miércoles, 1 de diciembre de 2010

“Hiram Lowatt & Placido: La Rebelión de Hop Frog”, de Christophe Blain y David B.



He estado releyendo estos días los álbumes de “Hiram Lowatt &Placido” que publicara Planeta hace ya unos añitos y como debo de ser de los pocos que todavía no he leído “El invierno del dibujante” (pronto, pronto...) aprovecho para completar las entradas dedicadas al gran Christophe Blain con las de los únicos álbumes publicados en España que todavía no he comentado en el blog.


El primero de los dos álbumes que componen la serie, “La rebelión de Hop-Frog”, aparte de presentarnos a los dos personajes protagonistas, el periodista especializado en hechos extraordinarios Hiram Lowatt y su amigo el indio Placido, nos sorprende con una extraña historia del Oeste en la que los elementos habituales del género son subvertidos por la imaginación de David B. que en esta serie se dedicase del guión. Así, cuando los dos amigos se encuentran en un pueblo texano donde están ocurriendo extrañas muertes que son achacadas a los indios rebeldes de El-peor-de-todos quién intenta propiciar el advenimiento de un orden nuevo que devuelva la hegemonía de los indios. Sin embargo, Hiram y Placido descubrirán que las muertes son causadas por una amenaza tan sorprendente como amenazadora.

En una historia que reúne todos los arquetípicos del género (vaqueros, marshalls, indios y cazarrecompensas), David B. y Christophe Blain se las apañan para ofrecer un tebeo sumamente original en forma y contenido, que subvierte y refuerza el Western. Y es que si la historia sobrenatural ideada por David B. se encuentra más emparentada con los elementos más siniestros de los cuentos clásicos endulzados para consumo infantil, los cuentos de Poe o las novelas de Conan Doyle que con las convenciones tramas del género aun cuando su resolución se encuentre en la tradición del más puro Far West, es en el apartado gráfico donde la obra destaca todavía más gracias a la maestría desplegada por un joven Blain.


En esta primera entrega de “Hiram Lowatt & Placido”, Blain se desmarca completamente del dibujo de corte realista habitual en los cómics del oeste europeos para ofrecer un cómic pintado, rugoso y lleno de texturas, en que la expresividad de los personajes y el colorido se convierten en los elementos más reseñables en una propuesta incluso más radical que la mostrada en el posterior “Gus”, o incluso en el segundo álbum de esta misma serie, encontrando solo referencia en los últimos trabajos del gran Alberto Breccia. Con todo, en este álbum, ya se puede apreciar la característica concepción de esos elementos con un carácter narrativo que va más allá de la mera ambientación de la historia y, salvada la sorpresa inicial, el tebeo engancha con la mezcla de terror, humor y violencia incorporadas en una propuesta renovadora y original dentro de las convenciones del género.

El temprano “La rebelión de Hot-Frog” anticipa el talento de un Blain que ya ofrecía buena muestra de todo lo bueno que estaba por venir y confirmaba la capacidad de David B. para descoser los pliegues de lo supuestamente real con propuestas tan imaginativas como terribles. Un tebeo que, sin duda, merece (re)lectura.

Edmond y los jefes.

Edmond: Quiero añadir que para mí toda la gente de Bruguera llego a ser como mi familia. Yo tuve esa suerte. Después he trabajado para otras Editoriales,… que no ha sido lo mismo. Los trabajadores, las personas que trabajaban allí valían la pena estando en Bruguera o en otro lado. La empresa, el señor Bruguera, era un buen hombre. A pesar de que la mayoría de dibujantes les han dejado verdes a él y al señor González. Tanto uno como otro eran buenas personas. Si tú les tratabas con respeto ellos te trataban a ti con respeto. Te trataban bien. A mi el señor Bruguera me había llegado ha escribir una carta para felicitarme por un christmas. El único problema es que el Sr. González iba de cara a la empresa, a defender el negocio, se puede comprender. Pero estos jefes eran buena gente y los empleados una maravilla, para mi eran como hermanos. Con los únicos que durante años también me había sentido así, fue con los de la editorial de Holanda de la revista Tina. Con los primeros editores todavía tengo amistad, nos escribimos. Ahora en cambio ya se ha vendido la revista tres veces y han ido cambiando de editores... Con los que hay ahora no tengo ni el más mínimo trato, no te dicen nada, creo que ya se acaba.

(El gran Edmond en una extensa entrevista en dos partes realizada por El Taradete donde recupera y reivindica al creador del gran "Jan Europa". Se puede leer completa aquí y aquí. Superinteresante).