miércoles, 25 de noviembre de 2009

Jordi Bayarri, ganador del Premio de Novela Gráfica “Dibujando Entre Culturas”.

José Maria Carrasco, editor de Viaje a Bizancio, me hace llegar la noticia del fallo de la primera edición de “Dibujando Entre Culturas”, un nuevo premio de novela gráfica, dotado con la golosa cantidad de 15.000 euros y la publicación de la obra ganadora por la editorial Viaje a Bizancio.

Bayarri ha ganado el premio con “Las extraordinarias aventuras de Nicholas Campion y Mordechai Feingold. El manuscrito perdido de Darwin”, una aventura que definen “para todos los públicos” que transcurre en el Mediterráneo y que Viaje a Bizancio publicará en Octubre del año que viene.

Creo que todos estos premios enfocados a la historieta hay que promocionarlos.

Mi enhorabuena a Bayarri y larga vida a “Dibujando entre Culturas”.

Más detalles aquí y debajo una página de la obra ganadora.

“El Monte de las Ánimas”, de David Rubín.




SM ha iniciado ha desembarcado en el mundo del cómic con la publicación de atractivas obras literarias adaptadas por un elenco de jóvenes y prometedores artistas españoles y europeos de contrastada calidad en cuidadas ediciones bastante asequibles de precio enfocadas a un público joven (joven de mente quiero decir, claro). Un movimiento realmente interesante en el que me ha sorprendido la selección de “El Monte de las Ánimas”, una de las historias a las que yo tengo más cariño e hizo hace muchos años que me aficionara a esto de los cómics. Les cuento.

Cuando era yo un criajo de seis o siete años, mis bienintencionados padres me regalaron un álbum titulado “Historias Fantasticas de Ayer y de Hoy” en cuyo interior se recogían historias de ciencia ficción y fantasía que releí y releí durante años (de hecho, todavía creo que el álbum debe andar por casa de mis padres) hasta prácticamente a aprendérmelas de memoria. Entre ellas, destacaba una gran adaptación a “El Monte de las Ánimas”, el genial cuento de Gustavo Adolfo Bécquer, que pronto se convirtió en mi favorita no sólo por sus fantásticos y macabros dibujos –de un dibujante que pasados los años todavía no he logrado localizar- y esa tonta afinidad infantil que hace que nos identifiquemos con las historias que guardan algún elemento común con nuestra corta vida. Precisamente por esa idealización infantil de aquella historia andaba yo un tanto receloso con la nueva versión de la historia realizada por Rubín. Sin embargo, tras su lectura, no hay motivo para el recelo pues aunque este realiza una estupenda versión poco tiene que ver con la que yo tanto he disfrutado (no tengo ni idea siquiera si Rubín la conocerá). Les cuento.

Alonso es un noble soriano que participa junto a su prima Beatriz la víspera del día de Difuntos en una cacería en el conocido Monte de las Ánimas. Mientras regresan a casa, este relata a su prima las sangrientas razzias que tuvieron lugar en el monte entre nobles y caballeros templarios y la leyenda popular que asegura que los muertos aquel día se levantan de sus tumbas para retomar su combate en un día como aquél. Beatriz no toma en serio a Alonso y sus leyendas y cuando este le pide que le regale su pañuelo esta no se le ocurre mejor idea que acceder a su deseo siempre y cuando vaya a buscarlo esa noche de difuntos al monte maldito. ¿Será capaz Alonso de recuperar el pañuelo de Beatriz?¿Se levantan realmente los caballeros templarios de sus tumbas la noche de Difuntos?¿Logrará Beatriz conciliar el sueño? Tendrán que leerse el tebeo (o las “Leyendas” de Bécquer) para enterarse.

David Rubin realiza una versión fiel a la obra de Bécquer, respetuosa con el original y al mismo tiempo renovadora y moderna estéticamente. Rubín incorpora al propio Bécquer como un personaje más de la historia concibiéndole en el momento de la escritura de la leyenda, otorgándole un papel importante (¿Por qué los que tanto ensalzamos la obra de Poe tenemos tan olvidado al genial Gustavo Adolfo, probablemente el padre de la literatura fantástica española?) como narrador de la historia. Rubín se mustra muy inspirado, manteniendo su característico estilo enérgico y expresivo en la frontera del relato ilustrado logrando un cuidado equilibrio entre la fuerza visual que imprime a sus dibujos y el origen literario de la funte. La influencia de Max, como ya quedara constancia en “Cuaderno de Tormentas”, sigue siendo palpable, y tanto por estructura como estilo puede considerarse su adaptación de “El monte de las Ánimas” complementaria de aquella obra.

Espero que la versión de Rubín cautive a más de un/a chaval/a a esto de los cómics como me pasó a mí hace ya tanto tiempo. Desde luego, encontrará tanto en el elegante estilo de Rubín como en la maravillosa leyenda de Bécquer elementos suficientes para ello. Sólo hace falta que padres y educadores se enteren de la disponibilidad de estas obras, claro...

Otras obras de David Rubín en El lector impaciente:

Cuaderno de Tormentas”.

Sonny Trinidad.





Por Flora y Fauna, me entero de la muerte de Sonny Trinidad, uno de los dibujantes filipinos que, como Alex Niño o Alfredo Alcalá, de la mano de Tony de Zuñiga desembarcó en la Marvel de los setenta. Trinidad fue probablemente el menos conocido de todos y el que menos renombre obtuvo pero, aun así, dejó muestras de su calidad en series como “Drácula lives!”, “La Espada Salvaje de Conan”, “Kull, el Conquistador”o “El hijo de Satán” o”Deadly Hands of Kung Fu”.

D.E.P.

Unas muestras de su trabajo: