viernes, 29 de junio de 2007

“Naruto versus Don Miki”, ¿Quién ganará?



La mayoría de ustedes ya estarán enterados desde hace unos días de que Planeta DeAgostini se ha hecho con los derechos de los cómics Disney en España, pues era una noticia relativamente esperada y que Planeta confirmó esta semana en su página web siendo, además, debidamente publicitada en la blogosfera tebeil, despertando la ilusión de los ya talluditos aficionados que recuerdan con añoranza sus tiempos de lectores del “Don Miki”, “Dumbo”, “Jóvenes Castores” y demás. Estos mismos lectores en sus comentarios demuestran su interés por la recuperación de los grandes nombres clásicos de los cómics Disney (Gottfredson, Carl Barks , Rosa, etc.) en cuidadas ediciones integrales. Me parece muy bien y yo también secundo su deseo. Sin embargo, temo que el interés de Planeta por publicar estos títulos no tiene tanto que ver con satisfacer los deseos de sus lectores más fieles como más bien intentar buscar nuevos clientes entre un público joven que ahora mismo se le está escapando, ya que se siente más atraído hacia los mangas tipo “Naruto” o “Bola Dragón” que hacia los clásicos Disney recordados por sus padres. ¿A dónde quiero ir a parar con todo esto? Que el fondo de Disney es muy amplio y Planeta lo que va a priorizar – imagino - es el material más reciente, aquél protagonizado por los personajes de las últimas películas Disney (“Toy Story” o “Los Increíbles”) que los críos reconocen sobradamente y recuperar las historias de Miki más recientes realizadas por autores italianos (ojo, no digo que estas historias sean malas pero a lo mejor no son las que esperan la mayoría). De hecho, las dos novedades que anuncia Planeta van en esa línea:
Alias”, basada en la popular serie de televisión, y el manga de “Pesadilla antes de Navidad”, quedando también anunciada para un futuro incierto una línea de clásicos de “Don Miki”. Así que tranquilo el gallinero que los clásicos que todos queremos ver publicados probablemente no van a llegar pronto y tendremos que continuar esperándolos un tiempo.
(Todo ello no quita para que debamos felicitarnos porque la oferta de cómics publicados aumente y que se llene el tremendo hueco que ha dejado durante años la falta de publicación de los cómics Disney en España).

jueves, 28 de junio de 2007

“Tonto, muerto, bastardo e invisible” de Juan José Millás



No, no se crean que me he levantado levantisco y con ganas de insultar a todo el planeta empezando por ustedes, sino que se trata del último libro que he leído en mis tranqueteos matutinos en el metropolitano de Madrid en variopinta compañía. “Tonto, muerto, bastardo e invisible” no es lo último de Juan José Millás (creo que lo último es “Laura y Julio”, que todavía está pendiente) pero sí se trata de una buena muestra del universo particular de este autor, uno de los más originales y personales de los que publican actualmente en España.
“Tonto, muerto, bastardo e invisible” se publicó en 1995 y en esta novela Millás narra la historia de Jesús, un atribulado director de Personal de una importante papelera del sector que de la noche a la mañana se ve en el paro a causa de las prácticas socialdemócratas y, a partir de esta interesante premisa, que en la pluma de otro escritor menos talentoso sería carne de melodrama, Millás construye una novela divertida y entretenida en la que la locura del protagonista se convierten en el motor de la narración. Así desde la primera persona de Jesús, el protagonista, vemos como este va construyendo un mundo paralelo a la realidad (¿o quizás más real que en el que nos movemos los cuerdos?) en el que su imaginación y frustraciones infantiles se convierten en su razón de vivir. Jesús abandona su tranquila vida cotidiana de padre de familia y la aburrida “normalidad” para convertirse en un héroe en busca de sus padres verdaderos.
En esta novela Millás muestra una vez más su gusto por la novela psicológica aderezada de elementos surrealistas y fantásticos, de una manera que me recuerda poderosamente, y salvando las distancias, a las novelas de Boris Vian (“Que se mueran los feos”, “El lobo hombre”) en la que la cotidianeidad y el mundo acelerado en el que nos movemos se convierten en objeto de crítica a través de la mirada alucinada de sus personajes. Probablemente “Tonto, muerto, bastardo e invisible” no sea la mejor novela de Millás. Se trata de una novela irregular en la que la estructura se resiente como consecuencia de la enorme cantidad de ideas y propuestas que nos plantea el autor. Geniales resultan los cuentos que Jesús le cuenta a su hijo sobre Olegario, o la tórrida relación que mantiene con la china del “sex shop” pero en las fantasías del protagonista hay un momento en que el lector se encuentra perdido en medio del juego de Millás. No importa, porque cualquier novela de este hombre siempre es una oportunidad de leer algo diferente, que sugiere con humor e ironía lo absurdo de nuestra existencia y valores, en una apuesta contracorriente del realismo ramplón que tan de moda está hoy en día. Una novela que no le da todo hecho al lector y desde su gusto por lo simbólico le ofrece una oportunidad para la reflexión sin que deba aburrirse por ello.
Ya saben, si quieren disfrutar de literatura inteligente y divertida, busquen la obra de Millás en sus librerías o en los kioscos, que este hombre lleva años escribiendo los viernes una columna semanal en “El País”.

martes, 26 de junio de 2007

“Período Glaciar” de Nicolas de Crécy



Hará cosa de un año Ponent Mon nos trajo “Período Glaciar”, la última obra publicada de Nicolas de Crécy, un autor que ya se había dado a conocer en España con “León de Came”.

Período Glaciar” arranca como una historia de ciencia ficción de corte clásico para convertirse en un delirio en el que la imaginación, el humor y el arte copan y se sobreponen sobre la historia inicial de una manera bastante diferente a la que el lector podría imaginarse en principio. Crécy sitúa la acción en un futuro incierto a miles de años de nuestro presente en el que Europa se ha convertido en un continente helado en el que la nieve condiciona la vida de los seres humanos. Un grupo de arqueólogos se encuentra en plena expedición intentando descubrir cualquier indicio de la vida de sus antepasados (nosotros) para lo que utilizan el superdesarrollado olfato de unos híbridos genéticos, cruce de perros con cerdos que, curiosamente, poseen la capacidad de hablar y reciben el nombre de los antiguos héroes de la Marvel, como Hulk o Spiderman. Precisamente, el ¿perricerdo? Hulk descubre un acceso al museo del Louvre y, junto al resto de los miembros de la expedición inicia su exploración. A partir de este punto “Período Glaciar” se convierte en un curiosa y surrealista confrontación entre las interpretaciones que los modernos exploradores hacen de los objetos y obras de arte que van encontrando y las interpretaciones que realizan las mismas obras de arte, animadas por la imaginación de Crécy, acerca de esos extraños personajes que, después de tanto tiempo, invaden su hogar.

