jueves, 4 de abril de 2013

“Vengadores Secretos: VvsX”, de Rick Remender y Renato Guedes.





A veces, en la periferia  de los cacareados y mediocres megaeventos con los que las grandes editoriales mainstream basan sus estrategias comerciales, aparecen pequeñas historias accesorias que son mucho mejores que la panacea mediocre con que nos quieren embelesar. Últimamente, a mí me ha pasado con los tres números de la serie Los Vengadores Secretos interrelacionados directamente con la historia de  “Los Vengadores VS La Patrulla X” que ya comenté por aquí. Y es que la  historia titulada “Operación Fénix”, guionizada por Rick Remender y dibujada por Renato Guedes, y recogida en los números 21 a 23 de la edición en grapa de Panini de LosVengadores Secretos”  es mucho más ilusionante  y atractiva que el blockbuster palomitero que tanto se han esforzado en ensalzar. 
Un grupo formado por los más poderosos Vengadores parte al espacio exterior para intentar desviar o capturar la destructiva Fuerza Fénix que se dirige hacia la Tierra.  Tras el fracaso de la misión, unos mermados vengadores tienen que hacer un aterrizaje de emergencia en Hala, el planeta natal de los antaño orgullosos Kree, sin saber que estos, manipulados por uno de sus líderes, pretenden que el Fénix les devuelva su anterior poderío aunque para ello hayan tenido que devolver a la vida al más grande de los héroes Kree y antiguo vengador, el Capitán Marvel.
 “Operación Fénix”  ha conseguido que por primera vez me parezca realmente notable la labor de Rick Remender en "Los Vengadores Secretos" y confirme que tiene madera para ser un gran guionista. Y es que, más allá de la superficialidad bobalicona que supone el enésimo amago de resurrección del muerto más muerto del panteón Marvel, en el primer número de esta aventura  Remender caracteriza perfectamente a los personajes y logra crear la atmósfera heroica que la historia planteada precisa con un conocimiento, sutileza y profundidad que no he percibido por ningún lado en el dichoso megaevento escrito a pachas por los Aaron, Bendis, Brubaker, Fraction, etc
Remender realiza un cuidado y coherente estudio de la personalidad de los distintos personajes que maneja, enfrentados a una misión que saben suicida y para la que aun así se han presentado voluntarios, aislados en la doble soledad del espacio profundo y el Quinjet que tripulan. A partir del punto de inflexión, marcado por ese número la historia transita con habilidad y con oficio lastrada por su asumido carácter tributario del megaevento programado y dejando la sensación que Remender podría haber sacado mucho más partido a la resurrección de un Capitán Marvel que por sí misma de haberse mantenido habría supuesto el verdadero bombazo editorial. De este modo, la conclusión de la historia con resultar más que correcta me dejó la sensación de ser a la fuerza algo aturullada y precipitada frente al control narrativo mostrado en la brillante primera entrega aun cuando cumpliera sobradamente con su objetivo.

Buena parte del encanto y el éxito de este “Operación Fénix”  se debe al descubrimiento –para mí- del dibujante brasileño Renato Guedes quien le da una estética completamente contracorriente a la historia más entroncada con el prerrafaelismo de los Barry Windsor Smith o Mike Kaluta setenteros y la tradición europea de hipnótica Ciencia Ficción europea derivada del "Métal Hurlant" que a la espectacularidad superheroica de tradición kirbiana y su derivación actual en personajes huecos con anatomías imposibles. No creo que Guédes se haya documentado mucho para la historia y gracias a ello ha logrado un resultado fascinante y original al recrear un Hala más emparentado con los mundos fantásticos de Moebius que con los  planteamientos clásicos de los Starlin, Kirby, Heck, y dando a la historia un acabado pop original y contracorriente con lo que se lleva ahora en el género…Las portadas de un tal Alan Davis, tampoco son moco de pavo, majetes.

En fin, creo que en muchos aspectos, esta “Operación Fénix” es una obra mucho más conseguida e interesante que la obra mayor de la que deriva que logra que le dé un voto de confianza a las capacidades de Remender. Eso sí, mucho más disfrutable si de fondo se escucha  al tiempo el  Space Oddity” de Bowie.