viernes, 30 de noviembre de 2012

“Legión”, de Salvador Sanz.




En los comentarios a la entrada de “Angela della Morte” me enteré que existen en España otras obras publicadas de Salvador Sanz uno de los más firmes valores del siempre interesante cómic argentino y, gracias a ello, llegué hasta “Legión”, un curioso cómic de terror publicado en 2006 en España por Ivrea.

A partir de la combinación de una serie de sorprendentes manifestaciones artísticas –el descubrimiento de un nuevo color, una escultura misteriosa y una canción que sume en trance a su compositor- se desencadena en Buenos Aires una lluvia de sangre que se convierte en la primera señal del advenimiento del Apocalipsis pues las puertas del Infierno se abren a una legión de demonios que asola la ciudad.

Salvador Sanz es un autor con una interesante apuesta de los géneros y una ecléctica influencia en su estilo de dibujo marcado por dibujantes como Corben o Gulacy cuya técnica ha asimilado para desarrollar una personalidad propia y desarrollar en “Legión” una obra ecléctica, sutil y ambiciosa.

De este modo, en “Legión” Sanz da una vuelta de tuerca al planteamiento inicial de “El Eternauta”  o "666/999" para construir una historia apocalíptica en la que Buenos Aires es invadido por unos demonios desatados por unos artistas previa inundación en una lluvia de sangre. No estaría mal simplemente ese planteamiento pero Sanz es un autor ambicioso y busca ir más allá de la superficie de la historia para dotar a “Legión” de una mayor amplitud de miras usando el planteamiento de género para hilvanar una metáfora en torno a la creación artística entendida esta como una fuerza destructora que arrasa no tanto a la propia persona del artista –tema este tratado muchas veces- sino a su realidad.

Como ya me pareció en “Angela della Morte”, Sanz gusta de mantener un posicionamiento ambiguo y no expone claramente sus interesantes ideas dejando estas a la reflexión del lector. Ello puede deberse seguramente a la propia voluntad del autor de sugerir antes que confirmar sus tesis o, en este caso, a  un problema de extensión que se percibe especialmente en el desarrollo y la interactuación de unos protagonistas con los que es difícil empatizar obligando al lector a mantener un constante distanciamiento respecto a lo narrado.

Es el elegante dibujo de Sanz y el impacto visual con que sabe presentar la historia y los interesantes recursos narrativos que incorpora como el tratamiento del color en una historia narrada básicamente en tonalidades grises haciendo hincapié en el daltonismo del protagonista, y en la mediocridad de nuestra realidad cotidiana lo mejor de la obra. Por otro lado, al igual que maestros del manga de terror como Mauro o Ito, otorga a su tratamiento de la violencia más escabrosa y escatológica una elegancia formal que invita al voyeurismo del lector fascinado ante el juego de destrucción que se le propone. Sanz recurre a una imaginería propia y original que inserta en la realidad cotidiana lo que no quita que al mismo tiempo nos resulte cercana y familiar contando entre sus referentes más obvios la obra literaria de Lovecraft o Baker o las películas de Cronemberg y haciendo que muchas situaciones del tebeo nos recuerden a películas de género más o menos  contemporáneas.

En fin, “Legión” es un cómic interesante, una propuesta de género elegante, sofisticada e inteligente que no se limita a entretener sino busca la reflexión del lector más allá de la historia narrada y confirma a Sanz como un autor al que seguir la pista.