jueves, 13 de enero de 2011

“Cerebus: Alta Sociedad”, de Dave Sim.



Probablemente el inicio de la publicación por parte de Ponent Mon de “Cerebus”, de Dave Sim fue la gran sorpresa del año pasado. Básicamente, porque nadie se esperaba a esas alturas tras las anteriores negativas de Sim a ver publicada su obra fuera de sus fronteras que su decisión fuese a cambiar pero, por esos misterios que tiene la vida, el señor Sim cedió y Ponent Mon aprovechó la oportunidad publicando en un cuidado tomo uno de los arcos más celebrados de “Cerebus”, “Alta Sociedad”.

Leída y releída “Alta Sociedad” tengo sensaciones contradictorias respecto a la obra, tan contradictorias como la figura de Dave Sim, un tipo que, en mi opinión, hace equilibrios entre la genialidad y la locura desde un exacerbado personalismo y afán de independencia que ha marcado toda su andadura profesional (y personal, por lo que sabemos) y con cuyas iniciativas en el campo de la autoedición marcó el camino a un buen número de autores que le tomaron - probablemente a su pesar - como ejemplo y adalid de la libertad creativa. Sim se ha creado de este modo una aureola en torno sí que se ve alimentada por sus extravagancias que lo han convertido casi en un personaje más de su propia obra y uno de sus reclamos más atractivos. Y aunque me alegro de la presencia de “Cerebus” y Sim en las librerías españolas creo que va a llegar tarde para que muchos de los lectores españoles se hagan una idea de su impacto aunque animo para que continúe su publicación para que quién quiera pueda opinar y valorar por sí mismo.

Centrándonos ya en “Alta Sociedad" , más allá del simbolismo y la riqueza de interpretaciones que permite, “este arco argumental es una sátira del mundo de las altas esferas y del poder en el que un pícaro mindundi como era Cerebus al inicio de la obra acaba convertido en jefe de estado de la ciudad de Iest en un complejo juego de poder en torno a su figura que le lleva a competir en unas elecciones con una cabra y a desarrollar posteriormente una complicada política belicista mientras que a su alrededor se fraguan todo tipo de conspiraciones.

Sim en “Alta Sociedad” va estableciendo un complejo escenario a medio camino entre el teatro del absurdo y la literatura kafkiano con guiños cinematográficos más o menos notorios tanto a las comedias de “Los Hermanos Marx” como al “Ciudadano Kane” wellesiano por el que se mueven un elenco de personajes, de corte realista o fantástico, algunos de los cuáles son rastreables a lo largo y ancho de la cultura popular de los que el autor se sirve a modo de símbolos, homenajes y parodias más o menos identificables rastreables a lo largo y ancho de la cultura popular del siglo XX.

Sim va moviendo sus personajes en torno a la figura del oso hormiguero protagonista, Cerebus, en un ejercicio de continuo reajuste que exige de la completa atención del lector para seguir el ritmo de una lectura enrevesada y frustrante en ocasiones que avanza, sin embargo, ajustándose a un patrón básico que permite al autor elucubrar sobre los más variopintos temas de un modo más o menos explicito, más o menos críptico. con lo que al final la obra acaba pareciendo uno de esos compendios medievales en los que cabía de todo, analizando desde las crisis económicas a los sistemas democráticos, la fantasía heroica, el cómic de superhéroes o los juegos de cartas.

Gráficamente, la obra no se ajusta a ninguna convención prestablecida y el autor experimenta constantemente aprovechando su amplitud de registros para hacer coexistir personajes más caricaturescos con otros más realistas, optando en ocasiones por fondos ausentes o completamente negros por otras con fondos muy detallados o cambiando el orden de lectura en alguna ocasión. Toda una gama de sorprendentes e innovadoras iniciativas que, por desgracia, no sorprenderán tanto al lector actual como lo hicieron en su momento a un enorme número de autores de distinto pelaje que no tardaron en aplicarlas de distintas formas a sus propias obras.

Alta Sociedad”·y por extensión “Cerebus” es uno de los cómics más valientes, arriesgados, irregulares e influyentes de la historia del medio al que se le puede aplicar con toda justicia el tópico de que se le quiere o se le odia .-de hecho se le quiere y se le odia- pero que en ningún caso deja indiferente. Ojalá Ponent Mon continúe ofreciendo nuevas entregas de la serie (en preparación aparece en su página el primer tomo de “Iglesia y Estado”), aunque la cosa se esté retrasando bastante respecto a las semestrales previsiones apuntadas.

Finalmente, un inciso sobre la edición, creo que asumiendo la decisión de no empezar la publicación de la serie desde el principio la excelente edición de Ponent Mon hubiera agradecido la presencia de un glosario de personajes en el que a modo de “quién es quién” se hubiera puesto en antecedentes a los lectores noveles sobre muchos de los sucesos a los que indirectamente se hace referencia en "Alta Sociedad" para ayudar a situar al lector en medio de la “novela río” que es “Cerebus”.

Despedida con estilo.

Me entero por En todo el colodrillo – blog que hoy mismo he descubierto y que promete convertirse en un fijo diario- del abandono de Albert Monteys de la mayor parte de sus tareas directivas en “El Jueves” para dedicarle más tiempo a su vocación, la historieta.

Nunca he sido asiduo seguidor de “El Jueves” por lo que mi opinión no es muy de valorar pero no me parece que Monteys lo hubiera hecho mal, devolviéndole en parte a la revista en momentos puntuales la mordiente y presencia mediática que se la presupone.

Con todo, me ha hecho mucha gracia la tira en la que Monteys ha comunicado la noticia a sus lectores que encabeza la entrada y espero que el cambio beneficie a todas las partes a los lectores, a la revista y al propio Monteys. Ya nos iremos enterando.