martes, 6 de julio de 2010

Peter Bagge y el modelo a seguir.

SOBOCINSKI: Durante todos estos años has estado trabajando como historietista, ¿cuál es el mejor consejo que te ha dado alguien, y quién fue la persona que te lo dió?

BAGGE: Fue de John Holmstrom, que me dijo: “El mejor tipo de humor es el que se encuentra a nivel visceral. Personalmente no puedo soportar el humor que no provoca una reacción visceral en el lector. No vas a salvar el mundo con un cómic. Métetelo en la cabeza. No intentes iluminar a la gente de una forma deliberada. Nunca escojas la actitud de ´la persona que lea mi tira va a ser muy lista´. Eso siempre te joderá.” Y aunque sé que él sabía que no me lo iba a tomar totalmente en serio, por lo menos me dió su opinión personal. Esa era su actitud respecto a los cómics. Pero en aquella época, para mí tenía mucho sentido, y cuanto más lo pensaba y más lo comprendía (al menos para lo que pretendía yo), sé que estaba en lo cierto.

También, aparte de eso, no podría repetirte ningún consejo particular de los que me han dado, pero puedo decir que trabajar con Robert Crumb fue genial. Cuando me pidió que me hiciese cargo de Weirdo, algunas de las personas que conocía y que ya habían conocido a Crumb personalmente (yo aún no me relacionaba con él en ese momento), casi todas las que le conocían me dijeron: “Mira, Crumb es un gran artista, pero tengo que advertírtelo, puede dejarte colgado. Es un tío muy raro e impredecible. Nunca se queda enganchado con algo durante demasiado tiempo, así que no debería sorprenderte en absoluto que te deje tirado. No esperes nada de ese tío porque está chiflado.” Y lo más interesante es que nada de todo lo que me dijeron era verdad. Desde lejos, fue la persona más digna de confianza con la que he trabajado. Puede que estuviese haciendo un esfuerzo especial por mí. Por lo que sé, se sentía culpable de haber cogido a un chico joven e inocente y haberle puesto en ese extraño puesto, y se sintió obligado a hacer lo imposible por cubrirme las espaldas cada vez que tenía algún problema.

SOBOCINSKI: Es que me parece poco probable. Crumb es un hombre agradable, muy razonable y también le respeto un montón.

BAGGE: Claro, para mí fue un modelo a seguir de formas innumerables. Realmente me impresionó mucho, y sé que a mucha gente va a chocarle, pero lo hizo como persona, me impresionó cómo vive su propia vida. Nunca pierde de vista aquello que le importa y cuánta cantidad de mierda está dispuesto a soportar. Así pues, en cuanto a tu pregunta de si alguna vez me ha dado alguien algún consejo, no puedo mencionar ninguno de los pocos consejos que me dio Crumb, pero todos los que me han dado los asocio con él.

SOBOCINSKI: ¿Entonces lo consideras como una especie de modelo a seguir?

BAGGE: Bueno, es el único al que he respetado en todo, tanto en lo que hace como en su vida privada. Por supuesto, durante los últimos cinco años, también he podido ver la cara oculta de Crumb. Parece como si cada vez que lo viese pensara: “Ya tengo calado a este tío.” Y supongo que básicamente es así. Pero siempre hace o dice algo que me descoloca. No es necesariamente algo de lo que hace, sino esa actitud verdaderamente sombría, muy negativa y amarga que tiene ante la vida, la cuál debe ser en parte por algo genético, porque toda su familia sufre por igual. Tiene ese gran ego que grita: “¡El mundo me debe tanto!”

SOBOCINSKI: Quizá es que piense en cosas que la mayoría de la gente no presta atención y que le afectan.

BAGGE: Claro, pero eso también es algo infantil, él querría tenerlo todo. O quizá es que sea honesto con el hecho de: “Hey, soy realista, sé qué esperar, pero eso no me va a parar de querer tenerlo todo. Y de decir que lo quiero.” Pero sólo es la forma en que... casi es como si se aferrara a esas actitudes negativas. Es como si generara miseria. Y probablemente es algo que se siente obligado a hacer, porque es toda esa miseria y alienación lo que le convierte en un gran artista.