Crécy escribe una obra de calidad sorprendente que no será del gusto de la mayoría de los aficionados pero que, sin duda, a aquellos aficionados al arte les hipnotizará y cautivará. Crécy desarrolla una obra llena de ironía y humor a través de las divagaciones de Hulk, el verdadero nexo de unión entre las dos claras y definidas partes en las que Crécy estructura la historia, demostrando, además, que conoce perfectamente el Louvre y sus colecciones, dotando de protagonismo tanto a las obras inmortales que a cualquiera le pueden venir a la memoria como pequeñas joyas que muchas veces al turista le pasan desapercibidas ante tanta belleza acumulada.

Período Glaciar” es una obra coeditada en Francia por el Museo del Louvre y puede adquirirse en su librería por lo que imagino que debe ser una obra de encargo para la promoción del Museo. Si efectivamente es así, Crécy ha sido capaz de ir más allá de la mera catálogación fácil de obras de arte para crear una historia con momentos excelentes llenos de belleza y fantasía, arriesgada e innovadora, demostrando que es posible realizar obras personales incluso desde los trabajos de encargo.

Si les gusta el arte y no pueden visitar próximamente el Louvre, aprovechen y háganse con “Período Glaciar”. Les gustará o no, pero lo que es seguro es que no les dejará indiferente.

lunes, 25 de junio de 2007

“La Leyenda del Navegante” de Rafael Marín



Ya saben ustedes que Rafael Marín es un escritor admirado por estos lares por bastantes cosas, entre las que no es la menos importante su gusto por el género fantástico, la ciencia ficción y los cómics más allá de los vaivenes de la moda y el gusto consumista.
Hoy voy a escribir acerca de “La leyenda del Navegante”, una novela, de “fantasía renacentista” en palabras del autor, que ya vio la luz hace quince años en tres entregas y que el año pasado publicó Minotauro en un tomo unitario tal y como el autor la concibió inicialmente.
En esta obra Marín nos relata las peripecias de Salther Ladane, el capitán de “El Navegante”, príncipe que por amor a la aventura renunció a un trono y se convirtió en pirata y comerciante, junto a Taileisin, una intrépida marinera de armas tomar oriunda de Crisei, la más pujante ciudad del Mar de las Espadas. Salther es un héroe predestinado a acabar con la magia del mundo y a través de la narración de Taileisin somos participes de cómo se cimienta su leyenda.
Marín construye con humor e inteligencia una novela de fantasía atípica, llena de referencias y homenajes en la que sus personajes se convierten en el contrapeso racional a los fantásticos peligros que el Mar de las Espadas esconde y, a base de ingenio, sortear las tribulaciones en las que se ven envueltos. Las referencias confesas de Marín por el cine, la literatura y el cómic resultan más que evidentes. De este modo, el personaje protagonista, Salther, es una mezcla del Errol Flynn más aventurero de las películas de piratas de los cuarenta y del “Principe Valiente” de Foster. Un antihéroe que a base de ingenio es capaz de escapar de las situaciones más apuradas sin desdeñar por ello el combate, y la relación que mantiene con su mujer la encantadora y arisca Taileisin recuerda a la que mantienen desde hace años Valerian y Laureline. Es este gusto por la inteligencia y el recurso ingenioso para escapar de las penalidades lo que más me ha gustado de esta novela frente a la tendencia acusada y facilona en el género fantástico de solucionar cualquier conflicto con una batallita en la que el héroe de turno haga gala de su testosterona y el autor de su escasez de ideas. “La leyenda del Navegante” es una novela original que se aleja de los caminos más trillados de la fantasía heroica para buscar nuevas vías sin dejar por ello de renunciar a cierto clasicismo y es de agradecer el esfuerzo que realiza el autor a lo largo de las más de quinientas cincuenta páginas de la obra de construir una novela personal y del gusto de todos los públicos. Marín en esta novela lleva su estilo de escritura a un barroquismo exagerado repleto de diálogos grandilocuentes que casan bien con la atmósfera de la obra en los que se intuye que ha disfrutado tanto escribiéndola como yo leyéndola. Así que ya saben no la dejen pasar y enrólense en la tripulación de “El Navegante”. Seguro que no se arrepentirán.
Otras obras de Rafa Marín en “El lector impaciente” aquí.

sábado, 23 de junio de 2007

“Las Olivas Negras 1” de Guilbert y Sfar.



