante bien el paso del tiempo y aguanta perfectamente su relectura en la actualidad, no sólo por lo cercano de la temática planteada sino por la impresionante labor gráfica de un John Romita Jr. inspirado capaz de encontrar constantemente soluciones gráficas impactantes que ilustran la decadencia de Tony Stark al tiempo que desarrolla la imagen definitiva del personaje mostrando un Iron Man más elegante, ligero y ágil de cómo había aparecido hasta entonces.

En definitiva, “El demonio en una botella” es un tebeo imprescindible para entender la evolución posterior de los superhéroes marvel siendo referente imprescindible en obras tan emblemática como “Daredevil: Born Again” en la que Frank Miller desarrollaría, pocos años después, muchas de las premisas planteadas por Michelinie y Layton en toda su crudeza en la serie del Cabeza de Lata. Nuff Said.

martes, 27 de abril de 2010

Trailer de “Metropolis” de Fritz Lang (restaurado).

En Firsthowing han colgado este trailer de una nueva versión restaurada para Blu-Ray que se está preparando de esa obra maestra del cine y la ciencia ficción que es “Metroplis”, de Fritz Lang. La versión que han llamado muy originalmente “The Ultimate Metropolis contará con veinticinco minutos adicionales respecto al montaje tradicional se va a poner a la venta en Estados Unidos y Canadá a partir del siete de Mayo. En las Españas, ni se sabe.

Aquí disponéis de más información sobre la restauración (en inglés).

“Afrika”, de Hermann.


La publicación en España de cualquier trabajo inédito de Hermann Huppen siempre despierta mi interés. Mas, si cabe, si, como es el caso de “Afrika”, deja de lado la siempre tan entredicho colaboración con su hijo Yves que ha marcado sus últimos trabajos para embarcarse en un proyecto en solitario. Y, lo cierto es que en el reciente álbum publicado más que correctamente por Planeta, supone el reencuentro con un viejo amigo que mantiene la coherencia de sus planteamientos aunque, como es ley de vida, empiecen a percibirse en su obra los primeros síntomas que anuncian el desgaste. Les cuento.

Una intrépida periodista llega a África para solicitar la ayuda de Dario Ferrer, el adusto encargado de una reserva hecho a sí mismo propenso a aplicar su propio código de justicia, para realizar un reportaje sobre las prácticas de los cazadores furtivos. Ferrer aceptará de mala gana colaborar con la periodista y poco a poco irán confraternizando al tiempo que la muestra los códigos del continente negro. Sin embargo, cuando en el desarrollo de una expedición, se convierten en testigos incómodos de las masacres realizadas por el gobierno corrupto del país y sus aliados se iniciará una caza humana en la que Ferrer tendrá que echar mano de toda su experiencia en la jungla para salvar su vida y la de su compañera. ¿Lograrán huir o perecerán en el intento? ¿Lograrán denunciar los desmanes de los políticos corruptos? Tendrán que leer el tebeo para enterarse.

Afrika”, a pesar de no ser uno de los mejores trabajos en la larga trayectoria de su autor, es un álbum en el que se recogen todos los grandes temas que han marcado la carrera de Hermann: el heroísmo individual y fatalista, la amistad, la denuncia y oposición frente a las corrupciones de los poderosos, la fascinación por la naturaleza o el desamor son constantes desde su obra más temprana y en este álbum protagonizado por un héroe amargado, crepuscular y escéptico vuelven a aparecer reunidas en un único álbum que parte de planteamientos atractivos pero que se pierden por el camino en el desarrollo de una historia que se antoja excesivamente plana dejando la sensanción en el aire de que Hermann una vez encontrada la excusa para dibujar la vida salvaje perdió –o no supo- dar el tono adecuado a una historia en la que pueden encontrarse referentes cinematográficos como “Memorias de África” o “Tras el corazón verde”.