(Frog2000 ha terminado la traducción de la completísima entrevista que Peter Bagge concediera Carole Sobocinski aparecida en Comic Journal 159 y que podéis leer completa aquí, aquí y aquí. No tiene desperdicio).

“Pema Ling: Lágrimas y Sangre: “, de George Bess.



Ahora que Norma Editorial ha anunciado la publicación en los próximos meses del quinto album de “Pema Ling” me parece un momento tan bueno como cualquier otro para realizar la relectura de la obra que presentó en España al francés George Bess como autor completo tras su dilatada experiencia como dibujante de Jodorowsky en series como “El lama blanco”, “Juan Solo” o “Los Gemelos Mágicos”.

Lágrimas y Sangre” es el primer álbum de esta serie en el que asistimos a la clásica presentación de los principales personajes y de los años de infancia de la protagonista Pema Ling, una niña tibetana hija de un titiritero que se dedica a acompañar a su padre en su trasiego de pueblo en pueblo al frente de su itinerante compañía de variedades durante los meses de verano. Cuando el crítico espectáculo de marionetas del padre de Pema Ling despierta las iras de la nobleza local, la compañía tendrá que darse a la fuga pero son interceptados por los soldados que masacran a todos menos a la pequeña protagonista y a su tío deforme que logran escapar. La traumatizada niña, haciéndose pasar por un chico e incapaz de articular palabra, encuentra cobijo en un monasterio tibetano regido por otro de los hermanos de su padre donde se irá paulatinamente adaptando a la vida y costumbres del monasterio al tiempo que cura sus heridas y toma conciencia de su misión en la vida, convertirse en una guerrera para vengar el asesinato de los suyos.

George Bess a lo largo de su carrera ha mostrado siempre una especial fascinación por Oriente en general y la cultura tibetana en particular por lo que tampoco era de extrañar que su obra más ambiciosa se localizara en esas tierras a través de un drama histórico en el que nos relata la vida y aventuras de su joven heroína Pema Ling en una historia que destaca por la documentada ambientación del relato y la minuciosidad con que el autor describe los escenarios y costumbres tibetanos antes que por la originalidad del planteamiento basado en el tópico, pero efectivo, argumento de venganza.

Bess es un dibujante con un estilo clásico detallista que destaca por su gran acabado y que en esta serie realiza uno de sus mejores trabajos con un dibujo que busca ante todo el realismo y que entronca directamente en la tradición de grandes firmas del Cómic como José Luis Salinas o Hal Foster, teniendo quizás esta obra en “Príncipe Valiente” su principal referencia a la hora de construir la narración. Y es que el peculiar sistema narrativo de Foster carente de bocadillos de diálogos y con textos narrativos que complementan cada viñeta es hasta cierto punto adaptado por Bess para complementar sus dibujos con abundantes cartelas que refuerzan la labor gráfica y que buscan dotar a la historia más allá del mero divertimento de un carácter didáctico acerca de las costumbres del lejano Tíbet (a pesar que las traducciones de los términos tibetanos que se añaden en la edición de Norma resulten aleatorias, erráticas y confusas habiendo sido preferible que se hubiera incorporado un glosario al final del álbum).

El único pero que se le puede achacar al álbum es que de inicio cuesta entrar en la historia debido al modo en que el autor presenta los hechos encadenando constantes flashbacks, pero esa sensación queda superada conforme va avanzando la lectura y nos dejamos hipnotizar por el colorido y minuciosidad con que Bess plantea cada una de las viñetas y nos hacemos con todas las piezas de un rompecabezas que tampoco precisaba tanto misterio.

En definitiva, “Lágrimas y Sangre” fue un buen debut de una serie que va mejorando conforme avanza y de la que poco a poco iré comentado más cosas. Estad atentos.