miércoles, 21 de noviembre de 2012

“El Universo DC de Alan Moore (1)”, de Alan Moore y otros.



 Una obra indispensable para cualquier buen aficionado a los cómics de superhéroes, en general, o a la mastodóntica figura del guionista británico Alan Moore, en particular, se me antoja este interesante volumen publicado por ECC Ediciones en el que se recogen todos los trabajos dispersos de Moore para distintas cabeceras de DC realizados en el período inmediatamente posterior a su larga y exitosa etapa en “La Cosa del Pantano” e inmediatamente previo a las dos indiscutibles obras maestras a las que debe buena parte de su fama, “Watchmen” y “V de Vendetta”.  El interés de este libro precisamente es contar con el resto de la dispersa producción de Moore, incluida la excelente “La Broma Asesina” realizada por Moore con Brian Bolland. Dado que esta obra y las que Moore realizase sobre “Superman”“¿Qué fue del Hombre del Mañana?”, “Los Confines de la Jungla” y “Para el hombre que lo tiene todo”-  que por su importancia y entidad merecen entradas aparte, me centraré en esta en cuanto al contenido a comentar el resto de las historias que no por menores o menos conocidas son mancas de calidad.



Estas obras ponen en evidencia la gran versatilidad de Moore, que partiendo de la necesaria premisa superheroica realiza historias atemporales (con esto me refiero más allá de su concepción clásica con que cuentan con una entidad propia, que no hace necesario al lector neófito un conocimiento profundo de los personajes que las protagonizan para disfrutar plenamente de la aventura)  plantea las historias dentro de las conveciones de la Ciencia Ficción, el Terror o el  thriller urbano.

Son quizás las historias de Ciencia Ficción que tiene por protagonistas a los Green Lanters y los Omega Men las más intrascendentes. Historias de pura Ciencia Ficción en las que Moore despliega su ironía y toda su capacidad para la fantasía sin dejar de lado el trasfondo ideológico que suele aplicar y que en cierto modo están emparentadas con el modelo de las clásicas historias del género de  E.C . Así, en las sencillas historias como las de los “Omega Men” , “En la noche más oscura” (en uno de los primeros trabajos de Bill Willingham) o “Mogo no tiene vida social” basan su eficacia cómica en el descubrimiento de la sorpresa final que denuncia la cortedad de miras de los protagonistas. Más enjundia e intensidad tiene la excelente “Tigres” que en clave de paradójico cuento árabe de las Mil y Una Noches cuenta una historia centrada en Abin Sur y que sirvió de base a buena parte del trabajo de Geoff Johns en las colecciones del Gladiador Esmeralda. Quizás el dibujo de Kevin O’Nell no fuese el más adecuado para plantear una historia de espantajos cósmicos abisales aunque O’Neill salva los muebles con suficiencia

Barro Mortal” es una excelente historia de Batman que creo que no se había reeditado desde los tiempos de Zinco en la que Moore juega a poner en evidencia el grado de la locura de Clayface II. Es bastante probable que se inspirase en películas como “Tamaño Natural” o “Maniac”  para inspirar el tratamiento de la locura trágica de Clayface un demente deforme que intenta llevar una pacífica vida burguesa en paz junto al maniquí del que está enamorado escondido en unos grandes almacenes. Sin embargo, sus celos esquizoides le llevan a cometer un asesinato y que Batman tenga que actuar. El interés principal de la historia se encuentra en la acertada elección como narrador de la historia de Clayface poniendo en cuenta la asimetría entre la locura consentida socialmente de Batman frente a la nociva de Clayface. El poco prolífico George Freeman realiza un interesante trabajo gráfico.

Ese mismo recurso de otorgar el protagonismo al malvado dejando al teórico héroe en un rol secundario, lo usó previamente en la magistral “Día del Padre” en la que Moore abordaba el siempre espinoso tema de los abusos sexuales de un padre a su hija en una historia “teóricamente” protagonizada por el Vigilante. El Vigilante, de hecho, es el invitado a una historia en la que el choque entre la ficción superheroica y la realidad más sórdida es total, siendo el héroe ridiculizado a lo largo de toda la narración quedando en evidencia ante la complejidad y ambigüedad moral de la posición del resto de los personajes. Estructuralmente, es la historia más ambiciosa de todo el volumen y si no ha tenido más eco ha sido probablemente debido a que la serie  “Vigilante” no ha sido reeditada desde su publicación original en los tiempos Zinco a pesar de su enorme calidad. El poco valorado y conocido Jim Baikie realiza un primoroso trabajo gráfico a la hora de narrar con habiidad la compleja historia ideada por Moore.

Precisamente otra historia que destaca en la forma sobre el fondo es la narración del origen del Fantasma Errante recogida en “Pisadas”. Se trata de un perfecto ejemplo de trama en paralelo en el que Moore explica con brillantez el origen canónico del personaje –un ángel desterrado en la Tierra al no apoyar abiertamente ni a Dios ni a Satán en la Lucha Celestial- comparándolo con una historia de terror urbano protagonizada por miembros de la célebre banda callejera de Los Ángeles que se dedicaban a vigilar el metro de NY en los ochenta. Quizás es una de las historias de las más directas en cuanto a su objetivo de las ideadas por Moore pero deja perfectamente clara la ambigüedad del personaje. En el terreno gráfico, el gran Joe Orlando sabe dar el toque tenebroso justo a las dos historias paralelas mostrando una saludable compenetración con Moore.

Otra de las grandes pequeñas historias de este volumen es “Olimpiadas Nocturnas”, protagonizada por Flecha Verde/y dibujada por Klaus Janson en la que Moore reinterpreta a su manera la concepción oscura del superhéroe propuesta por Frank Miller en “Daredevil”. Seguramente es la historia menos elaborada de todo el volumen a lo que no contribuye precisamente el pobre dibujo de un Janson que siempre ha destacado más como entintador pero, sin embargo, la historia se lee con agrado por las ideas sugeridas en el pobre desarrollo con un villano émulo del héroe que le reta a una competición por los tejados de la ciudad tras haber herido a la novia de un héroe dispuesto a tomarse la justicia de su mano.

En fin, “El Universo DC de Alan Moore”, es un tomo de calidad incestionable del que apenas hemos rascado en esta entrada la superficie. Sin duda, una obra imprescindible para entender la evolución del genio de Northamptom.

Más sobre "El Universo DC de Alan Moore" aquí y aquí.