Parece que desde hace dos semanas en casa somos incapaces de tener un sábado tranquilo como cualquier hijo de vecino trabajador para dedicarlo al goce del rencuentro ininterrumpido con la almohada sin la condena del despertador y el consabido madrugón.
Este sábado nos hemos metido en la aventura de la instalación del aire acondicionado en previsión de los calores con los que nos amenazan a diario los meteorólogos y que este año parece que no llegan. A medio día ya estaba terminada la instalación sin embargo la casa la teníamos completamente patas arriba e invadida por un polvo rojizo y pesado que calaba en los bronquios y congestionaba nuestra respiración. Armados de escoba, fregona y aspiradora nos enfrentamos a nuestro enemigo y tras más de cinco horas de desigual lucha al fin nuestro esfuerzo ha tenido su recompensa y hemos dejado la casa como los mismísimos chorros del oro (¿de dónde vendrán estas frases hechas?). Sin embargo, el esfuerzo ha sido tremendo, nuestros cuerpos extenuados exigían su ración de descanso y su encuentro aplazado con la cama. Sin embargo, yo no puedo acostarme sin dejar de comentarles mi último gran descubrimiento: “Las olivas negras” de Guilbert y Sfar.
Emmanuel Guilbert (“La guerra de Alan”, “El fotógrafo”) y Joann Sfar (“La Mazmorra”, “El gato del rabino”,etc) nos ofrecen un verdadero soplo de aire fresco (no acondicionado) en el mundo de la Bandée Desinée a través de una hermosa parábola sobre el antimilitarismo y la religión hebrea, dos temas recurrentes en la obra de estos autores. La historia se ambienta en la Judea de hace dos mil años dominada por los romanos en la que el movimiento de los zelotes parece la única alternativa de resistencia. Un padre y su hijo pequeño acuden al Templo en Jerusalén para realizar el tradicional sacrificio de la Pascua. Sin embargo, se ven envueltos en un altercado y son separados por los romanos que consideran al padre un alborotador peligroso al que buscan mientras retienen al niño. El padre logra rescatar a su hijo y acompañado por la joven Tsiporah y los desertores romanos Camulos y Cotus intentan escapar juntos de la ciudad pero al ser descubiertos los hechos se precipitan (¿no pensarían que les iba a contar toda la historia, verdad?).
Sfar en este primer tomo de “Las olivas negras” realiza probablemente uno de sus mejores trabajos hasta la fecha. A través de una historia cargada de sensibilidad, humor e imaginación se pregunta acerca de las paradojas de su religión con momentos impagables como el diálogo entre el padre y el hijo acerca del sacrificio de Abrahám o la circuncisión de Camulos y Cotus en el campamento zelote. En ocasiones a través desde los ojos ingenuos del niño o a través de la sorpresa de los extranjeros Camulos y Cotus, Sfar deja preguntas abiertas sobre las paradojas del judaísmo, unas paradojas que hoy como hace dos mil años continúan vigentes. Son preguntas sin respuesta en la que el autor no se decanta por ningún posicionamiento dejando las respuestas a la reflexión del lector.
Mención aparte merece el trabajo gráfico de Guilbert, un autor en el que a través de un aparente clasicismo demuestra un conocimiento del medio y un dominio de la narración gráfica sobresaliente. Guilbert es capaz de encauzar a través de una narración contenida el aluvión de ideas de Sfar administrando los tempos de la historia con maestría única. Guilbert nos hace observadores a través de estudiados planos intermedios de las peripecias de los personajes con una construcción de página a seis viñetas soberbiamente aprovechada. Guilbert es capaz de desarrollar a partir de estas premisas escenas llenas de dramatismo, como las de el altercado en el Templo, humor, como las conversaciones de mujeres en el campamento zelote, y ternura, en la relación padre e hijo
Pocos autores son capaces de contar tantas cosas y tan bien contadas en tan sólo cuarenta y ocho páginas y pocas veces he leído un cómic tan medido e inteligente para aunar reflexión y diversión dejando pendiente en el entrañable “continuará…”, tan perdido hoy en día en el Cómic, las ganas de seguir disfrutando de la peripecia de unos personajes tan sabiamente construidos.
Esperemos que Kraken Ediciones no se demore mucho en la publicación de los dos tomos que completan la serie y siga demostrando tan buen criterio como hasta ahora a la hora de recuperar grandes obras del cómic europeo.
Me voy a la cama que estoy roto. Eso sí, con aire acondicionado.

jueves, 21 de junio de 2007

¿¿Barha Party?? ¿¿¿Pero esto qué es???


Pues es una fiesta organizada por los abnegados voluntarios y colaboradores de Mundo Cooperante (ahí a la derecha tenéis un bonito “banner”) en colaboración con el programa “New Light” para recaudar fondos a favor de las familias marginadas del barrio rojo de Kaligath en Calcuta, uno de esos sitios pobres que nos parecen tan ajenos a los afortunados occidentales donde la miseria más absoluta convive con la alegría de vivir más absoluta y que la mayoría hemos conocimos por “La ciudad de la Alegría” de Dominique Lapierre .
El programa “New Ligth” pretende la creación de una serie de centros de acogida para que los hijos de las prostitutas reciban asistencia médica, alimento y protección. Se trata de dar una oportunidad a las hijas de las prostitutas para que puedan salir de la condena a la que se verán inmersas de adultas: convertirse en prostitutas como sus madres.
La Barha Party tendrá lugar el próximo 30 de junio en Aranjuez (Madrid), más concretamente, en la finca “Los Pinos”, a unos treinta minutos de la capital. La entrada / donativo es tan sólo de 20 euros y por tan módica cantidad se podrá disfrutar de música en directo, dj’s, proyecciones, barbacoa, barra libre, comida vegetariana, danza, humor, mercadillos de comercio justo, exposiciones, actividades infantiles, sorteos, subastas y fuegos artificiales. El modo de adquirir las entradas por Internet es a través de info@mundocooperante.org, aunque también hay otros medios que se indican en la página de la fiesta.
Ustedes hagan lo que quieran pero tengan en cuenta que por el precio de un cómic o un libro que quizás nos vaya a defraudar se puede hacer una buena acción. Siéntanse superhéroes por un día y pásense por la Barha Party (o háganles un donativo si no pueden o les da pereza).

Si quieren saber más sobre la Barha Party pinchen aquí.
Si quieren saber más sobre la vida de los cooperantes y el barrio de Kaligath lean esto.

miércoles, 20 de junio de 2007

“Gotham Central 5: la muerte de Robin” de Rucka, Brubaker, Kano y Gaudiano



Con un poco de retraso vamos a ocuparnos del penúltimo tomo publicado por Planeta de la serie “Gotham Central”, en concreto el que engloba los números 33 a 36 de la numeración americana y el arco titulado “La muerte de Robin”:
¿Qué pasa en EEUU cuando una serie baja alarmantemente sus cifras de venta y ya no resulta rentable para la editorial? Cerrarla, obviamente, pero antes se le suele dar una oportunidad a los guionistas para que la intenten reflotar de la mejor manera que se les ocurra y si estos no tienen tiempo o ideas la opción más socorrida es “matar” a uno de los protagonistas principales. Por esta opción es por la que se decantaron en estos números Brubaker y Rucka, matando a Robin, el chico maravilla, el compañero infatigable de Batman. De este modo, en el primer número del arco y la portada se nos mostraba a un Robin roto caído en el suelo al que le salía sangre por la cabeza y rodeado de policías. Los detectives de la UCM de Gotham no saben si están ante el verdadero Robin o no, dado lo esquivo del personaje, e inician la investigación para tratar de aclarar el homicidio con dos focos de sospecha principales, los enemigos del Hombre Murciélago y el propio Batman. La investigación parece encontrarse en un punto muerto para los policías de Gotham tras el interrogatorio a los Titanes, incapaces de determinar si el cadáver aparecido es o no Robin y la aparición de un segundo Robin no les facilita las cosas. Finalmente, logran encontrar un sospechoso en la figura de Simon Lippman, un periodista aparecido anteriormente en otros arcos argumentales de la serie, pero el caso se resuelve de la manera más sorprendente posible.
“La muerte de Robin” no deja de ser una historia entretenida y bien desarrollada aun cuando la forma de resolverla sea un poco apresurada y fácil. Sin embargo, a la historia le falta la tensión dramática que fue el sello de la colección en sus primeros números por un motivo fundamental: el lector cuenta con más información que los detectives ya que sabe que Robin no ha muerto y los asesinados no pueden ser él. La búsqueda de realismo resulta patente y no se puede negar la habilidad de los guionistas para hacer que los planteamientos de los detectives en su investigación resulten lógicas y sus diálogos plausibles. En el aspecto gráfico, destaca la vuelta a los lápices del español Kano (“Superman Action Comics”, “Hero”) tras su colaboración entintando el tomo anterior junto a Gaudiano. Sin embargo, Kano hace un trabajo muy marcado por la referencia de Michael Lark y no acaba de aportar el grado de originalidad que puede esperarse de él.
Tras esta historia Brubaker abandonó la serie quedando Rucka al frente del guión en el último arco argumental del que me ocuparé próximamente. Sigan atentos.
Para leer anteriores entradas relacionadas con “Gotham Central” pincha aquí.

