viernes, 25 de junio de 2010

A octavos con lo mínimo.



Tras un partido malísimo en que hemos hecho buenos a los honrados chilenos mirando lo bien que corren y las ganas que le ponían, España se ha clasificado de rebote incluso primera de grupo por lo que jugará en octavo contra Cristiano y cia. El partido no ha sido nada bueno, con una España ramplona que ha hecho lo justo para pasar encomendada a Iniesta, Villa y Busquets, que han salvado los muebles para que al final españoles y chilenos viendo que los suizos y los hondureños de puro malos eran incapaces de para marcar un gol que le pusiera sal a la clasificación, dejarse llevar hasta el final del partido y, justamente, lograr la clasificación ambas.

Espero que los voceros de la prensa que preconizaban que íbamos a ganar todos los partidos de calle no creen demasiada euforia de hoy al día del partido. Portugal es un equipo respetable con uno de los dos mejores jugadores del mundo y España no ha demostrado hasta ahora nada, salvo señales un tanto preocupantes (¿Xavi Hernández no ha llegado todavía? Cuando empiece a jugar lo hará también España, aun cuando se note que hay demasiados jugadores muy justitos físicamente).

De todos modos, sigo siendo optimista. El Mundial empieza ahora y es cuando el equipo se tiene que hacer valer y demostrar su verdadero nivel. Selecciones con la tradición de Italia, Francia o Dinamarca ya están en sus casas.

El martes se augura un partidazo que espero que ganemos.

“De perros y de huesos”, de Colo.



En el Género Negro ha existido una corriente generalizada en los últimos tiempos en primar el retrato de los personajes sobre las clásicas tramas, por otro lado siempre vigentes, en un intento quizás de buscar nuevas vías a un género que goza de suficiente buena salud como para no necesitarlo. En este orden, han ido apareciendo algunas de las mejores obras del género de los últimos años como las películas de los Coen o series como “Los Soprano” que actualizaban y renovaban los modelos clásicos, y en esa tendencia se han apuntado también algunas de las mejores series de cómics de los últimos tiempos –“Scalped”, “Criminal”, “100 Balas” o “RG” - en un medio que vive una particular historia de amor continua con este género En esa línea renovadora se entronca la original obra ganadora de la segunda edición del Premio Internacional de Cómic de Planeta, De perros y de huesos”, en la que Colo ofrece desde una clásica estructura una amplia y variada galería de personajes y reflexiones que aparentemente no casan bien con las temáticas habituales pero que el autor es capaz de incorporar con desigual fortuna.


En un pequeño pub del barrio de Lavapies, Boris encarga a Suso pintar un mural que decore las paredes de una de las salas con la única condición de no dejar bajar a nadie. El ilusionado pintor no es consciente que su mural inspirado en la pintura de VrubelEl Ángel Caído” y su mera presencia no son más que una excusa para evitar sospechas sobre el trapicheo de heroína que tiene lugar en el barrio. Mientras que Suso, Jose, un yonqui poeta primo de Boris, y Sara, la novia de aquel filosofan sobre pintura y poesía, a su alrededor orbita toda una red de mafiosos dedicada a gestionar el traspaso de poder en la banda y descubrir quién es el soplón que los ha puesto en el punto de mira de un policía incorruptible.


En su primer cómic publicado, Jesús Colomina "Colo" nos propone una curiosa historia negra en la que lo popular y lo personal se entremezclan con fortuna para ofrecer una historia con un regusto localista y moderno al tiempo que actualiza y renueva las arquetípicas convenciones del género. Colo construye la trama negra que sirve de hilazón a la historia a través de una estructura elíptica sustentada en el desarrollo de las intrahistorias de los ocho personajes que protagonizan la obra al ritmo del progreso en la elaboración del mural, personajes cuyos intereses y motivaciones iremos conociendo conforme avanzan la obra sin que el autor establezca demasiadas matizaciones morales respecto a ninguno de ellos, mostrándolos con sus cualidades y sus defectos, y dejando que sea cada lector el encargado de enjuiciarlos, aun cuando también deje clara su simpatía por Suso, el pintor, una especie de trasunto de sí mismo y que se convierte en el filtro de sus propias vivencias en un barrio perfectamente radiografiado en las distintas localizaciones que van sirviendo de fondo a una historia a la que quizás le falte un punto de suciedad y violencia –no me entendáis mal, “De perros y de huesos” es una historia bastante violenta y sucia aun cuando el autor haya optado por alejarse de las reglas convencionales del género y buena parte de esa violencia es sugerida en lugar de mostrarse directamente- para cautivar a los más conservadores aficionados al género. Se nota el esfuerzo de Colo en dar primacía a las conversaciones de unos personajes que no paran de hablar en diálogos de clara inspiración tarantiniana bien construidos y elaborados –genial la conversación en el hospital entre el Gordo y el Turco- aun cuando en ocasiones creo que haya cierto abuso de ellos que le resta intensidad y credibilidad a la historia.

Por otro lado, Colo se muestra como un excelente dibujante en el que se pueden rastrear reminiscencias de autores europeos como Barú, Blutch o Peeters, mostrándose como un elegante narrador gráfico a pesar de tratarse esta su primera obra publicada, sorprendiendo por su tratamiento opresivo, oscuro y denso del color que da un aire un tanto angustioso a toda la historia, siendo quizás el principal defecto que le encuentro a la obra un exceso de tramado que a veces incomoda la lectura, quizás debido a los materiales manejados por el autor.


En definitiva, “De Perros y de Huesos” es un tebeo con más virtudes que defectos y una buena noticia dentro del un tanto apalancado a su pesar panorama del cómic español en el que se echan a faltar obras arriesgadas que ofrezcan algo diferente y nuevos autores que se abran paso. Esperemos que no se quede en flor de un día y que Colo siga sorprendiéndonos con nuevos cómics publicados.


El mejor cómic español que he leído en lo que llevamos de año.


Entrevista al autor aquí y aquí.