África y sus gobiernos corruptos han ejercido desde antiguo una enorme fascinación en Hermann, como ya demostrara en "Afroamerica", uno de los primeros álbumes de “Jeremiah”, pero si aquél se trata de una distopia posapocalíptica perfectamente desarrollada, los males que Hermann describe mediante un registro realista similar al de otra obra posterior de similar factura, “Sarajevo-Tango”, en “Afrika” sólo muestran el conocimiento del autor de la realidad sin entrar en demasiados detalles ni contar con el compromiso personal del autor que existía en el mencionado álbum con lo que la historia pierde credibilidad.

Además, Hermann dispersa su talento narrativo en subtramas accesorias que nada aportan a la historia principal quedando el álbum en una peligrosa tierra de nadie que impide que funcione ni como obra de denuncia ni como mero entretenimiento aventurero, aun cuando los defensores más acérrimos del autor podrán argumentar que ese precisamente fuese su objetivo pero, en mi opinión, un desarrollo narrativo demasiado lineal y frío impide al lector involucrarse emocionalmente con lo que está leyendo debido a la escasa profundidad con que el autor se acerca a unos temas que se limita a enunciar para pasar por ellos de puntillas.

Si hemos de considerar argumentalmente “Afrika” como un álbum fallido en el apartado gráfico nos encontramos con una de cal y otra de arena. Por un lado, quedaremos deslumbrados de nuevo con el dominio que ha alcanzado el autor en el tratamiento del color directo y la fidelidad y realismo con que representa la vida animal africana convirtiendo cada viñeta en un cuadro en el que deleitarse pero, por otro, nos encontraremos con un Hermann en exceso descuidado en el tratamiento de los personajes reforzando la sensación de que toda la historia no es más que una excusa para disfrutar dibujando animales salvajes.

En definitiva, he de reconocer que esperaba más de esta obra que sin desmerecer la brillante carrera de su autor se encuentra alejada de sus mejores trabajos. Eso sí, resulta mucho más barato que irse de safari.

lunes, 26 de abril de 2010

Nuevo trailer de “The last airbender”, lo último de M. Night Shyamalan.

Definitivamente tras ver este último trailer, tengo muchísimas ganas de ver lo último de M. Night Shyamalan. A nadie debe escapársele ya que estamos ante su trabajo más comercial pero también parece ser con el que más medios ha contado. A pesar de haber un niño por medio –y ya saben de mi tirria a las películas con niño- si la cosa no se tuerce pagaré por ir a verla en Julio. Ya os contaré.

“Scalped 5: Triste y Solo”, de Jason Aaron y J.M.Guéra.

Ya lo he dicho un poquito más abajo y lo vengo repitiendo desde hace tiempo. “Scalped” es lo mejor que se está publicando en la actualidad dentro del género negro en general y en cómic en particular. Sus autores aprovechan las ventajas del lenguaje del cómic para ir profundizando en la psicología de todo el elenco de los personajes de un modo único, difícilmente transferible a la literatura o al cine, administrando la tensión y dosificando la información de un modo que sólo podría lograrse en una serie de televisión (siempre y cuando no contase con unos productores pacatos).

Este quinto arco argumental, “Triste y Solo” que reúne los episodios 25 a 29 de la serie regular, he leído por ahí que algunos lo consideran el mejor de lo publicado hasta ahora. No soy yo de esa opinión porque creo que Aaron y Guéra están manteniendo un nivel altísimo durante toda la serie, convirtiendo cada episodio en una sorpresa para el lector incapaz de prever por donde va a continuar la trama propuesta, aportando giros novedosos a la acción de un modo constante y demorándose en el retrato de los distintos personajes que pueblan la reserva en la que transcurren los hechos para incorporar la denuncia social, tan importante y tan olvidada en el género negro de los últimos años, en un elemento fundamental del argumento.