martes, 19 de junio de 2007

Tribulaciones en Verona

El anterior fin de semana, por motivos de trabajo de mi señora (perdón, de mi pareja), viajamos a la evocadora ciudad de Verona con la idea de disfrutar de un romántico fin de semana en la ciudad de Romeo y Julieta aprovechando la oportunidad antes de enfrentarnos a la dura realidad diaria.
El planteamiento era excelente pero empezó a torcerse el mismo viernes de nuestra partida cuando en el mostrador de facturación una bella y displicente azafata de Alitalia nos indicó que nuestro vuelo venía con retraso debido a la climatología e íbamos a tener el tiempo justo para realizar la conexión Roma-Verona. “¿Qué hacemos?” la exhortamos cuán oráculo pues, previamente, nos había indicado que por mal tiempo Alitalia no reintegra el billete si no se viaja. “Todo el mundo se arriesga”, sentenció desde su bella displicencia, impaciente al otear la cola que se formaba a nuestras espaldas. Esperanzados en su vaticinio y tras pagar el consabido tributo en forma de maleta, embarcamos rumbo a Roma. El viaje se dio bien, teníamos viento de cola y un piloto arrojado dispuesto a batir todos los “records” a su alcance cuán pionero aéreo. Llegamos a Roma a tiempo para enlazar con el avión a Verona pues, además, el vuelo a Verona se había retrasado. Sin embargo, cuál no sería nuestra sorpresa cuando al llegar al mostrador de Alitalia para solicitar la tarjeta de embarque un atribulado azafato con un parecido asombroso con el protagonista de “Doctor en Alaska” nos indicaba que por “overbooking” no podíamos volar ya que en nuestras plazas habían recolocado a todos los retrasados de los vuelos anteriores. Compasivamente, Alitalia nos ofrecía volar en el primer avión a Verona del día siguiente y a hospedarnos en un hotel durante esa noche. Juramos y perjuramos en arameo y latín contra todo el panteón romano, la sacerdotisa del embarque, el doctor en Alaska y los mafiosos de Alitalia sin lograr más que la mirada de conmiseración. Inasequibles al desaliento pero vencidos sin haber librado batalla, todos los pasajeros víctimas de las prácticas ilegales de la compañía desfilamos cabizbajos hacia los tres autocares, TRES, que la compañía fletó para llevarnos a un hotel en medio de ninguna parte de Roma.
Sin maleta, nuestro gozo ya se encontraba en un pozo profundo y nuestro romanticismo inicial se había evaporado por una sensación de cabreo profundo y rabia contenida que nos capacitaba para emular las hazañas del Gran Capitán. En el hotel, por mediación de Madrid, conseguimos contactar con el hotel veronés y asegurarnos que nos mantenían la reserva y hundidos, a las tantas de la madrugada, nos dejamos vencer por el cansancio.
Con los maitines y el desayuno en la boca, nos pusimos de nuevo en pie al día siguiente y partimos esperanzados hacia Fiumichino. ¡Por fin íbamos a llegar a Verona! Todavía tendríamos un día para recorrer la ciudad y disfrutar del amor, de sus paisajes y gastronomía tras un rápido cambio de ropa y un aseo merecido en el hotel… Sin embargo, la realidad de Alitalia y sus prácticas mafiosas nos guardaba una nueva sorpresa. “No package”, nos espetó cuán una sentecia siciliana un barrigudo empleado en el aeropuerto de Verona. La mitad de las maletas del pasaje se habían perdido… No, no puede ser… No puede pasarnos esto… Sin embargo los hechos nos golpeaban de nuevo con toda la crueldad que la desorganización y caóticas prácticas de las que Alitalia había demostrado ser capaz. Señores y señoras, la maleta no apareció hasta el domingo por la mañana. Casi lloramos de felicidad.
No les aburriré con nuestra estancia en Verona. Eso queda para nuestra privacidad y la de los amigos que nos hicieron amablemente de cicerones. Simplemente comentarles que la ciudad merece la pena más allá del falso balcón de los falsos Romeo y Julieta y es perfectamente visitable en un día. No dejen de entrar en la Arena ni en el Duomo. Quizás no tan espectaculares como los de Roma o Florencia pero con un encanto especial. Probablemente, ese sea lo más destacable de la ciudad: su encanto y la tranquilidad que se respira en sus calles, no tan abarrotadas de turistas como otras ciudades italianas.
Tampoco les contaré nada de mis tribulaciones a la vuelta porque aunque también las viví no fueron nada frente a las anteriores y ya tenía costra formada. Será otra historia para otra ocasión.
Ahora a mí me toca empezar a reclamar a Alitalia unas indemnizaciones que probablemente nunca veré y a ustedes empezar a fantasear con viajar a Verona. Eso sí, si se deciden, no viajen con Alitalia.

lunes, 18 de junio de 2007

“Ideas negras” de André Franquin.



