lunes, 21 de noviembre de 2011

“Scalped: Has de pecar para salvarte”, de Jason Aaron, J. M. Guèra y otros.

¡¡ Qué ganas de leer otra entrega de esta serie y volver a sumergirme en el opresivo ambiente de la reserva de Praririe Rose!!...”Scalped” es para los amantes del thriller y el cómic un regalito que nos hace el señor Jason Aaron y esta nueva entrega -última de Planeta- que reúne los números 43 a 49 de la numeración norteamericana no hace nada más que refrendar la calidad de una serie que es de lo mejorcito que viene publicando el sello Vertigo en la actualidad.

Mientras el corrupto jefe Cuervo Rojo ve peligrar su puesto de jefe del consejo que le permite mantener el poder en la reserva al presentar su candidatura a las elecciones su antiguo mentor, Hasell Roca Medicina, un hombre sin tacha respetado por la tribú y por él mismo, Dashiell sin saberlo es sometido a prueba por el perturbado Catcher para comprobar si es realmente el hombre que el Gran Espíritu señaló como su sucesor.

No voy a descubrir a estas alturas, las excelencias de “Scalped”, serie en la que Jason Aaron está dando lo mejor de sí mismo, pero si en anteriores entradas ya he comentado las excelencias de la absorbente trama principal en esta me gustaría destacar la brillantez de los números autoconclusivos en los que Aaron otorga protagonismo a los numerosos secundarios que aparecen en la historia. En esta entrega, de manera especialmente brillante muestra la caracterización del bobalicón sheriff Wooster Karnow y el agente especial Nitz, respectivamente. En el arco principal de cinco episodios, el peso principal de la historia recae en un cada vez más confundido Cuervo Rojo y un cada vez más perturbado –o no – Catcher.

A estas alturas de la serie, Aaron ha logrado diversificar el protagonismo de la serie a través de los numerosos personajes presentados hasta ahora sin que la intensidad ni el interés se vean afectados gracias a su habilidad para la descripción de personalidades complejas y atractivas al mismo tiempo que maneja los resortes propios del género con habilidad para ir varios pasos por delante de los lectores incapaces de predecir sus movimientos.

En el aspecto gráfico, aparte del habitual buen hacer de J.M Guéra y las fantásticas portadas de Jock, en este tomolos episodios autoconclusivos están realizados por Jason Latour y Davide Furno quienes se adaptan brillantemente al estilo sucio, nervioso y opresivo que Guèra ha instaurado en la serie logrando que no se note en exceso la ausencia del dibujante titular.

En fin, visto el cliffhanger final, va a hacerse todavía más duro esperar el nuevo recopilatorio. Ojalá que no se demore mucho y podamos seguir disfrutando pronto de esta maravillosa serie que no pierde pujanza con el tiempo.