En estos números, Aaron mueve sus personajes como piezas de ajedrez sacrificando con brillantez peones en pos del resultado final, peones que protagonizarían una maravillosa novela de Edward Bunker al tiempo que sirven para darnos un nuevo enfoque de la problemática de los indios norteamericanos, perdedores que cuentan con todos los triunfos para dar el golpe perfecto – un manido argumento de género negro que en manos de Aaron adquiere un nuevo prisma- que han perseguido toda su vida hasta que un nuevo asomo del fatalismo genial característico de la serie en un magistral golpe de efecto del guionista pone en peligro sus planes. La mala suerte de unos puede ser la buena de otros y esas vueltas del destino pueden hacer que el hundido protagonista Dashiell Caballo Terco salga del agujero en que se encuentran en próximos números o se hunda un poquito más dependiendo de la resolución del fantástico cliffhanger final.

Pero si esa trama desarrollada en el primer y último número del arco es la que le otorga unidad propia no hay que perderse los números intermedios. Tres joyitas en las que Aaron, secundado por los italianos Davide Furnó y Francesco Francavilla ( episodios 26 y 27, respectivamente, ojo, con los créditos que aparecen en el tomo de Planeta que no están bien) ahonda en la psicología de secundarios de lujo como Nitz, Diesel o Catcher para resolver del modo más anticlimático posible la muerte de Gina en lo que supone una magistral vuelta de tuerca más a las convenciones del género. Aaron conoce esas reglas y las manipula con maestría prescindiendo de efectismos baratos propios del que sólo se guía por intereses comerciales y mima la ambientación de la historia para convertir la reserva india en la que se desarrollan los hechos en un personaje más de la historia, dotado de identidad propia más allá de la mera ambientación, tal y como realiza habitualmente Ellroy en sus novelas con Los Ángeles o Faulkner en otro registro con el condado de Yoknapatawpha.

En el apartado gráfico, Guéra sigue mostrando que es un dibujante con el que hay que contar. Capaz mediante su estilo sucio y expresionista de dotar a la serie de la sordidez que precisan los argumentos de Aaron pero, a diferencia de otros dibujantes habituales en el sello Vertigo, se muestra como un narrador más que competente usando la composición de página para epatar al espectador con viñetas llenas de fuerzas sin que el sentido de la narración se vea mermado por ello. En estos números, la comunión con Aaron es total y el guionista deja al apartado grafico buena parte de la resolución de la trama en una espectacular secuencia de acción prescindiendo de diálogos innecesarios para el entendimiento de la historia. Guéra se muestra como un dibujante en la línea de Risso en “100 Balas” a nivel compositivo pero si cabe su estilo de dibujo se adecua más a una historia tan sucia como esta que el del argentino a pesar de toda su maestría. Me gustaría destacar las maravillosas portadas de Jock en esta serie que en este arco alcanzan un nivel espectacular comprimiendo en una única composición buena parte de la historia desarrollada en el interior con espectacular maestría. En mi opinión, a día de hoy Jock, con el permiso de Dave Johnson, es el mejor portadista de cualquier serie Vertigo y si no a las imágenes de esta entrada me remito.

En definitiva, “Scalped” es la serie Vertigo que hay que leer hoy por hoy y a poco que no se tuerza la cosa está llamada a ser considerada uno de sus títulos más representativos y exitosos, catapultando a sus autores al infinito.

viernes, 23 de abril de 2010

Nuevo trailer de “The Losers”, de Sylvain White.

Nuevo, nuevo no que ya lleva unos días circulando. Yo lo he visto vía Uroloki y creo que parece bastante fiel al cómic de Diggle y Jock del que les hablaba el otro día trasladando a la pantalla momentos perfectamente reconocibles en el cómic.

Ya os contaré que me parece la peli cuando la estrenen por aquí (habrá que esperar a Septiembre aunque hoy la estrenen en Yanquilandia por esos misterios de las distribuidoras) pero, por lo visto en los trailers, promete más que otras pelis de acción de esta temporada con más bombo como “El Equipo A”. Además, esta cuenta con la curiosidad de contar entre sus intérpretes, aparte de Óscar Janeada como ya comenté hace tiempo con un Chris Evans que será el próximo Capitán América en un papel, el de Jensen, en el que puede intentar convencerme que los productores no se han equivocado en la elección (lo siento, pero el aura incandescente de su Antorcha Humana me dejó muy quemado).