¿Las enfermedades de los genios influyen en su percepción del mundo? ¿Artistas como Van Gogh, Tolouse Lautrec o Goya hubieran pintado sus obras si no hubieran pasado por períodos de locura y depresión? Los científicos parecen confirmar ahora lo que sus admiradores ya intuíamos y resulta un tanto agridulce pensar que gracias a sus padecimientos nosotros podemos regocijarnos en la contemplación de sus pinturas.
Todo esto viene porque esta reflexión es perfectamente aplicable a uno de los más grandes Genios (sí, con mayúscula) que ha dado el cómic europeo y a, probablemente, la mejor de sus obras. Se trata de André Franquin y sus “Ideas Negras”.
Franquin cuando empezó a dibujar en 1977 en el suplemento “Le Trombone Ilustré” de la revista “Spirou” era ya un artista consagrado y ampliamente reconocido como el creador de “Tomas el Gafe” y el gran revulsivo de “Spirou y Fantasio”, sin embargo no era feliz. De carácter reservado y perfeccionista hasta lo obsesivo, Franquin se encontraba sumido en una depresión que marcó completamente esta obra Las “Ideas Negras” están alejadas tanto en su contenido como en su continente de sus anteriores trabajos pero de alguna manera lo complementan y completan. En “Ideas Negras” la infelicidad y el progresivo pesimismo de Franquin encontraron su cauce ideal de expresión a lo largo de las 65 historias que forman la serie, historias a una página en las que el autor, a través de un humor negro descarnado y sin concesiones, pasó revista a todos los miedos y miserias de su tiempo: los abusos de los poderosos, el egoísmo, la ambición, el miedo al holocausto nuclear, la pena de muerte… A través de unos pocos trazos Franquin levanta lúcida denuncia de los horrores grandes y pequeños a los que se enfrentaba – y se enfrenta – el hombre contemporáneo. Porque esa es otra de las grandezas de “Ideas Negras”: por desgracia no pasan de moda. Su temática es tan actual como lo era hace treinta años y el lector no puede dejar de esbozar una sonrisa nerviosa al releerlas y verse reflejado en muchas de ellas. Pero esta serie de historias no sólo tienen en común su temática sino que también a nivel estético cuentan con similitudes ya que Franquin en su concepción quiso homenajear a un dibujante del “Saturday Evening Post” que realizaba sus ilustraciones únicamente a través de siluetas negras De este modo en estas historias el negro y el blanco lo llenan todo siendo cada una de ellas un “más difícil todavía” en el que Franquin deja gala de toda su genialidad dotando de personalidad y dramatismo únicos sus historias y siendo palpable una evolución en su estilo evidente de las primeras a las últimas. Cuando Franquin superó su depresión en 1982, dejó la serie y se dedicó a otros proyectos. Sin embargo, su obra nunca llegaría a alcanzar las cotas anteriores y se dedicó a trabajos menores.
Las “Ideas negras” se recopilaron en dos volúmenes que la editorial Dolmen unificó en uno para su edición en España en 2003. Esta vez no puedo dejar a ninguno de ustedes a animarles que lo busquen, le echen una ojeada y se lo lleven a su casita para disfrutar de una obra única y sorprendente. Parafraseando al protagonista de la última idea negra de Franquin “el que quiera que me siga” en admirar esta obra. Espero que a mi se siga alguien más que a él…

jueves, 14 de junio de 2007

“Choque de Reyes” de George R.R. Martin (“Canción de Hielo y Fuego 2”)


Releyendo la entrada que publiqué por aquí sobre “Juego de Tronos”, el anterior volumen de “Canción de Hielo y Fuego”, sólo puedo confirmar que la mayoría de las cosas que escribí en su momento al respecto son aplicables a “Choque de Reyes”.
En “Choque de Reyes”, Martin no se aparta del guión prestablecido y sigue la pauta marcada en su anterior novela que tan buenos resultados le dio, sabedor que ha dado con una fórmula para hacer literatura de fantasía “adulta” con la que conectar con un amplio espectro de público que encuentra en sus novelas cargadas de hechos, referencias y acción un divertimento excelente.
En esta la segunda novela del ciclo, Martin se muestra como un autor con las ideas muy claras y un proyecto definido, en la que ningún personaje por importancia aparente que pueda tener en la trama, resulta imprescindible. Esta es la grandeza sin duda de una obra en la que el reparto coral de personajes hace que estos sean desarrollados por igual por el autor lo que le permite mantener abiertos varios arcos en los que cada uno de ellos es el protagonista, al tiempo que la trama principal avanza enriquecida dejando hechos paralelos en el tiempo apenas esbozados a la imaginación del lector. Al profundizar de este modo en los personajes y sus motivaciones el maniqueísmo lastrante del género se rompe logrando una saludable y “adulta” (ya salió otra vez la palabrita) ambigüedad moral en las reacciones y actitudes de los personajes que los hace cercanos al lector que sufre y padece prisionero en la diabólica trama dispuesta por Martin, incapaz al mismo tiempo de dejar de devorar las páginas para saber más de las penalidades que el destino depara a su personaje (o personajes) favorito. De este modo, en esta segunda novela personajes secundarios en la primera, como Theon Greyjoy, o novedosos, como Davos Seaworth, se unen al elenco de “Juego de Tronos” para convertirse en los narradores de los hechos desde los bandos Greyjoy y Baratheon., añadiendo más referencias, lugares y personajes a la ya complicada trama política en la que se encuentra imbuido el Reino de Poniente mientras que la magia regresa paulatinamente al mundo desde el Norte y el Este.
Probablemente, el quid de la cuestión será comprobar hasta que punto es capaz Martin de seguir con su huida hacia delante en el desarrollo de esta enorme bola de nieve que está creando y saber si podrá desenvolver la enorme madeja que está liando. Hasta ahora, el autor ha dado notables muestras de su capacidad y parece tenerlo todo bien atado sin embargo el parón en la publicación tanto en Estados Unidos como en España (¿Para cuándo Gigamesh publicará el cuarto tomo? Llevan más de un año traduciéndolo) me hace temer que Martin esté en un atolladero y quizás no sea capaz de seguir añadiendo madera a la locomotora de la serie. Habrá que seguirlo atentos.

miércoles, 13 de junio de 2007

“Cementerio Estelar” de Alfonso Azpiri y Carlos Giménez.



