


En 1952, dos jóvenes excursionistas ingleses que vagabundean por Irlanda, que huyen de un mal encuentro c en un pub, llegan a las ruinas de la Casa Gault donde encuentran un antiguo libro en el que este narra los inquietantes hechos que ocurrieron entre sus paredes en 1816. Gault, que vivía aislado en la mansión junto a su hermana y su fiel mastín, descubre durante un paseo un extraño ser que los ataca. A partir de ese momento, el aislamiento, la soledad y el acoso de extraños demonios y visiones irán provocando en Gault un paulatino descenso hacia el delirio y la locura, que, cruzando el tiempo y el espacio, afectará a los excursionistas y sus perseguidores.

A lo largo de esta obra, nos rencontramos con el mejor Corben, un autor lleno de recursos para saber dotar a la obra de toda la complejidad y ambigüedad que requiere, en una lectura pretendida y desasosegadoramente incómoda para el lector. A través de una estructura elíptica y un largo flashback, con prólogo y epílogo incluidos, Corben organiza la historia de manera que minimiza los diálogos al presente de los excursionistas y deja que el grueso de la narración – las aventuras de Gault- se hile en distintos planos (el nuestro, el de los excursionistas y el de los acontecimientos narrados) limitando el carácter narrativo de los cuadros de texto a meros elementos descriptivos para que sea sobre su poderoso dibujo en el que recaiga el peso de la narración e ilustre la locura y los terrores de pesadilla a los que se enfrentan los protagonistas a través de una lectura rica en interpretaciones, ya que en ningún momento queda claro si lo que se nos está narrando son los hechos vívidos por Gault o los delirios de su locura. Es esta una obra de enorme complejidad de adaptación y de la que Corben sale muy bien librado, desarrollando y dando forma a las oscuras y terroríficas visiones de Gault a través de una composición de página que se pone al servicio de la historia y de la que Corben se vale como sólo un maestro puede hacerlo.

Corben , en obras como “La Casa en el Confín de la Tierra”, demuestra a los agoreros que, a partir de una buena materia prima, todavía le quedan talento y energía para trasladarnos a mundos de fantasía sin igual, mostrando los más oscuros terrores y anhelos de nuestro inconsciente.
Y que las conserve durante cuarenta años más, por lo menos.