En el día del libro regala tebeos.


Este era el lema que hace unos años se extendía por la blogosfera comiquera todos los 23 de abril. Y como era una iniciativa que me parece que valía la pena les dejo cuatro recomendaciones en forma de cómics por si alguien quiere regalar/se unos tebeos chulitos (si no les convencen estos o prefieren algún libro ojeen por aquí que otra cosa no, pero libros y tebeos comentados tienen para aburrir).
Bueno, mis propuestas son:

Notas al pie de Gaza”, de Joe Sacco: magnífica novela gráfica del autor que ha trasladó el reportaje periodístico a las viñetas. Recomendable para todos aquellos que siguen considerando que el cómic es un medio incapaz de tratar temáticas adultas.

Iron Man: El demonio en una botella” de Romita Jr, Micheline y Layton: Panini reedita una de las mejores sagas de Iron Man en la que queda bastante claro por qué los superhéroes no son necesariamente cosas únicamente para niños.

Scalped” de Jason Aaron y R.M. Guéra. Ya he hablado bastante de esta serie y continuaré haciéndolo (hoy o mañana mismamente). En mi opinión la mejor historia negra de los últimos tiempos en cualquier soporte. Opresiva y apasionante cada una de las entregas supone un puñetazo en el hígado del lector desde el particular universo de perdedores ideado por Aaron.

Alex Mágnum”, de Abuli y Genies. Una revisitación nostálgica al ciberpunk español de los ochenta de la mano de Glénat que reivindica a uno de nuestros mejores guionistas Sánchez Abulí y un dibujante, Alfredo Genies, injustamente olvidado. Si pensaban que en los ochenta no se hacía ciencia ficción en España, con “Alex Mágnum” saldrán de su error.

Ya iré en las próximas semanas comentando en más profundidad estos tebeos, pero como en el Día del Libro,no podemos olvidarnos del protagonista, les recomiendo también un libro:

Alan Moore: La autopsia del héroe”, de J.J. Vargas: Es probablemente el análisis más ambicioso a la obra de Alan Moore que se ha realizado en España. Un libro de referencia para los admiradores de la obra del genio de Northamptom. Lo edita Dólmen en su colección Pretextos.

Hala, el no saber que regalar ya no es excusa.

jueves, 22 de abril de 2010

El que faltaba…

A través del excelente blog de David Safari Nocturno llego a la penúltima salida de tono que un “intelectual” de las Españas ha tenido a bien dedicarle al mundillo del cómic. Al dúo dinámico que venían formando Vicente Molina-Foix y Fernando Trueba se ha unido Enrique Vila-Matas, escritor de prestigio en determinados ambientes y azote de dibujantes al parecer, que se ha aupado en la Tercera Persona de la Santísima Trinidad del Desacierto: ¿Qué de qué hablo? En la “Babelia” del 17 de Abril, Enrique Vila-Matas escribió esto:

Consejos a un principiante para enfrentarse a la página en blanco: tratar de driblar a la plúmbea tradición acumulada y buscar percepciones, ideas nuevas. Ahora bien, para driblar es necesario haber leído previamente mucho. Puede parecer paradójico, pero sólo habiendo leído mucho se puede intentar la aventura de ir en busca de la frescura, del gesto que devuelva al arte la potencia que tuvo en sus orígenes. Por eso me sorprenden los escritores jóvenes que dicen escribir sin previamente haber leído demasiado. A los que dicen pasar de Dickens y Proust quiero advertirles que, como la escritura es una carrera de fondo, a la larga pueden quedarse sin una bombilla en su cerebro literario y convertirse en dibujante de cómics, pero no en escritores".