Alfonso Azpiri (“Lorna”,” Mot”) y Carlos Giménez (“Paracuellos”,” Barrio”), aparte de ser dos de los más renombrados y prestigiosos dibujantes del panorama tebeístico español, son amigos. Fruto de una cena copiosa y una sobremesa agradable surgió la posibilidad de unir sus talentos para realizar una obra en común adaptando diferentes relatos de su admirado Jack London. Los lectores debemos felicitarnos que esta idea no se perdiese en una mañana de resaca y ambos autores siguieran adelante con el proyecto.
De este modo nació “Cementerio Estelar”, álbum dibujado por Azpiri y guionizado por Giménez publicado por Norma Editorial. Como ya hiciera en algunas obras en solitario como “Érase una vez en el futuro” o “Koolau, el leproso” Giménez adapta libremente tres relatos de Jack London (“The red one”, “Lost Face” y “Mauki”) ambientándolos en el futuro y contando con el denominador común de que sus protagonistas acaban con sus respectivas cabezas separadas del cuerpo. Siguiendo el modelo de “Historias de la Cripta” un personaje ajeno, en este caso Don Goyo, el guardes robótico del Cementerio del Olvidado, sirve de introductor y nexo entre los tres relatos narrados. Tres historias que respetando la esencia de la obra de London aportan la original mirada de ambos autores. Historias de hombres malvados y aguerridos, historias de venganzas y búsquedas de lo desconocido que agradarán igualmente al lector habitual de London como al devorador de “space opera” no dejando a nadie indiferente.
Mención aparte merece la labor gráfica llevada a cabo por Azpiri, un autor que realice el trabajo que realice sabe imprimirle su personalísimo estilo y que en el género de la ciencia ficción demuestra encontrarse en su elemento. Azpiri dibuja una obra cargada de violencia y erotismo mostrando una facilidad pasmosa para crear mundos imaginarios repletos de salvajes y primitivos alienígenas y haciendo gala de una capacidad para captar el detalle y un uso de las perspectivas sólo al alcance de unos pocos. Si alguien albergaba alguna duda todavía sobre su capacidad en este álbum Azpiri demuestra una vez más el por qué es uno de los mejores dibujantes nacionales.
“Cementerio estelar” es el medio ideal para que el neófito se acerque a la obra de estos dos grandes del cómic español y que el aficionado admirador de su obra no debería dejar de disfrutar. Esperemos que esta colaboración no se quede en una anécdota y renueven su colaboración (¿el próximo un álbum dibujado por Giménez y guionizado por Azpiri?). Si es necesario, la cena se la pagamos entre todos.

martes, 12 de junio de 2007

“Lupus” de Frederick Peeters.



Acabo de finalizar la lectura del cuarto y último álbum de “Lupus”, de Frederick Peeters (“Pildoras Azules”, “Koma”), un autor holandés que se dio a conocer ante el gran público con “Píldoras Azules”(ya escribiré algo al respecto de esta obra), y que en “Lupus” retoma una temática similar aunque ambientada en un escenario diametralmente opuesto: la inmensidad del espacio.
Si “Píldoras azules” es una historia de amor costumbrista, “Lupus” es una obra de ciencia ficción atípica. Peeters no está interesado en narrar grandes epopeyas cósmicas ni describir atractivas civilizaciones alienígenas. Su interés está en narrar la historia más vieja del mundo, el paso de la adolescencia a la madurez.
(SPOILER)
El año sabático iniciado con un viaje turístico por el joven Lupus y su amigo Tony para buscar un sentido a sus vidas y ponerse hasta arriba de drogas pronto se complica tras su encuentro con la misteriosa Sanaa, una muchacha fugitiva que huye de su poderoso padre. Los tres inician una escapada que se ve trastocada tras el asesinato de Tony y el embarazo de Sanaa. Lupus y Sanaa huyen por el espacio y diferentes planetas de los secuaces del padre de Sanaa, ayudados por diferentes personajes que se cruzan en su camino hasta encontrar refugio en una abandonada estación espacial. Ayudada por un robot de servicio y por el protagonista, Sanaa acaba dando a luz a un niño pero, finalmente, son descubiertos por el padre de Sanaa y son separados, quedándose Lupus con el bebé.
(FIN SPOILER)
Este es a grandes rasgos, el resumen de “Lupus”, un resumen por el cuál el lector que desconozca el talento de Peeters puede esperar encontrarse con una “road movie” interplanetaria con acción a raudales y narrada a matacaballo. Craso error, este no es un tebeo del montón. En “Lupus” Peeters, un verdadero filósofo, construye una obra hermosamente existencialista sobre la condición humana en la que el espacio no es más que una metáfora para dejar constancia de la finitud del ser humano en el Universo y lo importante que es disfrutar del día a día y de las cosas sencillas. Ningún tema queda fuera de su alcance: la amistad, la soledad, las relaciones filiales, la paternidad, el amor, el sexo, la muerte, la vejez, etc.; todo ello fluye a través del pincel de Peeters con maestría y sensibilidad, reflejado a través de Lupus, un personaje poderoso en su debilidad, capaz de ir abriéndose a lo largo de los cuatro álbumes que componen la serie y madurar al ritmo marcado por su autor. Lupus, de la mano de Sanaa y su embarazo, es capaz de salir de la burbuja creada por él mismo y no encontrar más sentido a la vida que el de seguir viviendo día a día, de dejar de ser un muchacho y convertirse en un adulto.
En “Lupus” es casi más importante lo que se intuye tras cada viñeta y que el autor deja a la inteligencia del avispado lector que lo que sucede realmente en los álbumes. Peeters, un maestro del blanco y negro, alcanza con esta obra una madurez como narrador que ya se adivinaba en obras anteriores y su trazo emborronado y sucio logra dotar de expresividad todo tipo de situaciones y anécdotas, superponiendo pausas y diálogos con acierto, para lograr empatizar con el lector predispuesto de una manera sólo al alcance de unos pocos. “Lupus” es un cómic ideal para pensar y reflexionar. Una obra que explora los sentimientos humanos con originalidad y sensibilidad únicas dejando indiferente a muy pocos.
Amigos de la acción desenfrenada absteneos.

lunes, 11 de junio de 2007

“Piratas del Caribe 3: En el fin del mundo”



