martes, 27 de mayo de 2014

“Los Muertos Vivientes: Guerra Sin Cuartel I”, de Robert Kirkman y Charlie Adlard.




Planeta llega a la vigésima entrega de “Los Muertos Vivientes”. la cada vez más popular serie de zombis de Robert Kirkman y Charlie Adlard  merced al eco que le ha proporcionado su exitosa versión televisiva. En esta entrega, que recoge los números 115 a 120 de la serie regular norteamericana, Kirkman da por fin un acelerón a la historia en la que pone en evidencia todas las virtudes y defectos que veníamos comentado en entradas anteriores.

Rick y sus aliados unen sus fuerzas y pasan al ataque desvelando su estrategia contra Negan y sus hombres. Al principio, a pesar de algunos imprevistos, el golpe de mano de Rick y los suyos parece que va a resultar definitivo. Sin embargo, cuando Negan pasa al contraataque se muestra tan letal y expeditivo como acostumbra llegando la guerra entre los distintos grupos de supervivientes a un punto en el que cualquiera puede resultar vencedor.

Kirkman construye un arco argumental – en realidad la primera parte del arco pues este continua todavía en Estados Unidos- en el que no da tregua al lector y en el que la acción pasa a un primer plano y el ritmo de la serie se acelera página a página en un toma y daca entre los diversos bandos que no da tregua a un lector que llevaba tiempo sin disfrutar de tantos trajines en la serie.  
Kirkman como es habitual se muestra original y hasta cierto punto vuelve a dar una participación activa a los zombis caminantes que tanto tiempo llevaban en un segundo plano convirtiéndolos en un arma dentro de la sociedad futura de supervivientes que nos va descubriendo en cada entrega.

Todo pintaría perfecto si a las habilidades para mantener la atención del lector de Kirkman y expansionar una y otra vez las temáticas de la serie le acompañara un acabado gráfico de altura. Sin embargo, si queremos seguir disfrutando del talento de Kirkman como contrapartida tenemos que sufrir el cada vez más esquemático y aburrido apartado gráfico a cargo de un Charlie Adlard cada vez más indolente incapaz de seguir la estela del desatado Kirkman e incapaz de construir una composición de acción creíble ni intensa, por un lado, y ,  lo más irritante provoca que en ocasiones los giros argumentales del guionista resulten excesivamente confusos y precipitados, por otro.

En fin, “Los Muertos Vivientes” se han vuelto a poner interesantes y aunque evidentemente la serie acusa el desgaste de su centenar largo de números la limpia de personajes que parece proponer el equipo creativo esperemos que permita abrir nuevas vías argumentales. Ojala sea así y estos Muertos Vivientes se alcen de nuevo.