No voy a entrar a refutar a Vila-Matas ni en el “tú más”. Sergio Bleda le dedica una respuesta en su blog muy atinada, pero sí quiero resaltar que empieza a parecerme sospechoso que “intelectuales” en horas bajas parezcan buscar promoción en este tipo de declaraciones. ¿Tan pernicioso se está convirtiendo el Cómic para algunos que tienen que realizar ese tipo de ataques? Me recuerdan a los típicos abusones del colegio que pegaban a los más chiquitos a los que sabían que podían y se escondían con los que les sacaban un palmo.

Unas declaraciones que están más cercanas al amarillismo calculado de ciertos programas televisivos de sobremesa que a la opinión mesurada del que se supone piensa antes de hablar (o escribir). Pernicioso y peligroso que esas conductas contaminen incluso por aquellos que se supone deben ser ejemplo para el resto.

No sé, que tengan cuidado estos señores, los chiquitos suelen acabar haciéndose mayores y los dinosaurios se acabaron extinguiendo, olvidados durante siglos, por incapacidad para adaptarse al mundo que les rodeaba. Sergio, Vicente, Fernando…Evolucionad.

Un consejo a los jóvenes proyectos de escritores de un lector: tiene razón Vila-Matas, hay que leer a los clásicos lietrarios…pero también a los modernos... y los cómics clásicos y modernos. Un escritor debería ser siempre lector antes que escritor para aprender su oficio y para aprender a reflexionar antes de escribir.

Leamos todos y, por supuesto, leamos también a Vila-Matas.
¿Quién será el próximo intelctual español en usar el Cómic y su entorno como punching ball? Apostad, apostad...

"Los Perdedores”, de Andy Diggle y Jock.



Antes del estreno de la película, le he dado esta Semana Santa un repaso a “The Losers”, la serie del sello Vertigo en la que se inspira y que fuera publicada en España inicialmente por Norma y Planeta -al perder Norma los derechos a favor de Planeta, la primera publicó los primeros dos arcos arguméntales y la segunda los tres últimos- y que Planeta acaba de reeditar de manera unitaria en un único tomazo que debe reunir la serie original completa.

En esta serie asistimos a las peripecias de un grupo de comandos de operaciones especiales del ejército estadounidense supuestamente asesinados por sus superiores cuando se mostraron demasiado independientes en el curso de una misión secreta. Los perdedores viven en la clandestinidad intentando descubrir quién los traicionó para lo que intentan desmantelar las operaciones encubiertas de un grupo secreto que existe dentro de la misma la CIA. En el fruto de sus operaciones, descubrirán que el poder en la sombra que casi acabó con ellos en Afganistán no es otro que Max, un misterioso y ubicuo agente que parece ser el centro de todas las conspiraciones desde hace más de cincuenta años, planeando todas las operaciones sucias que han provocado guerras y asesinatos desde la Guerra Fría hasta nuestros días. Los Perdedores irán descubriendo las claves del plan maestro de Max para asegurar la supremacía norteamericana durante el próximo milenio, un delirante plan que puede poner en peligro la estabilidad mundial y desencadenar la III Guerra Mundial. Si queréis saber si lo consiguen o no, tendréis que leeros el tebeo.

En 2003, Diggle y Jock tomaron un grupo de personajes de guerra de la II Guerra Mundial que vegetaban en el trastero de DC y los relanzaron en un cómic moderno de acción desenfrenada en el que firmaron el que probablemente haya sido el mejor trabajo de ambos hasta la fecha. Si en el primer arco argumental, la historia quizás resulte un tanto deslavazada (al principio la serie se planificó como una miniserie de seis episodios para prolongarse debido a su éxito hasta los 31 finales) es a partir del séptimo número en el que los autores empiezan a mostrar las distintas piezas de un puzzle que no acaba de encajar perfectamente hasta los últimos números gracias a una original narración que huye de la linealidad y facilitar la lectura a los lectores. Diggle y Jock utilizan múltiples referencias cinematográficas y televisivas de éxito probado que van desde “El Equipo A” hasta “Sospechosos Habituales” mezclada en un cómic de acción que se desarrolla a un ritmo frenético sin olvidar por ello ir profundizando progresivamente en las motivaciones de los principales personajes.

