

Aprovechando el tirón del personaje, pronto se hicieron nuevas versiones para la radio en las que llegó a participar Orson Welles, el cine (con distintos largos el último de los cuáles es de 1994 y un serial que llegó a los quince episodios) y el cómic donde el personaje ha contado con una importante trayectoria, desde una serie regular de 1940 a 1949, para la que el mismo Gibson escribía los guiones y que contó con autores de la talla de Vernon Greene y Charles Coll. Además, durante dos años de 1940 a 1942, Gibson y Green desarrollaron una tira de prensa adaptando las novelas del primero. En la década de los setenta, DC intentó retomar al personaje con una serie regular que contó con doce episodios firmados la mayoría por Denny O’Neill y dibujados en su totalidad por Mike Kaluta, pareja que volvió a colaborar en un par de novelas gráficas sobre el personaje “El astrólogo de Hitler” y “Los archivos secretos de La Sombra”.

Llegados a este punto, ustedes ya se habrán dado cuenta que estamos hablando de un personaje señero de la cultura popular norteamericana y en 1986 era un papelón el intentar relanzarlo y actualizarlo en una nueva versión para el cómic. Sin embargo, el por entonces editor de DC, Dick Giordano, encargó el proyecto a Chaykin, quien ya había alcanzado reconocimiento en el mundillo del cómic gracias a sus series para First, “American Flagg” y “Time 2”. Así nació “Sangre y Justicia”, una miniserie de cuatro números en la que Chaykin redefine el personaje en una impactante y violenta historia, modernizándolo y aclarando con sencillez buena parte de los puntos oscuros que el personaje había ido generando a lo largo de sus cincuenta años de existencia, sin dejar de ser coherente con su esencia.

La historia se inicia en los años ochenta cuando los antiguos ayudantes de La Sombra van siendo asesinados por un grupo de punkies. Estos actúan siguiendo las instrucciones de Preston Mayrock, un antiguo enemigo de Allard, un implacable millonario, quién intenta que La Sombra reaparezca para hacerle una proposición: si La Sombra le lleva junto a su hijo a la ciudad perdida de Shambala para que sus avanzados médicos implanten su cerebro en su hijo no lanzará un misil nuclear sobre Nueva York. Para evitarlo, La Sombra quién no ha envejecido en todo ese tiempo acude a Nueva York junto a sus hijos para detener a Mayrock y reencontrarse con los ayudantes a los que abandonó.

Chaykin en “Sangre y Justicia” actualiza el personaje, desarrollando una trama compleja y trepidante, actualizándolo al gusto del lector de cómics moderno aunque probablemente los seguidores más ortodoxos del personaje no quedaron plenamente satisfechos. A nivel gráfico, Chaykin desarrolla una composición de página única apabullando al lector de información y rompiendo constantemente el hilo de la narración aparentemente para mantener el desconcierto del lector con una composición oscura, dura y cargada de erotismo, como es habitual en sus cómics, en la que resulta difícil entrar pero que, conforme va desarrollándose el autor va dejando todo bien atado. Esa rupturista composición (para la época) se contrapone con un estilo de dibujo clásico en el que pueden notarse los elementos “retros” característicos de Chaykin y la influencia de grandes autores como Bob Peak y Alex Toth, del que Chaykin se declara discípulo.

En definitiva, “Sangre y Justicia” es un cómic excelente que no ha envejecido nada mal, que sólo cuenta con una edición en España, la de Ediciones Zinco en el ya lejano 1987 en grapa, siendo posteriormente el conjunto de la miniserie reunida en un retapado. Cada uno de los números, incluía varios artículos aportando información adicional sobre el personaje, su historia y el autor. Aunque Planeta ha anunciado en varias ocasiones la publicación de esta obra hasta la fecha esta no se ha producido. ¿Cuándo se reeditará este cómic? Sólo la Sombra lo sabe.