miércoles, 17 de junio de 2009

“Los hombres que no amaban a las mujeres” de Stieg Larsson.

Pues sí, declaro públicamente que soy uno de los muchos que ha caído rendido por la primera entrega de la serie “Millenium” y que ha paseado estos días el tochazo de más de seiscientas páginas por todo Madrid. Y es que no hay vagón de Metro, Cercanias o Autobús en que no coincidan varias personas con el libraco entre las manos y, por lo que parece, pasa lo mismo en medio Europa. Todo un fenómeno de masas que se ha cimentado en el boca-oreja entre lectores y que a la Editorial Destino le va a proporcionar un buen piquillo pero que, lamentablemente, el principal culpable, el periodista y activista sueco, Stieg Larsson, no ha podido disfrutar dada su prematura muerte.

Probablemente, los que todavía se resistan a esta plaga literaria, se preguntarán que tiene la obra de Larsson para atraer a tantos y variopintos lectores. Son muchos los elementos a analizar pero, resumiendo, el éxito de Larsson se basa en que el autor da con la tecla justa para escribir un excelente best seller de entretenimiento con el que atraer la atención de un lector diverso en una obra que es un equilibrado crisol de géneros lo suficientemente bien documentado como para atraer tanto al lector más informado y crítico como aquél que sólo busca una lectura sencilla y adictiva plagada de estereotipos maniqueos.

La historia comienza cuando el periodista de investigación económica Mikael Blonkvist parece haber tocado fondo en su brillante carrera. Blonkvist ha perdido un juicio contra un poderoso magnate de los negocios sueco y se ve obligado a abandonar su puesto de redactor jefe de “Millenium”, pagar una cuantiosa multa y pasar una temporadita en la trena. Cuando parece que la cosa no puede ir peor, el idealista Blonkvist recibe un misterioso encargo que le puede proporcionar, aparte de un estupendo salario, poder vengarse del tipo que ha arruinado su carrera. Blonkvist debe investigar la misteriosa desaparición hace más de cincuenta años de Harriet, la joven heredera de las empresas Vanger, un conglomerado industrial de los más ricos de Suecia. Blonkvist, por supuesto, aceptará el encargo y pronto descubrirá que bajo la fachada de respetabilidad de la familia Vanger se ocultan todo tipo de intrigas que alcanzan a varias generaciones de la poderosa familia y un enrevesado misterio que puede poner en peligro su vida. Mikael sólo contará como dudosa aliada en la compleja tarea encomendada con Edith Salander, una joven inadaptada de difícil trato que es mucho más de lo que aparenta. ¿Podrá el bueno de Mikael resolver todas las encrucijadas que se le amontonan o perecerá en el intento? ¿Es tan bonita y progresista Suecia como la pintan o realmente su Estado de Bienestar tiene los pies de barro? ¿Quién mató a Harriet Vanger?¿Está muerta?... Tendrán que leerse el libro (o ver la película) para averiguarlo.

Larsson, en esta primera entrega de “Millenium”, se muestra como un escritor hábil que domina los resortes de la novela de intriga, siendo capaz de mantener varias tramas paralelas con las que atrapar al lector. El escritor sueco se demora durante las primera parte de la obra en presentar al lector a sus protagonistas, el idealistar Kalle Blonkvist y la huraña y brillante Edith Salanger, quienes no son más que la última encarnación de la pareja de detectives que tan bien ha funcionado a lo largo de los años en el género detectivesco. La novela está escrita con un estilo claro y directo, muy periodístico, y en ella Larsson no se limita a construir la típica trama de intriga sino que utiliza a sus personajes como un instrumento para ofrecer una revisión crítica de la sociedad sueca del bienestar a la que no deja muy bien parada. Larsson pone en evidencia en forma de novela, de este modo, no sólo problemas propios de Suecia, un país, por otro lado, poco conocido por los ciudadanos europeos pero del que generalmente todo el mundo tiene una buena opinión basada en los tópicos, desmontando de paso muchos de ellos, sino que, además, sus críticas son extensibles a la mayoría de los sistemas sociales de los los países occidentales con lo que el ciudadano/lector le resulta fácil sentirse identificado con lo que le están contando a pesar de lo exótico del país. El mérito de Larsson es haber logrado amalgamar todo esto en una novela entretenida, ágil y adictiva que, a pesar de contar en algunos momentos con ciertas soluciones tramposas para con el lector, son perdonables en el análisis final del conjunto de la obra.

En definitiva, “Los hombres que no amaban a las mujeres” ha demostrado ser una novela actual, inteligente y adictiva que tiene su éxito completamente justificado así que no miren mal al vecino del asiento del tren y denle una oportunidad a pesar de su condición de “best seller”. Yo en cuanto tenga un rato, me pongo con la segunda entrega de la serie, “La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina” que, según me han comentado, es incluso mejor que este. Ya les contaré.