Andy Diggle se muestra como un guionista muy competente e informado ambientando perfectamente la acción de la historia en el bullicioso panorama mundial de la primera década del milenio cuando conflictos como los de Afganistán o Irán estaban en plena ebullición dando verosimilitud a las increíbles aventuras de sus personajes. Diggle se beneficia de la ausencia de continuidad y contar con mano libre sobre los personajes para hacer lo que le da la gana y describir todo tipo de traiciones, engaños y enfrentamientos en una trama compleja de espionaje y conspiraciones de la que los protagonistas son meros instrumentos.

Si bueno es el guión de Diggle, el punto fuerte de la serie es el apartado gráfico donde brilla con luz propia el británico Jock quién a través de una agresiva composición de página y forzadas perspectivas aportar originalidad a un género en el que todo está inventado logrando ir equilibrando sus complicadas composiciones con el sentido narrativo de una historia en la que nada queda al azar. El estilo de Jock es enérgico, minimalista y conciso centrando el desarrollo de las escenas de acción en el uso de onomatopeyas y reduciendo el uso de fondos en la medida de lo posible para trasladar al lector toda la fuerza de las acciones de los personajes jugando con el ritmo de lectura sabiamente. Jock gusta de usar de colores desvaídos y fríos que dan a toda la historia una atmósfera oscura que casa bien con el espíritu y los tiempos en los que se desarrolla la historia. Jock mama de Steranko, Mignola y Miller y demuestra haber asimilado muy bien sus lecciones. Jock realizó, además, todas las portadas de la serie, una faceta en la que es uno de los mejores artistas del momento.

En fin, esperemos que la película esté a la altura de este estupendo cómic. Crucemos los dedos.


Los arcos de la serie son:

Doble o Nada.
No va más.
Trifecta.
Cuerpo a Cuerpo.
Fin del Juego.

Otras obras de Jock en El lector impaciente:
Faker

miércoles, 21 de abril de 2010

Salvador Larroca y “Watchmen”.

P: En Estados Unidos y prácticamente en casi toda Europa, el cómic no es sólo cosa de niños. ¿Por qué en España cuesta romper ese techo?

SL: En España se ha considerado algo infantil desde siempre, quizás, por la influencia de los primeros tebeos de Bruguera. Muchas personas creen que yo hago algo así como 'Mortadelo y Filemón', porque desde siempre se asoció el cómic a lectura para niños y ni tan siquiera se ha concebido como cultura de serie b. No es verdad que si de mayor lees tebeos es porque no has crecido. El cómic es arte y así se percibe fuera de España. Aquí ahora comienzan a cambiar las cosas, sobre todo desde que los cómics tienen su adaptación cinematográfica y se introducen temas cotidianos o sociales, como el Alzheimer.

P: Si se rompe la etiqueta del tebeo como literatura infantil o juvenil, ¿la industria nacional mejorará?

SL: No, no lo creo porque falta infraestructura para que los ilustradores vivan de su trabajo en España. El cómic depende de las ventas y el mercado nacional es escaso, por tanto, no se podría cubrir los gastos de todos los procesos: creación, impresión, distribución, promoción, venta... Y a nivel de Comunitat, sucede lo mismo, es decir, no hay suficientes valencianos que compren mis cómics para que yo pueda vivir sin trabajar para EE. UU.

P: ¿Le gustó la adaptación de 'Watchmen'?

SL:: Un cómic no es igual que una película. Llevar plano a plano un tebeo al cine no es ningún acierto porque son dos lenguajes diferentes. De todas formas, yo tampoco soy muy fan del cómic 'Watchmen' porque creo que no inventa nada.

(De una entrevista realizada a Salvador Larroca hace unos días en el diario “Las Provincias” y que pueden leer completa aquí. Quizás “Watchmen” no inventa nada, pero lo reordena todo y es el cómic que más ha influido en los superhéroes posteriores, incluidos los que dibuja Larroca, ¿o no?)….

martes, 20 de abril de 2010

Trailer de “Reign of Assasins”, de John Woo y Su Chao Pin.