Por fin pude ver la tercera parte de la trilogía más exitosa de la década, con el permiso de “El señor de los Anillos” de Peter Jackson. Y, lo cierto, es que no salí defraudado porque “Piratas del Caribe” ofrece aquello que promete: entretenimiento para todos los públicos durante dos horas y media.
¿Hay alguna novedad sorprendente en “Piratas del Caribe 3: En el fin del mundo”? No demasiadas, simplemente se trata de finiquitar la historia allí donde quedó anclada tras la segunda entrega. Y, en ese punto, la película cumple sobradamente con un final espectacular y agridulce que hasta cierto punto sorprende en una película de estas características. Sin embargo, hasta llegar a ese momento la historia avanza deshilvanada e inconexa quizás debido a que el director Gore Bervinski (“Un ratoncito duro de roer”) pretende contarnos muchas cosas al tiempo que reparte minutos entre su estelar reparto y amortiza su grueso presupuesto lo que redunda en la trama principal, una trama que tiene paralelismos sonrojantes con “El retorno del Jedi” (sí, no se rían) y cuyo triángulo amoroso se resuelve sobre la marcha de una manera graciosa y dramática al tiempo (quizás lo mejor de la historia sea este punto).
Esta tercera parte se sustenta en los mismos elementos que ya hicieron un éxito de las dos anteriores, los espectaculares efectos especiales y la sorprendente “vis comica” de Johnny Depp (“Eduardo Manostijeras”, “Ed Wood”) que ha encontrado en el histriónico Jack Sparrow al personaje que le afiance ante el gran público como una superestrella. Depp, recuerda por momentos a los grandes del cine mudo con sus muecas y gestos, y es el verdadero motor de una película hecha a su medida. Del resto del trío protagonista, me ha sorprendido gratamente una Keira Knightley (“Quiero ser como Beckham”) que asume sin complejos la labor de dar la réplica a Depp en muchos momentos en el papel de una Elisabeth Swann que gana peso en la trama en comparación con los episodios anteriores (además, está más guapa) mientras que el guapo Orlando Bloom (”El reino de los cielos”) hace lo que mejor sabe hacer, ejercer de guapo y aguantar mal que bien su duelo interpretativo con Depp en una batalla que tenía perdida de antemano. Del resto de reparto, destacar a los siempre eficaces Geofrrey Rush y Chow Yun-Fat, actores de prestigio y con el oficio suficiente para interpretar sus papeles con decoro e ingresar probablemente un buen pellizco por ello.
Pues nada, ya saben si no tienen nada mejor que hacer una tarde cualquiera y todavía la siguen echando acérquense a ver “Piratas del Caribe 3” que por lo menos les hará pasar un rato entretenidos. No esperen mucho más.

domingo, 10 de junio de 2007

Cuantos más mejor



Últimamente se viene comentando por ciertos lares que hay una proliferación excesiva de blogs y páginas que tratan en Internet sobre el mundillo del Cómic y sus aledaños. A mí, como me parece que cada uno con su tiempo libre puede y debe hacer lo que le dé la gana mientras no ofenda a los demás y que cuantos más seamos mejor nos lo pasaremos, me gustaría dar la bienvenida a los amigos de Actualidad Cómic que se han atrevido a lanzarse a la arena cibernética con una nueva página dedicada al Cómic. A destacar su interés en dar a conocer a nuevos talentos en la sección "Young Guns".


Bienvenidos y que sea por mucho tiempo. No pierdan la ilusión.

sábado, 9 de junio de 2007

LXVI Feria del Libro, ¿feria del cómic?

Un año más he acudido acompañado de mi señora a la Feria del Libro de Madrid que se viene celebrando en el Parque del Buen Retiro desde el 25 de Mayo hasta el 10 de Junio.
Las visitas a la Feria son para mí una cita anual con la nostalgia, del recuerdo de acudír con mis padres para perderme entre la marabunta de público y las colecciones de pasadores de mis primeros años a ir con mis amigos para perderme entre las pilas de libros y los ojos de las dependientas en la adolescencia. Sin embargo, todas las ediciones suelen tener situaciones comunes repetidas en un bucle constante: las lluvias de los primeros días, el calor sofocante del resto, los autores superventas capeando con mano izquierda el asedio de sus lectores y los autores bisoños que no venden tanto agradeciendo el contacto del lector casual que, tímido, le compra un ejemplar y busca su firma. Y, finalmente el colofón final de la pila de bolsas llenas de libros y cómics que me toca cargar hasta casa solo o sobornando a amigos mientras me pregunto anonadado “Dios, ¿dónde voy a meter todo esto?”.
Sin embargo, no era esto lo que yo quería contar sino más bien lo mucho que me llama la atención la progresiva presencia e importancia del Cómic en la Feria. No, no me refiero a la presencia de editoriales y librerías especializadas que viene repitiéndose todos los años y que suelen ser siempre las mismas. Más bien, me llama la atención como los cómics se han encontrado – quizás por primera vez - en igualdad de condiciones en los estantes y mostradores de muchas librerías no especializadas. ¿Y saben otra cosa? La gente miraba, compraba y curioseaba sin ningún pudor. También me ha sorprendido ver como una gran superficie como la Fnac ha apostado por los autores de cómics un sábado por la mañana (en teoría una de las mañanas en las que más público debe acudir) con la presencia de Alfonso Azpirí (Lorna) y Purita Campos (Esther) y sus colas no eran de las más pequeñas (bueno, la de Azpirí sí en comparación con las que forma en el Expocómic, por poner un ejemplo, pero la de PC era bastante larga, pero ninguna tenía punto de comparación con la de la los chicos y la exuberante chica de “Ponte a prueba” con los que compartían caseta).Y otros días, han pasado por allí autores como Carlos Giménez, Liniers o Miguel Brieva, Alejandro Jodorowski y Sonia Pulido. Y, saben otra cosa, los que más curioseaban, pedían y estaban enterados eran los niños con lo que también se cae otro de esos mitos de que los niños de hoy en día no leen cómics. A mí esta Feria me ha confirmado algo que ya venía intuyendo desde hace tiempo y es que los cómics no están tan mal, ni venden tan poco ni son tan minoritarios como algunos pretenden hacernos creer con sus quejas y lamentaciones. En general, la gente no es tonta y lee mucho más de lo que pueda pensarse.
Así que si están por Madrid y les apetece vayan a visitar la Feria que seguro que encuentran alguna lectura que pueda interesarles y, además, el Retiro está bonito para perderse. Yo volveré el año que viene a reencontrarme con mis nostalgias y constantes habituales y, quien sabe, quizás con que los cómics ocupan aún más espacio. Dénse prisa, que se acaba mañana.

miércoles, 6 de junio de 2007

“La piel fría” de Albert Sánchez Piñol.



