miércoles, 28 de septiembre de 2011

“Ciudadano Rex”, de Mario y Beto Hernández.

Con estoica paciencia y un punto de masoquismo, he logrado terminar la última obra inédita que ha publicado La Cúpula de los Hernández Bros., perpetrada en esta ocasión por Mario y Beto. Me la he acabado más que nada por respeto al pasado glorioso de Beto (ese “Palomar”…) pero nada más, porque este “Ciudadano Rex” es de lo más flojito que he leído en mucho tiempo y estoy seguro que si no lo firmasen quiénes lo firman y hubiera salido de cualquier autor novel no lo habríamos visto ni (auto)editado.

En una ciudad futurista más o menos cercana, más o menos lejana, los humanos conviven con robots autómatas que aspiran a conseguir la equiparación de derechos con los humanos mientras unos y otros son vigilados por extraños cuerpos parapolicales como los Cosechadores de Verdad. Cuando, tras una desaparición de muchos años, aparece de nuevo en escena el misterioso CDDN-RX-1, el primer róbot autómata que tomó apariencia humana, mafiosos, científicos locos y corporaciones empresariales pretenden capturarlo para descubrir sus secretos. Pero CDDN-RX-1 ha despertado con un objetivo y solo Sergio Bauntin, bloguero de profesión y niño de papa por vocación, será capaz de descubrirlo.

Malo, malo, malo es este esbozo de distopia futurista que se queda en el intento y no acaba de despegar por lo confuso del desarrollo, lo plano de los personajes y la escasa originalidad de la propuesta. Mario, que al parecer ha desarrollado el guión a partir de una idea que tenía en proyecto desde hacía años, toma unas cuantas ideas manidas de Orwell, Dyck, Welles, Huxley o Clarke para digerirlas mal y regurgitarlas peor en un tebeo de lo más simplón en el que se limita a hacer desfilar a una delirante y desconcertante galería de freaks sin que ninguno ayude a hacer más atractiva una trama en exceso confusa. Siendo benévolos y buscando una disculpa a los autores, podríamos suponer que no han existido tales trastornos digestivos en los Hermanos Hernández y todo se trata de un guiño, una broma para iniciados, en que los autores satirizan y se carcajean de un modo de entender la Ciencia Ficción... Que cada cuál piense lo que quiera, pero como yo no he leído en ningún lado que esa fuese su intención, me quedo con la primera de las explicaciones y prefiero pensar que hasta los mejores –y ojo, que Mario, a pesar de sus inicios en “Love&Rockets”, no parece que comparta el talento de sus hermanos pequeños- pueden errar.

En el aspecto gráfico, la obra es un despropósito. Si el dibujo habitualmente minimalista de Beto encandila y resulta adecuado para historias costumbristas como las de “Palomar”, en una historia futurista que se pretende oscura y crepuscular como esta queda reducido a su esqueleto con un esquematismo infantil basado en trazos gruesos y sencillos que parecen más propios de un principiante que de un artista contrastado de su categoría.

Ciudadano Rex” es un borrón muy gordo en la trayectoria de Beto y Mario Hernández. Espero que para próximos proyectos cuenten con Jaime o mucho tendrán que mejorar para que les dé una nueva oportunidad tras este despropósito.