viernes, 11 de junio de 2010

Mundiales de Fútbol: entre la viñeta y el balón.




Bueno, pues hace unos minutos empezó el Mundial de Sudáfrica y ya están jugando el primer partido. No me preguntéis por la inauguración que no la he visto pero el Mundial para aquellos que nos gusta el deporte rey – y a los que no les gusta también, que es imposible sustraerse de todo el marketing que conlleva – es la mejor competición, la más especial y la más emocionante y, además, para aquellos que nos gustan los cómics y tenemos uno asociado a casi cada recuerdo y episodio de nuestra vida una buena ocasión para recordar.





Mis primeros Mundiales fueron los de Argentina y España y están inevitablemente asociados a “Mortadelo y Filemón”. El álbum del Mundial 78 es uno de los mejores de Ibáñez y el que me dejó grabadas a fuego unas viñetas memorables como la del desfile de selecciones o la pelea en el estadio que todavía son destacables hoy en día. Un tebeo que ha resistido muy bien el paso del tiempo y a pesar de los más de treinta años transcurridos resiste perfectamente las relecturas. De partidos del Mundial no me preguntéis, porque no recuerdo nada salvo el gol de un tal Kémpes, el matador, que me sonaba porque jugaba en el Valencia.



Cuatro años más tarde y con algo más de conciencia de lo que era eso del fútbol llegó el Mundial de España que supuso una de las primeras desilusiones mundialistas con la decepcionante actuación de la selección de Santamaria. ¿Recuerdo asociado al cómic? Por supuesto, la revista Mortadelo y el fichero chulo que vendían con fichas de cada uno de los equipos y jugadores y el álbum temático de Ibáñez que supuso una decepción frente al grandioso “Argentina 78. El Mundial lo ganó la racana Italia con gol de un tipo que me caía bien porque se llamaba Paolo, Rossi para más señas, y un señor viejito que en el palco daba saltos fue lo que más recuerdo de esos partidos.



Y pasaron los años y los mundiales, cada uno con su recuerdos tebeísticos más o menos notables y las consiguientes decepciones deportivas de una selección que por una razón u otra siempre ha mordido el polvo, más o menos personales pero ninguno me dejó una huella tebeística tan profunda como esos dos primeros quizás porque a esas alturas ya había abandonado la lectura de Mortadelos por aburrimiento y andaba leyendo otras cosas y es que los superhéroes Marvel no saben jugar al fútbol.


Hoy, un nuevo Mundial y un nuevo tebeo que aprovecha el tirón con el “A por ellos” de Panini, una empresa que siempre ha sabido sacarle partido a esto del fútbol (anda que no le habremos comprado cromos de futbolistas). Mis expectativas sobre este tebeo son escasas porque a estas alturas no creo que estos productos oportunistas y simplones tengan más fin que el negocio fácil así que evidentemente pasaré del tebeo aunque espero que sirva para que algún ingenuo niño o niña de seis años se aficione aparte de al fútbol –que está hecho con el pedazo de selección que tenemos- a eso de disfrutar de los tebeos.


Y es que cualquier tiempo pasado fue mejor (¿o no?)…