Una isla azotada por los vientos perdida en medio del océano sobre la que se yergue un solitario faro a la que acude un desencantado nacionalista irlandés para realizar mediciones atmosféricas durante un año, es el punto de partida de la primera novela de Albert Sánchez Piñol (“La piel fría”, “Pandora en el Congo”). Sin embargo, tras quedarse sólo en la isla descubre que esta se encuentra habitada por un solitario y huraño farero, Battís Caffó, y unas extrañas y misteriosas bestias, mitad pez mitad humano, que cada noche salen del mar para atacar el faro y sus ocupantes. A partir de aquí, se inicia el relato de la lucha por la supervivencia del protagonista, una lucha que le llevará a la locura y en la que acabará perdiendo aquello por lo que luchaba: su humanidad.
Albert Sánchez Piñol en esta su primera novela realiza un atractivo ejercicio de estilo demostrando una vez más que desde el denostado y vilipendiado género fantástico pueden escribirse grandes historias. “La piel fría” es una novela milimétricamente diseñada para agradar por igual al lector que sólo busca entretenimiento y diversión con una historia de acción, como a aquél más reflexivo que encontrará en la obra una lectura llena de simbolismos acerca de la soledad y los mecanismos que nos llevan a caer en la locura. Un estudio sobre como en las situaciones más extremas emergen las pasiones primordiales del hombre, la agresividad, la pasión, el odio y el amor frente a la civilización, la educación y los condicionamientos sociales. En “La piel fría”, Piñol es capaz de trasladar al lector a través de los pensamientos y reflexiones de su protagonista su desesperanza y angustia creando una atmósfera claustrofóbica y absorbente que atrapa al lector y hace que el libro se devore página a página. Píñol demuestra en esta obra que ha bebido de los grandes clásicos del género de aventura y de terror fantástico como Conrad, Melville, Defoe o Lovecraft, y sin dejar de renunciar a sus influencias crear una obra hermosa y terrible.
Si quieren leer una novela de terror diferente, háganse con un ejemplar de “La piel fría” y léanlo sin prejuicios, descubrirán que no les dejará indiferentes.

martes, 5 de junio de 2007

Regalo estupendo


Víctima de un fin de semana de lo más ajetreado y los cambios trepidantes que se suceden sin parar en mi azarosa existencia, no había tenido ocasión hasta hoy de entrar en Internet ni para mirar el correo. Por fin, lo he logrado para encontrarme con que el amigo Mojonshon, fiel seguidor de este blog y coadministador de Neotako (¿Cómo? ¿Qué todavía no conocen Neotako? Hagan el favor de pinchar aquí), me ha regalado coincidiendo con mi cumpleaños una estupenda cabecera, un banner y la ilustración que precede a esta charleta. A mí me parece que le han quedado las tres cosas la mar de chulas y recogen estupendamente la esencia de lo que quiere ser este blog: un lugar donde su autor escribe sobre todo aquello que le interesa (literatura, cómics, cine, la Vida, etc.) y que hacen más agradable la existencia e intercambiar opiniones con todo aquel visitante que quiera pasarse y regalarme(nos) a los demás con su punto de vista.
Espero retomar la dinámica de la entrada diaria en breve, aunque quizás esta semana me resulte un poco complicado. No se apuren que para la próxima semana espero habeme adaptado completamente a mis nuevas rutinas y obligaciones para no faltar a mi cita diaria con ustedes.
De todos modos, no dejen de entrar durante esta semana que los mismo se van encontrando con alguna sorpresa más...

viernes, 1 de junio de 2007

“Top ten” de Alan Moore, Gene Ha y Zander Cannon.



A finales de los noventa y principios del nuevo milenio se pusieron de moda dentro del “mainstream” los cómics que intentaban ir más allá del concepto de superhéroe inventando nuevos escenarios, sociedades en las que lo “normal” era que todo el mundo tuviera poderes, éste es el caso de series como “Astrocity” de Kurt Busiek (de la que escribiré en su momento) o “Powers” de Bendis (de la que también escribiré, tranquilos), moda que ha seguido hasta nuestros días y cuyo último ejemplo ha sido la estupenda “Gotham Central” de la que ya les he comentado algo aquí. Sin embargo, probablemente ninguna de estas series ha tratado el tema con un grado de genialidad a como lo hizo el amigo Alan Moore (“Watchmen”, “V de Vendetta”, “From Hell”) en los doce números que conforman “Top Ten”.
“Top Ten” fue uno de los títulos del sello ABC, fundado por Alan Moore junto a diversos dibujantes a finales de los noventa, para desarrollar aquellas historias que le apetecían y que no tenían cabida en las inmovilistas y conservadoras grandes editoriales , y que incorporó series como “Promethea”, “Tom Strong” ó “La Liga de los Caballeros Extraordinarios”, series que vistas en perspectiva conforman un mosáico unitario en las que Moore explora diferentes manifestaciones del concepto de superhéroe y en los que vuelve a dejar patente que todavía pueden escribirse buenas historias dentro del “mainstream” si se cuenta con la libertad y el talento necesario para ello.
En “Top ten”, Moore narra las vivencias cotidianas de un grupo de agentes de policía del peligroso Distrito Diez de la ciudad de Neópolis, una ciudad alucinante construida tras la II Guerra Mundial en la que se alojan todos los ciudadanos de la Tierra y alrededores con poderes extraordinarios, desde antiguos superhéroes hasta dioses de los más pintorescos panteones imaginables, pasando por monstruos atómicos de treinta metros y alienígenas asesinos. El Distrito Díez es el más peligroso de la ciudad y los agentes en él asignados deben hacer frente a los casos más sorprendentes y alucinantes que imaginarse puedan. Este planteamiento que en manos de cualquier otro no daría más allá que para construir un anódino relato épico más en las de Moore se convierte en la excusa perfecta para explorar en clave de humor la posibilidad de una sociedad en la que disfrutar de poderes es algo cotidiano y como ello no es garantía de felicidad (más bien todo lo contrario). Moore lleva estas premisas hasta el extremo, presentando unos personajes alejados del icono perfeccionista y cargándolos de debilidades con los que el lector conecta desde el primer momento. Todo ello hace de “Top Ten” una lectura fresca y divertida en la que se disfruta tanto de las diferentes tramas policiales que se nos van presentando en los episodios como de las pequeñas intrahistorias que conforman la vida de cualquier gran ciudad. Además, “Top Ten” le sirve a Moore para juzgar con ironía las incongruencias del “mainstream” y demostrar, si hacia falta que a estas alturas demostrase algo, que también es capaz de realizar historias cargadas de gracia yhumor.
En cuanto al aspecto gráfico, Gene Ha es un dibujante capaz de hacer frente al reto que Moore le plantea en esta serie a la hora de imaginar los diferentes escenarios y situaciones de una ciudad futurista tan prodigiosa como Neópolis y ser capaz de dibujar y diseñar, junto a Zander Cannon, los cientos de personajes secundarios que pueblan sus páginas escondiendo entre ellos los divertidos homenajes que Moore realiza al Cómic en general y a los personajes “mainstream” en particular.
Ya saben, si quieren pasar un buen rato con un cómic inteligente y divertido háganse con la recopilación que hace pocos meses ha publicado Norma Editorial y disfruten de las travesuras del autor de “Watchmen”. A ver quién es capaz de encontrar más referencias…