Os dejo el trailer de esta pelí china de artes marciales codirigida por John Woo y Su Chao Pin que tiene una pinta estupenda (claro, que “Acantilado Rojo” también la tenía…). Todavía no tiene distribuidora para EEUU, así que lo mismo no la vemos estrenada ni aquí en salas comerciales aunque la peli tiene pinta de ser la mar de entretenida.

“Jazz Maynard 4: Sin esperanza”, de Raule y Roger Ibáñez.


No me esperaba yo una nueva entrega de las aventuras de “Jazz Maynard”, serie que creía era una trilogía pero que su equipo creativo, el guionista Raule y Roger Ibáñez, recuperan con buen pulso en este cuarto álbum que ahonda en el peligroso y bohemio universo que han recreado en el Raval barcelonés.

En esta nueva entrega, nos encontramos con un Jazz Maynard que intenta rehacer su vida en su antiguo barrio intentando romper los lazos con un pasado delictivo que le persigue, atormenta y tienta. Mientras Jazz se aferra a su trompeta y sus orígenes para salir adelante mientras que en el barrio el encarcelamiento de Judas ha provocado la irrupción de un siniestro capó, Calígula, dispuesto a usurpar su puesto por cualquier medio, aunque ello suponga acabar con Jazz y sus amigos. En el inevitable enfrentamiento, ¿quién prevalecerá? Tendrán que leer el álbum primorosamente editado por Diábolo Ediciones para enterarse.
A estas alturas no voy a descubrir el talento de Raule e Ibáñez que les ha llevado a triunfar con esta serie en el siempre complicado mercado francés pero sí creo que es de destacar el grado de madurez que ambos autores alcanzan en este álbum. Raule demuestra conocer las convenciones del género negro y muestra su habilidad para desarrollar las distintas tramas que se inician en este álbum sin que se solapen entre sí ni mermen el desarrollo de unos personajes que ya resultan familiares al lector de entregas precedentes al tiempo que incorpora nuevos y atractivos villanos en la mejor tradición del género negro. Los personajes que presenta Raule, se mueven en la ambigüedad de los que viven en el filo de la navaja rigiéndose por su particular código de honor no escrito que lleva a anteponer y defender a los amigos y familia ante todo aunque ello suponga el sacrificio propio.

Raule muestra una cuidada planificación manejando con mano experta los recursos del cómic en su simbiótica colaboración con Ibáñez, convirtiendo de este modo lo que en un primer momento serían redundantes cartelas en la elegante presentación de un personaje o introduciendo flashbacks aprovechando la atrevida composición de página de un Roger Ibáñez que en este álbum quizás firme su mejor trabajo hasta la fecha. El ecléctico Ibáñez se muestra cada vez s más alejado de sus influencias manga (muy evidentes en los primeros álbumes a series sobre yakuzas como “Santuario”) para atreverse en este álbum a seguir los pasos en la composición de página del genial Jim Steranko y en dibujar espectaculares feminas que recuerdan a la “Modesty Blaise” del no menos magistral Badia Romero al tiempo que cuida la ambientación del Raval barcelonés a través de viñetas en las que introduce en los fondos pequeñas intrahistorias al modo de grandes dibujantes de la talla de Bérnet o Altuna. Ibáñez sigue mostrando su maestría con el color para diferenciar y caracterizar la ambientación de los distintos ambientes en los que se desarrolla la historia dotándolos de identidad propia con una paleta muy cuidada de tonos neutros que casa bien con su elegante y estilizado estilo.

En definitiva, “Sin Esperanza” es un excelente tebeo de género y un buen momento para engancharse a una serie realizada por autores patrios que está a la altura de los mejores tebeos que se están haciendo actualmente en Europa. No me parece moco de pavo, oigan.

Más “Jazz Maynard” en El lector impaciente:

Jazz Maynard 1 y 2”
Jazz Maynard 3: Contra viento y marea”.